Fuente: Páginas del Sur
El cantautor se presentará este viernes en Esquel “Una vida de amor al campo”. Este maestro soguero, oriundo de Viedma, brindará un concierto en Centro Cultural Melipal a las 21:30. Las entradas, a la venta, tienen un costo de 8 pesos y de 6 con descuento
El cantautor se presentará este viernes en Esquel “Una vida de amor al campo”. Este maestro soguero, oriundo de Viedma, brindará un concierto en Centro Cultural Melipal a las 21:30. Las entradas, a la venta, tienen un costo de 8 pesos y de 6 con descuento
El músico, cantautor de folclore nacional y maestro soguero, Ángel Hechenleitner, se presentará mañana viernes, a las 21:30, en el Centro Cultural Melipal para presentar “Una vida de amor al campo”, su último espectáculo.
Voceros de la subsecretaría de Cultura y Educación de Esquel indicaron que las entradas -a la venta- tienen un costo de 8 pesos y de 6, con descuento, para estudiantes y jubilados.
Hechenleitner trabajó en la administración pública, pero dejó la seguridad laboral por pasiones rurales: las artesanías en soga y la interpretación de la guitarra.
Con aspecto de inmigrante europeo (rubio, alto, de ojos claros y tez muy blanca), Ángel hizo de su amor por las costumbres criollas una forma de vida.
Amor rural
La unión de este hombre con el campo comenzó con la llegada de sus antepasados a la Argentina. “Mis abuelos paternos eran luteranos y habían sido corridos de Alemania. Venían de la zona del Tirol y llegaron al sur de Chile. Ahí vivieron muy poco tiempo y decidieron mudarse primero a Piedra del Aguila y luego a Maquinchao, donde, con la cría de ovejas, compraron un campo”, cuenta Hechenleitner.
Aquí Angel aprovecha para mechar la vivencia de su familia con otra de sus pasiones: la enseñanza de la historia y las tradiciones patagónicas. “Maquinchao es el único nombre de una ciudad del sur que proviene de los tehuelches, los primeros habitantes de estas tierras”, explica. Esta actitud pedagógica resulta en que la esencia de lo que sabe no pasa sólo por saberlo y aprovecharlo, sino también por brindarlo.
En 1948 hubo una nevada muy grande que mató muchos animales y los Hechenleitner se quedaron sin hacienda y sin nada. Fue entonces cuando sus padres se trasladaron a Patagones. Allí nació Angel, en 1952, aunque a muy corta edad fue a vivir con su abuelo materno a la zona de Colonia Frías, en Conesa. “Mi abuelo se llamaba Antonio Fernández y fue quien me enseñó a tocar la guitarra. El no había cursado más que el segundo grado pero era muy lector, a mí me enseñó muchísimo. Fue mi abuelo quien me enseñó a escuchar a Atahualpa Yupanqui. Me acuerdo de que me decía: ‘Escuchá, él toca con sentimiento’”.
Hechenleitner volvió a Patagones para estudiar, y a los 17 años ingresó en la administración pública. “Durante los últimos meses me habían trasladado al Centro Municipal de Cultura de Viedma, donde daba clases de guitarra, que era lo que me gustaba. Pero a los 20 años decidí desvincularme de la administración oficial”, finaliza.
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