Por Red Eco
Reproducimos a continuación tres opiniones (entre las tantas) sobre las elecciones del domingo último en Venezuela.
En una entrevista realizada por el Semanario Nuestra Propuesta a Oscar Figueras, secretario general del PCV y diputado a la Asamblea Nacional, señala: «Si hacemos la lectura correcta y corregimos los rumbos que haya que corregir, lograremos continuar avanzando en la acumulación de fuerza hacia el socialismo»
Por su parte Jorge Rossel, chileno-venezolano integra la Comunal de Venezuela del PS chileno y la Corriente Marxista Revolucionaria venezolana, evalúa los resultados electorales a partir de preguntarse ¿Qué significa la derrota en el referéndum?
Por último MAREA clasista y socialista, fija su posición en un documento: "Chávez tiene el derecho a expresar sus opiniones. Pero también la responsabilidad de escuchar a las bases"
«Hay un inmenso riesgo, pero confiamos en que la mayoría del pueblo venezolano está con la Revolución»
Oscar Figueras
Qué lectura hace el Partido Comunista de Venezuela del resultado de la consulta del domingo 2 de diciembre?
-En lo fundamental, la evaluación que hace el Partido tiene que ver con que ayer se confrontaron dos grandes proyectos de país, dos concepciones diferenciadas de la sociedad. Uno se plantea la liberación definitiva, la emancipación definitiva de los venezolanos y venezolanas, los trabajadores y trabajadoras del dominio del capital. El otro sigue reivindicando en esencia una sociedad dividida en clases con un sector minoritario que explota a las grandes mayorías. En lo fundamental eso es lo que se enfrentó el domingo. Esa batalla que tiene un inmenso contenido ideológico es aquello que el camarada Fidel denominó la Batalla de Ideas, esa batalla logro movilizar a casi un cincuenta por ciento de quienes votaron, que votaron conscientes de que la propuesta de Reforma Constitucional es un desarrollo de los principios fundamentales de la Constitución de 1999 y nunca una violación de la Constitución, sino un desarrollo dirigido a profundizar la Revolución y a centrar en el ser humano la responsabilidad de la sociedad. Más de cuatro millones de electores y electoras sufragaron a favor de ese proyecto.
-¿A qué atribuye el elevado índice de abstención?
-Hubo un sector que tradicionalmente también ha acompañado la propuesta revolucionaria, sobre el que incidió de manera determinante la brutal campaña mediática que activó miedos ancestrales en nuestro pueblo, que activó prejuicios históricos al manipular el tema de la propiedad, el de la familia y el de la religión, señalando que tanto la propiedad como la familia estaban en riesgo con la Reforma Constitucional, lo que llevó a una amplia franja del llamado chavismo a neutralizarse y a no votar el día de ayer. Tenemos que decir que ese es un papel que fue cumplido eficientemente por los grandes medios de comunicación nacional y trasnacionales al servicio de la oligarquía y el imperialismo. Pero también debemos reconocer que las fuerzas del proceso no estuvimos a la altura de las circunstancias para impedir que esa manipulación les diera los resultados que esperaban. Hay que de denunciar el papel de la oligarquía y el imperialismo, pero también reconocer la falencia de la fuerza revolucionaria.
-¿Cuál es el primer balance que se puede hacer?
-El domingo hubo un combate, una nueva batalla de una larga lucha de clases en la que esta inmersa la sociedad venezolana. Podemos hacer un balance donde hay elementos cuantitativos de derrota y hay elementos cualitativos de victoria. Los elementos cuantitativos de derrota los entregan los resultados numéricos, la estrecha victoria del no, la estrecha decisión de no aprobar la reforma de la Constitución Nacional. Pero hay tres o cuatro elementos de carácter cualitativo que consideramos representan un inmenso avance. El primero es el que señala que más de 4.300.000 electores, casi el cincuenta por ciento de quienes fueron a sufragar, optaron por el Sí, y al hacerlo asumieron una postura a favor del proyecto socialista en Venezuela. Esto hace ocho años no existía, las definiciones en torno del socialismo no eran lo que se discutía en ese momento cuando se planteaba una salida fundamentalmente democrática popular y no en la perspectiva socialista como fue el debate fundamental de esta fase. Esto demuestra que hay un acumulado, que a medida que fortalezcamos la lucha de ideas y desmontemos el discurso oligárquico-imperialista, en tanto propiciemos los profundos debates en el seno de los trabajadores y las trabajadoras y en el de las comunidades y centros de estudios, iremos ganando el combate frente a la dominación ideológica que todavía es mayoritaria en la sociedad venezolana. En segundo lugar nos parece de suma importancia, de una importancia trascendente, el hecho de que por primera vez los sectores de la oposición que tal radicalmente se han opuesto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que fue aprobada por Referéndum Popular en diciembre del 99, hayan salido a levantar esa Constitución y asumirla como la mejor, no solo de Venezuela, sino dicho por boca de ellos, como la mejor del mundo. Eso es importante porque significa que, en torno del proyecto de país se está produciendo un nivel de reconocimiento y unidad nacional que es expresado por la Constitución. Nosotros sabemos que en eso la oposición no es sincera, pero en todo caso, el hecho de que reconozcan la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela es un paso político importante. Y decimos esto porque uno de sus voceros, el general Baudel, después de decir que defiende la Constitución del 99, sale a proponer que es necesaria una asamblea nacional constituyente. Vale preguntarse para qué una asamblea nacional constituyente si estamos de acuerdo con el proyecto de país expresado en la Constitución Bolivariana del 99. Lo cierto es que con manejos retóricos, manipulación y subterfugios, van a intentar plantear esa convocatoria para hacer retroceder las conquistas del 99. Esto es lo que están planteando en realidad, lo que obviamente demuestra que aun cuando dicen defender la Constitución del 99, en la práctica la están utilizando como instrumento para oponerse al avance y profundización de la Revolución Venezolana que se expresaba en la Reforma Constitucional que se presentó el domingo. Por eso alertamos al pueblo venezolano y a la comunidad internacional, y fundamentalmente a nuestros hermanos revolucionarios y revolucionarias, sobre este planteamiento que es un mecanismo de la oposición para llevar adelante sus objetivos, para mantener un estado de zozobra e inestabilidad política y social tendiente a derribar y debilitar el proceso revolucionario venezolano.
El tercer elemento positivo es de carácter cualitativo. Se trata del reconocimiento de la institucionalidad democrática por parte de estos sectores de oposición que continuamente y permanentemente condenaban y rechazaban al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que tildaban de no ser un árbitro confiable. En la madrugada del lunes, por primera vez tuvieron que reconocer que el CNE es un árbitro confiable y transparente que garantiza el ejercicio soberano y legítimo de la voluntad popular expresada mediante el voto. Entonces, la jornada del domingo dejó fortalecida la institucionalidad venezolana, esto demuestra la fortaleza del proceso democrático revolucionario, que con la intervención del presidente Chávez reconociendo de inmediato los resultados dados por el CNE, también ratificó su talante profundamente democrático popular y revolucionario.
-Son elementos para tener en cuenta…
-Eso serian algunos de los elementos que estamos relevando del resultado del domingo. Debemos recordar al Che que dice que «de las derrotas se aprende más que de las victorias», para señalar que tenemos que sacar las enseñanzas de esta batalla, discutiendo sinceramente entre revolucionarias y revolucionarios y con todo el pueblo. Se perdió una batalla, pero no la guerra. La mitad de quienes fueron a votar lo hicieron por la consigna del socialismo, entonces es necesario profundizar la batalla ideológica, la batalla de ideas, como el centro de la acción revolucionaria. Pero también planteamos que se tenga en cuenta la necesaria e insustituible dirección colectiva y unitaria del proceso revolucionario como un factor cualitativo que todavía está ausente en el devenir de la Revolución Bolivariana. Este es un tema que desde nuestra perspectiva es importante, que hay que seguir trabajando y que nos permitirá garantizar el curso de la Revolución Bolivariana, de la revolución nacional liberadora y la acumulación de fuerza en su transito hacia el socialismo.
-¿Cuáles son los déficit que todavía se advierten en la construcción de esa dirección colectiva y unitaria?
-El primero es la ausencia de comprensión de su necesidad, no hay de verdad en una parte importante de los actores políticos determinantes de la Revolución la comprensión de la necesidad del carácter insustituible de la existencia de una dirección colectiva y unitaria o unificada del proceso revolucionario, de la necesidad de darle forma organizada al amplio frente nacional patriótico antiimperialista. Y a la vez, sobre la urgencia de consolidar como parte de ese frente un partido de claro perfil revolucionario marxista leninista. Este criterio no está aún lo suficientemente maduro en una parte importante del liderazgo fundamental de la Revolución.
Por otro lado las corrientes revolucionarias que nos identificamos con el marxismo leninismo y también con el bolivarianismo -porque no hay ningún tipo de contradicción entre marxismo leninismo y bolivarianismo-tampoco hemos logrado construir espacios propios de articulación, de unidad de acción de unidad estratégica que puedan fortalecernos.
-¿La profundización de estas construcciones se ve retrasada o se puede ver potenciada por el episodio del domingo?
-Se deben ver potenciadas porque los propios resultados ameritan una profunda reflexión crítica y autocrítica. Para sacar las enseñanzas pertinentes, planteamos la necesidad de discutir sinceramente entre revolucionarios y revolucionarias y con todo el pueblo lo que ha acontecido. Esas enseñanzas se darán en ese debate franco, sincero y revolucionario, y obviamente, entre las conclusiones, estará la necesidad de profundizar la batalla de ideas y la de construir un instrumento revolucionario que sea amplio y antimperialista, y de carácter marxista leninista. Y a la vez, la necesidad de conformar una instancia de dirección colectiva que permita que la construcción de la línea política logre niveles de participación mayor en su elaboración.
-¿Hubo déficit en transmisión de qué era lo que se estaba jugando en la Consulta, de aquello que se le proponía al pueblo venezolano?
-Es precisamente el déficit del cual hemos hablado, el que tiene que ver con el punto de vista organizativo del movimiento popular revolucionario que es determinante y hace a las debilidades que se expresan en el proceso de construcción de la experiencia de poder popular. Hay inmensos déficit en ese proceso de construcción.
-¿Es usted es optimista respecto a lo que se viene?
-Sí, somos totalmente optimistas, no solamente porque tenemos la confianza histórica que siempre está presente en los comunistas, sino porque los propios resultados nos dicen que los cuatro millones y medio de votos que sacó la oposición demuestran un nivel de estancamiento de quienes se expresan a su favor. Esos son los márgenes más o menos históricos en los que se ha movido en sus mejores momentos la oposición, los sectores reaccionarios junto con la llamada oposición democrática. Son márgenes que oscilan entre los tres millones y medio, cuatro millones y ahora como máximo cuatro millones y medio. Pero, además, somos optimistas porque la lectura de los resultados nos dicen que esos tres millones aproximadamente de personas, de votos que no sacó la reforma, pero que sí votaron por Chávez en 2006, no se activaron en contra de la Reforma, porque si lo hubieran hecho, la oposición hubiese sacado más de siete millones de sufragios. Esos sectores se neutralizaron y asumieron una línea abstencionista a los que los llevó la oposición que logró activar en ellos los temores que ya mencioné, para lo que contaron con la propaganda abierta de los medios de comunicación, algo que el Estado venezolano permitió. Ahí hubo situaciones de debilidad frente a la conducta del enemigo.
-Hablamos de un sector que no está contra la Revolución, pero se abstuvo de apoyar la Reforma…
-Este sector no está contra la Revolución. Pero hay un riesgo. Si las fuerzas revolucionarias no actuamos correctamente en la lucha de ideas, en la construcción de los espacios para el intercambio y el debate con estos sectores, hablo de un debate respetuoso y creador por medio del que se pueda desenmascarar el falso mensaje de los sectores oligárquicos y oposicionistas, si no logramos hacer eso, obviamente estos sectores pueden deslizarse de la neutralidad a posiciones coincidentes con la derecha. También es un riesgo el activismo que ha logrado un sector que no estaba incorporado a la oposición, hablo de un sector de los estudiantes universitarios, jóvenes de las capas medias y profesionales.
Este es un tema importante sobre el que debemos trabajar con mucha más profundidad desde el movimiento popular revolucionario, porque si no se atiende correctamente esta situación, en un mediano plazo puede estar en riesgo el proceso revolucionario, ya que estaríamos perdiendo la batalla ideológica frente a los enemigos de clase y estaríamos perdiendo a un sector importante de la juventud venezolana. En ese contexto de lucha, en todos los segundos y en cada minuto, en todas las horas y días, se desenvuelve la lucha ideológica del proceso bolivariano, bombardeado permanentemente por el imperialismo y sus agencias internacionales y nacionales.
Hay un inmenso riesgo, no vamos a mentir, no vamos adornar ni a edulcorar la situación, pero tenemos confianza en que la mayoría del pueblo venezolano está con la Revolución y que si hacemos la lectura correcta y corregimos los rumbos que haya que corregir, obviamente lograremos continuar avanzando en la acumulación de fuerza hacia el socialismo. En este camino es bueno reiterar el reconocimiento del PCV al pueblo venezolano, a las Fuerzas Armadas Venezolanas, a sus sectores democráticos y populares en particular, porque también los hay de otro signo, por lo que no hay por qué generalizar como si fuéramos ingenuos. Y obviamente remarcar el reconocimiento del PCV al papel de Hugo Chávez Frías como líder de este proceso revolucionario.
Fuente: Semanario Nuestra Propuesta, del PCA
¿Qué significa la derrota en el referéndum?
Jorge Rossel
Aproximadamente a la 1 de la madrugada, después de una larga demora, la Comisión Electoral Nacional de Venezuela anunció los resultados del referéndum sobre la reforma constitucional. La propuesta de cambio constitucional fuer derrotada por un estrecho margen: 4.504.354 votos en contra (50,70%) y 4.379.392 (49,29%) a favor del SÍ. Poco después, el presidente Chávez apareció en televisión aceptando los resultados. Dijo que las reformas propuestas no se habían aprobado "por ahora", pero que él continuaría la lucha por la construcción del socialismo.
El resultado, como se podía esperar, fue recibido con júbilo por la oposición de derechas y todas las fuerzas reaccionarias. Por primera vez en casi una década habían conseguido una victoria. Hubo escenas de alegría en zonas acomodadas de clase media de Caracas. "¡Al final hemos demostrado que se puede derrotar a Chávez! ¡Por lo menos hemos detenido el giro hacia el comunismo! ¡Hemos dado a la chusma una lección!"
La alegría de los reaccionarios es prematura y exagerada. Una mirada a los resultados demuestra que la fuerza electoral de la oposición apenas ha aumentado, si se comparan los resultados (después de contabilizar el 88% de los votos) con las elecciones presidenciales de 2006, la oposición ha conseguido sólo 100.000 votos más, pero Chávez ha perdido 2,8 millones de votos. Estos votos no fueron a la oposición sino a la abstención. Este hecho significa que el apoyo a la contrarrevolución no ha aumentado de manera significativa desde su punto más alto de hace un año.
Cómo "informa" la burguesía a la opinión pública
Varios factores han contribuido a este resultado. La burguesía tiene en sus manos instrumentos poderosos para moldear a la opinión pública. Organizaron una absoluta movilización de los medios de comunicación reaccionarios para realizar una campaña histérica de mentiras y calumnias contra Chávez, la revolución y el socialismo. Esta campaña alarmista sin duda tuvo un efecto en los sectores más atrasados de la población.
La presión fue despiadada. La Iglesia Católica, encabezada por la reaccionaria Conferencia Episcopal, predicó desde sus púlpitos contra Chávez y el "comunismo ateo". En Últimas Noticias, uno de los periódicos más leídos en Venezuela y uno de los que más leen los bolivarianos, apareció un anuncio de dos páginas en el que se decía que el Estado te quitaría a tus hijos y que ellos pertenecerían al Estado, que se eliminaría la libertad de confesión religiosa.
En Carabobo, el periódico regional Notitarde, publicó una encuesta en primera línea con el siguiente titular: "Hoy tú decides y la decisión será para siempre" y justo debajo de una fotografía una carnicería vacía con una bandera cubana y una imagen de Castro con el siguiente titular: "Así es cómo hoy es la Cuba socialista".
Estos ejemplos demuestran la hipocresía mendaz de la campaña de los medios de comunicación internacionales cuando dicen que "no hay libertad de prensa hoy en Venezuela". Esta campaña ruidosa alcanzó su crescendo hace unos meses cuando el gobierno decidió no renovar la licencia de RCTV, una cadena de televisión de derechas que era un nido célebre de conspiradores contrarrevolucionarios que jugaron un papel clave en el golpe de abril de 2002.
El problema no es que la revolución haya limitado los derechos democráticos de la oposición o pisoteado la "libertad de prensa". El problema es que la revolución ha sido demasiado generosa con sus oponentes, excesivamente tolerante, muy paciente, demasiado caballerosa. Ha dejado excesivo poder en manos de la oligarquía y sus agentes. Ha puesto un arma en sus manos y que la están utilizando de modo muy efectivo para sabotear la revolución, descarrilarla y por último destruirla.
La abstención
Todo esto es cierto pero no responde a la pregunta de por qué ha ganado el "no". El elemento principal en la ecuación fue la abstención: un gran número de chavistas no se han molestado en ir a votar. La pregunta que se debe hacer es la siguiente: ¿por qué no han votado? Los burócratas y cínicos de clase media culparán a las masas por su supuesta apatía. Esa idea es totalmente falsa. Las masas han votado sistemáticamente a Chávez en cada elección y referéndum. Votaron masivamente en diciembre pasado, pero ahora hay síntomas de cansancio. ¿Por qué?
Después de todo lo que se habla sobre el socialismo, la oligarquía aún está firmemente atrincherada, utiliza su riqueza y poder para sabotear y socavar la revolución. Los golpistas de 2002 aún están en libertad. Los medios de comunicación de derechas son libres para extender mentiras y calumnias contra la revolución. Asesinan a activistas campesinos y no pasa nada.
A pesar de las reformas del gobierno, que sin duda han ayudado a los pobres y desfavorecidos, la mayoría aún vive en la pobreza. El problema de los sin techo sigue sin resolverse. El sabotaje de los terratenientes y capitalistas está provocando escasez de productos básicos. Todo esto tiene un efecto sobre la moral de las masas.
La aplastante mayoría de las masas aún apoyan a Chávez y la revolución, pero hay claros síntomas de cansancio. Después de nueve años de agitación, las masas están cansadas de palabras y discursos, desfiles y manifestaciones, también de interminables elecciones y referendos. Quieren menos palabras y una acción más decisiva: acción contra los terratenientes y capitalistas, acción contra los gobernadores y funcionarios corruptos.
Sobre todo, quieren acción contra la quinta columna de chavistas de derechas que llevan camisetas rojas y hablan de socialismo del siglo XXI pero que se oponen al verdadero socialismo, que sabotean la revolución desde dentro. A menos que se purgue el Movimiento Bolivariano y el PSUV de estos burócratas y arribistas reformistas, no se podrá hacer nada.
La quinta columna
Los burócratas de nuevo demostraron su total incapacidad de organizar una campaña seria de masas. No consiguieron responder a las mentiras de la oposición. No fueron capaces de explicar los muchos puntos de la reforma constitucional que habrían beneficiado a la clase obrera, como la jornada laboral de 36 horas semanales. ¿Cómo lo iban a hacer cuando ellos mismos se oponen a este tipo de medidas socialistas? Este sabotaje por parte de la quinta columna es bien conocido por la base del movimiento, también por sus enemigos. La revista Time comentaba con desdén: "Incluso algunos aliados de Chávez quieren poner frenos al tren radical del presidente. Muchas de las reformas propuestas, dicen ellos, tienen menos que ver con atribuir poderes al pueblo que con la concentración de poder en manos de Chávez. Entre las iniciativas: eliminar el límite de mandados presidencial; poner el ahora autónomo Banco Central bajo el control del presidente; y la creación de vicepresidentes regionales. Los líderes provinciales como Ramón Martínez, gobernador del estado de Sucre y socialista, considera esta última idea como una profusa centralización de la autoridad federal, además de una traición a la revolución bolivariana de Chávez (llamada así por el héroe de la independencia sudamericana del siglo XIX: Simón Bolívar). 'Esta revolución se supone que crearía más pluralismo en Venezuela", dice Martínez. 'Nosotros no queremos un mega-estado como la Unión Soviética".
Cualquiera que lea estas líneas comprenderá inmediatamente por qué no hubo una campaña seria. Ramón Martínez no es un socialista sino un dirigente de Podemos, esos renegados que se escindieron del Movimiento Bolivariano en víspera del referéndum para llevar a cabo una violenta campaña por el "no". Su comportamiento no debería sorprender a nadie, no fue un caso aislado. En Apure, el gobernador no hizo nada para organizar la campaña, y muchos otros se comportaron de una manera similar. Los burócratas simplemente repitieron la misma campaña desastrosa y vacía que organizaron hace un año en la campaña presidencial.
Un compañero en Mérida describía la situación de esta manera: "Fue una campaña estúpida, los carteles sólo decían que si votabas a Chávez era por 'amor" mientras que la campaña de la derecha era violenta. Decían que le quitarían todo a la gente, si tenías dos automóviles, te quitarían uno, que los recién nacidos serían arrebatados por el estado "socialista".
Después de que se anunciara el resultado, hubo un programa en directo con las líneas telefónicas abiertas al público en RNV, una de las emisoras de radio estatales, y la mayoría de los que llamaron culpaban a la burocracia por la ausente campaña a favor del SÍ. Muchos mencionaron la actitud de los gobernadores alcaldes "chavistas" que no solo no organizaron la campaña, sino que la sabotearon activamente. Estos burócratas temían la aprobación de estas reformar más que la oposición.
Correctamente, veían que las masas considerarían este referéndum como parte de un largo y atrasado ajuste de cuentas no sólo con la clase dominante, sino también contra los elementos reformistas y burocráticos dentro de la dirección del movimiento bolivariano.
La táctica de Baduel
Las declaraciones de la oposición después del resultado fueron muy significativas. El primer orador fue uno de los dirigentes de los estudiantes reaccionarios, en tercer lugar estaba Rosales, el candidato opositor al presidente que perdió contundentemente frente a Chávez el pasado mes de diciembre. Pero el segundo orador no era otro que el general Baduel, el anterior ministro de defensa de quién hemos escrito hace poco.
¿Qué dijo Baduel? Habló de la reconciliación nacional y ofreció negociar con Chávez. Renunciaba a todas las intenciones de organizar un golpe. En pocas palabras, ofreció una cara sonriente y la mano amistosa. Esta es una táctica bastante inteligente y confirma nuestra impresión de que Baduel es un contrarrevolucionario inteligente. La nueva táctica de la oposición refleja también la verdadera correlación de fuerzas que, a pesar del resultado del referéndum, es aún muy desfavorable para los contrarrevolucionarios.
La revolución no debería confiar en ninguna de las caras sonrientes de la contrarrevolución. Debemos recordar las palabras de Shakespeare: "¡hay sonrisas que hieren como puñales!" La oferta de reconciliación es una trampa. No puede haber reconciliación entre revolución y contrarrevolución porque no puede existir reconciliación entre ricos y pobres, explotadores y explotados.
La única razón de este cambio de táctica es que la oposición no puede derrotar a Chávez mediante la acción directa. Son demasiado débiles y lo saben. Los elementos más estúpidos de la oposición ahora están borrachos de éxito. Pero después de una noche de borrachera llegará la mañana con una mala resaca. La "victoria" se ha ganado por un estrecho margen. A pesar de los grandes esfuerzos de la oposición sólo han conseguido movilizar unos 100.000 votos más. Además, esta lucha no se puede ganar sólo con los votos.
Los burgueses barrigones, sus esposas e hijos, el pequeño tendero, el estudiante "mocosos consentidos de los ricos", los oficinistas del gobierno, resentidos con la "chusma", los pensionistas nostálgicos de los "buenos y viejos días" de la Cuarta República, los especuladores, ladrones y estafadores, los viejos devotos de ambos sexos manipulados por la jerarquía reaccionaria de la Iglesia, los ciudadanos de la sólida clase media cansados de la "anarquía": todos estos elementos parecen como una fuerza formidable en términos electorales, pero en la lucha de clases su peso es prácticamente cero.
La correlación de fuerzas de clase
La verdadera correlación de fuerzas de clase se pudo ver en los mítines de fin de campaña del referéndum. Como en diciembre de 2006, la oposición movió cielo y tierra para movilizar a su base y consiguió reunir una gran multitud. Sin embargo, al día siguiente, las calles del centro de Caracas estaban llenas de una manera de camisetas rojas y pancartas. Los dos mítines revelaron que la base activa de los chavistas es cinco u ocho veces más que grande que la base de la oposición.
La imagen es incluso más clara en el caso de la juventud. Los estudiantes de la oposición son las tropas de choque de la oposición. Han sido la principal fuerza organizadora de provocaciones violentas contra los chavistas. En su manifestación más grande congregaron a 50.000 personas, según el cálculo más optimista. Pero los estudiantes chavistas en su manifestación reunieron a 200.000 o 300.000 personas. En este sector decisivo de la lucha, la juventud, las fuerzas activas de la revolución superan con creces a las fuerzas de la contrarrevolución.
En el lado de la revolución está la aplastante mayoría de los trabajadores y campesinos. ¡Esta es la cuestión decisiva! Ni una bombilla se enciende, ni una rueda gira, ni un teléfono suena sin el permiso de la clase obrera. Esta es una fuerza colosal una vez se organiza y moviliza por la transformación socialista de la sociedad.
¿Y el ejército? ¿Qué pasa con el ejército? Los reformistas como Heinz Dieterich siempre están con la misma historia como si se tratara de un disco rallado en un viejo gramófono. Sí, el ejército es una cuestión decisiva. Pero el ejército siempre refleja las tendencias que hay dentro de la sociedad. El ejército venezolano lleva viviendo una década de tormenta y tensión revolucionaria. ¡Y eso deja su sello!
No hay ninguna duda de que la aplastante mayoría de los soldados rasos, hijos de trabajadores y campesinos, son leales a Chávez y la revolución. Lo mismo se aplica a la mayoría de los sargentos, suboficiales y oficiales más jóvenes. Pero cuanto más ascendemos en el escalafón militar menos clara es la situación. En las últimas semanas hubo rumores de conspiraciones y algunos oficiales fueron detenidos. ¡Es una advertencia seria!
Entre los oficiales, muchos serán leales a Chávez, otros simpatizarán con la oposición o serán secretos contrarrevolucionarios. La mayoría probablemente sean soldados de carrera apolíticos, cuyas simpatías se inclinan a uno u otro lado dependiendo del clima general de la sociedad.
El hecho de que el general Baduel haya decidido adoptar un tono cauteloso y conciliador demuestra que en la actualidad no existe una base seria para un golpe de estado. Los contrarrevolucionarios serios (incluidos los asesores de la CIA) son conscientes de que por ahora la situación no está madura para una operación como la de abril de 2002. ¿Por qué no? Porque cualquier intento de dar un golpe en esta etapa sacaría de nuevo a las masas a las calles dispuestas a luchar y morir si es necesario para defender la revolución.
En estas circunstancias, el ejército venezolano actualmente no sería un instrumento muy fiable para un golpe. Llevaría a una guerra civil que los contrarrevolucionarios no confían en ganar. Y no hay dudas de que en esta ocasión una derrota de la contrarrevolución en una lucha abierta significaría la liquidación inmediata del capitalismo en Venezuela.
Por estas consideraciones prácticas Baduel ha adoptado la posición que ha tomado. En realidad intenta ganar tiempo, espera que las condiciones objetivas cambien a favor de la contrarrevolución y en contra de la revolución. Hay que admitir que estos cálculos son correctos. ¡El tiempo no está del lado de la revolución!
El papel pernicioso de las sectas
Baduel ahora defiende la convocatoria de una asamblea constituyente. Resulta irónico que sea la misma reivindicación que está defendiendo el PO argentino y otras sectas ultraizquierdistas. Estos últimos se encontraron agitando al lado de la contrarrevolución en la campaña del referéndum, pero no debería ser una gran sorpresa.
El papel de Orlando Chirino y otros llamados "trotskistas" que defendieron el voto nulo fue absolutamente pernicioso. Estas damas y caballeros están tan ciegos por su odio a Chávez que ya no son capaces de comprender la diferencia entre revolución y contrarrevolución. Esta circunstancia les incapacita totalmente como una fuerza progresista, menos aún revolucionaria. Pero dejemos que los muertos entierren a sus muertos.
Los contrarrevolucionarios e imperialistas comprenden la situación con mucha más claridad que los payasos y estúpidos sectarios. Las masas han despertado a la vida política por Chávez y le son tremendamente leales. La burguesía ha intentado todo lo posible para deshacerse de Chávez pero ha fracasado. Cada uno de los intentos contrarrevolucionarios se ha hecho pedazos frente a la roca del movimiento de masas.
Por lo tanto, han decidido armarse de paciencia e intentan ganar tiempo. Chávez ha sido elegido para un período de seis años y por tanto tienen cinco años más por delante. El primer paso de la burguesía era garantizar que no puede presentarse a las próximas elecciones. Esa era la importancia del referéndum desde su punto de vista, calculan que si pueden librarse de Chávez de una manera u otra el movimiento se dividirá en pedazos y se desintegrará, permitiendo así que el poder regrese a sus manos.
La oposición es cauta porque es consciente de su debilidad. Sabe que no es lo suficientemente fuerte para pasar a la ofensiva. Pero sobre la base de un "acuerdo nacional" intentan diluir el programa de Chávez. Si lo consiguen, desmoralizará a la base chavista, mientras que los burócratas y reformistas saldrán fortalecidos.
Es una táctica inteligente, pero hay un problema. A pesar del resultado del referéndum, tienen que aguantar a Chávez hasta 2012-13 y no hay otras elecciones importantes en el horizonte. En una situación como Venezuela en cinco años pueden cambiar muchas cosas. Por eso quieren una asamblea constituyente, si ellos pueden ganar otro referéndum cambiarán la constitución para permitir unas elecciones anticipadas que esperan ganar, probablemente con Baduel como candidato.
¿Por qué tienen tanta confianza en ganar? Por que la revolución no ha llegado hasta el final, porque las palancas importantes de la economía se han dejado en manos de los mayores enemigos de la revolución, y también porque hay un límite a lo que pueden tolerar la masas sin caer en un ambiente de apatía y desesperación.
¡Son necesarias medidas decisivas!
Hace algunos años, en mayo de 2004, escribí un artículo titulado: Tesis sobre la revolución y contrarrevolución en Venezuela, en él escribía lo siguiente: "Basarse exclusivamente en la disposición de las masas a hacer sacrificios es un error. Las masas pueden sacrificar su hoy por un mañana sólo hasta cierto punto. Siempre hay que tener en mente una idea, en última instancia, la cuestión económica es decisiva".
Esta observación hoy mantiene toda su vigencia. En su artículo del 27 de noviembre de 2007, Erik Demeester daba cifras de un reciente informa de Datanalisis (1) [el servicio de estadísticas venezolano] que revelaba lo que ya muchas personas saben. "La escasez de productos alimenticios básicos se está volviendo intolerable. Este estudio señala que la leche, la carne de vaca y el azúcar son muy difíciles de encontrar. Otros productos como el pollo, el aceite de cocina, el queso, las sardinas y las alubias también son muy escasos. El análisis se basa en entrevistas a 800 personas en unas 60 tiendas diferentes, supermercados y mercados, tanto del sector privado como de la red pública de distribución: Mercal. El 73, 3 por ciento de los lugares visitados no tenían leche en polvo a la venta. El 51, por ciento ya no tenían azúcar refinada, el 40 por ciento no tenía aceite de cocina y el 26,7 por ciento no tenía alubias, un producto básico en Venezuela.
"Dos tercios de los clientes declararon que en un grado u otro padecían escasez de comida donde habitualmente compraban. Colas de horas, algunas veces de cuatro horas, para comprar algo de leche no eran algo excepcional. Esta situación recuerda a la de Chile cuando el sabotaje económico se utilizó contra el gobierno de izquierdas de Unidad Popular en los años setenta".
Para las masas la cuestión del socialismo y la revolución no es abstracta sino en realidad muy concreta. Los trabajadores y campesinos de Venezuela han sido extremadamente leales a la revolución. Han demostrado un alto grado de madurez revolucionaria y disposición a luchar y hacer sacrificios. Pero si la situación se prolonga durante demasiado tiempo sin una ruptura decisiva, las masas comenzarán a cansarse. Empezando por las capas más atrasadas e inertes empezará a desarrollarse un ambiente de apatía y escepticismo.
Si no hay un final claro a la vista comenzarán a decir: hemos escuchado todos estos discursos antes, pero nada fundamental ha cambiado. ¿De qué sirve manifestarse? ¿De qué sirve votar si vivimos igual que antes? Este es el mayor de los peligros para la revolución. Cuando los reaccionarios vean que la marea de la revolución comience a bajar entonces pasarán a la contraofensiva. Los elementos avanzados de los trabajadores se encontrarán aislados. Las masas ya no responderán a sus llamamientos. Cuando llegue ese momento la contrarrevolución golpeará.
Aquellos que defiende que la revolución ha ido demasiado lejos y rápido, que es necesario detener las expropiaciones y llegar a un acuerdo con Baduel para salvar la revolución, están totalmente equivocados. La razón por la que un sector de las masas se están desilusionando no es porque la revolución haya ido demasiado lejos y rápido, sino porque va demasiado lenta y no hay ido lo suficientemente lejos.
La creciente escasez de productos básicos y la inflación afectan principalmente a las zonas de la clase obrera, que forman la base del chavismo. Esta circunstancia es la que socava la revolución no "ir demasiado lejos". No se puede hacer media revolución. Si aceptamos el consejo de los reformistas de la escuela de Heinz Dieterich seguramente destruiremos la revolución. Actuaríamos como un hombre que está sentado en la rama de un árbol y la sierra.
Las elecciones y la lucha de clases
Los marxistas no nos negamos a participar en las elecciones. Esa es la posición del anarquismo no del marxismo. En general, la clase obrera debe utilizar cada resquicio democrático que esté disponible para reunir a sus fuerzas, conquistar una posición tras otra al enemigo de clase y prepararse para la conquista del poder.
La lucha electoral ha jugado un papel importante en Venezuela para unir, organizar y movilizar a las masas. Pero tiene sus límites. La lucha de clases no se puede reducir a estadísticas abstractas o aritmética electoral. Ni el destino de una revolución está determinado por leyes o constituciones. Las revoluciones se ganan o se pierden no en los despachos de abogados o en elecciones parlamentarias, sino en las calles, en las fábricas, en los pueblos y barrios pobres, en las escuelas y barracones del ejército. Ignorar este hecho es un peligro.
Los reformistas creen que la clase obrera siempre debe cumplir las sutilizas legales. Pero hace tiempo que Cicerón dijo: Salus populi suprema est lex (La ley suprema es el bien del pueblo). Nosotros deberíamos añadir: la ley suprema es el bien de la revolución. Los contrarrevolucionarios no han demostrado ningún respeto por la ley o la constitución de 2002, y si hubieran triunfado habrían abolido inmediatamente la constitución de 1999. Ahora todos están gritando por la defensa de esa misma constitución.
Incluso después de la derrota del referéndum, Chávez tiene suficientes poderes para llevar a cabo la expropiación de los terratenientes, banqueros y capitalistas. Tiene el control de la Asamblea Nacional y el apoyo de los sectores decisivos de la sociedad venezolana. Una ley capacitante para expropiar la tierra, los bancos y las grandes empresas privadas provocaría un apoyo entusiasta de las masas.
El nivel de abstención que ha permitido la estrecha Victoria de la oposición es una advertencia. Las masas exigen una acción decisiva y no palabras. Puede que esta derrota tenga el efecto contrario, puede elevar las masas a niveles nuevos de lucha revolucionaria. Marx dijo que la revolución necesita el látigo de la contrarrevolución, y lo hemos visto en más de una ocasión durante estos últimos nueve años en Venezuela.
No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos y no se puede luchar con un brazo atado a la espalda. Una revolución no es un juego de ajedrez con reglas bien definidas. Es una lucha entre intereses de clase mutuamente antagónicos e irreconciliables. Son necesarias medidas decisivas para defender la revolución y desarmar la contrarrevolución.
La victoria del "no" en el referéndum actuará como un golpe saludable. La base chavista está furiosa y culpa a la burocracia, a la que correctamente culpan de este revés. Existen acciones para purgar a la derecha del movimiento. ¡Es absolutamente necesario! Nuestras consignas deben ser: ¡Ningún paso atrás! ¡Ningún acuerdo con la oposición! ¡Por el avance de la revolución! ¡Expulsión de los burócratas y arribistas! ¡Expropiación de la oligarquía! ¡Armar a los trabajadores para luchar contra la reacción! ¡Viva el socialismo!
"Chávez tiene el derecho a expresar sus opiniones. Pero también la responsabilidad de escuchar a las bases"
MAREA Clasista y Socialista grupo político participa dentro del PSUV
Los ajustados resultados a favor del NO a la reforma que posibilitaron un triunfo de la derecha, necesita que hagamos entre todos una profunda reflexión. Esta debería ser útil para comprender la situación vivida, la que vamos a enfrentar en los meses que viene, y para construir las cosas que necesitamos hacer. Es necesario y urgente cambiar y profundizar, esa es tarea de quienes creemos y luchamos por una Venezuela socialista. Ya hay y seguirá surgiendo en estos días distintos balances. Pero, lo que hay que tomar en cuenta es que la oposición y el imperialismo debatirán como seguir debilitando al proceso y los sectores burocráticos intentaran salvar su responsabilidad ante lo sucedido.
Quienes hemos hecho campaña a favor del SI intentando que se profundice el proceso revolucionario, que hemos puesto todo nuestro esfuerzo enfrentando al imperialismo, a los patronos y a los medios privados en estos meses, tenemos el derecho y la necesidad de reflexionar a fondo, de proponer, de volver a marcar los problemas que existen. Creemos son parte de las causas que motivaron que no pudiéramos ganar, al menos por ahora. Queremos hacer este debate e intercambio de propuestas en común con los millones que votaron por el SI. Y también con sectores de las bases de los trabajadores y pobres del país que lamentablemente no lo hicieron, pero que nada tienen que ver con el imperialismo y la oposición.
"Hay que mantener nuestro objetivo socialista y atender grandes problemas sin solucionar"
En primer lugar, creemos que toda propuesta que se haga debería partir de reafirmar y no abandonar la lucha por transformar a Venezuela en un país socialista. Ninguno de los problemas que tenemos van a solucionarse en el marco del capitalismo que aun existe en nuestro país. Muchos sectores -incluso del propio aparato de estado- aprovechando esta derrota presionaran e intentaran mostrar que fue equivocado hablar de socialismo, que mejor conviene negociar, bajar la marcha del proceso. El Presidente Chávez posiblemente sea quien mas reciba esas presiones que esperamos rechace. Porque retroceder en esto equivale a firmar la derrota del proceso revolucionario. Discutamos qué pasos se pueden dar, qué medidas es necesario tomar, cómo replanteamos las formas partidarias, sociales y las tomas de decisiones, sobre la base de mantener el rumbo firme hacia el país que necesitamos.
Si un importante sector de los votantes chavistas se abstuvieron, o incluso un sector confundido voto por el NO, se debe a causas profundas que no pueden ignorarse. Hay seguramente muchos que reflejaron con su voto la presión de la campaña mediática de la derecha y el imperialismo, que amenazaba con el quite, expropiación o despojo de propiedades individuales. Es evidente que todavía actúa el peso de los medios privados y la libertad que los grandes sectores patronales tienen para hacer campaña en todos los rincones del país. Pero a la vez hay otros problemas que son responsabilidad directa del gobierno. En primer lugar, haber reflejado en la propuesta de reforma un excesivo poder concentrado en las manos del presidente (incluyendo reelección continua, vice presidencias elegidas por él y otros temas) que no fue bien visto por un sector de la población que viene de haber votado por Chávez en diciembre pasado.
Evidentemente mientras se realizaba esta campaña mediática de la derecha, se producen también otras contradicciones. El gobierno habla de socialismo y de igualdad como proyecto pero sigue sin resolver problemas sociales cruciales como la inseguridad, la vivienda, la situación salarial de grandes sectores, mientras otros sectores enriquecidos siguen con sus grandes negocios y su poder económico y político. Todos sabemos que hay conquistas sociales muy positivas y que la reforma traía otras más, pero las revoluciones tienen leyes insalvables: para avanzar hay que tomar medidas claras que debiliten el poder económico capitalista y pongan todo en función de las necesidades sociales. En este tema aun con pasos importantes todavía estábamos muy detrás de lo necesario, y esa contradicción entre la campaña mediática de la derecha y problemas sin solucionar trajo dudas, desconfianza y temores de un sector de nuestra propia base social.
Al mismo tiempo, los resultados del domingo han demostrado que un gran sector comparte la idea de avanzar hacia el socialismo. También que hay descontento, dudas y temores ante los problemas reales. Lamentablemente, en esta confrontación con la derecha y el imperio algunos sectores que eran del proceso equivocadamente llamaron a votar NO, abstenerse o votar nulo, colaborando en los hechos con la derecha y su triunfo. Unos como Podemos o Baduel porque cambiaron a un proyecto anti socialista. Otros dirigentes sindicales y sociales se negaron a convocar a votar SI por sectarismo, y ayudaron así a que la derecha ganara por breve margen. No obstante, los dirigentes sindicales clasistas y los trabajadores tenemos que salir a movilizarnos y a conquistar hoy las 6 horas de trabajo, la inclusión de los informales, la seguridad de vivienda, el tener tierras y otras medidas que estaban planteadas. Entonces, con la no aprobación de la reforma, ningún revolucionario y clasista debe estar festejando los resultados sino viendo como organizamos, moralizamos y hacemos que la conciencia y la lucha avance y logre las conquistas sociales contenidas en el proyecto de reforma, y que incluso algunos opositores a ellas decían que era posible lograrse sin la reforma .
La burocracia y la corrupción de sectores del gobierno y el estado no pueden continuar
Junto con el evidente peso de los problemas sociales no resueltos, hay una estructura burocrática y corrupta en gobernaciones, alcaldías y ministerios, que ha llevado la situación a un terreno donde ya no hay salida: o se cambia con esta situación de raíz o se pierde el proceso revolucionario. Como ya lo veníamos denunciando quienes integramos MAREA Clasista y Socialista, se hace necesario terminar con los funcionarios enriquecidos, con los que tiene lazos y negocios con sectores del poder económico, con los que se pasean en Hummer y en otro tipo lujosas camionetas. Son obstáculos los Ministros que atacan derechos de las bases, donde el actual Ministro de Trabajo y todo su equipo es su más perversa y burocrática expresión. Hay la necesidad de que el presidente le meta la lupa a esta situación que pesó enormemente en la decisión de votar No y abstenerse. Todos los sectores socialistas bolivarianos esperamos que se avance a un cambio profundo y urgente del equipo de gobierno. Son estos funcionarios los que desmoralizan a las bases, los que alejan a los trabajadores y pobres del proceso. Los que no pudieron convencer a distintos sectores que voten por el SI, porque con su accionar cotidiano demuestran todo lo contrario a lo que dicen.
Nuestro proceso revolucionario necesita y se merece un cambio profundo y urgente. Ya no hay tiempo ni posibilidades de cambios superficiales. Hay que abrir el debate de las grandes decisiones políticas y económicas con las bases, con las organizaciones sociales, populares y políticas del proceso. Hay que terminar con los funcionarios elegidos a dedo que no reflejan más que sus intereses personales. Replantearse el rol de los Ministros y Ministerios del Poder Popular, para que todas las decisiones referidas a cada uno sean debatidas y decididas por las bases involucradas. Como ya lo hemos propuesta a la Asamblea Nacional, hay que terminar con los salarios de funcionarios que viven como en Venezuela Saudita, que compran propiedades y duermen en lujosos hoteles. Eso nada tiene que ver con un proyecto socialista, y las bases reclamamos la salida de todos los involucrados en este proceso, la renuncia de estos ineficientes e inescrupulosos funcionarios. Hay que darle paso a los que trabajan por el proceso, a los que se sacrifican a diario desde las bases, a los verdaderos liderazgos obreros, populares, campesinos y estudiantiles, que son parte y reflejo directo de sus sectores sociales.
Hace falta la organización de los sectores honestos y consecuentes de las bases del proceso
Muchos de estos problemas ya hace tiempo que los venimos denunciando. Durante la campana por el SI, mantuvimos esta visión crítica, como también lo hicieron miles de compatriotas en los batallones del PSUV y de los movimientos sociales. En todos los eventos por el SI se respiraba un apoyo a Chávez y al proceso, combinado con la critica y la intuición de que había grandes problemas. Tenemos a favor que somos miles y miles los que venimos luchando juntos. Hemos estado en la calle apoyando reclamos salariales, laborales, campesinos, de vivienda. Hemos estado debatiendo juntos cómo hacer para que el PSUV no se transforme en un nuevo órgano burocrático o algo parecido a un nuevo ministerio o a otra misión, como vienen pretendiendo hacer sectores del aparato que controlaron el funcionamiento de sus primeros meses de vida. A la vez, hay un gran sector de militantes, voceros y delegados que fueron y fuimos vanguardia en la campaña por el SI y que no vamos a aceptar se intente ahora en el Congreso continuar con los vicios burocráticos que nos llevaron a este tipo de situación que ahora sufrimos.
Para salir de esta situación y que el proceso revolucionario supere este momento y pueda profundizarse, verdaderamente todo el poder debe pasar al pueblo y a sus organizaciones. El Congreso del PSUV debe transformarse en la más democrática instancia donde todos podamos opinar, proponer, criticar y decidir lo mejor para la revolución bolivariana, sin restricciones y sin injerencias burocráticas que impidan una libre discusión. Tenemos inmensa confianza en que cientos de miles de compatriotas podemos seguir con el proyecto socialista y enfrentar en ese camino cualquier intento que la derecha pretenda realizar. Pero a la confianza hay que acompañarla de unidad y de organización, construyendo un espacio común para debatir todos estos temas. Desde MAREA ofrecemos nuestra publicación y nuestros eventos para que sean un lugar y una herramienta al servicio de estas necesidades. Es fundamental que las bases y los más honestos conscientes militantes del proceso tengamos espacios comunes.
Junto a cientos de dirigente sindicales clasistas y populares del país, y junto decenas de miles de militantes del PSUV estuvimos donde teníamos que estar, junto al pueblo bolivariano, enfrentando al imperio y a la derecha y haciendo nuestro máximo esfuerzo por profundizar la revolución. De eso nos sentimos satisfechos. Esa tarea sigue siendo necesaria y para eso ratificamos nuestro compromiso con el proceso revolucionario, también nuestro reclamo de solución a los problemas sociales pendientes, buscando las formas de otorgarles a los trabajadores y al pueblo las conquistas sociales que estaban en el proyecto de reforma. Repetimos nuestra propuesta de transformar el Congreso del PSUV en la más democrática instancia donde las bases nos expresemos y decidamos por sobre la burocracia y el poder constituido. Todos debemos proponer, opinar, criticar, es la necesidad más importante. Por supuesto Chávez tiene el derecho a expresar sus opiniones y propuestas. Pero también la responsabilidad de escuchar a las bases y abrirse a los cambios que la realidad impone.
Stalin Pérez Borges, Vilma Vivas, Marco García e Ismael Hernández (En representación de MAREA Clasista y Socialista). Caracas, 3 de diciembre 2007
Fuente ANRed
Reproducimos a continuación tres opiniones (entre las tantas) sobre las elecciones del domingo último en Venezuela.
