martes, agosto 26, 2008

Opinión: “Delincuencia urbana y victimización de las víctimas”, por E. Raúl Zaffaroni

Enviado por Aramis Ventura
Por E. Raúl Zaffaroni
1. La política actual y la delincuencia urbana. (¿A alguien le interesa la delincuencia urbana?) Existe un preocupante fenómeno de delincuencia urbana en todo el mundo. La vida se ha vuelto urbana, la población mundial tiende a concentrarse en ciudades y, por ende, la criminalidad también. Pero el hecho de la delincuencia urbana es proyectado a población a través de la comunicación masiva, que construye la realidad de la delincuencia urbana (proyección mediática del hecho). Por último, hay una respuesta política al hecho y a su proyección. Teóricamente puede distinguirse la respuesta política al hecho (medidas preventivas y represivas, servicios de seguridad, etc.) de la respuesta política a la proyección (discurso político de seguridad) pero en la práctica no son independientes e incluso se confunden de modo inextricable: los legisladores, las agencias ejecutivas y los responsables políticos de éstas e incluso los poderes ejecutivos, responden a hecho en la forma en que éste es proyectado por la comunicación, porque ésta es la exigencia de la llamada opinión pública.-

Es América Latina -y quizá en todo el mundo- es cada vez más claro que la respuesta política es a la proyección mediática y no al hecho mismo de la delincuencia urbana. Urgidos los políticos por la proyección mediática, responden discursivamente y condicionan a ella la respuesta al hecho mismo, al punto de desentenderse de éste. No existen observatorios, estadísticas serias y orientadas a la prevención, nadie se ocupa por investigar con miras preventivas el hecho mismo de la delincuencia urbana, mientras los comunicadores sociales y los políticos sólo se centran en la proyección mediática del hecho y manejan alguna estadística poco confiable y bastante inútil para efectos preventivos. Se enfrenta la construcción de la realidad y no la realidad, a la que nadie intenta aproximarse.-

Esta afirmación se verifica compulsando los presupuestos de seguridad: no se destina dinero alguno a la investigación técnica del fenómeno de la delincuencia urbana: frecuencia, dinámica, modalidades, barrios, situaciones de riesgo, población de riesgo, etc.-

No se puede prevenir lo que no se conoce, pero a nadie la interesa conocer; luego, parece que a nadie le interesa prevenir.-

(Una preocupación reciente; la reparación del daño psíquico) Entre las medidas con que últimamente se trata de paliar la confiscación de la víctima[1], en algunos países centrales el estado ha intentado ocuparse de los daños psíquicos que éstas sufren, en especial en casos de hechos masivos (catástrofes, crímenes de destrucción masiva indiscriminada vulgarmente llamado terrorismo), extendiendo el concepto de víctima a familiares y deudos.-

Los psicólogos se han preocupado por distinguir el mero estrés del verdadero trauma que sufre la víctima en delitos violentos: en tanto el estrés es pasajero, el trauma irrumpe en la conciencia de la víctima y la perturba. Pero los resultados positivos de la asistencia psicológica inmediata se discuten[2]. Todas las indicaciones para la atención de las víctimas tienen por objeto la prevención o el restablecimiento de su salud psíquica, prestando especial atención a la elaboración del duelo.-

Es sabido que la elaboración del duelo es precedida por pasos de estupefacción, de autoinculpación y de posterior proyección de la culpa (identificación de algún culpable), hasta lograr la etapa final de elaboración. Se trata de facilitar el trabajo del aparato psíquico para evitar que la acumulación de excitaciones termine siendo patógeno[3].-
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