Por Néstor Camino *
Comentario sobre la Tercera Edad y algunas acciones posibles para su protección y desarrollo pleno
A partir de la nota que publicara en Puerta E el 17 de junio la Prof. Hilda Argüello, quiero realizar algunos comentarios. Pero, ante todo, es importante notar que mi especialidad no es la Gerontología, en ninguna de sus variantes (Salud, etc.); sin embargo, por ser mi especialidad la Educación desde la Universidad y por estar trabajando desde hace pocos años con adultos mayores en el Proyecto Chiron, dedicado al aprendizaje de distintos aspectos de la Astronomía y la Cultura, me gustaría dar algunos puntos de vista desde esta perspectiva. Asimismo, esta nota no pretende de ningún modo polemizar en nada ni criticar ni a las personas ni a los marcos legales en vigencia, sólo pretende, eso sí, brindar visiones alternativas con el espíritu de mejorar lo que de hecho ya se está haciendo o al menos se tiene intenciones de hacer.
La Ley Provincial N°4332 establece distintas disposiciones, acciones preventivas y acciones ejecutivas tendientes al cuidado del grupo etáreo denominado Tercera Edad (adultos mayores de 60 años). Es muy bueno contar con una Ley de esta naturaleza en nuestra provincia, lo que a su vez promueve y posibilita la implementación de acciones concretas regionales y municipales, como en particular nuestra Dirección Municipal de Discapacidad y Tercera Edad, la Universidad de la Tercera Edad, etc. Puede verse el texto completo de la Ley en la dirección https://sistemas.chubut.gov.ar/digesto/sistema/consulta.php?idile1=32328.
Es cierto que la ancianidad, en su versión clásica, tiene una acepción de capacidades disminuidas, de enfermedad, de minusvalía, etc.; esta visión es descalificadora, fomenta sin intencionalidad actitudes de discriminación (en contra del art. 3, inc. l, de la Ley) y hace todo más difícil, para todos, ya que terminamos creyendo que a partir de los 60 estaremos condenados a cumplir con la representación social que esa imagen nos impone. Sin embargo, es cierto que los más necesitados (enfermos, en soledad, etc.) son quienes, ética y equitativamente, deben ser el foco de la atención estatal, lo que deja muy claro la Ley 4332, en especial en sus Acciones, dando a este fin un marco de contención, que no tienen todas las provincias argentinas.
Sin embargo, vale la pena considerar que "Vejez no es sinónimo ni de enfermedad ni de inactividad. Por el contrario, es una etapa digna de ser vivida en plenitud. Gran parte de la sociedad aún no absorbió los cambios sucedidos en los últimos cincuenta años, relacionados con el aumento de la expectativa de vida con mayor calidad, a raíz de las modificaciones sociales y del avance de la medicina. …según como cada persona vea la ancianidad habrá de ser, en definitiva, como la viva". Estas palabras presentan el libro Ver y vivir la Ancianidad. Hacia el cambio cultural, un excelente compendio de artículos (actuales, profundos y rigurosos) de especialistas en Tercera Edad (puede “bajarse” completo y gratis de http://www.fnv.org.ar/index.php?s=ancianidad/index ).
La Ley 4332 da un marco que permitiría generar acciones mucho más profundas, y no sólo sobre salud, turismo y actividad física, indispensables, muy requeridas y valiosas, pero que, no por serlo, agotan el universo de intereses y necesidades de nuestros viejos.
Así, quisiera comentar entonces tres puntos concretos:
1) Las representaciones sociales se construyen de muchas y variadas formas, pero una de ellas muy fuerte es a través de los discursos oficiales. En nuestra ciudad, Tercera Edad está asociada a Discapacidad (Dirección Municipal de Discapacidad y Tercera Edad). Más allá de lo muy bueno que es saber que Esquel presta particular atención al problema de la Discapacidad y a la Vejez, considero que esta Dirección debería separarse y profundizar sus acciones, en el marco de lo que establece y fomenta la Ley 4332. Que quede claro que esto de ningún modo descalifica el cuidado de los ancianos discapacitados, ni la entrega de leña, ni la atención psicológica, ni la tarea de los profesionales a cargo de estas acciones, ni nada por el estilo.
