Enviado por Rubén Tonzar
La simulación
El Gobierno ordenó a la cámara de AFJP levantar de Internet un simulador para estimar haberes. Las proyecciones no eran objetivas. Casi siempre convenía aportar al régimen privado.
Por David Cufré
Las AFJP están atiborrando a sus afiliados con folletería para convencerlos de que permanezcan en el régimen de capitalización. Una de las herramientas más poderosas que diseñaron para persuadirlos era un simulador informático, que permitía estimar a cuánto ascendería la jubilación en caso de elegir el sistema público o el privado. Era muy sencillo: había que entrar a una página en Internet e ingresar una serie de datos personales, como la edad, el sueldo actual, la cantidad de años aportados y el estado civil, entre otros. Se hacía click con el mouse y aparecían los resultados: a la izquierda de la pantalla, el cálculo de la jubilación por una AFJP, y a la derecha, por reparto. Salvo raras excepciones, siempre convenía elegir una administradora. El simulador fue auditado por expertos en materia previsional, que dieron la voz de alarma. Los supuestos utilizados para diseñar el programa determinaban que casi siempre ganaran las AFJP. El Gobierno acaba de ordenar que el simulador sea levantado de Internet, porque las proyecciones no eran objetivas.
El caso es grave, porque el instrumento que inducía a optar por la jubilación privada estaba presentado como imparcial, garantizado por la Unión de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (Uafjp), la cámara que agrupa a las compañías Consolidar, Máxima, Orígenes, Nación, Futura, Met, Arauca Bit, Previsol, Profesión + Auge, Prorenta y Unidos. Hoy, al ingresar a la dirección uafjp.org.ar, si se pretende consultar el simulador, aparece la leyenda que ilustra esta nota: "La página está en construcción. Disculpe las molestias". No hay ninguna referencia a la orden oficial que obligó a retirar el programa que estuvo colgado desde el 13 de abril –un día después de que se abrió la opción para cambiar de régimen– hasta principios de este mes.
Mientras estuvo a disposición del público, la Uafjp invitaba a bajar el programa a la computadora del visitante para facilitarle la consulta. Aquellos que lo conserven podrán comprobar que en la mayoría de los casos la jubilación estimada a una persona que aporte a una AFJP es mayor que si lo hace a reparto. Página/12 consultó a la cámara de administradoras la razón por la cual el sitio ya no está disponible. La respuesta fue que surgieron "problemas técnicos" que "impedían que el programa corriera correctamente". Sin embargo, fuentes de la Secretaría de Seguridad Social confirmaron a este diario que elevaron un informe a la Superintendencia de AFJP para advertirle por la manipulación de las proyecciones. Este último organismo, finalmente, exigió a la cámara empresaria levantar el simulador.
El antecedente obliga a tomar precauciones frente al resto de la información que las AFJP están remitiendo a sus afiliados para que no salten a reparto. Por ejemplo, los cuadros comparativos con las ventajas y desventajas del sistema público o privado. La presentación de los datos es igual a la que tenía el simulador: supuestamente objetivos, aunque al privilegiar unos sobre otros conduzca a optar por las administradoras. De todos modos, los folletos suelen ser asociados a campañas publicitarias, mientras que el simulador escapa a ese universo. Eso mismo lo hacía más convincente. Además, el programa informático era muy amigable, lo que facilitaba el ingreso de datos y el acceso a los resultados. En diez segundos cualquier persona podía hacerse una idea de qué le espera en el futuro si en este momento elige una AFJP o el régimen estatal. De modo casi invariable, lo mejor era capitalización.
La Anses también protestó de manera extraoficial por el simulador. Advirtió que los supuestos con los cuales estaba armado eran forzados, alejados de la realidad. El informe de la Secretaría de Seguridad Social da cuenta de la subestimación de los factores que determinan el monto de la jubilación por el Estado y la sobreestimación de las condiciones para llegar al cálculo del haber por una AFJP. Por ejemplo, el simulador proyectaba que el salario del aportante a reparto aumentaría sólo hasta llegar a los 50 años. De ahí en más, permanecería congelado. Eso hundía la estimación de la jubilación por el Estado, porque esta surge del promedio salarial de los últimos diez años de vida laboral. Se toma el 1,5 por ciento promedio de esos últimos 120 salarios y la cifra resultante se multiplica por la cantidad de años aportados al sistema público.
