De las más de 300 especies de loros (aves del orden Psittaciformes) que habitan nuestro planeta, la cachaña es la que tiene la distribución más austral, apareciendo asociada al bosque Andino-Patagónico y llegando hasta tan al sur como la Tierra del Fuego e, incluso, accidentalmente hasta las islas Malvinas. Además de ser el loro más austral del mundo, es el verdadero perico patagónico, ya que es una especie endémica de estas tierras, es decir, que sólo habita esta región del mundo y en ninguna otra.
El nombre que se le dio en el ámbito científico es Enicognathus ferrugineus, pero además de Cachaña, también se la conoce como Cotorra austral, Catita austral, Austral parakeet, Austral conure, o simplemente Loro.
Las cachañas pasan sus días asociadas a los bosques de Lenga y Ñire, donde obtienen su alimento (hojas, frutos, plantas parásitas, flores, semillas, polen, etc.), y los sitios para anidar (principalmente huecos en los árboles). Pero su ciclo de vida implica ciertos desplazamientos locales disparados por las condiciones climáticas y la disponibilidad de comida en su entorno.
En los últimos meses hemos tenido una presencia muy importante de estos loros en nuestra ciudad, aglomerándose en las araucarias dispersas entre el arbolado urbano y en los patios de las casas, y alimentándose de los nutritivos piñones. Esto generó consultas por parte de los vecinos a través de distintos medios de comunicación.
Las preguntas que nos planteamos en Esquel Aves, para analizar la situación, fueron varias:
¿Por qué aparecen cachañas en esta época?
Estas aves tienen la costumbre de migrar anualmente hacia el Este en las épocas más frías, principalmente cuando su área de distribución se cubre de nieve. Es por eso que es habitual encontrarlas en nuestra ciudad durante la época invernal. Es conocida la afirmación popular que supone que la presencia de cachañas en la ciudad anticipa una nevada, como una suerte de pronóstico natural.
La ciudad representa un refugio invernal para algunas especies de aves de la cordillera, que aquí encuentran, no sólo una temperatura levemente superior a la de los alrededores, sino una mayor disponibilidad de alimento, principalmente para las aves granívoras o semilleras. Otras especies que aprovechan la oferta urbana en invierno son los tordos, los chingolos, los cabecitanegras, los picaflores, entre otras. Todas aves que, si bien se pueden encontrar en cualquier época, es en invierno cuando son más notorias en la ciudad.
¿Por qué hay tantas? ¿Hay más que otros años?
Es posible que la cantidad de cachañas que se presentaron en nuestra ciudad este año sea superior a la de años anteriores, la causa de esto es difícil de determinar pero se pueden arriesgar algunas hipótesis.
Por un lado, la relación directa que mencionan los pobladores más antiguos, entre la abundancia de cachañas y la crudeza del invierno, es decir, cabe la posibilidad que este invierno se nos congelen hasta los huesos, y caiga un metro de nieve. Si bien entramos lentamente en el invierno y nada parece ocurrir, habrá que esperar para ver si esta teoría se cumple.
Por otro lado, existe una extraña coincidencia entre la aparición temprana de las cachañas en la ciudad, y la presencia de ceniza provista descaradamente por, nuestro amigo, el volcán Chaitén. Este hecho nos permite inferir que, dado que la cachaña posee un mecanismo migratorio estacional que se dispara con la presencia de nieve, es posible que la ceniza sea interpretada de la misma forma por las aves. Entonces, teniendo en cuenta que durante varias semanas toda la zona se vio cubierta por un manto gris, esto puede haber generado un éxodo masivo desde el bosque hacia el Este, concentrándose muchos individuos en la ciudad de Esquel.
¿Por qué aparecieron muertas en tanta cantidad?
Las muertes que se observaron en la ciudad, pueden tener varios orígenes. En principio, por una relación directa, el hecho que haya una gran cantidad de cachañas, implica que la cantidad de individuos muertos también sea alta. A su vez, al ser más evidentes aumentan los riesgos, estando más expuestas al tránsito, y a las gomeras. Y, por supuesto, habría que evaluar los efectos propios de la inhalación de la ceniza en un ave que, de por sí, es un animal con un metabolismo muy frágil. Los estudios previos consultados suponen que la mortandad de aves a causa de la ceniza volcánica, es mínima.
Además, podemos suponer que estas aves, autóctonas, tienen cierto grado de adaptación a este tipo de eventos, ya que si bien a nosotros nos golpeó por primera vez, la actividad volcánica, considerada en tiempos geológicos, es un fenómeno bastante corriente en nuestra zona, y las especies de aves llevan millones de años conviviendo con este tipo de procesos. A su vez, al ser un fenómeno tan catastrófico y con un área afectada tan amplia, los efectos sobre las especies han de haber sido muy importantes, es decir que los individuos que no se adaptaron, probablemente hayan sido eliminados tempranamente.
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En síntesis, la presencia de cachañas en nuestra ciudad es innegable, pero, lejos de ser preocupante, deberíamos ver en este hecho una oportunidad única para acercarnos al mundo de las aves y poder disfrutar de la naturaleza desde la ventana de nuestra casa, durante esta época fría. Las cachañas, son unas aves majestuosas, vestidas con el verde del bosque, que se acercan a convivir con nosotros por períodos breves, no podemos desaprovechar la oportunidad que tenemos para apreciar su belleza. Sólo con observarlas un rato, verlas interactuar entre sí y con el ambiente, se vislumbra, breve pero inobjetable, el enorme encanto del mundo natural. ¡Disfrutémoslo!
* Javier De Leonardis
Lic. en Ciencias Biológicas
ESQUEL AVES
(02945) 454656
esquelaves@gmail.com
1 Comentá esta nota:
Javier.
Sin estudios que fundamenten lo que digo, y referente a la mortandad de cachañas; te comento que en Bariloche no ocurre algo similar a lo que describís en Esquel. El ciclo de las cachañas aquí se sucede de manera totalmente habitual.
Por tanto, ante una supuesta anomalía (muchas muertes), lo que habría que encontrar es un factor anómalo desencadenante. Y el único factor anómalo importante, que yo sepa, hasta ahora es la ceniza.
Por otro lado, minimizar el impacto de la ceniza en el ciclo de vida de los animales es, por lo menos, ingenuo.
Si bien cada especie que habita el bosque evolucionó junto con la intensa actividad volcánica, una de las adaptaciones sufridas puede haber sido, precisamente, escapar de ella. Y por lo que vos contás y suponés, las Cachañas lo están intentando... pienso que quizás mueran las que no lo logren y las que no logren adaptarse. Eso también es parte del proceso evolutivo, la selección natural.
Lo que quiero decirte es que yo no descartaría tan rápido el impacto de la ceniza en los animales.
Te agrego: Dadas las características abrasivas de esta ceniza en particular, sería lógico esperar que perjudique sus mucosas, aparato repiratorio, ojos, etc.
Te mando muchos saludos y los felicito por la iniciativa de este Blog. Me parece fantástico!
Mariano Costa
Bariloche
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