2) La Ley establece explícitamente acciones concretas para generar “ámbitos de participación para la investigación dirigida a enriquecer los conocimientos relacionados con la Tercera Edad” (art. 6, inc. a), “promover la realización de congresos, seminarios y encuentros de carácter científico” (art. 15, inc. e), y deja abiertas muchas otras posibles lecturas para crear espacios nuevos. Considero entonces que aún faltan gestarse acciones de investigación, científicas, con sus respectivas contrapartes culturales (congresos y charlas, publicaciones científicas y de divulgación, etc.), que no estén focalizadas sobre Salud y Recreación, únicamente, sino sobre Educación, especialmente.
3) Finalmente, la Ley 4332 establece en su capitulo XI la denominada “Universidad de la Tercera Edad”. Una acción excelente y muy valiosa, acorde con la necesidad que indicaba en el punto anterior. Las experiencias que la Universidad de la Tercera Edad ha generado en todo el país son muy ricas y variadas, y debieran darnos una idea de lo mucho que es posible hacerse en este sentido, si le agregamos nuestra creatividad e idiosincrasia.
Sin embargo, quiero notar que la Ley establece en su artículo 19 que la misma “estará presidida por el Consejo de Mayores de cada localidad”. En mi concepción esta Universidad es, al menos en el espíritu de la Ley, una universidad (aunque no sea una clásica nacional, autónoma, etc., con títulos y demás), especializada en brindar medios de autosuperación a quienes seguramente ya no les interesa un título, sino una nueva visión de su futuro y de cómo resignificar su vida.
En este sentido, entonces, considero que para que la Universidad de la Tercera Edad fuera una herramienta muy importante para la transformación de cómo vemos en la sociedad a los adultos mayores de sesenta años, debieran incluirse en su órgano de dirección y/o presidencia a personas formadas en lo académico, sean o no mayores de 60, no únicamente del ámbito de la Salud, que brinden su experiencia para generar acciones nuevas, las que, sin desvalorar a nadie, seguramente los miembros de los distintos Consejos del Mayor de las ciudades del Chubut no están formados para generar.
Quedo a disposición, desde mi ámbito de acción, para continuar analizando estos aspectos y para intentar crear nuevos caminos, con el fin último de brindar (brindarnos) a los viejos una mejor vida futura en una Sociedad justa.
Néstor Camino
DNI 13.527.406
Comentario sobre la Tercera Edad y algunas acciones posibles para su protección y desarrollo pleno
A partir de la nota que publicara en Puerta E el 17 de junio la Prof. Hilda Argüello, quiero realizar algunos comentarios. Pero, ante todo, es importante notar que mi especialidad no es la Gerontología, en ninguna de sus variantes (Salud, etc.); sin embargo, por ser mi especialidad la Educación desde la Universidad y por estar trabajando desde hace pocos años con adultos mayores en el Proyecto Chiron, dedicado al aprendizaje de distintos aspectos de la Astronomía y la Cultura, me gustaría dar algunos puntos de vista desde esta perspectiva. Asimismo, esta nota no pretende de ningún modo polemizar en nada ni criticar ni a las personas ni a los marcos legales en vigencia, sólo pretende, eso sí, brindar visiones alternativas con el espíritu de mejorar lo que de hecho ya se está haciendo o al menos se tiene intenciones de hacer.
La Ley Provincial N°4332 establece distintas disposiciones, acciones preventivas y acciones ejecutivas tendientes al cuidado del grupo etáreo denominado Tercera Edad (adultos mayores de 60 años). Es muy bueno contar con una Ley de esta naturaleza en nuestra provincia, lo que a su vez promueve y posibilita la implementación de acciones concretas regionales y municipales, como en particular nuestra Dirección Municipal de Discapacidad y Tercera Edad, la Universidad de la Tercera Edad, etc. Puede verse el texto completo de la Ley en la dirección https://sistemas.chubut.gov.ar/digesto/sistema/consulta.php?idile1=32328.
Es cierto que la ancianidad, en su versión clásica, tiene una acepción de capacidades disminuidas, de enfermedad, de minusvalía, etc.; esta visión es descalificadora, fomenta sin intencionalidad actitudes de discriminación (en contra del art. 3, inc. l, de la Ley) y hace todo más difícil, para todos, ya que terminamos creyendo que a partir de los 60 estaremos condenados a cumplir con la representación social que esa imagen nos impone. Sin embargo, es cierto que los más necesitados (enfermos, en soledad, etc.) son quienes, ética y equitativamente, deben ser el foco de la atención estatal, lo que deja muy claro la Ley 4332, en especial en sus Acciones, dando a este fin un marco de contención, que no tienen todas las provincias argentinas.
Sin embargo, vale la pena considerar que "Vejez no es sinónimo ni de enfermedad ni de inactividad. Por el contrario, es una etapa digna de ser vivida en plenitud. Gran parte de la sociedad aún no absorbió los cambios sucedidos en los últimos cincuenta años, relacionados con el aumento de la expectativa de vida con mayor calidad, a raíz de las modificaciones sociales y del avance de la medicina. …según como cada persona vea la ancianidad habrá de ser, en definitiva, como la viva". Estas palabras presentan el libro Ver y vivir la Ancianidad. Hacia el cambio cultural, un excelente compendio de artículos (actuales, profundos y rigurosos) de especialistas en Tercera Edad (puede “bajarse” completo y gratis de http://www.fnv.org.ar/index.php?s=ancianidad/index ).
La Ley 4332 da un marco que permitiría generar acciones mucho más profundas, y no sólo sobre salud, turismo y actividad física, indispensables, muy requeridas y valiosas, pero que, no por serlo, agotan el universo de intereses y necesidades de nuestros viejos.
Así, quisiera comentar entonces tres puntos concretos:
1) Las representaciones sociales se construyen de muchas y variadas formas, pero una de ellas muy fuerte es a través de los discursos oficiales. En nuestra ciudad, Tercera Edad está asociada a Discapacidad (Dirección Municipal de Discapacidad y Tercera Edad). Más allá de lo muy bueno que es saber que Esquel presta particular atención al problema de la Discapacidad y a la Vejez, considero que esta Dirección debería separarse y profundizar sus acciones, en el marco de lo que establece y fomenta la Ley 4332. Que quede claro que esto de ningún modo descalifica el cuidado de los ancianos discapacitados, ni la entrega de leña, ni la atención psicológica, ni la tarea de los profesionales a cargo de estas acciones, ni nada por el estilo.
2) La Ley establece explícitamente acciones concretas para generar “ámbitos de participación para la investigación dirigida a enriquecer los conocimientos relacionados con la Tercera Edad” (art. 6, inc. a), “promover la realización de congresos, seminarios y encuentros de carácter científico” (art. 15, inc. e), y deja abiertas muchas otras posibles lecturas para crear espacios nuevos. Considero entonces que aún faltan gestarse acciones de investigación, científicas, con sus respectivas contrapartes culturales (congresos y charlas, publicaciones científicas y de divulgación, etc.), que no estén focalizadas sobre Salud y Recreación, únicamente, sino sobre Educación, especialmente.
3) Finalmente, la Ley 4332 establece en su capitulo XI la denominada “Universidad de la Tercera Edad”. Una acción excelente y muy valiosa, acorde con la necesidad que indicaba en el punto anterior. Las experiencias que la Universidad de la Tercera Edad ha generado en todo el país son muy ricas y variadas, y debieran darnos una idea de lo mucho que es posible hacerse en este sentido, si le agregamos nuestra creatividad e idiosincrasia.
Sin embargo, quiero notar que la Ley establece en su artículo 19 que la misma “estará presidida por el Consejo de Mayores de cada localidad”. En mi concepción esta Universidad es, al menos en el espíritu de la Ley, una universidad (aunque no sea una clásica nacional, autónoma, etc., con títulos y demás), especializada en brindar medios de autosuperación a quienes seguramente ya no les interesa un título, sino una nueva visión de su futuro y de cómo resignificar su vida.
En este sentido, entonces, considero que para que la Universidad de la Tercera Edad fuera una herramienta muy importante para la transformación de cómo vemos en la sociedad a los adultos mayores de sesenta años, debieran incluirse en su órgano de dirección y/o presidencia a personas formadas en lo académico, sean o no mayores de 60, no únicamente del ámbito de la Salud, que brinden su experiencia para generar acciones nuevas, las que, sin desvalorar a nadie, seguramente los miembros de los distintos Consejos del Mayor de las ciudades del Chubut no están formados para generar.
Quedo a disposición, desde mi ámbito de acción, para continuar analizando estos aspectos y para intentar crear nuevos caminos, con el fin último de brindar (brindarnos) a los viejos una mejor vida futura en una Sociedad justa.
Néstor Camino
DNI 13.527.406
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gracias Nestor por realizar tu aporte ,el 29 de junio a partir de las 17 hs festejaremos los cumpleaños en killarny espero verte con tu grupo para pasar una momento juntos .
Y para el 1 de julio , martes estamos organizando un charla sobre violencia en la vejez que estará a cargo de la Lic.Luisa Pasquini.Te espero
cordiales saludos
Hilda Arguello
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