Enviado por Avkin Mapu
En la ciudad de Viedma Río Negro fue asesinado Atahualpa Martínez Vinaya de 19 años. En la madrugada del domingo 15 de junio, a Atahualpa le tiraron un tiro por la espalda y luego lo arrojaron en un descampado en las afueras de la ciudad. Nadie puede explicar por qué sucedió esto. Nadie, ni siquiera la justicia, que todavía no tiene respuestas a pesar de afirmar estar trabajando arduamente en la resolución del hecho.
Por Justicia por Ata
A partir del día martes 17 y después de haber enterrado a Ata con un cortejo fúnebre de un centenar de personas, que a pie acompañaron sus restos hasta el cementerio; comenzamos a congregarnos frente a la fiscalía, familiares, amigos, compañeros del 5to año del CEM 18, docentes, directivos y diferentes organizaciones sociales que desde hace tiempo vienen trabajando por la justicia y los derechos humanos. El reclamo es claro: ESCLARECIMIENTO PRONTO Y JUSTICIA.
Luego y a pesar del profundo dolor, por la inexplicable ausencia de un ser querido, continuamos con una marcha y radio abierta de las que continuaron participando personas que lloraban junto a sus familiares por este aberrante hecho.
No estamos hablando de chicos, Atahualpa no tenía problemas con nadie, así lo aseguran la infinidad de anécdotas con las que nos hemos ido encontrando y que dan cuenta de su compañerismo, su nobleza; además los chicos no resuelven sus problemas con un disparo y una clara intención de despistar a la policía arrojando en cuerpo en otro lugar.
Atahualpa estudiaba, porque quería ir a estudiar a Cuba para ser médico, Atahualpa había tomado un terreno para su hermana que tienen un hijo de 2 añitos, ya que pensaba en su futuro y quería que ellos tuvieran algo el día de mañana. Atahualpa acompañaba a su madre en diferentes actividades como ir a vender ropa a la feria local, participar de los encuentros para jóvenes organizados por el CAI (Consejo Asesor Indígena) en los que se trabaja la revalorización de la identidad de los pueblos originarios y los derechos que tenemos los que somos parte de ellos. Atahualpa compartía con sus amigos del barrio Lavalle (un barrio en donde viven familias humildes y que está en la periferia de la ciudad) la mayor parte del día, jugaba al fútbol los domingos con ellos, salían al boliche, se juntaban a comer los asados que Ata preparaba, en fin la vida de cualquier chico pero con el agregado de que él destinaba mucho tiempo de esta vida a ayudar a aquellos que lo necesitaran y que estaba al alcance de su mano.
Atahualpa viene de una familia en la que se congregan dos culturas originarias, la Mapuche y la Aymara; él había aprendido esto acompañando a su padre a la línea sur para visitar a sus tíos y abuelas en el periodo de vacaciones escolares, desde muy chico había elegido este destino para poder ayudarles con las tareas del campo, había aprendido que el viento era su aliado para buscar a los animales y regresarlos a la casa, sabía carnear y preparar ricos asados. También había acompañado a su madre a visitar Poopó (Oruro, Bolivia) durante la festividad del año nuevo y allí se había encontrado con las costumbres que había aprendido de pequeño, escuchar la saya, comer picante de pollo, challar a la Pacha Mama.
No hay motivos para que ni Atahualpa ni ningún otra persona, muera de una manera de atroz y sobre todo que nadie sepa por qué ni quienes.
EXIGIMOS JUSTICIA
Porque es un derecho.
Porque el Estado de be responsabilizarse.
Porque no puede volver a suceder.
Porque LA VIDA ES UN DERECHO DE TODOS
http://justiciaporata.blogspot.com/
En la ciudad de Viedma Río Negro fue asesinado Atahualpa Martínez Vinaya de 19 años. En la madrugada del domingo 15 de junio, a Atahualpa le tiraron un tiro por la espalda y luego lo arrojaron en un descampado en las afueras de la ciudad. Nadie puede explicar por qué sucedió esto. Nadie, ni siquiera la justicia, que todavía no tiene respuestas a pesar de afirmar estar trabajando arduamente en la resolución del hecho.
Por Justicia por Ata
A partir del día martes 17 y después de haber enterrado a Ata con un cortejo fúnebre de un centenar de personas, que a pie acompañaron sus restos hasta el cementerio; comenzamos a congregarnos frente a la fiscalía, familiares, amigos, compañeros del 5to año del CEM 18, docentes, directivos y diferentes organizaciones sociales que desde hace tiempo vienen trabajando por la justicia y los derechos humanos. El reclamo es claro: ESCLARECIMIENTO PRONTO Y JUSTICIA.
Luego y a pesar del profundo dolor, por la inexplicable ausencia de un ser querido, continuamos con una marcha y radio abierta de las que continuaron participando personas que lloraban junto a sus familiares por este aberrante hecho.
No estamos hablando de chicos, Atahualpa no tenía problemas con nadie, así lo aseguran la infinidad de anécdotas con las que nos hemos ido encontrando y que dan cuenta de su compañerismo, su nobleza; además los chicos no resuelven sus problemas con un disparo y una clara intención de despistar a la policía arrojando en cuerpo en otro lugar.
Atahualpa estudiaba, porque quería ir a estudiar a Cuba para ser médico, Atahualpa había tomado un terreno para su hermana que tienen un hijo de 2 añitos, ya que pensaba en su futuro y quería que ellos tuvieran algo el día de mañana. Atahualpa acompañaba a su madre en diferentes actividades como ir a vender ropa a la feria local, participar de los encuentros para jóvenes organizados por el CAI (Consejo Asesor Indígena) en los que se trabaja la revalorización de la identidad de los pueblos originarios y los derechos que tenemos los que somos parte de ellos. Atahualpa compartía con sus amigos del barrio Lavalle (un barrio en donde viven familias humildes y que está en la periferia de la ciudad) la mayor parte del día, jugaba al fútbol los domingos con ellos, salían al boliche, se juntaban a comer los asados que Ata preparaba, en fin la vida de cualquier chico pero con el agregado de que él destinaba mucho tiempo de esta vida a ayudar a aquellos que lo necesitaran y que estaba al alcance de su mano.
Atahualpa viene de una familia en la que se congregan dos culturas originarias, la Mapuche y la Aymara; él había aprendido esto acompañando a su padre a la línea sur para visitar a sus tíos y abuelas en el periodo de vacaciones escolares, desde muy chico había elegido este destino para poder ayudarles con las tareas del campo, había aprendido que el viento era su aliado para buscar a los animales y regresarlos a la casa, sabía carnear y preparar ricos asados. También había acompañado a su madre a visitar Poopó (Oruro, Bolivia) durante la festividad del año nuevo y allí se había encontrado con las costumbres que había aprendido de pequeño, escuchar la saya, comer picante de pollo, challar a la Pacha Mama.
No hay motivos para que ni Atahualpa ni ningún otra persona, muera de una manera de atroz y sobre todo que nadie sepa por qué ni quienes.
EXIGIMOS JUSTICIA
Porque es un derecho.
Porque el Estado de be responsabilizarse.
Porque no puede volver a suceder.
Porque LA VIDA ES UN DERECHO DE TODOS
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