jueves, mayo 24, 2007

Celia Fuente Buena: El bienestar depende de uno

Por Celia Fuente Buena

Estamos creciendo y desarrollando nuestra espiritualidad eso no quiere decir que tengamos que comportarnos de alguna manera en especial. A veces nos parece que el crecimiento espiritual es para algunos, como si fueran elegidos. El crecimiento espiritual es para todos los que se animan a encontrarse con su alma, con su espíritu; su esencia. Ser espiritual es ser libre no querer ser perfecto, si fuésemos perfectos no estaríamos aquí en este mundo; si estamos aquí es por que tenemos algo que aprender o hacer. Y esto se logra viviendo. La vida es un camino que hay que andar, en él encontraremos muchas cosas como en todo camino, flores, piedras, curvas, lomas y bajadas, pero si estamos atentos siempre tendremos la fuerza para superar lo que sea, ya que la vida nos pone las pruebas pero también nos da el valor de superarlas; y no solo de eso sino de sacar de cada momento o situación el aprendizaje, solo hay un detalle para lograr esto. Caminar o vivir con libertad, no lograremos nada si no somos libres..y ¿que es ser libre? Es liberarnos de nuestras propias ataduras, prejuicios, miedos, culpas, rencores, todo esto nos aleja de nuestro yo. Ya que son conductas que heredamos de nuestros ancestros o del medio social en el cual vivimos, pero si son puramente mentales- consciente o inconsciente-, es decir responden al Ego, que nos dominan y nos hacen repetir conductas que no nos dejan avanzar. La vida nos sorprende a cada paso, por lo tanto no sirve de mucho planificarla o querer darle forma por que de esa manera vivimos en el futuro y muchas veces nos perdemos el presente. Solo podemos ordenar el presente y poner toda la voluntad de disfrutarlo por que es el único que tenemos seguro.

El camino en definitiva es hacia nuestro interior, el aprendizaje es poder despojarnos de todas las cosas para al fin conectarnos con nuestra alma y así cumplir la voluntad del espíritu que somos y lograr el objetivo que traemos a este mundo y así sentirnos felices.

Podemos adquirir conocimientos sociales, pautas que pueden ayudarnos a encontrar un mejor trabajo que quizá nos de un mejor bienestar económico, pero esto no hace feliz a nadie que a la vez no desarrolle la magia de vivir en ella. Uno puede ser médico, abogado, arquitecto, docente, carpintero, comerciante o empleado público, lo que cada uno quiera si se descubre a sí mismo y deja que fluya esa parte del sí mismo; se va a dar cuenta que es capaz de cometer errores y va a aceptar esto y ello le va a dar la comprensión para no juzgar al otro con soberbia o pedantería ni tampoco se va a unir a la hipocresía que practica la sociedad para ocultar sus errores. Esta es la razón por la cual algunas personas llegan a cierta edad y comienzan a sufrir depresiones u otras enfermedades. Es que su cuerpo grita cansado de andar tras los pensamientos no felices que lo minaron de deshechos-deberíamos ser consciente que la vida es algo simple y que estamos de paso, sabemos que un día nos tenderemos que ir de regreso al lugar de donde vinimos. La nada no existe, nada muere solo cambia de estado; entonces sepamos que todos estamos aprendiendo a vivir y que cada uno tiene razones para ser como es; pero no nos olvidemos que el trabajo es individual, que cada uno tiene las herramientas para lograrlo. No ser feliz sino sentirse feliz, aunque no ayude el medio ambiente en el que vive, esto se logra cuando uno está en contacto con su esencia que es una partícula divina que vive en cada uno, pero también respeta los tiempos que cada persona le da para que se pueda manifestar, ya que por orden Universal tenemos la libre decisión de elegir lo que queremos o no y de acuerdo a esto tendremos los efectos que provocaron nuestras propias decisiones. Por eso en cada tiempo aparecen los recursos que la Humanidad necesita y este es el tiempo de liberarnos de todo lo que ya no nos sirve para tener una vida plena, libre, con alegría y salud.

Las distintas terapias que llamamos modernas pero que en realidad son antiquísimas por que ya fueron practicas hace miles de años, hoy nos dan la posibilidad de comprender el secreto de la vida, que repito está dentro nuestro, sólo hay que despertar esas células que contienen el registro dormido de lo que en realidad somos, y de todas las posibilidades de lo que podemos hacer. Nos acostumbraron a quedarnos en un mundo chiquito cuando en realidad si salimos de las fronteras de lo mental nos vamos a encontrar con la posibilidad de vivir en Unión con el Universo entonces habremos crecido espiritualmente. Celia Fuente Buena

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