Por Observatorio del Agua UNPSJB *
El día lunes 14/04/08 se dio el primer paso formal para iniciar la construcción de la represa Condor Cliff, sobre el río Santa Cruz http://www.infraest-energ-sudamerica.org/doc120.html. El proyecto completo incluye una segunda represa aguas abajo, La Barrancosa. Los dos embalses, una vez construidos cubrirán más del 50 % del recorrido del río Santa Cruz, el único río de vertiente Atlántica aún sin represas. Se trata de proyectos de bajo impacto si las respectivas centrales se operan en condiciones de mínima, es decir utilizando los caudales naturales del río Santa Cruz. El área inundable incluye en su mayor parte tierras degradadas, por lo que no existirían mayores reparos en ese aspecto. Sin embargo el diseño de ingeniería deja abierta la posibilidad de la operación de las centrales en condiciones de máxima, con impactos mucho más graves.
La represa se construirá a 132 km del nacimiento del río Santa Cruz, en el lago Argentino y la altura del coronamiento hace posible que la cola del embalse llegue a formar un solo espejo de agua con el Lago. La represa servirá así para la “regulación” de la altura del Lago, que se haría entre los máximos y mínimos históricos, (190 y 185 m snm, respectivamente), sin aumentar el nivel del agua. Sin embargo, la altura de coronamiento proyectada permite elevar el nivel del lago más allá del máximo histórico. Este hecho, sumado a que el proyecto incluye la instalación de seis turbinas, es decir que la central trabajará en condiciones de máxima, (“central empuntada” en términos hidroeléctricos), plantea interrogantes graves acerca de la magnitud de la obra y de los consecuentes impactos, más aún cuando las urgencias de la supuesta crisis energética nacional, parecen justificar la desconsideración de las cuestiones ambientales.
No es la primera vez que se intenta algo similar. La posibilidad de obtener energía fácil represando lagos, es una amenaza pendiente sobre los lagos cordilleranos. El fallido intento de represamiento del lago Nahuel Huapi (Río Negro-Neuquén), y el del lago Lezana (Chubut), -rechazado por los habitantes de la región y finalmente por la justicia-, son un ejemplo de lo que se está afirmando.
La mayor parte de los proyectos de ingeniería, consideran que un lago es una palangana que contiene agua. Sin embargo un lago es mucho más que eso. Un lago es todo un ecosistema, con organismos vivos y partes no vivas, y su infinidad de relaciones mutuas. Si la altura del agua cambia demasiado rápido, o fuera de tiempo, -por el manejo de la represa-, los animales y vegetales que viven allí, no pueden adaptarse a esos cambios y simplemente desaparecen del lugar. Así comienza la pérdida de biodiversidad ... hasta que solo queda una franja desértica llena de barro o polvo. Cualquiera puede ver esto en todos los embalses cuando baja el nivel del agua. En áreas de escasa pendiente, es muy posible la formación de extensos bañados, y la erosión de costas, con pérdida importantes de tierras de pastoreo. Por lo tanto transformar un lago en un embalse no es de ninguna manera un cambio menor. La destrucción de la franja costera tiene además profundas implicaciones para la totalidad del ecosistema[1].
Un tercer aspecto del proyecto que merece su consideración crítica, son las dimensiones del canal de descarga de la central, con una longitud de 15 km, diseñado para evacuar hasta 2000 m3/s, con variaciones diarias de 200 a 2000 m3/seg. Conectado al sistema interconectado nacional bien podrá utilizarse con en fin de satisfacer una parte importante de la demanda energética durante las horas pico. Cambios de caudal esta magnitud, son incompatibles con la conservación de los canales de desove que se preveen para la sobrevivencia de la trucha steelhead, y provocarán problemas de erosión aguas debajo de muy costosa resolución, muchos otros no previstos. La pesca deportiva del salmón chinook y de la trucha steelhead, es la base de una importante actividad económica en el tramo inferior del río, actividad que se vería fuertemente resentida. Las escaleras para peces son un tema no resuelto satisfactoriamente en ninguna parte y este caso, no parece ser la excepción. Se ha identificado un solo arroyo afluente del lago Buenos Aires donde deshova el salmón chinook. Esta especie desaparecerá con construcción de la represa.