En una entrevista realizada por el Semanario Nuestra Propuesta a Oscar Figueras, secretario general del PCV y diputado a la Asamblea Nacional, señala: «Si hacemos la lectura correcta y corregimos los rumbos que haya que corregir, lograremos continuar avanzando en la acumulación de fuerza hacia el socialismo»
Por su parte Jorge Rossel, chileno-venezolano integra la Comunal de Venezuela del PS chileno y la Corriente Marxista Revolucionaria venezolana, evalúa los resultados electorales a partir de preguntarse ¿Qué significa la derrota en el referéndum?
Por último MAREA clasista y socialista, fija su posición en un documento: "Chávez tiene el derecho a expresar sus opiniones. Pero también la responsabilidad de escuchar a las bases"
«Hay un inmenso riesgo, pero confiamos en que la mayoría del pueblo venezolano está con la Revolución»
Oscar Figueras
Qué lectura hace el Partido Comunista de Venezuela del resultado de la consulta del domingo 2 de diciembre?
-En lo fundamental, la evaluación que hace el Partido tiene que ver con que ayer se confrontaron dos grandes proyectos de país, dos concepciones diferenciadas de la sociedad. Uno se plantea la liberación definitiva, la emancipación definitiva de los venezolanos y venezolanas, los trabajadores y trabajadoras del dominio del capital. El otro sigue reivindicando en esencia una sociedad dividida en clases con un sector minoritario que explota a las grandes mayorías. En lo fundamental eso es lo que se enfrentó el domingo. Esa batalla que tiene un inmenso contenido ideológico es aquello que el camarada Fidel denominó la Batalla de Ideas, esa batalla logro movilizar a casi un cincuenta por ciento de quienes votaron, que votaron conscientes de que la propuesta de Reforma Constitucional es un desarrollo de los principios fundamentales de la Constitución de 1999 y nunca una violación de la Constitución, sino un desarrollo dirigido a profundizar la Revolución y a centrar en el ser humano la responsabilidad de la sociedad. Más de cuatro millones de electores y electoras sufragaron a favor de ese proyecto.
-¿A qué atribuye el elevado índice de abstención?
-Hubo un sector que tradicionalmente también ha acompañado la propuesta revolucionaria, sobre el que incidió de manera determinante la brutal campaña mediática que activó miedos ancestrales en nuestro pueblo, que activó prejuicios históricos al manipular el tema de la propiedad, el de la familia y el de la religión, señalando que tanto la propiedad como la familia estaban en riesgo con la Reforma Constitucional, lo que llevó a una amplia franja del llamado chavismo a neutralizarse y a no votar el día de ayer. Tenemos que decir que ese es un papel que fue cumplido eficientemente por los grandes medios de comunicación nacional y trasnacionales al servicio de la oligarquía y el imperialismo. Pero también debemos reconocer que las fuerzas del proceso no estuvimos a la altura de las circunstancias para impedir que esa manipulación les diera los resultados que esperaban. Hay que de denunciar el papel de la oligarquía y el imperialismo, pero también reconocer la falencia de la fuerza revolucionaria.
-¿Cuál es el primer balance que se puede hacer?
-El domingo hubo un combate, una nueva batalla de una larga lucha de clases en la que esta inmersa la sociedad venezolana. Podemos hacer un balance donde hay elementos cuantitativos de derrota y hay elementos cualitativos de victoria. Los elementos cuantitativos de derrota los entregan los resultados numéricos, la estrecha victoria del no, la estrecha decisión de no aprobar la reforma de la Constitución Nacional. Pero hay tres o cuatro elementos de carácter cualitativo que consideramos representan un inmenso avance. El primero es el que señala que más de 4.300.000 electores, casi el cincuenta por ciento de quienes fueron a sufragar, optaron por el Sí, y al hacerlo asumieron una postura a favor del proyecto socialista en Venezuela. Esto hace ocho años no existía, las definiciones en torno del socialismo no eran lo que se discutía en ese momento cuando se planteaba una salida fundamentalmente democrática popular y no en la perspectiva socialista como fue el debate fundamental de esta fase. Esto demuestra que hay un acumulado, que a medida que fortalezcamos la lucha de ideas y desmontemos el discurso oligárquico-imperialista, en tanto propiciemos los profundos debates en el seno de los trabajadores y las trabajadoras y en el de las comunidades y centros de estudios, iremos ganando el combate frente a la dominación ideológica que todavía es mayoritaria en la sociedad venezolana. En segundo lugar nos parece de suma importancia, de una importancia trascendente, el hecho de que por primera vez los sectores de la oposición que tal radicalmente se han opuesto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que fue aprobada por Referéndum Popular en diciembre del 99, hayan salido a levantar esa Constitución y asumirla como la mejor, no solo de Venezuela, sino dicho por boca de ellos, como la mejor del mundo. Eso es importante porque significa que, en torno del proyecto de país se está produciendo un nivel de reconocimiento y unidad nacional que es expresado por la Constitución. Nosotros sabemos que en eso la oposición no es sincera, pero en todo caso, el hecho de que reconozcan la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela es un paso político importante. Y decimos esto porque uno de sus voceros, el general Baudel, después de decir que defiende la Constitución del 99, sale a proponer que es necesaria una asamblea nacional constituyente. Vale preguntarse para qué una asamblea nacional constituyente si estamos de acuerdo con el proyecto de país expresado en la Constitución Bolivariana del 99. Lo cierto es que con manejos retóricos, manipulación y subterfugios, van a intentar plantear esa convocatoria para hacer retroceder las conquistas del 99. Esto es lo que están planteando en realidad, lo que obviamente demuestra que aun cuando dicen defender la Constitución del 99, en la práctica la están utilizando como instrumento para oponerse al avance y profundización de la Revolución Venezolana que se expresaba en la Reforma Constitucional que se presentó el domingo. Por eso alertamos al pueblo venezolano y a la comunidad internacional, y fundamentalmente a nuestros hermanos revolucionarios y revolucionarias, sobre este planteamiento que es un mecanismo de la oposición para llevar adelante sus objetivos, para mantener un estado de zozobra e inestabilidad política y social tendiente a derribar y debilitar el proceso revolucionario venezolano.
El tercer elemento positivo es de carácter cualitativo. Se trata del reconocimiento de la institucionalidad democrática por parte de estos sectores de oposición que continuamente y permanentemente condenaban y rechazaban al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que tildaban de no ser un árbitro confiable. En la madrugada del lunes, por primera vez tuvieron que reconocer que el CNE es un árbitro confiable y transparente que garantiza el ejercicio soberano y legítimo de la voluntad popular expresada mediante el voto. Entonces, la jornada del domingo dejó fortalecida la institucionalidad venezolana, esto demuestra la fortaleza del proceso democrático revolucionario, que con la intervención del presidente Chávez reconociendo de inmediato los resultados dados por el CNE, también ratificó su talante profundamente democrático popular y revolucionario.
-Son elementos para tener en cuenta…
-Eso serian algunos de los elementos que estamos relevando del resultado del domingo. Debemos recordar al Che que dice que «de las derrotas se aprende más que de las victorias», para señalar que tenemos que sacar las enseñanzas de esta batalla, discutiendo sinceramente entre revolucionarias y revolucionarios y con todo el pueblo. Se perdió una batalla, pero no la guerra. La mitad de quienes fueron a votar lo hicieron por la consigna del socialismo, entonces es necesario profundizar la batalla ideológica, la batalla de ideas, como el centro de la acción revolucionaria. Pero también planteamos que se tenga en cuenta la necesaria e insustituible dirección colectiva y unitaria del proceso revolucionario como un factor cualitativo que todavía está ausente en el devenir de la Revolución Bolivariana. Este es un tema que desde nuestra perspectiva es importante, que hay que seguir trabajando y que nos permitirá garantizar el curso de la Revolución Bolivariana, de la revolución nacional liberadora y la acumulación de fuerza en su transito hacia el socialismo.
-¿Cuáles son los déficit que todavía se advierten en la construcción de esa dirección colectiva y unitaria?
-El primero es la ausencia de comprensión de su necesidad, no hay de verdad en una parte importante de los actores políticos determinantes de la Revolución la comprensión de la necesidad del carácter insustituible de la existencia de una dirección colectiva y unitaria o unificada del proceso revolucionario, de la necesidad de darle forma organizada al amplio frente nacional patriótico antiimperialista. Y a la vez, sobre la urgencia de consolidar como parte de ese frente un partido de claro perfil revolucionario marxista leninista. Este criterio no está aún lo suficientemente maduro en una parte importante del liderazgo fundamental de la Revolución.
Por otro lado las corrientes revolucionarias que nos identificamos con el marxismo leninismo y también con el bolivarianismo -porque no hay ningún tipo de contradicción entre marxismo leninismo y bolivarianismo-tampoco hemos logrado construir espacios propios de articulación, de unidad de acción de unidad estratégica que puedan fortalecernos.
-¿La profundización de estas construcciones se ve retrasada o se puede ver potenciada por el episodio del domingo?
-Se deben ver potenciadas porque los propios resultados ameritan una profunda reflexión crítica y autocrítica. Para sacar las enseñanzas pertinentes, planteamos la necesidad de discutir sinceramente entre revolucionarios y revolucionarias y con todo el pueblo lo que ha acontecido. Esas enseñanzas se darán en ese debate franco, sincero y revolucionario, y obviamente, entre las conclusiones, estará la necesidad de profundizar la batalla de ideas y la de construir un instrumento revolucionario que sea amplio y antimperialista, y de carácter marxista leninista. Y a la vez, la necesidad de conformar una instancia de dirección colectiva que permita que la construcción de la línea política logre niveles de participación mayor en su elaboración.
-¿Hubo déficit en transmisión de qué era lo que se estaba jugando en la Consulta, de aquello que se le proponía al pueblo venezolano?
-Es precisamente el déficit del cual hemos hablado, el que tiene que ver con el punto de vista organizativo del movimiento popular revolucionario que es determinante y hace a las debilidades que se expresan en el proceso de construcción de la experiencia de poder popular. Hay inmensos déficit en ese proceso de construcción.
-¿Es usted es optimista respecto a lo que se viene?
-Sí, somos totalmente optimistas, no solamente porque tenemos la confianza histórica que siempre está presente en los comunistas, sino porque los propios resultados nos dicen que los cuatro millones y medio de votos que sacó la oposición demuestran un nivel de estancamiento de quienes se expresan a su favor. Esos son los márgenes más o menos históricos en los que se ha movido en sus mejores momentos la oposición, los sectores reaccionarios junto con la llamada oposición democrática. Son márgenes que oscilan entre los tres millones y medio, cuatro millones y ahora como máximo cuatro millones y medio. Pero, además, somos optimistas porque la lectura de los resultados nos dicen que esos tres millones aproximadamente de personas, de votos que no sacó la reforma, pero que sí votaron por Chávez en 2006, no se activaron en contra de la Reforma, porque si lo hubieran hecho, la oposición hubiese sacado más de siete millones de sufragios. Esos sectores se neutralizaron y asumieron una línea abstencionista a los que los llevó la oposición que logró activar en ellos los temores que ya mencioné, para lo que contaron con la propaganda abierta de los medios de comunicación, algo que el Estado venezolano permitió. Ahí hubo situaciones de debilidad frente a la conducta del enemigo.
-Hablamos de un sector que no está contra la Revolución, pero se abstuvo de apoyar la Reforma…
-Este sector no está contra la Revolución. Pero hay un riesgo. Si las fuerzas revolucionarias no actuamos correctamente en la lucha de ideas, en la construcción de los espacios para el intercambio y el debate con estos sectores, hablo de un debate respetuoso y creador por medio del que se pueda desenmascarar el falso mensaje de los sectores oligárquicos y oposicionistas, si no logramos hacer eso, obviamente estos sectores pueden deslizarse de la neutralidad a posiciones coincidentes con la derecha. También es un riesgo el activismo que ha logrado un sector que no estaba incorporado a la oposición, hablo de un sector de los estudiantes universitarios, jóvenes de las capas medias y profesionales.
