Enviado por Puerta E
“El 85 por ciento de la superficie total de la Patagonia presenta algún grado de desertificación. De esa superficie, el 12 por ciento presenta condiciones irreversibles”.
Así lo indicó el ingeniero agrónomo Daniel Tomasini, coordinador del Área de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de la Argentina, quien asegura que la situación en el país ya es aguda y crítica en las zonas áridas y semiáridas.
El territorio argentino -donde el 80 por ciento del suelo está dedicado a las actividades agrícolas, ganaderas y forestales- el cambio climático y la modificación de los ecosistemas podrían acelerar la desertificación, un proceso que a futuro comprometería al 75 por ciento del territorio.
Esto significa que unos 205 millones de hectáreas, que albergan a cerca del 10 por ciento de la población argentina, estaría en riesgo de transformarse en desierto si no se toman medidas para detener ese proceso, publica un matutino porteño.
Con el objetivo de formar conciencia de esto y de que un tercio del planeta está afectado por la degradación de los suelos áridos y semiáridos, ayer se presentó el Informe GEO Desiertos, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con motivo de celebrarse hoy el Día Mundial del Medio Ambiente.
"Los desiertos son un problema para el desarrollo”, apunta el informe, al tiempo que agrega: “es posible que en algunas regiones se den cambios drásticos con consecuencias en el abastecimiento del agua y en la gente, a menos que las emisiones de gas invernadero se reduzcan dramáticamente."
Tomasini indicó que en las zonas áridas y semiáridas "la pérdida de productividad se traduce en el consiguiente deterioro de las condiciones de vida y la expulsión de la población. Por ejemplo, el 85 por ciento de la superficie total de la Patagonia presenta algún grado de desertificación; de esa superficie, el 12 por ciento presenta condiciones irreversibles".
Ese proceso debilita la fertilidad de la tierra con pérdidas productivas que llegan al 50 por ciento en algunas áreas, lo que aumenta la inseguridad en el acceso a los alimentos, el hambre y la pobreza. "Los cambios en la dinámica de la población afectarán principalmente a las comunidades rurales de los desiertos a lo largo de los ríos que los atraviesan -continúa el informe GEO Desiertos-. Se esperan grandes aumentos demográficos en poblaciones que hacen un uso intensivo de recursos en los desiertos de los Estados Unidos y los Emiratos Arabes Unidos. Y esos cambios repercutirán en las cantidades de agua y de energía consumidas y en los desechos producidos."
El estudio del Pnuma también indica que el cambio climático ya afecta a los desiertos. "El aumento total de la temperatura de entre 0,5 y 2 grados centígrados en el período 1976-2000 -explica-, ha sido mucho más alto que el aumento global promedio de 0,45 grados centígrados."
Ante este escenario, Ricardo Sánchez Sosa, representante regional para América Latina del Pnuma, instó ayer durante la presentación del informe a "desarrollar una agricultura con alta tecnología de riego localizado y bajo consumo de agua, ciudades con dimensiones más adecuadas, y hacer uso de las energías renovables".
En definitiva, el funcionario invitó a "poner en práctica acciones que permitan elevar la calidad de vida de la gente que habita en esos lugares".
Pero no todo el panorama es negativo. El informe destaca dos usos que se pueden dar a los terrenos desérticos: el desarrollo de la energía solar y eólica, y el ecoturismo. "La elevada radiación solar continua hace de los desiertos lugares ideales para la instalación de celdas solares, cuyo alcance potencial no se limita a los desiertos", dice el Pnuma en el informe.
También los desiertos tienen mucho que ofrecer para el ecoturismo, "el sector de más rápido crecimiento del mercado turístico, aunque existen preocupaciones de que la denominación pueda utilizarse para ocultar actividades que dañan los ecosistemas, tales como el automovilismo a campo traviesa".
Como parte de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, y en el Año Internacional de los Desiertos, hoy a las 10, en la ciudad riojana de Chamical se suscribirá un documento de apoyo a la lucha contra la desertificación por parte de autoridades de la Comisión Asesora Nacional del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación.
http://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/cienciasalud/nota.asp?nota_id=811840
“El 85 por ciento de la superficie total de la Patagonia presenta algún grado de desertificación. De esa superficie, el 12 por ciento presenta condiciones irreversibles”.
