Por ADIN
@DIN, 31 de agosto de 2007 - Angel Zacarías Moutoukias, un ex detenido durante la última dictadura, aseguró ayer que el ex capellán Cristian von Wernich le propuso a un torturador de un centro clandestino de detención que lo “pasara de nuevo” por la picana eléctrica.
El testigo destacó que el sacerdote católico utilizaba el término “máquina” en alusión a la picana, lo cual demostraría que el sacerdote estaba compenetrado con lo que allí ocurría y que tenía un alto grado de confianza con los torturadores.
Moutoukias se expresó de esa forma durante su declaración ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, en el marco del juicio que se sigue contra del religioso. Esta declaración se suma a la de otros dos detenidos ilegales que vincularon al ex capellán de la Policía bonaerense como colaborador de los jefes que comandaban los centros de La Plata y sus alrededores.
Moutoukias afirmó además que Von Wernich le sugirió a un guardia que lo torture antes del ser liberado, para “que no se olvidara”. Y destacó que el cura hizo ese pedido al torturador momentos antes de su liberación, cuando se estaba lavando junto a otro ex detenido, Jorge Gilbert, para quien sugirió lo mismo.
El declarante dijo que atravesó esta situación en la Brigada de Investigaciones de La Plata, en 1977.
“Von Wernich nos decía cómo aliviar el dolor de la picana”: lo afirmó un ex detenido desaparecido que declaró ayer durante una audiencia del juicio que se le sigue al ex capellán de la Policía bonaerense. Otro testigo declaró que el ex sacerdote participaba de las sesiones de tortura.
El sobreviviente de la represión ilegal de la dictadura declaró ayer que el ex capellán policial Christian Von Wernich “nos decía cómo aliviar los dolores de la picana” y aseguró que el cura “también nos indicaba quedate quieto, que en dos o tres días los dolores se te van a ir”.
El fuerte testimonio contra el cura fue pronunciado ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número uno por el ex detenido-desapareci do Osvaldo Lovazzano, que pasó más de cuatro meses en 1977 dentro del campo clandestino que funcionó en la Brigada de Investigaciones de La Plata.
El testigo también contó que en una oportunidad le dolían mucho los oídos y aprovechó la visita a la celda de Von Wernich para pedirle que le trajera gotas analgésicas, solicitud que el religioso más tarde satisfizo. Y añadió: “Me dijo que era por los golpes que me habían dado”.
También agregó: “En mi celda había secuestrado un comisario de Tandil, al que lo tenían ahí porque andaban buscando a su yerno, y Von Wernich vino y le dijo: Su problema está solucionado y su mujer ya empezó a cobrar, con lo cual supuse que habían detenido al yerno”.
Lovazzano fue secuestrado de su domicilio en La Plata, el 30 de agosto de 1977, por tres personas vestidas de civil que lo trasladaron a la Brigada, donde fue sometido a torturas. “Yo tenía frío y me dijeron: No te preocupés que cuando te conectemos a Segba -antigua empresa de electricidad- se te va a pasar’’, recordó.
El fuerte testimonio contra el cura fue pronunciado ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número uno por el ex detenido-desapareci do, que pasó más de cuatro meses en 1977 dentro de campos clandestinos que funcionaron en la Brigada de Investigaciones de La Plata, Arana y la comisaría Quinta.
También declaró el ex detenido-desapareci do Zacarías Angel Moutokias. Dijo que, cuando iba a ser liberado de su cautiverio, el cura de la Iglesia Católica dijo en voz alta: “Antes de que se vaya podríamos pasarlo otra vez por la máquina”.
El testigo indico al juez que “se estaba frente a un colectivo perfectamente estructurado y uno no era nada frente a ellos. Cada uno tenía su función: uno lo torturaba, otro lo interrogaba en una oficina, daba la impresión de que era un superior, había responsabilidades distintas”.
“Los interrogatorios eran sobre mi actividad política. La tortura fue interminable. Y las preguntas que hacían no tenían respuesta. Por ejemplo me decían: Sabemos que vos no sos montonero, pero decinos a quién conocés”.
Luego, cuando Moutoukias fue liberado, se encontró con un antiguo profesor de la facultad que le dijo que “en el entorno del monseñor Plaza están preocupados por la presencia de un sacerdote en las torturas”. Era nada menos que Von Wernich.
Ayer se produjo un pequeño altercado durante la audiencia cuando el presidente del tribunal, Carlos Rozansky, ordenó detener a un hombre que estaba sentado entre el público y, segundos antes, se había acercado a hablar con el juez chileno Jaime Guzman Tapia, también presente en la sala.
