miércoles, octubre 31, 2007

Carta abierta a la comunidad: “Basta de jugar a que esto es la democracia”

Por María Victoria Fernández y Karim Sihorsch

Fueron muchas las denuncias de los ciudadanos de diferentes distritos del interior del país en las que se manifestaron los rasgos de un sistema de elección de cargos públicos que ya no puede seguir pensándose y llevándose a la práctica como una válida forma de participación en democracia. Entre las irregularidades que se presentaron podemos mencionar, entre las más indignantes y desacreditadoras del juego de la democracia, la falta de boletas de algunos partidos minoritarios y otras veces no tanto, el incumplimiento de las funciones de las autoridades de mesa cuyo único objetivo debería ser asegurar el ejercicio transparente de la democracia y no hacer prevalecer su pertenencia a un partido político por sobre su función pública de ayudar en un acto eleccionario, la falta de participación de un alto porcentaje de ciudadanos en un acto electoral en el que fueron muchos los que se excusaron para no “perderse el domingo” siendo autoridades de mesa, entre otras.

Lo que vivimos el domingo y que nos indigna a muchos es parte de un proceso de quiebre mucho más profundo. Los valores que nos transmitieron nuestros padres y que debieran marcar el camino de nuestra sociedad, hoy son ignorados, como una pieza de museo, muy bonita y loable para observarla pero no para aplicarla en la vida diaria. Lo que se observa es una sociedad que pareciera no tener intereses, ni ideales que la guíen, ni principios de respeto hacia el prójimo y sus pensamientos: existe un “yo” individual y egoísta, dispuesto a realizar lo que desee, sin tener en cuenta si esos actos están perjudicando a un par o a la sociedad entera de la cual forma parte, y en este caso en particular, al sistema de votaciones de quienes deberán representarnos en el gobierno durante los próximos años. Esta situación se encuentra presente en todos los ámbitos e instituciones: las escuelas, la justicia, la familia, el trabajo, la vida diaria, y hasta en un acto social como la democracia, que debería hacernos sentir orgullosos de poder ejercitarla luego de haber sufrido no tan lejos en el tiempo períodos tan nefastos para nuestra historia como nación.

En esta nueva sociedad, llamada por algunos teóricos la “posmodernidad”, las normas y valores de respeto y convivencia se encuentran totalmente desdibujadas. Ya no se vislumbran referentes o modelos que impulsen o inciten a reafirmar un rumbo que busque el bienestar del conjunto de la sociedad y no el interés de unos pocos. La institucionalidad se encuentra debilitada y existe una desconexión total entre lo privado y lo que debería defender el bienestar común. Todos desconfiamos de todos y cada vez nos encerramos más hacia adentro.

En este contexto, los adolescentes reaccionan con la indiferencia y el rechazo a una sociedad que constantemente les transmite un doble mensaje; lo que debería ser y lo que es. Y esto lo viven a diario en la esfera familiar y escolar. Muchas veces buscan guarecerse de esta incoherencia en la drogadicción y el alcoholismo, con los desdichados acontecimientos que encontramos en los medios diariamente. Entre los jóvenes adultos, el resultado es la decepción, la desilusión de buscar un cambio y no encontrar respuesta. El no saber qué hacer. El tener que seguir el camino incierto de una sociedad que no tiene proyectos ni ideales que perseguir más allá que el subsistir día a día.

La sociedad en la que nos toca vivir es una comunidad en la que cada grupo tira para su lado y en el que los más débiles no encuentran protección. La educación en decadencia está formando jóvenes que en el futuro no tendrán las mínimas herramientas que necesitarán para sobrevivir en este medio cada vez más hostil y menos protector del derecho y la libertad del otro.

En estos términos podríamos decir: basta de jugar a que esto es la democracia. ¿A quién quieren hacerles creer que votamos por alguien? Si luego el resultado de cada mesa depende del criterio individual y el grado de compromiso para con la sociedad de quienes circunstancialmente se encuentren en ella. Un proceso electoral es sumamente costoso y los que votamos no nos sentimos representados. Ni siquiera nos dejan mínimamente expresar por quién hemos decidido conscientemente votar!

Los partidos políticos y sus principales actores se aprovechan de esta situación creyendo que se benefician, pero no advierten o no les interesa que a mediano plazo el efecto será peor para el país en su conjunto. Si nadie participa y no hay interés de parte de la sociedad el proceso que sigue es de ingobernabilidad. La sociedad no reconocerá a quienes los gobiernan. ¿Una lucha de todos contra todos? O lo que sería mucho más grave: el gobierno por parte de unos “pocos” y para unos “pocos”, donde el resto estamos sometidos a sus voluntades... ¿es que acaso no conocemos este modelo? Nos sobran ejemplos pasados y presentes. Y no es lo que queremos para Argentina.

