Enviado por Gustavo Macayo
Hablando por teléfono con una persona de Andalgalá (Catamarca), días pasados, me comentaba que tiene serios inconvenientes con la falta de agua en la red de distribución domiciliaria de agua corriente.
Me contaba esta persona que durante el día no sale agua de la canilla y que debe esperar hasta la media noche, para juntar agua en los tachos que tiene al efecto, a fin de contar con ese vital elemento para el baño y la cocina al día siguiente.
Ella vive en el barrio de Huachaschi, pero me decía que en los barrios de más arriba (camino a Chaquiago por la “calle grande”), la cosa es peor pues a la noche sólo llega un hilo de agua y muchas veces no alcanza para aprovisionarse lo suficiente.
Pensemos que estamos en primavera y aun no ha comenzado el verano con sus rigores de calor y es de esperar que la situación se agrave en los meses venideros.
Ya hay serios problemas con el acuífero El Arenal (de donde La Alumbrera se surte con 100 millones de litros diarios) y nos informan que las localidades de esa zona están casi sin agua y los campos son prácticamente desiertos. (Ver artículo adjunto).
Las preguntas que surgen automáticamente son: ¿Qué va a suceder en la zona cuando entre en operaciones la mina Agua Rica (tres veces mayor que La Alumbrera)? ¿Y que pasará posteriormente cuando comience a operar la mina Filo Colorado?
Todos sabemos que el oeste catamarqueño es una zona semidesértica, que ha sobrevivido desde siempre por un manejo muy cuidadoso del agua por parte de sus habitantes, que han heredado de sus ancestros la defensa de sus escasos recursos hídricos y gracias a ello, ha logrado tener una razonable prosperidad, siendo reconocidos por sus dulces caseros, sus productos caprinos, sus nueces, su arrope y sus artesanías.
Hoy todo este bagaje de tradiciones y esforzado trabajo de cientos de años (desde los Incas y pasando por el dominio español hasta nuestros días), está en peligro de extinción por la avaricia desmedida del depredador extranjero y la comprada complacencia de sus secuaces locales.
NO PERMITAMOS QUE ESTOS HERMOSOS PARAJES Y ESOS ESFORZADOS HABITANTES, PEREZCAN EN MANOS DE LA DOMINACION DE LOS PAISES DEL PRIMER MUNDO CON LA COMPLICIDAD DE FUNCIONARIOS ARGENTINOS COMPRADOS POR EL ORO.
¡Juntos podemos luchar para que esto no ocurra, aun estamos a tiempo!
Los uno en un fraternal abrazo
José Jorge Aldecoa – 28/11/2007
Hablando por teléfono con una persona de Andalgalá (Catamarca), días pasados, me comentaba que tiene serios inconvenientes con la falta de agua en la red de distribución domiciliaria de agua corriente.
Me contaba esta persona que durante el día no sale agua de la canilla y que debe esperar hasta la media noche, para juntar agua en los tachos que tiene al efecto, a fin de contar con ese vital elemento para el baño y la cocina al día siguiente.
Ella vive en el barrio de Huachaschi, pero me decía que en los barrios de más arriba (camino a Chaquiago por la “calle grande”), la cosa es peor pues a la noche sólo llega un hilo de agua y muchas veces no alcanza para aprovisionarse lo suficiente.
Pensemos que estamos en primavera y aun no ha comenzado el verano con sus rigores de calor y es de esperar que la situación se agrave en los meses venideros.
Ya hay serios problemas con el acuífero El Arenal (de donde La Alumbrera se surte con 100 millones de litros diarios) y nos informan que las localidades de esa zona están casi sin agua y los campos son prácticamente desiertos. (Ver artículo adjunto).
Las preguntas que surgen automáticamente son: ¿Qué va a suceder en la zona cuando entre en operaciones la mina Agua Rica (tres veces mayor que La Alumbrera)? ¿Y que pasará posteriormente cuando comience a operar la mina Filo Colorado?
Todos sabemos que el oeste catamarqueño es una zona semidesértica, que ha sobrevivido desde siempre por un manejo muy cuidadoso del agua por parte de sus habitantes, que han heredado de sus ancestros la defensa de sus escasos recursos hídricos y gracias a ello, ha logrado tener una razonable prosperidad, siendo reconocidos por sus dulces caseros, sus productos caprinos, sus nueces, su arrope y sus artesanías.
Hoy todo este bagaje de tradiciones y esforzado trabajo de cientos de años (desde los Incas y pasando por el dominio español hasta nuestros días), está en peligro de extinción por la avaricia desmedida del depredador extranjero y la comprada complacencia de sus secuaces locales.
NO PERMITAMOS QUE ESTOS HERMOSOS PARAJES Y ESOS ESFORZADOS HABITANTES, PEREZCAN EN MANOS DE LA DOMINACION DE LOS PAISES DEL PRIMER MUNDO CON LA COMPLICIDAD DE FUNCIONARIOS ARGENTINOS COMPRADOS POR EL ORO.
¡Juntos podemos luchar para que esto no ocurra, aun estamos a tiempo!
Los uno en un fraternal abrazo
José Jorge Aldecoa – 28/11/2007
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario