Por Fundación Vida Silvestre Argentina
El Intendente de Foz do Iguacu (Brasil), Paulo Mac Donald Ghisi, anunció el impulso de un proyecto de iluminación artificial nocturna de las Cataratas del Iguazú, en el área de Brasil. La Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) se opone.
PUERTO IGUAZÚ (18/09/07). Las Cataratas del Iguazú y la porción de selva que las alberga tienen en sí mismas un valor escénico inconmensurable. “Esto, a nuestro juicio, hace completamente innecesario agregarle atractivos artificiales a un lugar que, de hecho, los tiene y de sobra”, afirmó el Lic. Aníbal Parera , Director General de la FVSA. Además, está comprobado que los visitantes buscan, cada vez más, el contacto directo con experiencias vivenciales y emotivas ofrecidas por un marco natural con el menor nivel de artificios. En este sentido, pocos sitios son tan extraordinarios como las Cataratas del Iguazú y no en vano fueron declaradas “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Si los gestores a cargo de su manejo los “escenifican” estarán interfiriendo con la valorización original y con la experiencia natural que hasta ahora ofrece a los turistas. Un error conceptual y material muy difícil y costoso de reparar. Bastaría tomar como contraste el estado actual de las Cataratas del Niágara en América del Norte, donde lo artificial avasalló a lo natural.
Las Cataratas del Iguazú no son sólo saltos de agua, sino un conjunto escénico único en el marco de la amenazada selva paranaense y que ocupa una superficie muy pequeña dentro de los Parques Nacionales Iguazú (Argentina) y do Iguacu (Brasil). Los ecosistemas allí presentes albergan, a su vez, especies que son propias y que no están ajenas a diversos impactos ambientales que esta iniciativa puede potenciar y agravar. En este sentido, “la info rmación científica disponible es suficiente para asegurar que el efecto ecológico de la iluminación artificial nocturna es negativo sobre varios grupos de animales silvestres”, declaró el Ing. Manuel Jaramillo , coordinador de la oficina de la FVSA en Puerto Iguazú. “Estos estudios, llevados a cabo en diversos puntos del mundo, nos permiten sostener razonables y justificadas sospechas de que el proyecto de iluminación tendrá impactos lamentables, principalmente, en aves, anfibios e insectos de hábitos nocturnos”, enfatizó.
Respecto a las aves, se comprobó que ciertas especies evitan los sitios tradicionales para hacer sus nidos, una vez que estos son sometidos a iluminación artificial. Asimismo, es bien conocido el efecto desorientador que tienen las fuentes de luz artificiales en la trayectoria de vuelo de las aves, dado que se guían siguiendo referencias naturales. En las Cataratas, además, los saltos de agua son sitio de descanso y nidificación del vencejo de cascada, una de sus especies emblemáticas. Interferir durante las horas nocturnas de descanso y nidificación de estas aves, podría provocar que abandonen o eviten sus sitios, reduciendo su hábitat disponible.
En el caso de los anfibios, de actividad mayormente nocturna, las investigaciones demuestran que los cambios en la iluminación nocturna –aún cuando sean muy temporarios- afectan negativamente los comportamientos de alimentación, las actividades reproductivas, las interacciones sociales y las conductas para evitar predadores. Incluso, cortos períodos de iluminación intensa, producen en estos animales un enceguecimiento que los deja inmóviles durante largo tiempo, incluso horas, dejándolos indefensos ante el ataque de sus enemigos naturales.
Asimismo, los insectos nocturnos son muy afectados por señales luminosas artificiales, debido a que muchas especies de este grupo han desarrollado (a través de la evolución) mecanismos, fotorreceptores muy sofisticados, que los hacen extremadamente sensibles. Por ejemplo, la mayoría de las especies de mariposas nocturnas se desorientan con la iluminación artificial y pierden la capacidad de desarrollar sus funciones de alimentación y reproducción, al tiempo que aumenta significativamente el riesgo de ser depredadas. Para los insectos nocturnos la luz artificial constituye una de las amenazas más mortales.
La decisión de las autoridades de Foz de Iguacu (Brasil) de promover un proyecto de iluminación nocturna ignora la necesidad, largamente defendida por técnicos y ambientalistas de ambos lados de la frontera, de un manejo conjunto, coherente y acordado entre estos dos parques nacionales vecinos. Las tendencias muestran que cada vez son más las áreas protegidas transfronterizas que se administran coordinando esfuerzos y acordando políticas y acciones comunes. En Iguazú – donde ambos países estamos trabajando por un mismo objetivo y defendiendo un mismo patrimonio – necesitamos continuar avanzando en este sentido para que este anhelo sea una realidad.
Fundamentalmente, desde la FVSA deseamos subrayar que el proyecto de iluminación pretende realizarse en un área de Parque Nacional, que ha sido honrada como “Sitio Patrimonio Natural de la Humanidad” y que por ambas razones los administradores de las mismas deberían velar para proteger su valor escénico, biológico y cultural, donde las intervenciones y modificaciones del ambiente natural deben evitarse o reducirse al mínimo. “Hay luna suficiente para iluminar las cataratas durante la noche y, durante el día, el mejor láser es el del arco iris”, remató el Director General de la FVSA.
