Por Fabián Balasz
Tal como lo marcáramos en ediciones anteriores, no sólo los conocidos pozos de las calles San Martín, Azcuénaga, Sarmiento, etc. nos llaman la atención, ahora se le suma la media manzana que fue asfaltada hace poco tiempo detrás del mercado artesanal donde se encuentran pozos de gran tamaño que ya han provocado la rotura de más de un vehículo.
Conózcalos o, mejor dicho, esquívelos o súfralos.
Los trabajos que se realizan desde el Municipio no son lo recomendados; ya han probado con rellenarlos con pedregullo, lo que realmente los convierte en una trampa mortal para los parabrisas de los automotores. Ahora el personal encargado los rellena con cemento pero parece ser que la distinta composición y, sobre todo, la distinta flexibilidad de los materiales hace que ésta tampoco sea la solución al problema. A eso se suma el interminable discurrir de cursos de agua por sobre la calzada que nadie parece controlar, que -dicho sea de paso- en las mañanas frías provocan el despiste de los conductores desatentos, ya que el eterno hilo de agua que corre por San Martín por ejemplo se congela dándole un tinte de pista de patinaje a nuestra avenida principal.
Pero volviendo al tema de los pozos y el agua, que parece que es la culpable, nadie hace nada para controlar la pérdida y los muchachos del Municipio siguen gastando tiempo y recursos en una solución inadecuada. www.noticiasdelbolson.com.ar
Tal como lo marcáramos en ediciones anteriores, no sólo los conocidos pozos de las calles San Martín, Azcuénaga, Sarmiento, etc. nos llaman la atención, ahora se le suma la media manzana que fue asfaltada hace poco tiempo detrás del mercado artesanal donde se encuentran pozos de gran tamaño que ya han provocado la rotura de más de un vehículo.
Conózcalos o, mejor dicho, esquívelos o súfralos.
Los trabajos que se realizan desde el Municipio no son lo recomendados; ya han probado con rellenarlos con pedregullo, lo que realmente los convierte en una trampa mortal para los parabrisas de los automotores. Ahora el personal encargado los rellena con cemento pero parece ser que la distinta composición y, sobre todo, la distinta flexibilidad de los materiales hace que ésta tampoco sea la solución al problema. A eso se suma el interminable discurrir de cursos de agua por sobre la calzada que nadie parece controlar, que -dicho sea de paso- en las mañanas frías provocan el despiste de los conductores desatentos, ya que el eterno hilo de agua que corre por San Martín por ejemplo se congela dándole un tinte de pista de patinaje a nuestra avenida principal.
Pero volviendo al tema de los pozos y el agua, que parece que es la culpable, nadie hace nada para controlar la pérdida y los muchachos del Municipio siguen gastando tiempo y recursos en una solución inadecuada. www.noticiasdelbolson.com.ar
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