Por Sandra Garzonio
Me gustaría compartir con ustedes unos párrafos de Cornelius Castoriadis sobre la relación entre la filosofía y la política:
¿Qué piensa usted de este ir y venir entre la política y la filosofía? ¿Es necesario para la política? ¿Es necesario para la filosofía? ¿Es fatal para ambas?
No es fatal, por cierto. Yo creo que todo depende de cómo la filosofía se vive y se practica, me atrevería a decir; y también de cómo la política se vive y se practica, por cierto. Si lo es en el sentido habitual, vulgar del término, es decir, finalmente, como simple arte de la manipulación, para ascender en un aparato de partido o de Estado, entonces, por cierto, no puede tener ninguna relación con la filosofía. Si la política es una acción que pretende ser radical –radical no quiere decir asesina, no quiere decir: no dejemos ningún edificio en pie, quiere decir: que no acepta, en la institución de la sociedad, ningún presupuesto como yendo de suyo, entonces, en ese momento, se encuentra de la manera más natural con la filosofía, cuya vocación también es no aceptar ningún presupuesto como yendo de suyo.
C. Castoriadis, en una entrevista para France Culture, (por aparecer en traducción española)
Me gustaría compartir con ustedes unos párrafos de Cornelius Castoriadis sobre la relación entre la filosofía y la política:
¿Qué piensa usted de este ir y venir entre la política y la filosofía? ¿Es necesario para la política? ¿Es necesario para la filosofía? ¿Es fatal para ambas?
No es fatal, por cierto. Yo creo que todo depende de cómo la filosofía se vive y se practica, me atrevería a decir; y también de cómo la política se vive y se practica, por cierto. Si lo es en el sentido habitual, vulgar del término, es decir, finalmente, como simple arte de la manipulación, para ascender en un aparato de partido o de Estado, entonces, por cierto, no puede tener ninguna relación con la filosofía. Si la política es una acción que pretende ser radical –radical no quiere decir asesina, no quiere decir: no dejemos ningún edificio en pie, quiere decir: que no acepta, en la institución de la sociedad, ningún presupuesto como yendo de suyo, entonces, en ese momento, se encuentra de la manera más natural con la filosofía, cuya vocación también es no aceptar ningún presupuesto como yendo de suyo.
C. Castoriadis, en una entrevista para France Culture, (por aparecer en traducción española)
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