Así lo indicó el ingeniero agrónomo Daniel Tomasini, coordinador del Área de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de la Argentina, quien asegura que la situación en el país ya es aguda y crítica en las zonas áridas y semiáridas.
El territorio argentino -donde el 80 por ciento del suelo está dedicado a las actividades agrícolas, ganaderas y forestales- el cambio climático y la modificación de los ecosistemas podrían acelerar la desertificación, un proceso que a futuro comprometería al 75 por ciento del territorio.
Esto significa que unos 205 millones de hectáreas, que albergan a cerca del 10 por ciento de la población argentina, estaría en riesgo de transformarse en desierto si no se toman medidas para detener ese proceso, publica un matutino porteño.
Con el objetivo de formar conciencia de esto y de que un tercio del planeta está afectado por la degradación de los suelos áridos y semiáridos, ayer se presentó el Informe GEO Desiertos, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con motivo de celebrarse hoy el Día Mundial del Medio Ambiente.
"Los desiertos son un problema para el desarrollo”, apunta el informe, al tiempo que agrega: “es posible que en algunas regiones se den cambios drásticos con consecuencias en el abastecimiento del agua y en la gente, a menos que las emisiones de gas invernadero se reduzcan dramáticamente."
Tomasini indicó que en las zonas áridas y semiáridas "la pérdida de productividad se traduce en el consiguiente deterioro de las condiciones de vida y la expulsión de la población. Por ejemplo, el 85 por ciento de la superficie total de la Patagonia presenta algún grado de desertificación; de esa superficie, el 12 por ciento presenta condiciones irreversibles".
Ese proceso debilita la fertilidad de la tierra con pérdidas productivas que llegan al 50 por ciento en algunas áreas, lo que aumenta la inseguridad en el acceso a los alimentos, el hambre y la pobreza. "Los cambios en la dinámica de la población afectarán principalmente a las comunidades rurales de los desiertos a lo largo de los ríos que los atraviesan -continúa el informe GEO Desiertos-. Se esperan grandes aumentos demográficos en poblaciones que hacen un uso intensivo de recursos en los desiertos de los Estados Unidos y los Emiratos Arabes Unidos. Y esos cambios repercutirán en las cantidades de agua y de energía consumidas y en los desechos producidos."
El estudio del Pnuma también indica que el cambio climático ya afecta a los desiertos. "El aumento total de la temperatura de entre 0,5 y 2 grados centígrados en el período 1976-2000 -explica-, ha sido mucho más alto que el aumento global promedio de 0,45 grados centígrados."
Ante este escenario, Ricardo Sánchez Sosa, representante regional para América Latina del Pnuma, instó ayer durante la presentación del informe a "desarrollar una agricultura con alta tecnología de riego localizado y bajo consumo de agua, ciudades con dimensiones más adecuadas, y hacer uso de las energías renovables".
En definitiva, el funcionario invitó a "poner en práctica acciones que permitan elevar la calidad de vida de la gente que habita en esos lugares".
Pero no todo el panorama es negativo. El informe destaca dos usos que se pueden dar a los terrenos desérticos: el desarrollo de la energía solar y eólica, y el ecoturismo. "La elevada radiación solar continua hace de los desiertos lugares ideales para la instalación de celdas solares, cuyo alcance potencial no se limita a los desiertos", dice el Pnuma en el informe.
También los desiertos tienen mucho que ofrecer para el ecoturismo, "el sector de más rápido crecimiento del mercado turístico, aunque existen preocupaciones de que la denominación pueda utilizarse para ocultar actividades que dañan los ecosistemas, tales como el automovilismo a campo traviesa".
Como parte de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, y en el Año Internacional de los Desiertos, hoy a las 10, en la ciudad riojana de Chamical se suscribirá un documento de apoyo a la lucha contra la desertificación por parte de autoridades de la Comisión Asesora Nacional del Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación.
http://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/cienciasalud/nota.asp?nota_id=811840
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