El proyecto Condor Cliff, tal como se ha planteado hasta el momento, abre la posibilidad de su operación en condiciones de máxima, con repercusiones ambientales algunas conocidas con certeza y muchas otras imprevisibles. Las consideraciones formuladas por el grupo GESA del Centro Nacional Patagónico para la preservación de la fauna de peces[2] han sido tenidas muy poco en cuenta el diseño del proyecto. El represamiento del lago o las alteraciones de los niveles normales del mismo para cada estación del año, sumado a los efectos del cambio climático, puede acelerar aún más el retroceso de los glaciares que lo alimentan (Perito Moreno, Upsala), con consecuencias imprevisibles y no atendidas suficientemente. Estas cuestiones son lo suficientemente graves como para no ser atendidas.
[1] La franja costera de los lagos funciona como el más importante regulador del metabolismo del lago, de producción de alimento para los peces. La zona costera es una extensa franja de encuentro entre el ecosistema terrestre y el ecosistema acuático, es la que presenta mayor biodiversidad, y las especies que están allí, están porque se adaptaron a las variaciones predecibles del nivel del agua, a lo largo de centurias y milenios. Estas variaciones tienen cierta regularidad, duración, frecuencia, y magnitud. Cuando la altura del lago comienza a manipulearse con fines energéticos, el metabolismo de las plantas y animales, sus ciclos reproductivos se alteran, y las especies simplemente desaparecen del lugar. En el embalse Amutuy Quimei, los pescadores deportivos mencionaban durante años la pesca de truchas extremadamente flacas.
[2] Miguel, pascual, Carla Riva Rosa, Martín García Asorey y Luis Pellanda. Un análisis preliminar de los potenciales impactos de la construcción de las represas “Condor Cliff” y “La Barrancosa”, sobre la fauna de peces del río Santa Cruz. GESA (Grupo de Estudios de Salmones Anádromos)-CENPAT /CONICET. www.gesa.com.ar/pdf/Pascual_RivaRossi_et_al_05/pdf. 24-8-2005, 33 páginas.
El día lunes 14/04/08 se dio el primer paso formal para iniciar la construcción de la represa Condor Cliff, sobre el río Santa Cruz http://www.infraest-energ-sudamerica.org/doc120.html. El proyecto completo incluye una segunda represa aguas abajo, La Barrancosa. Los dos embalses, una vez construidos cubrirán más del 50 % del recorrido del río Santa Cruz, el único río de vertiente Atlántica aún sin represas. Se trata de proyectos de bajo impacto si las respectivas centrales se operan en condiciones de mínima, es decir utilizando los caudales naturales del río Santa Cruz. El área inundable incluye en su mayor parte tierras degradadas, por lo que no existirían mayores reparos en ese aspecto. Sin embargo el diseño de ingeniería deja abierta la posibilidad de la operación de las centrales en condiciones de máxima, con impactos mucho más graves.
La represa se construirá a 132 km del nacimiento del río Santa Cruz, en el lago Argentino y la altura del coronamiento hace posible que la cola del embalse llegue a formar un solo espejo de agua con el Lago. La represa servirá así para la “regulación” de la altura del Lago, que se haría entre los máximos y mínimos históricos, (190 y 185 m snm, respectivamente), sin aumentar el nivel del agua. Sin embargo, la altura de coronamiento proyectada permite elevar el nivel del lago más allá del máximo histórico. Este hecho, sumado a que el proyecto incluye la instalación de seis turbinas, es decir que la central trabajará en condiciones de máxima, (“central empuntada” en términos hidroeléctricos), plantea interrogantes graves acerca de la magnitud de la obra y de los consecuentes impactos, más aún cuando las urgencias de la supuesta crisis energética nacional, parecen justificar la desconsideración de las cuestiones ambientales.
No es la primera vez que se intenta algo similar. La posibilidad de obtener energía fácil represando lagos, es una amenaza pendiente sobre los lagos cordilleranos. El fallido intento de represamiento del lago Nahuel Huapi (Río Negro-Neuquén), y el del lago Lezana (Chubut), -rechazado por los habitantes de la región y finalmente por la justicia-, son un ejemplo de lo que se está afirmando.