Por el contrario, el simulador daba por hecho que la persona que ingresaba sus datos seguiría aportando sin interrupciones a una AFJP hasta el día de retirarse. Con ello, acumulaba muchos años de aportes –mientras más joven, más conveniente–, que es lo primero que se necesita para aumentar el monto capitalizado en el régimen privado. No contemplaba la posibilidad del desempleo, el trabajo informal –sin aportes– o la inactividad durante el resto de la vida laboral del trabajador. Eso no es lo habitual para la mayoría de los argentinos: en la actualidad, el 44 por ciento de los trabajadores están en negro y otro 11 por ciento sufre la desocupación.
El simulador ofrecía dos escenarios para estimar la jubilación por el régimen privado. En uno se utilizaba el supuesto de que la rentabilidad de las administradoras sería del 6 por ciento anual promedio entre la fecha de ingreso de los datos y la del retiro. En otro, la rentabilidad caía a 4 puntos. Ese único elemento reducía sustancialmente el haber estimado en uno u otro caso. No había una tercera opción, con una rentabilidad de 2 puntos, que permitiera acceder a la percepción del riesgo implícito en caso de que las inversiones de las AFJP con el dinero aportado por los afiliados no resulten acertadas.
La cámara de administradoras fue obligada a cambiar los parámetros si pretende volver a ofrecer el simulador. Hasta el momento, no presentó una versión corregida.
Más allá de este caso puntual, el problema es más profundo. El sistema previsional argentino, dividido en los regímenes público y privado, obliga a los aportantes a convertirse en verdaderos expertos si quieren tomar una decisión racional y fundada sobre cuál de ellos les conviene más. Están forzados a manejar un volumen de información y de precisiones apabullante. En la práctica, la inmensa mayoría no tiene esa posibilidad, y aunque la tuvieran, la decisión tampoco es sencilla. En consecuencia, en buena medida quedan a merced de campañas interesadas, sesgadas, engañosas, en una u otra dirección.
Los nuevos seguros de las AFJP serán un porcentaje del fondo
Mientras más se ahorra, más se paga
Por David Cufré
El nuevo régimen de seguros de vida e invalidez de las AFJP será más caro mientras más dinero se tenga capitalizado en la cuenta individual. Por el contrario, pesará menos para los nuevos afiliados, que sufrirán menores descuentos de sus ahorros. Así lo indicaron a Página/12 fuentes oficiales, que están terminando de adaptar el sistema a lo que marca la nueva ley previsional. En lugar de destinar una porción de sus aportes jubilatorios a pagar ese servicio, como ocurría hasta que se aprobó la reforma en febrero pasado, los clientes de las AFJP cubrirán el costo del seguro con un porcentaje de su fondo acumulado. Según afirman las autoridades, el cambio provocará una caída en el costo promedio del sistema, aunque tendrá mayor o menor incidencia según el dinero capitalizado.
La razón de la diferencia se encuentra en que los descuentos para pagar los seguros obligatorios serán un porcentaje fijo para todos los afiliados. Cada mes, la Superintendencia de Seguros determinará cuánto dinero se necesitó para pagar a los beneficiarios de pensiones por invalidez o fallecimiento. Ese monto se cubrirá con descuentos de los fondos acumulados en las AFJP. Pero sólo saldrá de las cuentas de los afiliados que aportan regularmente –el régimen de regularidad combina distintos factores, que no fueron modificados con la última ley–, quienes a su vez serán los únicos –ellos o sus familiares– que tendrán derecho a cobrar el seguro.
Por lo tanto, si en el mes de mayo se liquidaron pensiones por 1000 millones de pesos y los fondos acumulados de los aportantes regulares suman 50.000 millones, entonces a cada uno de ellos se le descontará de su cuenta un 2 por ciento. Como es un porcentaje fijo, a mayor dinero capitalizado, mayor carga. El nuevo régimen entrará en vigencia el 1º de enero de 2008.
De 7 puntos del salario que se aportan actualmente a capitalización, el costo del seguro representa 1,35 punto en promedio. Es decir, casi el 20 por ciento del aporte. Según los funcionarios que están preparando el nuevo sistema, el costo promedio será menor a ese 1,35 por ciento, aunque no quisieron arriesgar una cifra precisa. De todos modos, como ya se indicó, el descuento no será más sobre el aporte, sino sobre los fondos capitalizados.
A su vez, habrá un clearing entre AFJP para que todas cubran el costo promedio de siniestralidad. Esto es para equilibrar la competencia entre administradoras, dado que algunas, sobre todo las más grandes –Orígenes, Consolidar, Máxima, Nación–, tienen una cartera de clientes con mayor cantidad de siniestros que las de AFJP más chicas. Para administrar el sistema se creará una mutual que agrupará a todas las empresas, lo que hará caer el costo administrativo respecto de la actualidad, donde cada una debe contratar a una compañía de seguros distinta.