Este es un tema importante sobre el que debemos trabajar con mucha más profundidad desde el movimiento popular revolucionario, porque si no se atiende correctamente esta situación, en un mediano plazo puede estar en riesgo el proceso revolucionario, ya que estaríamos perdiendo la batalla ideológica frente a los enemigos de clase y estaríamos perdiendo a un sector importante de la juventud venezolana. En ese contexto de lucha, en todos los segundos y en cada minuto, en todas las horas y días, se desenvuelve la lucha ideológica del proceso bolivariano, bombardeado permanentemente por el imperialismo y sus agencias internacionales y nacionales.
Hay un inmenso riesgo, no vamos a mentir, no vamos adornar ni a edulcorar la situación, pero tenemos confianza en que la mayoría del pueblo venezolano está con la Revolución y que si hacemos la lectura correcta y corregimos los rumbos que haya que corregir, obviamente lograremos continuar avanzando en la acumulación de fuerza hacia el socialismo. En este camino es bueno reiterar el reconocimiento del PCV al pueblo venezolano, a las Fuerzas Armadas Venezolanas, a sus sectores democráticos y populares en particular, porque también los hay de otro signo, por lo que no hay por qué generalizar como si fuéramos ingenuos. Y obviamente remarcar el reconocimiento del PCV al papel de Hugo Chávez Frías como líder de este proceso revolucionario.
Fuente: Semanario Nuestra Propuesta, del PCA
¿Qué significa la derrota en el referéndum?
Jorge Rossel
Aproximadamente a la 1 de la madrugada, después de una larga demora, la Comisión Electoral Nacional de Venezuela anunció los resultados del referéndum sobre la reforma constitucional. La propuesta de cambio constitucional fuer derrotada por un estrecho margen: 4.504.354 votos en contra (50,70%) y 4.379.392 (49,29%) a favor del SÍ. Poco después, el presidente Chávez apareció en televisión aceptando los resultados. Dijo que las reformas propuestas no se habían aprobado "por ahora", pero que él continuaría la lucha por la construcción del socialismo.
El resultado, como se podía esperar, fue recibido con júbilo por la oposición de derechas y todas las fuerzas reaccionarias. Por primera vez en casi una década habían conseguido una victoria. Hubo escenas de alegría en zonas acomodadas de clase media de Caracas. "¡Al final hemos demostrado que se puede derrotar a Chávez! ¡Por lo menos hemos detenido el giro hacia el comunismo! ¡Hemos dado a la chusma una lección!"
La alegría de los reaccionarios es prematura y exagerada. Una mirada a los resultados demuestra que la fuerza electoral de la oposición apenas ha aumentado, si se comparan los resultados (después de contabilizar el 88% de los votos) con las elecciones presidenciales de 2006, la oposición ha conseguido sólo 100.000 votos más, pero Chávez ha perdido 2,8 millones de votos. Estos votos no fueron a la oposición sino a la abstención. Este hecho significa que el apoyo a la contrarrevolución no ha aumentado de manera significativa desde su punto más alto de hace un año.
Cómo "informa" la burguesía a la opinión pública
Varios factores han contribuido a este resultado. La burguesía tiene en sus manos instrumentos poderosos para moldear a la opinión pública. Organizaron una absoluta movilización de los medios de comunicación reaccionarios para realizar una campaña histérica de mentiras y calumnias contra Chávez, la revolución y el socialismo. Esta campaña alarmista sin duda tuvo un efecto en los sectores más atrasados de la población.
La presión fue despiadada. La Iglesia Católica, encabezada por la reaccionaria Conferencia Episcopal, predicó desde sus púlpitos contra Chávez y el "comunismo ateo". En Últimas Noticias, uno de los periódicos más leídos en Venezuela y uno de los que más leen los bolivarianos, apareció un anuncio de dos páginas en el que se decía que el Estado te quitaría a tus hijos y que ellos pertenecerían al Estado, que se eliminaría la libertad de confesión religiosa.
En Carabobo, el periódico regional Notitarde, publicó una encuesta en primera línea con el siguiente titular: "Hoy tú decides y la decisión será para siempre" y justo debajo de una fotografía una carnicería vacía con una bandera cubana y una imagen de Castro con el siguiente titular: "Así es cómo hoy es la Cuba socialista".
Estos ejemplos demuestran la hipocresía mendaz de la campaña de los medios de comunicación internacionales cuando dicen que "no hay libertad de prensa hoy en Venezuela". Esta campaña ruidosa alcanzó su crescendo hace unos meses cuando el gobierno decidió no renovar la licencia de RCTV, una cadena de televisión de derechas que era un nido célebre de conspiradores contrarrevolucionarios que jugaron un papel clave en el golpe de abril de 2002.
El problema no es que la revolución haya limitado los derechos democráticos de la oposición o pisoteado la "libertad de prensa". El problema es que la revolución ha sido demasiado generosa con sus oponentes, excesivamente tolerante, muy paciente, demasiado caballerosa. Ha dejado excesivo poder en manos de la oligarquía y sus agentes. Ha puesto un arma en sus manos y que la están utilizando de modo muy efectivo para sabotear la revolución, descarrilarla y por último destruirla.
La abstención
Todo esto es cierto pero no responde a la pregunta de por qué ha ganado el "no". El elemento principal en la ecuación fue la abstención: un gran número de chavistas no se han molestado en ir a votar. La pregunta que se debe hacer es la siguiente: ¿por qué no han votado? Los burócratas y cínicos de clase media culparán a las masas por su supuesta apatía. Esa idea es totalmente falsa. Las masas han votado sistemáticamente a Chávez en cada elección y referéndum. Votaron masivamente en diciembre pasado, pero ahora hay síntomas de cansancio. ¿Por qué?
Después de todo lo que se habla sobre el socialismo, la oligarquía aún está firmemente atrincherada, utiliza su riqueza y poder para sabotear y socavar la revolución. Los golpistas de 2002 aún están en libertad. Los medios de comunicación de derechas son libres para extender mentiras y calumnias contra la revolución. Asesinan a activistas campesinos y no pasa nada.
A pesar de las reformas del gobierno, que sin duda han ayudado a los pobres y desfavorecidos, la mayoría aún vive en la pobreza. El problema de los sin techo sigue sin resolverse. El sabotaje de los terratenientes y capitalistas está provocando escasez de productos básicos. Todo esto tiene un efecto sobre la moral de las masas.
La aplastante mayoría de las masas aún apoyan a Chávez y la revolución, pero hay claros síntomas de cansancio. Después de nueve años de agitación, las masas están cansadas de palabras y discursos, desfiles y manifestaciones, también de interminables elecciones y referendos. Quieren menos palabras y una acción más decisiva: acción contra los terratenientes y capitalistas, acción contra los gobernadores y funcionarios corruptos.
Sobre todo, quieren acción contra la quinta columna de chavistas de derechas que llevan camisetas rojas y hablan de socialismo del siglo XXI pero que se oponen al verdadero socialismo, que sabotean la revolución desde dentro. A menos que se purgue el Movimiento Bolivariano y el PSUV de estos burócratas y arribistas reformistas, no se podrá hacer nada.
La quinta columna
Los burócratas de nuevo demostraron su total incapacidad de organizar una campaña seria de masas. No consiguieron responder a las mentiras de la oposición. No fueron capaces de explicar los muchos puntos de la reforma constitucional que habrían beneficiado a la clase obrera, como la jornada laboral de 36 horas semanales. ¿Cómo lo iban a hacer cuando ellos mismos se oponen a este tipo de medidas socialistas? Este sabotaje por parte de la quinta columna es bien conocido por la base del movimiento, también por sus enemigos. La revista Time comentaba con desdén: "Incluso algunos aliados de Chávez quieren poner frenos al tren radical del presidente. Muchas de las reformas propuestas, dicen ellos, tienen menos que ver con atribuir poderes al pueblo que con la concentración de poder en manos de Chávez. Entre las iniciativas: eliminar el límite de mandados presidencial; poner el ahora autónomo Banco Central bajo el control del presidente; y la creación de vicepresidentes regionales. Los líderes provinciales como Ramón Martínez, gobernador del estado de Sucre y socialista, considera esta última idea como una profusa centralización de la autoridad federal, además de una traición a la revolución bolivariana de Chávez (llamada así por el héroe de la independencia sudamericana del siglo XIX: Simón Bolívar). 'Esta revolución se supone que crearía más pluralismo en Venezuela", dice Martínez. 'Nosotros no queremos un mega-estado como la Unión Soviética".
Cualquiera que lea estas líneas comprenderá inmediatamente por qué no hubo una campaña seria. Ramón Martínez no es un socialista sino un dirigente de Podemos, esos renegados que se escindieron del Movimiento Bolivariano en víspera del referéndum para llevar a cabo una violenta campaña por el "no". Su comportamiento no debería sorprender a nadie, no fue un caso aislado. En Apure, el gobernador no hizo nada para organizar la campaña, y muchos otros se comportaron de una manera similar. Los burócratas simplemente repitieron la misma campaña desastrosa y vacía que organizaron hace un año en la campaña presidencial.
Un compañero en Mérida describía la situación de esta manera: "Fue una campaña estúpida, los carteles sólo decían que si votabas a Chávez era por 'amor" mientras que la campaña de la derecha era violenta. Decían que le quitarían todo a la gente, si tenías dos automóviles, te quitarían uno, que los recién nacidos serían arrebatados por el estado "socialista".
Después de que se anunciara el resultado, hubo un programa en directo con las líneas telefónicas abiertas al público en RNV, una de las emisoras de radio estatales, y la mayoría de los que llamaron culpaban a la burocracia por la ausente campaña a favor del SÍ. Muchos mencionaron la actitud de los gobernadores alcaldes "chavistas" que no solo no organizaron la campaña, sino que la sabotearon activamente. Estos burócratas temían la aprobación de estas reformar más que la oposición.
Correctamente, veían que las masas considerarían este referéndum como parte de un largo y atrasado ajuste de cuentas no sólo con la clase dominante, sino también contra los elementos reformistas y burocráticos dentro de la dirección del movimiento bolivariano.
La táctica de Baduel
Las declaraciones de la oposición después del resultado fueron muy significativas. El primer orador fue uno de los dirigentes de los estudiantes reaccionarios, en tercer lugar estaba Rosales, el candidato opositor al presidente que perdió contundentemente frente a Chávez el pasado mes de diciembre. Pero el segundo orador no era otro que el general Baduel, el anterior ministro de defensa de quién hemos escrito hace poco.
¿Qué dijo Baduel? Habló de la reconciliación nacional y ofreció negociar con Chávez. Renunciaba a todas las intenciones de organizar un golpe. En pocas palabras, ofreció una cara sonriente y la mano amistosa. Esta es una táctica bastante inteligente y confirma nuestra impresión de que Baduel es un contrarrevolucionario inteligente. La nueva táctica de la oposición refleja también la verdadera correlación de fuerzas que, a pesar del resultado del referéndum, es aún muy desfavorable para los contrarrevolucionarios.
La revolución no debería confiar en ninguna de las caras sonrientes de la contrarrevolución. Debemos recordar las palabras de Shakespeare: "¡hay sonrisas que hieren como puñales!" La oferta de reconciliación es una trampa. No puede haber reconciliación entre revolución y contrarrevolución porque no puede existir reconciliación entre ricos y pobres, explotadores y explotados.
La única razón de este cambio de táctica es que la oposición no puede derrotar a Chávez mediante la acción directa. Son demasiado débiles y lo saben. Los elementos más estúpidos de la oposición ahora están borrachos de éxito. Pero después de una noche de borrachera llegará la mañana con una mala resaca. La "victoria" se ha ganado por un estrecho margen. A pesar de los grandes esfuerzos de la oposición sólo han conseguido movilizar unos 100.000 votos más. Además, esta lucha no se puede ganar sólo con los votos.