La mayor parte de los proyectos de ingeniería, consideran que un lago es una palangana que contiene agua. Sin embargo un lago es mucho más que eso. Un lago es todo un ecosistema, con organismos vivos y partes no vivas, y su infinidad de relaciones mutuas. Si la altura del agua cambia demasiado rápido, o fuera de tiempo, -por el manejo de la represa-, los animales y vegetales que viven allí, no pueden adaptarse a esos cambios y simplemente desaparecen del lugar. Así comienza la pérdida de biodiversidad ... hasta que solo queda una franja desértica llena de barro o polvo. Cualquiera puede ver esto en todos los embalses cuando baja el nivel del agua. En áreas de escasa pendiente, es muy posible la formación de extensos bañados, y la erosión de costas, con pérdida importantes de tierras de pastoreo. Por lo tanto transformar un lago en un embalse no es de ninguna manera un cambio menor. La destrucción de la franja costera tiene además profundas implicaciones para la totalidad del ecosistema[1].
Un tercer aspecto del proyecto que merece su consideración crítica, son las dimensiones del canal de descarga de la central, con una longitud de 15 km, diseñado para evacuar hasta 2000 m3/s, con variaciones diarias de 200 a 2000 m3/seg. Conectado al sistema interconectado nacional bien podrá utilizarse con en fin de satisfacer una parte importante de la demanda energética durante las horas pico. Cambios de caudal esta magnitud, son incompatibles con la conservación de los canales de desove que se preveen para la sobrevivencia de la trucha steelhead, y provocarán problemas de erosión aguas debajo de muy costosa resolución, muchos otros no previstos. La pesca deportiva del salmón chinook y de la trucha steelhead, es la base de una importante actividad económica en el tramo inferior del río, actividad que se vería fuertemente resentida. Las escaleras para peces son un tema no resuelto satisfactoriamente en ninguna parte y este caso, no parece ser la excepción. Se ha identificado un solo arroyo afluente del lago Buenos Aires donde deshova el salmón chinook. Esta especie desaparecerá con construcción de la represa.
El proyecto Condor Cliff, tal como se ha planteado hasta el momento, abre la posibilidad de su operación en condiciones de máxima, con repercusiones ambientales algunas conocidas con certeza y muchas otras imprevisibles. Las consideraciones formuladas por el grupo GESA del Centro Nacional Patagónico para la preservación de la fauna de peces[2] han sido tenidas muy poco en cuenta el diseño del proyecto. El represamiento del lago o las alteraciones de los niveles normales del mismo para cada estación del año, sumado a los efectos del cambio climático, puede acelerar aún más el retroceso de los glaciares que lo alimentan (Perito Moreno, Upsala), con consecuencias imprevisibles y no atendidas suficientemente. Estas cuestiones son lo suficientemente graves como para no ser atendidas.
[1] La franja costera de los lagos funciona como el más importante regulador del metabolismo del lago, de producción de alimento para los peces. La zona costera es una extensa franja de encuentro entre el ecosistema terrestre y el ecosistema acuático, es la que presenta mayor biodiversidad, y las especies que están allí, están porque se adaptaron a las variaciones predecibles del nivel del agua, a lo largo de centurias y milenios. Estas variaciones tienen cierta regularidad, duración, frecuencia, y magnitud. Cuando la altura del lago comienza a manipulearse con fines energéticos, el metabolismo de las plantas y animales, sus ciclos reproductivos se alteran, y las especies simplemente desaparecen del lugar. En el embalse Amutuy Quimei, los pescadores deportivos mencionaban durante años la pesca de truchas extremadamente flacas.
[2] Miguel, pascual, Carla Riva Rosa, Martín García Asorey y Luis Pellanda. Un análisis preliminar de los potenciales impactos de la construcción de las represas “Condor Cliff” y “La Barrancosa”, sobre la fauna de peces del río Santa Cruz. GESA (Grupo de Estudios de Salmones Anádromos)-CENPAT /CONICET. www.gesa.com.ar/pdf/Pascual_RivaRossi_et_al_05/pdf. 24-8-2005, 33 páginas.
* ecologia@unpata.edu.ar
16-04-08
16-04-08
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