@DIN, 31 de agosto de 2007 - Angel Zacarías Moutoukias, un ex detenido durante la última dictadura, aseguró ayer que el ex capellán Cristian von Wernich le propuso a un torturador de un centro clandestino de detención que lo “pasara de nuevo” por la picana eléctrica.
El testigo destacó que el sacerdote católico utilizaba el término “máquina” en alusión a la picana, lo cual demostraría que el sacerdote estaba compenetrado con lo que allí ocurría y que tenía un alto grado de confianza con los torturadores.
Moutoukias se expresó de esa forma durante su declaración ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, en el marco del juicio que se sigue contra del religioso. Esta declaración se suma a la de otros dos detenidos ilegales que vincularon al ex capellán de la Policía bonaerense como colaborador de los jefes que comandaban los centros de La Plata y sus alrededores.
Moutoukias afirmó además que Von Wernich le sugirió a un guardia que lo torture antes del ser liberado, para “que no se olvidara”. Y destacó que el cura hizo ese pedido al torturador momentos antes de su liberación, cuando se estaba lavando junto a otro ex detenido, Jorge Gilbert, para quien sugirió lo mismo.
El declarante dijo que atravesó esta situación en la Brigada de Investigaciones de La Plata, en 1977.
“Von Wernich nos decía cómo aliviar el dolor de la picana”: lo afirmó un ex detenido desaparecido que declaró ayer durante una audiencia del juicio que se le sigue al ex capellán de la Policía bonaerense. Otro testigo declaró que el ex sacerdote participaba de las sesiones de tortura.
El sobreviviente de la represión ilegal de la dictadura declaró ayer que el ex capellán policial Christian Von Wernich “nos decía cómo aliviar los dolores de la picana” y aseguró que el cura “también nos indicaba quedate quieto, que en dos o tres días los dolores se te van a ir”.
El fuerte testimonio contra el cura fue pronunciado ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número uno por el ex detenido-desapareci do Osvaldo Lovazzano, que pasó más de cuatro meses en 1977 dentro del campo clandestino que funcionó en la Brigada de Investigaciones de La Plata.
El testigo también contó que en una oportunidad le dolían mucho los oídos y aprovechó la visita a la celda de Von Wernich para pedirle que le trajera gotas analgésicas, solicitud que el religioso más tarde satisfizo. Y añadió: “Me dijo que era por los golpes que me habían dado”.
También agregó: “En mi celda había secuestrado un comisario de Tandil, al que lo tenían ahí porque andaban buscando a su yerno, y Von Wernich vino y le dijo: Su problema está solucionado y su mujer ya empezó a cobrar, con lo cual supuse que habían detenido al yerno”.
Lovazzano fue secuestrado de su domicilio en La Plata, el 30 de agosto de 1977, por tres personas vestidas de civil que lo trasladaron a la Brigada, donde fue sometido a torturas. “Yo tenía frío y me dijeron: No te preocupés que cuando te conectemos a Segba -antigua empresa de electricidad- se te va a pasar’’, recordó.
El fuerte testimonio contra el cura fue pronunciado ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número uno por el ex detenido-desapareci do, que pasó más de cuatro meses en 1977 dentro de campos clandestinos que funcionaron en la Brigada de Investigaciones de La Plata, Arana y la comisaría Quinta.
También declaró el ex detenido-desapareci do Zacarías Angel Moutokias. Dijo que, cuando iba a ser liberado de su cautiverio, el cura de la Iglesia Católica dijo en voz alta: “Antes de que se vaya podríamos pasarlo otra vez por la máquina”.
El testigo indico al juez que “se estaba frente a un colectivo perfectamente estructurado y uno no era nada frente a ellos. Cada uno tenía su función: uno lo torturaba, otro lo interrogaba en una oficina, daba la impresión de que era un superior, había responsabilidades distintas”.
“Los interrogatorios eran sobre mi actividad política. La tortura fue interminable. Y las preguntas que hacían no tenían respuesta. Por ejemplo me decían: Sabemos que vos no sos montonero, pero decinos a quién conocés”.
Luego, cuando Moutoukias fue liberado, se encontró con un antiguo profesor de la facultad que le dijo que “en el entorno del monseñor Plaza están preocupados por la presencia de un sacerdote en las torturas”. Era nada menos que Von Wernich.
Ayer se produjo un pequeño altercado durante la audiencia cuando el presidente del tribunal, Carlos Rozansky, ordenó detener a un hombre que estaba sentado entre el público y, segundos antes, se había acercado a hablar con el juez chileno Jaime Guzman Tapia, también presente en la sala.
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario