Por Antonio Díaz Fernández
Muy buena la nota de Roberto Otero y el análisis de esas palabras “Estamos iniciando la segunda colonización En realidad no hay lapsus linguae, son convicciones que afloran cuando se usa de la palabra espontáneamente y sin inhibiciones.
La sociedad chubutense culta -en el sentido vulgar (porque los pueblos originarios también tenemos culturas), incluyendo todo el aparato administrativo gubernamental en todos los estamentos cree que la historia de Chubut comienza con la llegada de los galeses, que salen de su país de origen por ser discriminados y oprimidos por los ingleses mediante políticas intolerantes y monoculturales que no reconocían la diversidad étnico-cultural y lingüística, como lo hizo la política de Roca y de la generación del '80 en este país.
Siempre se celebra el 28 de Julio como una 'gesta colonizadora'. ¿Nadie ha pensado que este no era un territorio sin dueños, yermo, ni vacío? Se ignora la presencia humana desde hace miles de años en el territorio, mucho anterior al paso de Simón de Alcazaba y Sotomayor, en su vil intento de usurpar un país aparte. Nadie reconoce que los cazadores patagónicos con un sistema económico cazador-recolector llevado a cabo mediante en nomadismo por su vasto territorio eran los dueños innegables de Chubut y Patagonia. Las etnias gününa küna, ch'ulihla küna, mech'arno ch'ooneke y otros grupos humanos poblaban esta provincia cuando no existía como tal. Un perimido manual plagado de ideas ignorantes y desconocimiento, que pretendía brindar conocimiento sobre los pueblos originarios a los niños de 4o. año, decía que antes de la llegada de los galeses al territorio chubutense no había población, salvo unas "bandas de indios", No queda claro si su autor considera los pueblos originarios como homo sapiens o como primates inferiores, lo que sí queda claro es que no los considera pobladores con derechos. Pues necesitaron de la "colonización" para que les organice su vida, su economía y su cultura, que lo único que hizo fue perpretrar un vil etnocidio a través de una aculturación feroz, arrancando sus pautas culturales y sus lenguas. Hoy no existe ninguna lengua de los cazadores patagónicos en el territorio provincial, solamente quedan algunos hablantes del mapuzungun.
Si se siguen reivindicando las colonizaciones y a los agentes ejecutores e instigadores del genocidio cometido impunemente contra los pueblos originarios, tales como Julio A. Roca, Conrado Villegas, Napolón Uriburu, Lorenzo Vintter, Fotheringham, Jorge L. Fontana, Nicolás Levalle, etc. sólo se pisotea a los pueblos originarios, a quienes se los reivindica sólo en el plano discursivo. Nadie aceptaría que una calle, plaza, barrio o accidente geográfico se llamara Jorge Rafael Videla, Roberto Viola o Emilio Masera por ser culpables de crímenes de lesa humanidad y ¿por qué si se acepta que los nombres de aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad contra los aborígrenes sean homenajeados de este modo? La colonización de Roca y sus camaradas fue genocidio y despojo.
No hay una ciudad en Chubut que no tenga su calle o avenida llamaba J. A. Roca, Jorge L. Fontana o Rifleros del Chubut. No es una casualidad, estos nombres iconizan ideologías: la del despojo del territorio a sus dueños originales, la del enriquecimiento de los grandes estancieros y son coherentes con una política concesionaria de grandes extensiones a las compañías explotadoras extranjeras, como las mineras y las petroleras que en pro de hacer capital no les importa destruir la vida en cualquiera de sus manifestaciones: vegetal, animal, fungus o humana.
¿Hasta cuándo se celebrará la conquista (Simón de Alcazaba) o la colonización? ¿Cuándo se respetará a los pueblos originarios y demás habitantes que tienen pensamiento autónomo y crítico, que no se confunden frente a las tres caravelas, el Mimosa, Benneton o la Meridian Gold? Hay que pensar en un país de adentro para afuera y no de afuera para adentro.
Dr.. Antonio Díaz-Fernández
Descendiente del pueblo originario diaguita-kalchakí.
Muy buena la nota de Roberto Otero y el análisis de esas palabras “Estamos iniciando la segunda colonización En realidad no hay lapsus linguae, son convicciones que afloran cuando se usa de la palabra espontáneamente y sin inhibiciones.
La sociedad chubutense culta -en el sentido vulgar (porque los pueblos originarios también tenemos culturas), incluyendo todo el aparato administrativo gubernamental en todos los estamentos cree que la historia de Chubut comienza con la llegada de los galeses, que salen de su país de origen por ser discriminados y oprimidos por los ingleses mediante políticas intolerantes y monoculturales que no reconocían la diversidad étnico-cultural y lingüística, como lo hizo la política de Roca y de la generación del '80 en este país.
Siempre se celebra el 28 de Julio como una 'gesta colonizadora'. ¿Nadie ha pensado que este no era un territorio sin dueños, yermo, ni vacío? Se ignora la presencia humana desde hace miles de años en el territorio, mucho anterior al paso de Simón de Alcazaba y Sotomayor, en su vil intento de usurpar un país aparte. Nadie reconoce que los cazadores patagónicos con un sistema económico cazador-recolector llevado a cabo mediante en nomadismo por su vasto territorio eran los dueños innegables de Chubut y Patagonia. Las etnias gününa küna, ch'ulihla küna, mech'arno ch'ooneke y otros grupos humanos poblaban esta provincia cuando no existía como tal. Un perimido manual plagado de ideas ignorantes y desconocimiento, que pretendía brindar conocimiento sobre los pueblos originarios a los niños de 4o. año, decía que antes de la llegada de los galeses al territorio chubutense no había población, salvo unas "bandas de indios", No queda claro si su autor considera los pueblos originarios como homo sapiens o como primates inferiores, lo que sí queda claro es que no los considera pobladores con derechos. Pues necesitaron de la "colonización" para que les organice su vida, su economía y su cultura, que lo único que hizo fue perpretrar un vil etnocidio a través de una aculturación feroz, arrancando sus pautas culturales y sus lenguas. Hoy no existe ninguna lengua de los cazadores patagónicos en el territorio provincial, solamente quedan algunos hablantes del mapuzungun.
Si se siguen reivindicando las colonizaciones y a los agentes ejecutores e instigadores del genocidio cometido impunemente contra los pueblos originarios, tales como Julio A. Roca, Conrado Villegas, Napolón Uriburu, Lorenzo Vintter, Fotheringham, Jorge L. Fontana, Nicolás Levalle, etc. sólo se pisotea a los pueblos originarios, a quienes se los reivindica sólo en el plano discursivo. Nadie aceptaría que una calle, plaza, barrio o accidente geográfico se llamara Jorge Rafael Videla, Roberto Viola o Emilio Masera por ser culpables de crímenes de lesa humanidad y ¿por qué si se acepta que los nombres de aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad contra los aborígrenes sean homenajeados de este modo? La colonización de Roca y sus camaradas fue genocidio y despojo.
No hay una ciudad en Chubut que no tenga su calle o avenida llamaba J. A. Roca, Jorge L. Fontana o Rifleros del Chubut. No es una casualidad, estos nombres iconizan ideologías: la del despojo del territorio a sus dueños originales, la del enriquecimiento de los grandes estancieros y son coherentes con una política concesionaria de grandes extensiones a las compañías explotadoras extranjeras, como las mineras y las petroleras que en pro de hacer capital no les importa destruir la vida en cualquiera de sus manifestaciones: vegetal, animal, fungus o humana.
¿Hasta cuándo se celebrará la conquista (Simón de Alcazaba) o la colonización? ¿Cuándo se respetará a los pueblos originarios y demás habitantes que tienen pensamiento autónomo y crítico, que no se confunden frente a las tres caravelas, el Mimosa, Benneton o la Meridian Gold? Hay que pensar en un país de adentro para afuera y no de afuera para adentro.
Dr.. Antonio Díaz-Fernández
Descendiente del pueblo originario diaguita-kalchakí.
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Hola Antonio, coincido en todo con vos, el otro día en una charla de café tuve que soportar a un criador de ovejas de Gualjaina que decía que él les había donado a los mapuches el cementerio mapuche que estaba en su finca. Increíblemente este señor creía palabra por palabra lo que decía, no había forma de hacerle entender que en una situación así no había donación alguna. Este descendiente de inmigrantes (famosos porque han poblado la zona y tambien la han llenado de molinos)no puede creer en otra cosa que no sean los fundamentos de la propiedad privada. Se ve que no leyó esa conocida frase que dice que "la sociedad privada está basada en el robo". Si no se plantea la situación de las tierras desde este concepto, lo único que se va a lograr es que siga habiendo "donaciones" de estos nuevos dueños de la tierra.
Un saludo cordial y afctuoso.
Nicolas Aused
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