El Intendente de Foz do Iguacu (Brasil), Paulo Mac Donald Ghisi, anunció el impulso de un proyecto de iluminación artificial nocturna de las Cataratas del Iguazú, en el área de Brasil. La Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) se opone.
PUERTO IGUAZÚ (18/09/07). Las Cataratas del Iguazú y la porción de selva que las alberga tienen en sí mismas un valor escénico inconmensurable. “Esto, a nuestro juicio, hace completamente innecesario agregarle atractivos artificiales a un lugar que, de hecho, los tiene y de sobra”, afirmó el Lic. Aníbal Parera , Director General de la FVSA. Además, está comprobado que los visitantes buscan, cada vez más, el contacto directo con experiencias vivenciales y emotivas ofrecidas por un marco natural con el menor nivel de artificios. En este sentido, pocos sitios son tan extraordinarios como las Cataratas del Iguazú y no en vano fueron declaradas “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Si los gestores a cargo de su manejo los “escenifican” estarán interfiriendo con la valorización original y con la experiencia natural que hasta ahora ofrece a los turistas. Un error conceptual y material muy difícil y costoso de reparar. Bastaría tomar como contraste el estado actual de las Cataratas del Niágara en América del Norte, donde lo artificial avasalló a lo natural.
Las Cataratas del Iguazú no son sólo saltos de agua, sino un conjunto escénico único en el marco de la amenazada selva paranaense y que ocupa una superficie muy pequeña dentro de los Parques Nacionales Iguazú (Argentina) y do Iguacu (Brasil). Los ecosistemas allí presentes albergan, a su vez, especies que son propias y que no están ajenas a diversos impactos ambientales que esta iniciativa puede potenciar y agravar. En este sentido, “la info rmación científica disponible es suficiente para asegurar que el efecto ecológico de la iluminación artificial nocturna es negativo sobre varios grupos de animales silvestres”, declaró el Ing. Manuel Jaramillo , coordinador de la oficina de la FVSA en Puerto Iguazú. “Estos estudios, llevados a cabo en diversos puntos del mundo, nos permiten sostener razonables y justificadas sospechas de que el proyecto de iluminación tendrá impactos lamentables, principalmente, en aves, anfibios e insectos de hábitos nocturnos”, enfatizó.
Respecto a las aves, se comprobó que ciertas especies evitan los sitios tradicionales para hacer sus nidos, una vez que estos son sometidos a iluminación artificial. Asimismo, es bien conocido el efecto desorientador que tienen las fuentes de luz artificiales en la trayectoria de vuelo de las aves, dado que se guían siguiendo referencias naturales. En las Cataratas, además, los saltos de agua son sitio de descanso y nidificación del vencejo de cascada, una de sus especies emblemáticas. Interferir durante las horas nocturnas de descanso y nidificación de estas aves, podría provocar que abandonen o eviten sus sitios, reduciendo su hábitat disponible.
En el caso de los anfibios, de actividad mayormente nocturna, las investigaciones demuestran que los cambios en la iluminación nocturna –aún cuando sean muy temporarios- afectan negativamente los comportamientos de alimentación, las actividades reproductivas, las interacciones sociales y las conductas para evitar predadores. Incluso, cortos períodos de iluminación intensa, producen en estos animales un enceguecimiento que los deja inmóviles durante largo tiempo, incluso horas, dejándolos indefensos ante el ataque de sus enemigos naturales.
Asimismo, los insectos nocturnos son muy afectados por señales luminosas artificiales, debido a que muchas especies de este grupo han desarrollado (a través de la evolución) mecanismos, fotorreceptores muy sofisticados, que los hacen extremadamente sensibles. Por ejemplo, la mayoría de las especies de mariposas nocturnas se desorientan con la iluminación artificial y pierden la capacidad de desarrollar sus funciones de alimentación y reproducción, al tiempo que aumenta significativamente el riesgo de ser depredadas. Para los insectos nocturnos la luz artificial constituye una de las amenazas más mortales.
La decisión de las autoridades de Foz de Iguacu (Brasil) de promover un proyecto de iluminación nocturna ignora la necesidad, largamente defendida por técnicos y ambientalistas de ambos lados de la frontera, de un manejo conjunto, coherente y acordado entre estos dos parques nacionales vecinos. Las tendencias muestran que cada vez son más las áreas protegidas transfronterizas que se administran coordinando esfuerzos y acordando políticas y acciones comunes. En Iguazú – donde ambos países estamos trabajando por un mismo objetivo y defendiendo un mismo patrimonio – necesitamos continuar avanzando en este sentido para que este anhelo sea una realidad.
Fundamentalmente, desde la FVSA deseamos subrayar que el proyecto de iluminación pretende realizarse en un área de Parque Nacional, que ha sido honrada como “Sitio Patrimonio Natural de la Humanidad” y que por ambas razones los administradores de las mismas deberían velar para proteger su valor escénico, biológico y cultural, donde las intervenciones y modificaciones del ambiente natural deben evitarse o reducirse al mínimo. “Hay luna suficiente para iluminar las cataratas durante la noche y, durante el día, el mejor láser es el del arco iris”, remató el Director General de la FVSA.
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