Los burgueses barrigones, sus esposas e hijos, el pequeño tendero, el estudiante "mocosos consentidos de los ricos", los oficinistas del gobierno, resentidos con la "chusma", los pensionistas nostálgicos de los "buenos y viejos días" de la Cuarta República, los especuladores, ladrones y estafadores, los viejos devotos de ambos sexos manipulados por la jerarquía reaccionaria de la Iglesia, los ciudadanos de la sólida clase media cansados de la "anarquía": todos estos elementos parecen como una fuerza formidable en términos electorales, pero en la lucha de clases su peso es prácticamente cero.
La correlación de fuerzas de clase
La verdadera correlación de fuerzas de clase se pudo ver en los mítines de fin de campaña del referéndum. Como en diciembre de 2006, la oposición movió cielo y tierra para movilizar a su base y consiguió reunir una gran multitud. Sin embargo, al día siguiente, las calles del centro de Caracas estaban llenas de una manera de camisetas rojas y pancartas. Los dos mítines revelaron que la base activa de los chavistas es cinco u ocho veces más que grande que la base de la oposición.
La imagen es incluso más clara en el caso de la juventud. Los estudiantes de la oposición son las tropas de choque de la oposición. Han sido la principal fuerza organizadora de provocaciones violentas contra los chavistas. En su manifestación más grande congregaron a 50.000 personas, según el cálculo más optimista. Pero los estudiantes chavistas en su manifestación reunieron a 200.000 o 300.000 personas. En este sector decisivo de la lucha, la juventud, las fuerzas activas de la revolución superan con creces a las fuerzas de la contrarrevolución.
En el lado de la revolución está la aplastante mayoría de los trabajadores y campesinos. ¡Esta es la cuestión decisiva! Ni una bombilla se enciende, ni una rueda gira, ni un teléfono suena sin el permiso de la clase obrera. Esta es una fuerza colosal una vez se organiza y moviliza por la transformación socialista de la sociedad.
¿Y el ejército? ¿Qué pasa con el ejército? Los reformistas como Heinz Dieterich siempre están con la misma historia como si se tratara de un disco rallado en un viejo gramófono. Sí, el ejército es una cuestión decisiva. Pero el ejército siempre refleja las tendencias que hay dentro de la sociedad. El ejército venezolano lleva viviendo una década de tormenta y tensión revolucionaria. ¡Y eso deja su sello!
No hay ninguna duda de que la aplastante mayoría de los soldados rasos, hijos de trabajadores y campesinos, son leales a Chávez y la revolución. Lo mismo se aplica a la mayoría de los sargentos, suboficiales y oficiales más jóvenes. Pero cuanto más ascendemos en el escalafón militar menos clara es la situación. En las últimas semanas hubo rumores de conspiraciones y algunos oficiales fueron detenidos. ¡Es una advertencia seria!
Entre los oficiales, muchos serán leales a Chávez, otros simpatizarán con la oposición o serán secretos contrarrevolucionarios. La mayoría probablemente sean soldados de carrera apolíticos, cuyas simpatías se inclinan a uno u otro lado dependiendo del clima general de la sociedad.
El hecho de que el general Baduel haya decidido adoptar un tono cauteloso y conciliador demuestra que en la actualidad no existe una base seria para un golpe de estado. Los contrarrevolucionarios serios (incluidos los asesores de la CIA) son conscientes de que por ahora la situación no está madura para una operación como la de abril de 2002. ¿Por qué no? Porque cualquier intento de dar un golpe en esta etapa sacaría de nuevo a las masas a las calles dispuestas a luchar y morir si es necesario para defender la revolución.
En estas circunstancias, el ejército venezolano actualmente no sería un instrumento muy fiable para un golpe. Llevaría a una guerra civil que los contrarrevolucionarios no confían en ganar. Y no hay dudas de que en esta ocasión una derrota de la contrarrevolución en una lucha abierta significaría la liquidación inmediata del capitalismo en Venezuela.
Por estas consideraciones prácticas Baduel ha adoptado la posición que ha tomado. En realidad intenta ganar tiempo, espera que las condiciones objetivas cambien a favor de la contrarrevolución y en contra de la revolución. Hay que admitir que estos cálculos son correctos. ¡El tiempo no está del lado de la revolución!
El papel pernicioso de las sectas
Baduel ahora defiende la convocatoria de una asamblea constituyente. Resulta irónico que sea la misma reivindicación que está defendiendo el PO argentino y otras sectas ultraizquierdistas. Estos últimos se encontraron agitando al lado de la contrarrevolución en la campaña del referéndum, pero no debería ser una gran sorpresa.
El papel de Orlando Chirino y otros llamados "trotskistas" que defendieron el voto nulo fue absolutamente pernicioso. Estas damas y caballeros están tan ciegos por su odio a Chávez que ya no son capaces de comprender la diferencia entre revolución y contrarrevolución. Esta circunstancia les incapacita totalmente como una fuerza progresista, menos aún revolucionaria. Pero dejemos que los muertos entierren a sus muertos.
Los contrarrevolucionarios e imperialistas comprenden la situación con mucha más claridad que los payasos y estúpidos sectarios. Las masas han despertado a la vida política por Chávez y le son tremendamente leales. La burguesía ha intentado todo lo posible para deshacerse de Chávez pero ha fracasado. Cada uno de los intentos contrarrevolucionarios se ha hecho pedazos frente a la roca del movimiento de masas.
Por lo tanto, han decidido armarse de paciencia e intentan ganar tiempo. Chávez ha sido elegido para un período de seis años y por tanto tienen cinco años más por delante. El primer paso de la burguesía era garantizar que no puede presentarse a las próximas elecciones. Esa era la importancia del referéndum desde su punto de vista, calculan que si pueden librarse de Chávez de una manera u otra el movimiento se dividirá en pedazos y se desintegrará, permitiendo así que el poder regrese a sus manos.
La oposición es cauta porque es consciente de su debilidad. Sabe que no es lo suficientemente fuerte para pasar a la ofensiva. Pero sobre la base de un "acuerdo nacional" intentan diluir el programa de Chávez. Si lo consiguen, desmoralizará a la base chavista, mientras que los burócratas y reformistas saldrán fortalecidos.
Es una táctica inteligente, pero hay un problema. A pesar del resultado del referéndum, tienen que aguantar a Chávez hasta 2012-13 y no hay otras elecciones importantes en el horizonte. En una situación como Venezuela en cinco años pueden cambiar muchas cosas. Por eso quieren una asamblea constituyente, si ellos pueden ganar otro referéndum cambiarán la constitución para permitir unas elecciones anticipadas que esperan ganar, probablemente con Baduel como candidato.
¿Por qué tienen tanta confianza en ganar? Por que la revolución no ha llegado hasta el final, porque las palancas importantes de la economía se han dejado en manos de los mayores enemigos de la revolución, y también porque hay un límite a lo que pueden tolerar la masas sin caer en un ambiente de apatía y desesperación.
¡Son necesarias medidas decisivas!
Hace algunos años, en mayo de 2004, escribí un artículo titulado: Tesis sobre la revolución y contrarrevolución en Venezuela, en él escribía lo siguiente: "Basarse exclusivamente en la disposición de las masas a hacer sacrificios es un error. Las masas pueden sacrificar su hoy por un mañana sólo hasta cierto punto. Siempre hay que tener en mente una idea, en última instancia, la cuestión económica es decisiva".
Esta observación hoy mantiene toda su vigencia. En su artículo del 27 de noviembre de 2007, Erik Demeester daba cifras de un reciente informa de Datanalisis (1) [el servicio de estadísticas venezolano] que revelaba lo que ya muchas personas saben. "La escasez de productos alimenticios básicos se está volviendo intolerable. Este estudio señala que la leche, la carne de vaca y el azúcar son muy difíciles de encontrar. Otros productos como el pollo, el aceite de cocina, el queso, las sardinas y las alubias también son muy escasos. El análisis se basa en entrevistas a 800 personas en unas 60 tiendas diferentes, supermercados y mercados, tanto del sector privado como de la red pública de distribución: Mercal. El 73, 3 por ciento de los lugares visitados no tenían leche en polvo a la venta. El 51, por ciento ya no tenían azúcar refinada, el 40 por ciento no tenía aceite de cocina y el 26,7 por ciento no tenía alubias, un producto básico en Venezuela.
"Dos tercios de los clientes declararon que en un grado u otro padecían escasez de comida donde habitualmente compraban. Colas de horas, algunas veces de cuatro horas, para comprar algo de leche no eran algo excepcional. Esta situación recuerda a la de Chile cuando el sabotaje económico se utilizó contra el gobierno de izquierdas de Unidad Popular en los años setenta".
Para las masas la cuestión del socialismo y la revolución no es abstracta sino en realidad muy concreta. Los trabajadores y campesinos de Venezuela han sido extremadamente leales a la revolución. Han demostrado un alto grado de madurez revolucionaria y disposición a luchar y hacer sacrificios. Pero si la situación se prolonga durante demasiado tiempo sin una ruptura decisiva, las masas comenzarán a cansarse. Empezando por las capas más atrasadas e inertes empezará a desarrollarse un ambiente de apatía y escepticismo.
Si no hay un final claro a la vista comenzarán a decir: hemos escuchado todos estos discursos antes, pero nada fundamental ha cambiado. ¿De qué sirve manifestarse? ¿De qué sirve votar si vivimos igual que antes? Este es el mayor de los peligros para la revolución. Cuando los reaccionarios vean que la marea de la revolución comience a bajar entonces pasarán a la contraofensiva. Los elementos avanzados de los trabajadores se encontrarán aislados. Las masas ya no responderán a sus llamamientos. Cuando llegue ese momento la contrarrevolución golpeará.
Aquellos que defiende que la revolución ha ido demasiado lejos y rápido, que es necesario detener las expropiaciones y llegar a un acuerdo con Baduel para salvar la revolución, están totalmente equivocados. La razón por la que un sector de las masas se están desilusionando no es porque la revolución haya ido demasiado lejos y rápido, sino porque va demasiado lenta y no hay ido lo suficientemente lejos.
La creciente escasez de productos básicos y la inflación afectan principalmente a las zonas de la clase obrera, que forman la base del chavismo. Esta circunstancia es la que socava la revolución no "ir demasiado lejos". No se puede hacer media revolución. Si aceptamos el consejo de los reformistas de la escuela de Heinz Dieterich seguramente destruiremos la revolución. Actuaríamos como un hombre que está sentado en la rama de un árbol y la sierra.
Las elecciones y la lucha de clases
Los marxistas no nos negamos a participar en las elecciones. Esa es la posición del anarquismo no del marxismo. En general, la clase obrera debe utilizar cada resquicio democrático que esté disponible para reunir a sus fuerzas, conquistar una posición tras otra al enemigo de clase y prepararse para la conquista del poder.
La lucha electoral ha jugado un papel importante en Venezuela para unir, organizar y movilizar a las masas. Pero tiene sus límites. La lucha de clases no se puede reducir a estadísticas abstractas o aritmética electoral. Ni el destino de una revolución está determinado por leyes o constituciones. Las revoluciones se ganan o se pierden no en los despachos de abogados o en elecciones parlamentarias, sino en las calles, en las fábricas, en los pueblos y barrios pobres, en las escuelas y barracones del ejército. Ignorar este hecho es un peligro.
Los reformistas creen que la clase obrera siempre debe cumplir las sutilizas legales. Pero hace tiempo que Cicerón dijo: Salus populi suprema est lex (La ley suprema es el bien del pueblo). Nosotros deberíamos añadir: la ley suprema es el bien de la revolución. Los contrarrevolucionarios no han demostrado ningún respeto por la ley o la constitución de 2002, y si hubieran triunfado habrían abolido inmediatamente la constitución de 1999. Ahora todos están gritando por la defensa de esa misma constitución.
Incluso después de la derrota del referéndum, Chávez tiene suficientes poderes para llevar a cabo la expropiación de los terratenientes, banqueros y capitalistas. Tiene el control de la Asamblea Nacional y el apoyo de los sectores decisivos de la sociedad venezolana. Una ley capacitante para expropiar la tierra, los bancos y las grandes empresas privadas provocaría un apoyo entusiasta de las masas.
