jueves, septiembre 13, 2007

Advierten sobre el peligro de tener una niñez medicada

Enviado por Lino Pizzolon

Laura Gregorietti
"La Nueva Provincia"

Para los doctores Juan Vasen y León Benasayag, el cada vez más famoso Síndrome de Desatención o Desatencional, como enfermedad, no existe.

"Son muchos problemas mal agrupados, una bolsa de gatos", argumentan.

Hoy, afirman, los chicos son mal diagnosticados y medicados con poderosas drogas que acarrean importantes daños para su salud.

A la habitual ritalina, en algunos casos se le suman antidepresivos como el Prozac o la Centralina. Todo un negocio en base a la salud de los niños que se multiplica.

Vasen y Benasayag estuvieron en Bahía Blanca, invitados por la Escuela Especial Nº 514, para disertar sobre el tema "Infancias en riesgo".

--Doctor Benasayag, cuando se habla de riesgo, ¿cuál es el enfoque?
--Un enfoque multidisciplinario que abarca lo psiquiátrico, lo social, la familia y, desde lo médico, para insistir en el uso de la menor cantidad de medicación posible. A veces el precio que se paga por el remedio es muy alto. Termina siendo peor que la enfermedad.
--¿Por qué?
--La industria farmacéutica marcó una tendencia: en un momento dado se saturó el mercado de medicamentos para los adultos. Los psicotrópicos, que significaron un gran progreso desde el punto de vista de la concurrencia a los hospicios y del adecuado control, fueron trasladados a los niños y a la tercera edad con un criterio, a nuestro juicio, algo desacertado.
"A los chicos hay que observarlos: dónde viven, cómo viven, cómo los crían, qué espacio tienen y después pensar si hace falta, como complemento, una medicación. De allí la necesidad de una evaluación multidisciplinaria que permita definir si el cuadro es psicológico, de aprendizaje u orgánico".
--¿Puede dar algún ejemplo?
--Si tiene anemia, si oye mal y por eso está desadaptado; si algún factor en la familia desencadena esa conducta, etcétera. Luego, si hay un componente biológico, porque los chicos con anemia tienen un menor rendimiento y déficit de atención.
--¿Al sistema le conviene que la gente esté enferma?
--De alguna manera sí.
--¿Cuanto antes, mejor?
--Claro, se amplía el mercado.
--¿Se puede inferir que es legal hacer a los chicos adictos a los remedios?
--No puedo decir que sea legal, pero sí que se usa más de lo correcto. Creo que hay que diagnosticar más, hay que dar más opción a la selección de los estímulos que el niño recibe. Los instrumentos, como tales, no son ni buenos ni malos, sólo debemos saber cómo utilizarlos.
--¿Qué falta?
--Una cadena de ordenamientos en el hogar y en la escuela. Tiene que haber un cierto régimen basado en el respeto, en la convivencia y en el reconocimiento.
--Es posible formar un chico sano cuando la mayoría de los adultos no lo está?
--Hay que ser esperanzado, pero sin caer en el delirio de que vamos a arreglar el mundo.
--¿Por qué no?
--Hay grupos de gente sana que trabaja para lograr un adelanto en favor de la salud, pero hay otro que se dedica a vender misiles y a destruir media humanidad. Hay de todo. Lo fundamental es enfocarnos en los modelos rescatables.

Desde la familia y hacia la sociedad

Según indican expertos, para que avance el Síndrome de Desatención en el mundo moderno influye que haya menos tiempo de atención de los padres a sus hijos, poca contención de la escuela a los problemas individuales, alta judicialización de los conflictos sociales, pérdida de los puentes de solidaridad y una preocupante tendencia a la resolución de los problemas a través de la agresión.
--Doctor Vasen, el planteo, además de médico, es social.
--Por supuesto. Resulta importante analizar el tema de qué niños pretendemos tener desde los adultos que somos. Figuras tan importantes como las de los padres y los maestros, hoy están en un nivel de des-investidura. Un papá de hace 40 años aparentemente sabía todo, era solemne y, en cierta medida, distante. Su problema radicaba, precisamente, en creer que lo sabía todo.
"En este momento, un papá promedio se acerca más a Homero Simpson o a Pepe Argento (de la serie Casados con hijos), un padre al que los hijos increpan y le enseñan".
--¿Cuáles son los riesgos puntuales de este tiempo?
--Observo varias aristas importantes. Las más obvias son la marginación social, el maltrato y la exclusión. Después aparecen el desafío absoluto a la autoridad, el descreimiento y la desidia. Por otra parte, los lazos que propone el consumo generan prácticas y modos de vínculo dañinos para niños y adultos y, junto con eso, entra la medicalización de la infancia.
"La desatención en la infancia, lamentablemente, es un problema social redefinido en términos médicos: se la denominó Déficit de Atención y al niño se le da ritalina. Y así se cree que se terminó el problema".
--Pero no se arregla con un remedio.
--Un medicamento no le enseña nada a los chicos. No está demostrado que mejoren su incorporación de aprendizaje. Lo que puede hacer un remedio, cuando está bien utilizado, es ayudar un chico a fortalecer sus debilidades.
"El medicamento es una técnica: lo tomás y se supone que produce efectos, pero nunca va a poder sustituir a otras prácticas. Quienes llevamos años trabajando en este tema sabemos que esto es pan para hoy y hambre para mañana, y que el medicamento puede ser sólo un aspecto a tener en cuenta".
--¿Por qué puso como ejemplo a la ritalina?
--Nosotros conformamos un grupo con una postura muy crítica sobre el uso de la ritalina. Con esa medicación, al chico le estamos suministrando indirectamente dopamina, porque genera un mecanismo complejo de recaptación de ese neurotransmisor.
"Pensamos que al chico no le falta atención, sino que no se la presta a aquello que los maestros y adultos le ofrecen como objeto de interés, porque sus gustos pasan por otro lado. No carece de atención, la distribuye de una manera distinta de la que los adultos quieren y eso no se resuelve con un medicamento".
--¿Qué efecto tiene ese remedio?
--La ritalina es un derivado de las anfetaminas, que solían tomar los estudiantes para preparar los exámenes y no dormirse. Acá se usaba muchísimo y había un montón de marcas que además se tomaban para adelgazar, algunas de ellas hasta produjeron efectos graves, como el desencadenamiento de un brote psicótico o el enmascaramiento de otros problemas.
"Se clasifica a los chicos en base a conductas visibles. Para nosotros, de ninguna manera se puede decir que un chico tiene Síndrome de Desatención, en todo caso lo padece".
--Escuchamos constantemente que dicho síndrome es una enfermedad nueva, de este siglo. ¿No existía tiempo atrás?
--En rigor, es una modernización de una sintomatología. Antes se llamaba Disfunción Cerebral Mínima o Minimal Brain Damage , entre otras denominaciones. Pero, en este momento, la industria farmacéutica agrupó los síntomas para poder dar una sola medicación a una patología inexistente, de límites difusos, donde cada vez incorpora más cosas. Antes era desatención, hiperkinesia, ahora es todo eso más dislexia, neurosis, ansiedad, etcétera.

