Por Sebastián Cortinez *
Considerar a la homosexualidad como una enfermedad sin pertenecer al ámbito de la salud, como una desviación mental sin ser psicólogos, como un pecado sin ser religiosos o como una anormalidad sin ser nosotros mismos completamente normales, es nada más y nada menos que una actitud xenófoba.
La sociedad en la que vivimos, sin distinguirla en clases sociales, siempre tiene algo que opinar, y creen tener la palabra final, sobre aquellas personas que no encuadran en los moldes que están preestablecidos y con mucha mas virulencia cuando se trata se aquellos que se “salen” de los moldes de la normalidad sexual.
No se ha podido establecer aun ni desde lo clínico, ni desde lo psicológico, ni desde lo social, ni desde lo antropológico, ni desde la genética cuál es el origen de la homosexualidad.
Yo me inclino a pensar en que finalmente sea cual sea su ese origen, se trata de una elección de vida y porque cada elección es absolutamente personal no me queda más que respetar a aquellos que no han elegido como yo dado que nadie me puede asegurar a ciencia cierta hoy y aquí que la mía sea la mejor elección.
Yo elijo de acuerdo a los parámetros que me ha brindado la educación familiar y la educación formal, pero ¿quién me garantiza que esto es lo “normal” y aquello que eligió aquel es lo “anormal”?
Aquel que condena a otro por ser homosexual, seguramente condena al pobre por ser pobre, al judío por ser judío, al negro por ser negro, en definitiva no creo que la homofobia sea sólo una reacción a lo sexual sino más bien una reacción discriminatoria de un ser humano a otro por el sólo hecho de que ni él mismo se respeta.
Debemos partir antes que nada de la premisa de considerar al otro no por sus actividades, en este caso sexuales, sino por sus características de humanidad.
El hombre antes que nada es un ser humano más allá de sus prácticas religiosas, su modo de hablar, su forma de vestir, su color de piel o sus preferencias sexuales.
Depende de cada uno, al conocer a un homosexual, aceptar o no compartir sus inquietudes sexuales. Esto nos lleva a reflexionar sobre la firmeza o debilidad que utilizamos para mantener nuestras ideas y para forjar nuestro carácter y manifestar nuestras inquietudes.
Seguramente a muchos adolescentes se les cruza por la cabeza en algún momento de la vida alguna curiosidad sexual con un compañero del mismo sexo.
No es una realidad que nos deba asustar, es simplemente la realidad de nuestro adolescer, de no estar aun firmes en nuestras ideas y propósitos, de cosas que aun nos faltan por madurar. Esto no significa para nada ni que tengamos tendencias homosexuales, ni que lo vayamos a ser en el futuro.
Esto tiene una solución que aunque parezca complicada es por demás sencilla. Debemos acercarnos a los adultos de nuestro entorno, tomar ejemplo, leer buena literatura sobre el tema, afrontar el tema aunque persista aun como un tabú.
Yo no soy homosexual, pero no le temeré nunca a quien si lo sea porque, en definitiva, LA HOMOSEXUALIDAD NO ES CONTAGIOSA.
* DNI 36.320.636
Considerar a la homosexualidad como una enfermedad sin pertenecer al ámbito de la salud, como una desviación mental sin ser psicólogos, como un pecado sin ser religiosos o como una anormalidad sin ser nosotros mismos completamente normales, es nada más y nada menos que una actitud xenófoba.
La sociedad en la que vivimos, sin distinguirla en clases sociales, siempre tiene algo que opinar, y creen tener la palabra final, sobre aquellas personas que no encuadran en los moldes que están preestablecidos y con mucha mas virulencia cuando se trata se aquellos que se “salen” de los moldes de la normalidad sexual.
No se ha podido establecer aun ni desde lo clínico, ni desde lo psicológico, ni desde lo social, ni desde lo antropológico, ni desde la genética cuál es el origen de la homosexualidad.
Yo me inclino a pensar en que finalmente sea cual sea su ese origen, se trata de una elección de vida y porque cada elección es absolutamente personal no me queda más que respetar a aquellos que no han elegido como yo dado que nadie me puede asegurar a ciencia cierta hoy y aquí que la mía sea la mejor elección.
