Silvia Dameri y Orlando Ruiz fueron secuestrados en 1980 y llevados a la ESMA con sus hijos.
Por ADIN
Foto: Página/12
Las Abuelas de Plaza de Mayo comunicamos con alegría que el pasado 27 de mayo se restituyó la identidad de otra nieta nacida en cautiverio, Laura Ruiz Dameri. Se trata de la hija de Silvia Beatriz María Dameri y Orlando Antonio Ruiz, nacida en agosto de 1980 durante el cautiverio de su madre en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). El matrimonio fue secuestrado cuando Silvia estaba embarazada de cinco meses, junto a sus dos hijos Marcelo y María de las Victorias, ambos localizados por Abuelas de Plaza de Mayo en 1989 y 2000, respectivamente.
Desde hace tiempo las Abuelas teníamos la sospecha de que Laura era la hermana que Marcelo y María de las Victorias estaban buscando, pero la joven, apropiada por el ex prefecto Antonio Azic se negaba a realizarse el ADN para confirmar su identidad. Felizmente, la titular del juzgado Federal Nº 1 de la Capital Federal, María Romilda Servini de Cubría, ordenó realizar un procedimiento judicial para obtener pruebas de ADN a través de objetos de Laura; y ayer, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó al juzgado que la joven incluye en un 99,999999999 % en la familia Ruiz-Dameri.
El cautiverio
Sobrevivientes de la ESMA vieron a toda la familia en este centro clandestino de detención, donde permanecieron alrededor de tres meses. En agosto de 1980, en el sector denominado "La Huevera", Silvia dio a luz una niña a quien llamó Laura, con la atención del capitán médico Octavio Capdevilla (alias "Tomy") y de una compañera de cautiverio. Más tarde, Silvia y los tres niños fueron trasladados a la "Quinta de Pacheco" en la zona norte del Gran Buenos Aires que la Armada utilizaba también como CCD. Desde ese momento se perdió su rastro y también el de los padres que continúan desaparecidos.
Los padres
Silvia nació el 30 de octubre de 1948 en la ciudad de Buenos Aires. Orlando el 23 de enero de 1950 en la misma ciudad. Silvia y Orlando militaban en la organización Montoneros. Sus compañeros la conocían como "Victoria" y a él como "Carlos" o "Chicho". El 31 de octubre de 1976 nació Marcelo, el primer hijo de la pareja. En 1977 se vieron obligados a exiliarse radicándose en Suiza. Allí nació María de las Victorias el 25 de marzo de 1978. En 1979 viajaron a Cuba y a comienzos de 1980 decidieron regresar al país. Toda la familia fue secuestrada en mayo de 1980.
La restitución de Marcelo y María de las Victorias
Marcelo fue localizado por la Filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo. A fines de 1980 el niño había sido abandonado en la Casa Cuna de Córdoba con un cartel donde se mencionaba su nombre, tiempo después fue adoptado por la familia Heinzmann. En febrero de 1989 se realizó los análisis inmunogenéticos y en agosto de 1990 los resultados confirmaron que se trataba de Marcelo Ruiz Dameri. El joven continuó viviendo con su familia adoptiva y en contacto con su familia biológica. Hoy está casado y acaba de ser papá de una niña.
En febrero de 1998 Abuelas de Plaza de Mayo recibió una denuncia anónima sobre una joven que había sido abandonada el 14 de diciembre de 1980 en las puertas del Sanatorio de Niños de Rosario con un cartel que decía que se llamaba Victoria. La niña fue adoptada por el matrimonio Torres. En 1998 un diario de gran tirada publicó las fotos de algunos hijos desaparecidos junto con sus padres, Victoria vio esa foto y se reconoció. En diciembre de 1999 la joven se realizó los análisis inmunogenéticos que el 4 de enero de 2000 confirmaron que se trataba de María de las Victorias Ruiz Dameri. Al día siguiente, Marcelo y Victoria se reencontraron en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, y juntos comenzaron la búsqueda de su hermana menor, Laura.
El caso de la familia Ruiz Dameri es tal vez uno de los más emblemáticos de apropiación, los tres niños fueron llevados a diferentes puntos del país deliberadamente, para evitar que la familia en algún momento se reuniera. Pero la verdad tarde o temprano sale a la luz, los tres hermanos recuperaron su identidad y juntos podrán reconstruir la historia familiar que el terrorismo de Estado les quiso robar.
