Por Corina Milán *
El próximo sábado 8 de marzo seguramente deberé sonreír tibia y falsamente cuando me digan “¡Feliz Día!” al entrar a algún negocio o al saludar a amigos y vecinos. Como soy más cortés que militante con la gente amable, guardaré mis opiniones para no importunar; pero este es el medio que elijo para hacer pública mi protesta por el Día de la mujer.
¿Por qué existe el “Día de la mujer”? ¿Por qué no existe un “Día del hombre”? ¿Por qué todavía hace falta recordar, reconocer, reivindicar las empresas y méritos femeninos? Y en todo caso, ¿por qué se hace esto un solo día? ¿Alcanza una efeméride para que la humanidad lave las culpas de siglos de maltrato a la más numerosa de las minorías? ¿Por qué las mujeres aceptamos la palmadita en el hombro que significa “tener un día para nosotras”? ¿Aceptar el Día de la mujer no equivale a perdonar la falta de auténtica preocupación durante los trescientos sesenta y cuatro días restantes (o mejor, trescientos sesenta y tres porque tenemos el Día de la madre también)?
Definitivamente, este tipo de homenajes son monumentos a los héroes olvidados: no sirven para cambiar las injustas desigualdades por condiciones de género con las que convivimos “naturalmente” gracias a los perversos dispositivos del poder patriarcal.
Está muy bien que pasen cine hecho por mujeres o se hable de problemas y/o proyectos que involucran a mujeres; lo que no está bien es que lo hagan sólo el 8 de Marzo.
El día que las mujeres que lleguen a puestos jerárquicos en cualquier entidad no deban ser mucho más competentes y/o “baratas” (en el sentido de costos salariales) que los hombres que pueden ocupar esos puestos; el día que las publicidades de productos de limpieza no sean protagonizadas exclusivamente por mujeres que disfrutan de fregar; el día que la violencia ejercida sobre las mujeres sea duramente sancionada; el día que los humoristas y conductores televisivos que tienen picos de ráting gracias a la belleza de culos y tetas femeninos sean menos exitosos y deban recurrir a recursos un poco más elaborados; el día que las chicas dejen de desfilar semidesnudas como ganado en exposición para ser coronadas reinas y princesas de los productos que venden en sus pueblos; el día que la legislación y los recursos estatales y privados reconozcan el tiempo y el espacio que requieren los cuidados maternos a los niños, sin que por eso sus madres sean consideradas peores trabajadoras… Ese día, algo habrá cambiado. Seguramente ese día, no será necesario establecer una fecha como Día de la mujer porque la mujer, tanto como el hombre, está hecha de Tiempo.
DNI 24.021.935
Correo electrónico: corina.milan@gmail.com
El próximo sábado 8 de marzo seguramente deberé sonreír tibia y falsamente cuando me digan “¡Feliz Día!” al entrar a algún negocio o al saludar a amigos y vecinos. Como soy más cortés que militante con la gente amable, guardaré mis opiniones para no importunar; pero este es el medio que elijo para hacer pública mi protesta por el Día de la mujer.
¿Por qué existe el “Día de la mujer”? ¿Por qué no existe un “Día del hombre”? ¿Por qué todavía hace falta recordar, reconocer, reivindicar las empresas y méritos femeninos? Y en todo caso, ¿por qué se hace esto un solo día? ¿Alcanza una efeméride para que la humanidad lave las culpas de siglos de maltrato a la más numerosa de las minorías? ¿Por qué las mujeres aceptamos la palmadita en el hombro que significa “tener un día para nosotras”? ¿Aceptar el Día de la mujer no equivale a perdonar la falta de auténtica preocupación durante los trescientos sesenta y cuatro días restantes (o mejor, trescientos sesenta y tres porque tenemos el Día de la madre también)?
Definitivamente, este tipo de homenajes son monumentos a los héroes olvidados: no sirven para cambiar las injustas desigualdades por condiciones de género con las que convivimos “naturalmente” gracias a los perversos dispositivos del poder patriarcal.
Está muy bien que pasen cine hecho por mujeres o se hable de problemas y/o proyectos que involucran a mujeres; lo que no está bien es que lo hagan sólo el 8 de Marzo.
El día que las mujeres que lleguen a puestos jerárquicos en cualquier entidad no deban ser mucho más competentes y/o “baratas” (en el sentido de costos salariales) que los hombres que pueden ocupar esos puestos; el día que las publicidades de productos de limpieza no sean protagonizadas exclusivamente por mujeres que disfrutan de fregar; el día que la violencia ejercida sobre las mujeres sea duramente sancionada; el día que los humoristas y conductores televisivos que tienen picos de ráting gracias a la belleza de culos y tetas femeninos sean menos exitosos y deban recurrir a recursos un poco más elaborados; el día que las chicas dejen de desfilar semidesnudas como ganado en exposición para ser coronadas reinas y princesas de los productos que venden en sus pueblos; el día que la legislación y los recursos estatales y privados reconozcan el tiempo y el espacio que requieren los cuidados maternos a los niños, sin que por eso sus madres sean consideradas peores trabajadoras… Ese día, algo habrá cambiado. Seguramente ese día, no será necesario establecer una fecha como Día de la mujer porque la mujer, tanto como el hombre, está hecha de Tiempo.
DNI 24.021.935
Correo electrónico: corina.milan@gmail.com
3 Comentá esta nota:
Totalmente de acuerdo, creo que en realidad este tipo de "festejos" (que, si nos ponemos a ver detenidamente el motivo deberíamos hablar más bien de conmemoración me parece) no hacen otra cosa que segregar a las mujeres -y por qué no, en forma concomitante, a los varones- creando falsos enfrentamientos de género que en nada contribuyen a mejorar nuestra sociedad y sus injusticias.
LUIS
Estoy de acuerdo. Hoy cuando escuchaba la radio pensé: tengo que responder amablemente mañana. El año pasado cuando dije lo que pensaba frente al "feliz día" impresioné como muy desagradecida y descortés. Pero además de que en general
no me gustan los "Día de..." , me sorprende que haya un día de la mujer, y me cuesta mucho entenderlo.
María V.
Acuerdo con tus dichos Corina y con los comentarios. No comulgo con esta especie de discriminación positiva y por eso desde hace unos años no saludo a las mujeres en su día, lo cual me ha traído gastadas diversas al respecto, teniendo que fundamentar el porqué.
Fabián T.
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