Yo elijo de acuerdo a los parámetros que me ha brindado la educación familiar y la educación formal, pero ¿quién me garantiza que esto es lo “normal” y aquello que eligió aquel es lo “anormal”?
Aquel que condena a otro por ser homosexual, seguramente condena al pobre por ser pobre, al judío por ser judío, al negro por ser negro, en definitiva no creo que la homofobia sea sólo una reacción a lo sexual sino más bien una reacción discriminatoria de un ser humano a otro por el sólo hecho de que ni él mismo se respeta.
Debemos partir antes que nada de la premisa de considerar al otro no por sus actividades, en este caso sexuales, sino por sus características de humanidad.
El hombre antes que nada es un ser humano más allá de sus prácticas religiosas, su modo de hablar, su forma de vestir, su color de piel o sus preferencias sexuales.
Depende de cada uno, al conocer a un homosexual, aceptar o no compartir sus inquietudes sexuales. Esto nos lleva a reflexionar sobre la firmeza o debilidad que utilizamos para mantener nuestras ideas y para forjar nuestro carácter y manifestar nuestras inquietudes.
Seguramente a muchos adolescentes se les cruza por la cabeza en algún momento de la vida alguna curiosidad sexual con un compañero del mismo sexo.
No es una realidad que nos deba asustar, es simplemente la realidad de nuestro adolescer, de no estar aun firmes en nuestras ideas y propósitos, de cosas que aun nos faltan por madurar. Esto no significa para nada ni que tengamos tendencias homosexuales, ni que lo vayamos a ser en el futuro.
Esto tiene una solución que aunque parezca complicada es por demás sencilla. Debemos acercarnos a los adultos de nuestro entorno, tomar ejemplo, leer buena literatura sobre el tema, afrontar el tema aunque persista aun como un tabú.
Yo no soy homosexual, pero no le temeré nunca a quien si lo sea porque, en definitiva, LA HOMOSEXUALIDAD NO ES CONTAGIOSA.
* DNI 36.320.636
4 Comentá esta nota:
La verdad, muy buena reflexion. Ibamos a mandar nuestras notas juntos, pero me gano de mano jaja.
En este momento no estoy en el mejor estado para pensar, y escribir una opinion interesante, porque como alguien dijo, para pensar se necesita paz.
En fin, con Sebastian vamos a comenzar a escribir un blgo en el cual se trataran una inmensidad de temas, asique proximamente rogaremos por un banner en puerta E jaja.
Un saludo a todos los lectores de puerta E.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice el autor de la nota. Me parece bárbaro que se hable del tema, desde la salud, y no desde la enfermedad. Desde la libertad y el respeto.
Sólo quisiera agregar que yo creo que la homosexualidad, no es una elección. No es una elección, como no es que yo sea mujer o varón. Yo no elegíu. Soy esto . Igual pasa con el homosexual. ES MUJER O ES VARÖN.
GRACIAS!!!
Muy buena la nota. Tal vez haya que debatir mas sobre si es elección o no. Muchas circunstancias de la vida, eventos sociales, psicológicos, de crecimiento hacen que en algun momento quien es homosexual decida mostrarse como tal o dar riendas sueltas, sin mostrarse, a su sexualidad para la sociedad "equivocada", en estre caso se puede decir que es una elección. Como dice quien comenta el tema antes quien es homosexual es varon o es mujer, creo que esta en un herror porque si se es homosexual es porque no hay una definición tan hetero como decir soy varon soy mujer.Obvio que respeto a ful cualquier defincición que cualquier ser humano tome sobre su sexualiad.
Me alegró mucho leer la nota de Sebastián y celebro la idea de fundar un blog junto a Martín para "pensar en público". Hace falta darse el espacio para pensar y tener el coraje de cuestionarnos en este mundo tan confuso y anestesiado. Es esperanzador que chicos muy jóvenes tengan ganas de que las cosas estén mejor y para eso usen la razón. Cuenten conmigo.
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