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Alternativas en busca del equilibrio

Ambos profesionales aseguran que un mal diagnóstico que lleve a una medicación es por demás contraproducente y hasta puede coartar el talento y las facilidades que tienen las personas con deficiencias atencionales que, a lo mejor, no se destacan en las matemáticas o en el análisis de textos, pero tienen mucha sensibilidad para las artes.
Sin ir más lejos, Wolfgang Amadeus Mozart, de quien se cree que padeció alguno de estos desórdenes, fue un claro ejemplo.
--De todas formas, coinciden en el hecho de resaltar las bondades de la medicación cuando está bien administrada .
--Vasen: Buscamos medicaciones alternativas para aquellas que nos parecen muy riesgosas, pero tenemos un desacuerdo de fondo en relación a que esto no es un problema biológico, ni médico, ni hereditario o crónico. Ahora está muy de moda que los padres de chicos diagnosticados con Síndrome de Desatención "desciudadanicen" a estos chicos utilizándolos para obtener certificados de discapacidad y todos los beneficios que el gobierno les ofrece.
--¿Es alto el consumo de ritalina en nuestro país?
--Vasen: Para nosotros sí, pero están los que piensan que debería ser más alto, que habría que diagnosticar y medicar a más chicos. En el año 2003 se importaron 23,7 kilos de metilfenidato (droga base de la ritalina) y en 2007 se importarán 82 kilos.
"Obviamente esto es una ganancia para el laboratorio. Un ejemplo claro es la película El señor de la guerra , con Nicolas Cage. Empieza el filme, él está parado frente a la audiencia, de traje y corbata, y dice: `hay tantos millones de personas con armas en el mundo. La pregunta es, ¿cómo hacemos para venderle armas a las restantes?'. Esa es la lógica de la venta de una mercancía, carente totalmente de ética".
--Benasayag: Nosotros apelamos a que en el campo de lo médico debería haber una ética que regule de otra manera la introducción y los criterios de utilización de un medicamento en el mercado, porque acá se juegan criterios científicos (o pseudocientíficos) e intereses comerciales, no es un campo neutral.
--Dr. Vasen: En Estados Unidos, Minnessotta es el único Estado donde los laboratorios están obligados a decir cuánto dinero le dan a los médicos como recompensa por las recetas que utilizan. Sabemos que influyen enormemente en la prescripción de los médicos y ejercen mucha seducción, con pasajes, viajes, regalos entre otras cosas.

El test de Conners

La única manera de diagnosticar hoy un Síndrome de Desatención es mediante una batería de tests. El más utilizado es el de Conners, que se realiza puntuando conductas visibles del niño y, de acuerdo al puntaje que da, el resultado determina si padece o no el problema.
"Consecuencia: tomará o no tomará una pastilla, con todo lo que además genera en un chico la dependencia psicológica y fisiológica de un medicamento", dijo Vasen.
En Neuquén, 1.300 chicos fueron examinado por sus maestras con el test de Conners.
"El resultado fue demoledor. Según Conners, ¡el 48 por ciento de los chicos neuquinos tendría el síndrome! Lo que hace sospechar que este modo de evaluación es casi como una profecía cumplida, vos evaluás lo que querés ver y terminás convencido de lo que querés convencerte. Entonces podríamos pensar que no tiene mucho rigor científico... Por todo esto y mucho más, es que nosotros tenemos una fuerte discrepancia con este modo de evaluar".

Consumo.

* 23,7
kilos de metilfenidato (droga base de la ritalina) se importaron en 2003 en nuestro país.

* 82
kilos es la cifra que se importará este año.

Por millones.
El Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño indicó que se estima que las prescripciones de psicotrópicos a niños se elevan a 17 millones anuales. Asimismo, sostuvo que ciertos psiquiatras y grupos de interés han promovido los falsos diagnósticos para lograr un mercado de más de 20.000 millones de dólares al año.

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