El nivel de abstención que ha permitido la estrecha Victoria de la oposición es una advertencia. Las masas exigen una acción decisiva y no palabras. Puede que esta derrota tenga el efecto contrario, puede elevar las masas a niveles nuevos de lucha revolucionaria. Marx dijo que la revolución necesita el látigo de la contrarrevolución, y lo hemos visto en más de una ocasión durante estos últimos nueve años en Venezuela.
No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos y no se puede luchar con un brazo atado a la espalda. Una revolución no es un juego de ajedrez con reglas bien definidas. Es una lucha entre intereses de clase mutuamente antagónicos e irreconciliables. Son necesarias medidas decisivas para defender la revolución y desarmar la contrarrevolución.
La victoria del "no" en el referéndum actuará como un golpe saludable. La base chavista está furiosa y culpa a la burocracia, a la que correctamente culpan de este revés. Existen acciones para purgar a la derecha del movimiento. ¡Es absolutamente necesario! Nuestras consignas deben ser: ¡Ningún paso atrás! ¡Ningún acuerdo con la oposición! ¡Por el avance de la revolución! ¡Expulsión de los burócratas y arribistas! ¡Expropiación de la oligarquía! ¡Armar a los trabajadores para luchar contra la reacción! ¡Viva el socialismo!
"Chávez tiene el derecho a expresar sus opiniones. Pero también la responsabilidad de escuchar a las bases"
MAREA Clasista y Socialista grupo político participa dentro del PSUV
Los ajustados resultados a favor del NO a la reforma que posibilitaron un triunfo de la derecha, necesita que hagamos entre todos una profunda reflexión. Esta debería ser útil para comprender la situación vivida, la que vamos a enfrentar en los meses que viene, y para construir las cosas que necesitamos hacer. Es necesario y urgente cambiar y profundizar, esa es tarea de quienes creemos y luchamos por una Venezuela socialista. Ya hay y seguirá surgiendo en estos días distintos balances. Pero, lo que hay que tomar en cuenta es que la oposición y el imperialismo debatirán como seguir debilitando al proceso y los sectores burocráticos intentaran salvar su responsabilidad ante lo sucedido.
Quienes hemos hecho campaña a favor del SI intentando que se profundice el proceso revolucionario, que hemos puesto todo nuestro esfuerzo enfrentando al imperialismo, a los patronos y a los medios privados en estos meses, tenemos el derecho y la necesidad de reflexionar a fondo, de proponer, de volver a marcar los problemas que existen. Creemos son parte de las causas que motivaron que no pudiéramos ganar, al menos por ahora. Queremos hacer este debate e intercambio de propuestas en común con los millones que votaron por el SI. Y también con sectores de las bases de los trabajadores y pobres del país que lamentablemente no lo hicieron, pero que nada tienen que ver con el imperialismo y la oposición.
"Hay que mantener nuestro objetivo socialista y atender grandes problemas sin solucionar"
En primer lugar, creemos que toda propuesta que se haga debería partir de reafirmar y no abandonar la lucha por transformar a Venezuela en un país socialista. Ninguno de los problemas que tenemos van a solucionarse en el marco del capitalismo que aun existe en nuestro país. Muchos sectores -incluso del propio aparato de estado- aprovechando esta derrota presionaran e intentaran mostrar que fue equivocado hablar de socialismo, que mejor conviene negociar, bajar la marcha del proceso. El Presidente Chávez posiblemente sea quien mas reciba esas presiones que esperamos rechace. Porque retroceder en esto equivale a firmar la derrota del proceso revolucionario. Discutamos qué pasos se pueden dar, qué medidas es necesario tomar, cómo replanteamos las formas partidarias, sociales y las tomas de decisiones, sobre la base de mantener el rumbo firme hacia el país que necesitamos.
Si un importante sector de los votantes chavistas se abstuvieron, o incluso un sector confundido voto por el NO, se debe a causas profundas que no pueden ignorarse. Hay seguramente muchos que reflejaron con su voto la presión de la campaña mediática de la derecha y el imperialismo, que amenazaba con el quite, expropiación o despojo de propiedades individuales. Es evidente que todavía actúa el peso de los medios privados y la libertad que los grandes sectores patronales tienen para hacer campaña en todos los rincones del país. Pero a la vez hay otros problemas que son responsabilidad directa del gobierno. En primer lugar, haber reflejado en la propuesta de reforma un excesivo poder concentrado en las manos del presidente (incluyendo reelección continua, vice presidencias elegidas por él y otros temas) que no fue bien visto por un sector de la población que viene de haber votado por Chávez en diciembre pasado.
Evidentemente mientras se realizaba esta campaña mediática de la derecha, se producen también otras contradicciones. El gobierno habla de socialismo y de igualdad como proyecto pero sigue sin resolver problemas sociales cruciales como la inseguridad, la vivienda, la situación salarial de grandes sectores, mientras otros sectores enriquecidos siguen con sus grandes negocios y su poder económico y político. Todos sabemos que hay conquistas sociales muy positivas y que la reforma traía otras más, pero las revoluciones tienen leyes insalvables: para avanzar hay que tomar medidas claras que debiliten el poder económico capitalista y pongan todo en función de las necesidades sociales. En este tema aun con pasos importantes todavía estábamos muy detrás de lo necesario, y esa contradicción entre la campaña mediática de la derecha y problemas sin solucionar trajo dudas, desconfianza y temores de un sector de nuestra propia base social.
Al mismo tiempo, los resultados del domingo han demostrado que un gran sector comparte la idea de avanzar hacia el socialismo. También que hay descontento, dudas y temores ante los problemas reales. Lamentablemente, en esta confrontación con la derecha y el imperio algunos sectores que eran del proceso equivocadamente llamaron a votar NO, abstenerse o votar nulo, colaborando en los hechos con la derecha y su triunfo. Unos como Podemos o Baduel porque cambiaron a un proyecto anti socialista. Otros dirigentes sindicales y sociales se negaron a convocar a votar SI por sectarismo, y ayudaron así a que la derecha ganara por breve margen. No obstante, los dirigentes sindicales clasistas y los trabajadores tenemos que salir a movilizarnos y a conquistar hoy las 6 horas de trabajo, la inclusión de los informales, la seguridad de vivienda, el tener tierras y otras medidas que estaban planteadas. Entonces, con la no aprobación de la reforma, ningún revolucionario y clasista debe estar festejando los resultados sino viendo como organizamos, moralizamos y hacemos que la conciencia y la lucha avance y logre las conquistas sociales contenidas en el proyecto de reforma, y que incluso algunos opositores a ellas decían que era posible lograrse sin la reforma .
La burocracia y la corrupción de sectores del gobierno y el estado no pueden continuar
Junto con el evidente peso de los problemas sociales no resueltos, hay una estructura burocrática y corrupta en gobernaciones, alcaldías y ministerios, que ha llevado la situación a un terreno donde ya no hay salida: o se cambia con esta situación de raíz o se pierde el proceso revolucionario. Como ya lo veníamos denunciando quienes integramos MAREA Clasista y Socialista, se hace necesario terminar con los funcionarios enriquecidos, con los que tiene lazos y negocios con sectores del poder económico, con los que se pasean en Hummer y en otro tipo lujosas camionetas. Son obstáculos los Ministros que atacan derechos de las bases, donde el actual Ministro de Trabajo y todo su equipo es su más perversa y burocrática expresión. Hay la necesidad de que el presidente le meta la lupa a esta situación que pesó enormemente en la decisión de votar No y abstenerse. Todos los sectores socialistas bolivarianos esperamos que se avance a un cambio profundo y urgente del equipo de gobierno. Son estos funcionarios los que desmoralizan a las bases, los que alejan a los trabajadores y pobres del proceso. Los que no pudieron convencer a distintos sectores que voten por el SI, porque con su accionar cotidiano demuestran todo lo contrario a lo que dicen.
Nuestro proceso revolucionario necesita y se merece un cambio profundo y urgente. Ya no hay tiempo ni posibilidades de cambios superficiales. Hay que abrir el debate de las grandes decisiones políticas y económicas con las bases, con las organizaciones sociales, populares y políticas del proceso. Hay que terminar con los funcionarios elegidos a dedo que no reflejan más que sus intereses personales. Replantearse el rol de los Ministros y Ministerios del Poder Popular, para que todas las decisiones referidas a cada uno sean debatidas y decididas por las bases involucradas. Como ya lo hemos propuesta a la Asamblea Nacional, hay que terminar con los salarios de funcionarios que viven como en Venezuela Saudita, que compran propiedades y duermen en lujosos hoteles. Eso nada tiene que ver con un proyecto socialista, y las bases reclamamos la salida de todos los involucrados en este proceso, la renuncia de estos ineficientes e inescrupulosos funcionarios. Hay que darle paso a los que trabajan por el proceso, a los que se sacrifican a diario desde las bases, a los verdaderos liderazgos obreros, populares, campesinos y estudiantiles, que son parte y reflejo directo de sus sectores sociales.
Hace falta la organización de los sectores honestos y consecuentes de las bases del proceso
Muchos de estos problemas ya hace tiempo que los venimos denunciando. Durante la campana por el SI, mantuvimos esta visión crítica, como también lo hicieron miles de compatriotas en los batallones del PSUV y de los movimientos sociales. En todos los eventos por el SI se respiraba un apoyo a Chávez y al proceso, combinado con la critica y la intuición de que había grandes problemas. Tenemos a favor que somos miles y miles los que venimos luchando juntos. Hemos estado en la calle apoyando reclamos salariales, laborales, campesinos, de vivienda. Hemos estado debatiendo juntos cómo hacer para que el PSUV no se transforme en un nuevo órgano burocrático o algo parecido a un nuevo ministerio o a otra misión, como vienen pretendiendo hacer sectores del aparato que controlaron el funcionamiento de sus primeros meses de vida. A la vez, hay un gran sector de militantes, voceros y delegados que fueron y fuimos vanguardia en la campaña por el SI y que no vamos a aceptar se intente ahora en el Congreso continuar con los vicios burocráticos que nos llevaron a este tipo de situación que ahora sufrimos.
Para salir de esta situación y que el proceso revolucionario supere este momento y pueda profundizarse, verdaderamente todo el poder debe pasar al pueblo y a sus organizaciones. El Congreso del PSUV debe transformarse en la más democrática instancia donde todos podamos opinar, proponer, criticar y decidir lo mejor para la revolución bolivariana, sin restricciones y sin injerencias burocráticas que impidan una libre discusión. Tenemos inmensa confianza en que cientos de miles de compatriotas podemos seguir con el proyecto socialista y enfrentar en ese camino cualquier intento que la derecha pretenda realizar. Pero a la confianza hay que acompañarla de unidad y de organización, construyendo un espacio común para debatir todos estos temas. Desde MAREA ofrecemos nuestra publicación y nuestros eventos para que sean un lugar y una herramienta al servicio de estas necesidades. Es fundamental que las bases y los más honestos conscientes militantes del proceso tengamos espacios comunes.
Junto a cientos de dirigente sindicales clasistas y populares del país, y junto decenas de miles de militantes del PSUV estuvimos donde teníamos que estar, junto al pueblo bolivariano, enfrentando al imperio y a la derecha y haciendo nuestro máximo esfuerzo por profundizar la revolución. De eso nos sentimos satisfechos. Esa tarea sigue siendo necesaria y para eso ratificamos nuestro compromiso con el proceso revolucionario, también nuestro reclamo de solución a los problemas sociales pendientes, buscando las formas de otorgarles a los trabajadores y al pueblo las conquistas sociales que estaban en el proyecto de reforma. Repetimos nuestra propuesta de transformar el Congreso del PSUV en la más democrática instancia donde las bases nos expresemos y decidamos por sobre la burocracia y el poder constituido. Todos debemos proponer, opinar, criticar, es la necesidad más importante. Por supuesto Chávez tiene el derecho a expresar sus opiniones y propuestas. Pero también la responsabilidad de escuchar a las bases y abrirse a los cambios que la realidad impone.
Stalin Pérez Borges, Vilma Vivas, Marco García e Ismael Hernández (En representación de MAREA Clasista y Socialista). Caracas, 3 de diciembre 2007
Fuente ANRed
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