La simulación
El Gobierno ordenó a la cámara de AFJP levantar de Internet un simulador para estimar haberes. Las proyecciones no eran objetivas. Casi siempre convenía aportar al régimen privado.
Por David Cufré
Las AFJP están atiborrando a sus afiliados con folletería para convencerlos de que permanezcan en el régimen de capitalización. Una de las herramientas más poderosas que diseñaron para persuadirlos era un simulador informático, que permitía estimar a cuánto ascendería la jubilación en caso de elegir el sistema público o el privado. Era muy sencillo: había que entrar a una página en Internet e ingresar una serie de datos personales, como la edad, el sueldo actual, la cantidad de años aportados y el estado civil, entre otros. Se hacía click con el mouse y aparecían los resultados: a la izquierda de la pantalla, el cálculo de la jubilación por una AFJP, y a la derecha, por reparto. Salvo raras excepciones, siempre convenía elegir una administradora. El simulador fue auditado por expertos en materia previsional, que dieron la voz de alarma. Los supuestos utilizados para diseñar el programa determinaban que casi siempre ganaran las AFJP. El Gobierno acaba de ordenar que el simulador sea levantado de Internet, porque las proyecciones no eran objetivas.
El caso es grave, porque el instrumento que inducía a optar por la jubilación privada estaba presentado como imparcial, garantizado por la Unión de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (Uafjp), la cámara que agrupa a las compañías Consolidar, Máxima, Orígenes, Nación, Futura, Met, Arauca Bit, Previsol, Profesión + Auge, Prorenta y Unidos. Hoy, al ingresar a la dirección uafjp.org.ar, si se pretende consultar el simulador, aparece la leyenda que ilustra esta nota: "La página está en construcción. Disculpe las molestias". No hay ninguna referencia a la orden oficial que obligó a retirar el programa que estuvo colgado desde el 13 de abril –un día después de que se abrió la opción para cambiar de régimen– hasta principios de este mes.
Mientras estuvo a disposición del público, la Uafjp invitaba a bajar el programa a la computadora del visitante para facilitarle la consulta. Aquellos que lo conserven podrán comprobar que en la mayoría de los casos la jubilación estimada a una persona que aporte a una AFJP es mayor que si lo hace a reparto. Página/12 consultó a la cámara de administradoras la razón por la cual el sitio ya no está disponible. La respuesta fue que surgieron "problemas técnicos" que "impedían que el programa corriera correctamente". Sin embargo, fuentes de la Secretaría de Seguridad Social confirmaron a este diario que elevaron un informe a la Superintendencia de AFJP para advertirle por la manipulación de las proyecciones. Este último organismo, finalmente, exigió a la cámara empresaria levantar el simulador.
El antecedente obliga a tomar precauciones frente al resto de la información que las AFJP están remitiendo a sus afiliados para que no salten a reparto. Por ejemplo, los cuadros comparativos con las ventajas y desventajas del sistema público o privado. La presentación de los datos es igual a la que tenía el simulador: supuestamente objetivos, aunque al privilegiar unos sobre otros conduzca a optar por las administradoras. De todos modos, los folletos suelen ser asociados a campañas publicitarias, mientras que el simulador escapa a ese universo. Eso mismo lo hacía más convincente. Además, el programa informático era muy amigable, lo que facilitaba el ingreso de datos y el acceso a los resultados. En diez segundos cualquier persona podía hacerse una idea de qué le espera en el futuro si en este momento elige una AFJP o el régimen estatal. De modo casi invariable, lo mejor era capitalización.
La Anses también protestó de manera extraoficial por el simulador. Advirtió que los supuestos con los cuales estaba armado eran forzados, alejados de la realidad. El informe de la Secretaría de Seguridad Social da cuenta de la subestimación de los factores que determinan el monto de la jubilación por el Estado y la sobreestimación de las condiciones para llegar al cálculo del haber por una AFJP. Por ejemplo, el simulador proyectaba que el salario del aportante a reparto aumentaría sólo hasta llegar a los 50 años. De ahí en más, permanecería congelado. Eso hundía la estimación de la jubilación por el Estado, porque esta surge del promedio salarial de los últimos diez años de vida laboral. Se toma el 1,5 por ciento promedio de esos últimos 120 salarios y la cifra resultante se multiplica por la cantidad de años aportados al sistema público.