Abuelas de Plaza de Mayo
Tel/Fax: (011) 4384-0983
E-mail: difusion@abuelas.org.ar
http://www.abuelas.org.ar/
Nota relacionada: “Querían que nunca nos juntemos”
Por ADIN
Foto: Página/12
Las Abuelas de Plaza de Mayo comunicamos con alegría que el pasado 27 de mayo se restituyó la identidad de otra nieta nacida en cautiverio, Laura Ruiz Dameri. Se trata de la hija de Silvia Beatriz María Dameri y Orlando Antonio Ruiz, nacida en agosto de 1980 durante el cautiverio de su madre en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). El matrimonio fue secuestrado cuando Silvia estaba embarazada de cinco meses, junto a sus dos hijos Marcelo y María de las Victorias, ambos localizados por Abuelas de Plaza de Mayo en 1989 y 2000, respectivamente.
Desde hace tiempo las Abuelas teníamos la sospecha de que Laura era la hermana que Marcelo y María de las Victorias estaban buscando, pero la joven, apropiada por el ex prefecto Antonio Azic se negaba a realizarse el ADN para confirmar su identidad. Felizmente, la titular del juzgado Federal Nº 1 de la Capital Federal, María Romilda Servini de Cubría, ordenó realizar un procedimiento judicial para obtener pruebas de ADN a través de objetos de Laura; y ayer, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó al juzgado que la joven incluye en un 99,999999999 % en la familia Ruiz-Dameri.
El cautiverio
Sobrevivientes de la ESMA vieron a toda la familia en este centro clandestino de detención, donde permanecieron alrededor de tres meses. En agosto de 1980, en el sector denominado "La Huevera", Silvia dio a luz una niña a quien llamó Laura, con la atención del capitán médico Octavio Capdevilla (alias "Tomy") y de una compañera de cautiverio. Más tarde, Silvia y los tres niños fueron trasladados a la "Quinta de Pacheco" en la zona norte del Gran Buenos Aires que la Armada utilizaba también como CCD. Desde ese momento se perdió su rastro y también el de los padres que continúan desaparecidos.
Los padres
Silvia nació el 30 de octubre de 1948 en la ciudad de Buenos Aires. Orlando el 23 de enero de 1950 en la misma ciudad. Silvia y Orlando militaban en la organización Montoneros. Sus compañeros la conocían como "Victoria" y a él como "Carlos" o "Chicho". El 31 de octubre de 1976 nació Marcelo, el primer hijo de la pareja. En 1977 se vieron obligados a exiliarse radicándose en Suiza. Allí nació María de las Victorias el 25 de marzo de 1978. En 1979 viajaron a Cuba y a comienzos de 1980 decidieron regresar al país. Toda la familia fue secuestrada en mayo de 1980.
La restitución de Marcelo y María de las Victorias
Marcelo fue localizado por la Filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo. A fines de 1980 el niño había sido abandonado en la Casa Cuna de Córdoba con un cartel donde se mencionaba su nombre, tiempo después fue adoptado por la familia Heinzmann. En febrero de 1989 se realizó los análisis inmunogenéticos y en agosto de 1990 los resultados confirmaron que se trataba de Marcelo Ruiz Dameri. El joven continuó viviendo con su familia adoptiva y en contacto con su familia biológica. Hoy está casado y acaba de ser papá de una niña.
En febrero de 1998 Abuelas de Plaza de Mayo recibió una denuncia anónima sobre una joven que había sido abandonada el 14 de diciembre de 1980 en las puertas del Sanatorio de Niños de Rosario con un cartel que decía que se llamaba Victoria. La niña fue adoptada por el matrimonio Torres. En 1998 un diario de gran tirada publicó las fotos de algunos hijos desaparecidos junto con sus padres, Victoria vio esa foto y se reconoció. En diciembre de 1999 la joven se realizó los análisis inmunogenéticos que el 4 de enero de 2000 confirmaron que se trataba de María de las Victorias Ruiz Dameri. Al día siguiente, Marcelo y Victoria se reencontraron en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, y juntos comenzaron la búsqueda de su hermana menor, Laura.
El caso de la familia Ruiz Dameri es tal vez uno de los más emblemáticos de apropiación, los tres niños fueron llevados a diferentes puntos del país deliberadamente, para evitar que la familia en algún momento se reuniera. Pero la verdad tarde o temprano sale a la luz, los tres hermanos recuperaron su identidad y juntos podrán reconstruir la historia familiar que el terrorismo de Estado les quiso robar.
Abuelas de Plaza de Mayo
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