jueves, abril 17, 2008

Malvinas: la herida abierta, por Elisabet Blanco

Por Esteban Blanco

Hola hace unos días se cumplió un aniversario de la "Recuperación" de las Malvinas. Mi hija tuvo que hacer un escrito para audio de 3 minutos y me pareció oportuno que ella tenga la oportunidad que sea publicado y leído. Ella está muy a la expectativa por esto, como no tiene mucho tiempo la envío yo.

La foto es del diario UNO de Mendoza, creo que es de la Agencia Télam.

Gracias
Un abrazo

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Malvinas: la herida abierta

Por Elisabet Blanco*

La mañana del 2 de abril de 1982 los argentinos amanecieron con la noticia que proclamaba la recuperación de las Islas Malvinas.

Para el país era una mezcla de sentimientos; por la euforia del momento, ya que desde la escuela se mamaba eso de que "las islas eran nuestras" y la contradicción de que la decisión la había tomado un gobierno que el pueblo no había elegido y que al pueblo hizo sufrir.

Aquellos 72 días de conflicto el país era engañado por los medios que difundían las noticias y por ende desde el Estado que controlaba la prensa.

Se creía en la victoria...En los pibes que fueron a luchar...En la esperanza que no era parte de la realidad. Así, la censura estaba incorporada en los comunicadores y así, el país creyó que sus hijos estaban dando sus vidas por una causa justa y noble.

Todas las ayudas enviadas como comida y abrigo nunca llegaron a destino, o no se administraron debidamente. Mientras tanto el inclemente frío malvinense y el hambre parecían ayudar al enemigo a terminar tristemente lo que el gobierno de facto había empezado.

No sólo fue una trama de engaños, sino de ingenuidad y torpeza, pues aquel señor que declaró la guerra a Inglaterra no pensó que los ingleses iban a luchar por aquello que habían conquistado en 1883. Supuso que iban a renunciar a semejante punto estratégico geopolítico.

La invasión pereció una razón para distraer la atención de los problemas económicos y políticos apelando al nacionalismo y a un desesperado patriotismo.

Hay quienes afirman que si las fuerzas Armadas insistían en la lucha, hubieran vencido. Otros, en las mismas islas, comentan que el conflicto parece una pelea de dos calvos por un peine. Pero esta pelea costó la vida de 1300 argentinos y de los sobrevivientes que hoy van mermando su número.

Hoy se sigue manteniendo viva la llama de la perla austral en el corazón de los argentinos por los que se entregaron en cuerpo y alma. Defendían la soberanía de un territorio que nos pertenece y la dignidad nacional...

En nuestra memoria colectiva perdura el dolor...Pues la muerte no devuelve a los que se llevó y la herida aún sigue abierta.

Debemos honrar a los que quedan y a los que ya se fueron. Y no debemos permitir, nunca más, que desde arriba mutilen el futuro argentino.

* Alumna de 2do año de la carrera Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo.

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