Por el contrario, el simulador daba por hecho que la persona que ingresaba sus datos seguiría aportando sin interrupciones a una AFJP hasta el día de retirarse. Con ello, acumulaba muchos años de aportes –mientras más joven, más conveniente–, que es lo primero que se necesita para aumentar el monto capitalizado en el régimen privado. No contemplaba la posibilidad del desempleo, el trabajo informal –sin aportes– o la inactividad durante el resto de la vida laboral del trabajador. Eso no es lo habitual para la mayoría de los argentinos: en la actualidad, el 44 por ciento de los trabajadores están en negro y otro 11 por ciento sufre la desocupación.
El simulador ofrecía dos escenarios para estimar la jubilación por el régimen privado. En uno se utilizaba el supuesto de que la rentabilidad de las administradoras sería del 6 por ciento anual promedio entre la fecha de ingreso de los datos y la del retiro. En otro, la rentabilidad caía a 4 puntos. Ese único elemento reducía sustancialmente el haber estimado en uno u otro caso. No había una tercera opción, con una rentabilidad de 2 puntos, que permitiera acceder a la percepción del riesgo implícito en caso de que las inversiones de las AFJP con el dinero aportado por los afiliados no resulten acertadas.
La cámara de administradoras fue obligada a cambiar los parámetros si pretende volver a ofrecer el simulador. Hasta el momento, no presentó una versión corregida.
Más allá de este caso puntual, el problema es más profundo. El sistema previsional argentino, dividido en los regímenes público y privado, obliga a los aportantes a convertirse en verdaderos expertos si quieren tomar una decisión racional y fundada sobre cuál de ellos les conviene más. Están forzados a manejar un volumen de información y de precisiones apabullante. En la práctica, la inmensa mayoría no tiene esa posibilidad, y aunque la tuvieran, la decisión tampoco es sencilla. En consecuencia, en buena medida quedan a merced de campañas interesadas, sesgadas, engañosas, en una u otra dirección.
Los nuevos seguros de las AFJP serán un porcentaje del fondo
Mientras más se ahorra, más se paga
Por David Cufré
El nuevo régimen de seguros de vida e invalidez de las AFJP será más caro mientras más dinero se tenga capitalizado en la cuenta individual. Por el contrario, pesará menos para los nuevos afiliados, que sufrirán menores descuentos de sus ahorros. Así lo indicaron a Página/12 fuentes oficiales, que están terminando de adaptar el sistema a lo que marca la nueva ley previsional. En lugar de destinar una porción de sus aportes jubilatorios a pagar ese servicio, como ocurría hasta que se aprobó la reforma en febrero pasado, los clientes de las AFJP cubrirán el costo del seguro con un porcentaje de su fondo acumulado. Según afirman las autoridades, el cambio provocará una caída en el costo promedio del sistema, aunque tendrá mayor o menor incidencia según el dinero capitalizado.
La razón de la diferencia se encuentra en que los descuentos para pagar los seguros obligatorios serán un porcentaje fijo para todos los afiliados. Cada mes, la Superintendencia de Seguros determinará cuánto dinero se necesitó para pagar a los beneficiarios de pensiones por invalidez o fallecimiento. Ese monto se cubrirá con descuentos de los fondos acumulados en las AFJP. Pero sólo saldrá de las cuentas de los afiliados que aportan regularmente –el régimen de regularidad combina distintos factores, que no fueron modificados con la última ley–, quienes a su vez serán los únicos –ellos o sus familiares– que tendrán derecho a cobrar el seguro.
Por lo tanto, si en el mes de mayo se liquidaron pensiones por 1000 millones de pesos y los fondos acumulados de los aportantes regulares suman 50.000 millones, entonces a cada uno de ellos se le descontará de su cuenta un 2 por ciento. Como es un porcentaje fijo, a mayor dinero capitalizado, mayor carga. El nuevo régimen entrará en vigencia el 1º de enero de 2008.
De 7 puntos del salario que se aportan actualmente a capitalización, el costo del seguro representa 1,35 punto en promedio. Es decir, casi el 20 por ciento del aporte. Según los funcionarios que están preparando el nuevo sistema, el costo promedio será menor a ese 1,35 por ciento, aunque no quisieron arriesgar una cifra precisa. De todos modos, como ya se indicó, el descuento no será más sobre el aporte, sino sobre los fondos capitalizados.
A su vez, habrá un clearing entre AFJP para que todas cubran el costo promedio de siniestralidad. Esto es para equilibrar la competencia entre administradoras, dado que algunas, sobre todo las más grandes –Orígenes, Consolidar, Máxima, Nación–, tienen una cartera de clientes con mayor cantidad de siniestros que las de AFJP más chicas. Para administrar el sistema se creará una mutual que agrupará a todas las empresas, lo que hará caer el costo administrativo respecto de la actualidad, donde cada una debe contratar a una compañía de seguros distinta.
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