Debemos buscar una alternativa que nos permita un acto eleccionario más transparente y menos permisivo de los vicios actuales y librado a las expectativas personales de quienes llevan a cabo la tarea de ser autoridad de mesa. Continuar con este sistema de votaciones, es contribuir a la destrucción de instituciones valiosas como las democráticas que si bien hoy están en ruinas, podrían ser mejores en el futuro a partir de cambios, transformaciones, o bien creando nuevas que se adapten a las necesidades de una sociedad, que para librarse de la decadencia y crisis mundial generalizada, exige una mirada hacia otros horizontes, otras formas tal vez aún no inventadas de participación de los ciudadanos en el proceso de gobernar-“nos”.

Más allá del acto electoral, lo que nos preguntamos hoy y que es fundamental responder es: ¿Qué nos queda por hacer a los que nos resistimos a dejar caer los brazos y seguir buscando un cambio cuando al resto de la sociedad pareciera no importarle? ¿Qué mecanismos le quedan al ciudadano comprometido, con valores de respeto hacia la opinión del otro, con ganas de contribuir para mejorar el lugar en el cual ha decidido vivir y no ser víctima de esta falta de compromiso social?

María Victoria Fernández
D.N.I. 24.755.040

Karim Sihorsch
D.N.I. 22.185.183

5 Comentá esta nota:

Anónimo dijo...

¿Otra forma de fraude? ¿De qué democracia hablan cuando no puedo contar con toda la oferta electoral?
Esta situación se repitió en toda la provincia, y quizás en todo el país, no podemos quedarnos cruzados de brazos, no podemos dejar atropellar nuestro derecho a elegir.
Cómo se organiza una protesta colectiva? Quién nos puede asesorar? Además ya están anunciando el triunfo sin ballotage, a las 18:15 y sin cerrar el comicio???

Anónimo dijo...

A mí me pasó lo mismo y acá en Esquel. Ayer tuve un día de mucha impotencia porque -si bien todos sabemos que la democracia argentina es un sistema formal- ni siquiera se respetan las formas. No pude elegir al candidato que quise y eso hizo que para mí ayer fuera un día de duelo. ¿Quién tiene la responsabilidad? El Estado debería garantizar que los partidos que no tienen guita para pagarle a sus fiscales estén representados en el cuarto oscuro. De lo contrario que no hablen de democracia. El pueblo no pudo elegir.

Anónimo dijo...

Tampoco estaba la boleta que quería. Convoco a todos los que le pasó lo mismo a que lo denuncien, aunque sea para sacarnos la bronca

Gabi dijo...

Me pasó lo mismo en Cholila. Le pedí a las autoridades de la mesa 897 de la escuela 727 que se labrara un acta para dejar constancia de lo ocurrido. Envie la denuncia a los medios nacionales, al ministerio del interior y por supuesto a Proyecto Sur. Si se observa el sitio oficial con los datos del escrutinio muestran 150 votos para Pino en toda la provincia, los cuales provienen de tres o cuatro localidades (116 de la comarca, las boletas provistas por los compañeros de bolson>) y el resto repartido entre trelew y comodoro. En Rio Negro, Pino sumo mas de 5000 votos, mas que elocuente, porque faltaron las boletas en una provincia patagónica. Además de expresar la bronca invito a realizar la denuncia tambien formalmente.

Anónimo dijo...

Sinceramente todavía no pude aclarar mi confusión: si el partido de Pino Solanas había sido oficializado o no en nuestra Provincia. Lo que quiero decir, es que no estoy de acuerdo en que hayan faltado boletas de algunos partidos. Pero tengamos en cuenta que la democracia la construimos entre todos. Si alguien está tan interesado en la propuesta de Pino Solanas, se supone que es una persona informada, basta escuchar a Pino un rato para recorrer todo el espectro económico, social, político no sólo a nivel nacional, histórico y actual, sino del contexto mundial. Se supone que no es una persona que dice ah, voy a votar y oh sorpresa! no están las boletas de Pino Solanas(por citar un ejemplo). Acaso no visitaron el sitio de Solanas? Se comunicaron con él? Se ofrecieron para colaborar, traer boletas, difundir la propuesta, fiscalizar la elección? Se ve que no. Democracia no es sólo votar y pasarle la mochila a los legisladores, o a los ejecutivos del gobierno y nosotros irnos a pescar... me parece, no? Espero que sirva como experiencia y aquellos que quieren perfeccionar o mejorar nuestro sistema de vida trabajen para hacerlo, tenemos que hacerlo todos juntos, de eso se trata.

Publicar un comentario