Por José Hernán Díaz Varela *
En los últimos días los concejales trevelinenses han trabajado arduamente para acercar posiciones en torno a la renegociación del contrato de concesión a la Cooperativa 16 de Octubre, por la prestación de los servicios públicos de agua potable y cloacas.
De movida, hay que precisar algunos puntos fundamentales: en primer lugar, el contrato en cuestión está vencido hace ya más de dos años, por lo que la Coop 16 sigue prestando (y cobrando) el servicio de hecho, sin marco legal alguno. Ni el Concejo Deliberante anterior ni éste, ambos con mayoría peronista y muy afines ideológicamente a la Coop 16, han podido resolver la cuestión en estos años. Y ahora, ya pasadas las elecciones y tras el fallido impuestazo de principio de año, a algunos les entró el apuro.
En segundo lugar, el “nuevo” contrato de concesión que se está discutiendo fue redactado íntegramente y presentado unilateralmente, sin acuerdos previos, por la Coop 16. Para ser claros, es como si el dueño de una casa le diera al inquilino la facultad de redactar el contrato de alquiler como quiera. Evidentemente, cualquiera en esa situación elaboraría el contrato más ventajoso posible para sí mismo. Veamos algunos aspectos del contrato.
Para empezar, la Coop propone crear una comisión reguladora con representación de los diversos bloques de concejales, pero cuyo poder de decisión recaería fundamentalmente sobre el Ejecutivo municipal y los representantes de la Coop. Entre sus muchas potestades estaría la de fijar el cuadro tarifario. Advertido esto por los concejales, inmediatamente se opusieron, al menos los radicales y los peronistas disidentes del bloque Alternativa. La respuesta de los ediles fue clara: las tarifas las fija únicamente el Concejo Deliberante. Aparentemente el bloque oficialista también estaría de acuerdo en este punto. Esperemos que lo sostengan con el voto.
Esta cuestión es crucial, ya que estos últimos días hemos escuchado cantos de sirena de algunos que plantean que, como el contrato está vencido y la Coop sigue prestando el servicio, tendría derecho a aumentar las tarifas. En el caso de Trevelin es falso. No hay relación contractual entre la Coop 16 y el municipio del Molino para la prestación de los servicios de agua potable y cloacas. El contrato venció, no se renovó ni se prorrogaron ninguna de sus cláusulas. Todo debe renegociarse desde cero. Es más, si hubiera podido, seguramente la Coop 16 ya habría aumentado las tarifas. Ni los concejales ni el intendente de Trevelin han delegado esas facultades a la Coop, lo cuál sí ha hecho y por un plazo casi eterno el municipio de Esquel. Quizás de allí provenga la confusión de aquellos que argumentan la posibilidad “legal” del aumento de las tarifas por voluntad unilateral de la cooperativa. Quizás Esquel también debería replantearse los términos de esa concesión.
Por otra parte, éste es el momento adecuado para revisar y clarificar ante toda la ciudadanía las relaciones y vínculos legales, de créditos y deudas, entre la cooperativa (de la que todos los usuarios somos socios) y el municipio trevelinense (en el que los usuarios-socios vivimos y pagamos impuestos). Este “blanqueo” previo de obligaciones y deberes mutuos debe ser puesto sobre la mesa antes de discutir cualquier concesión de servicios o programa de inversiones futuras, porque los que terminamos pagando todas esas deudas de unos y de otros somos nosotros, los ciudadanos de Trevelin.
En este delicado momento político y social de nuestro país, en el que todas las negociaciones que involucren al Estado, empresas vinculadas y concesionarias de servicios públicos están fuertemente sospechadas de irregularidades, los concejales del pueblo del Molino tienen una oportunidad histórica para que esa voluntad de transparencia tan frecuentemente invocada en todos los niveles del gobierno se convierta en una realidad.
* DNI 17.536.512
Trevelin - Chubut
En los últimos días los concejales trevelinenses han trabajado arduamente para acercar posiciones en torno a la renegociación del contrato de concesión a la Cooperativa 16 de Octubre, por la prestación de los servicios públicos de agua potable y cloacas.
De movida, hay que precisar algunos puntos fundamentales: en primer lugar, el contrato en cuestión está vencido hace ya más de dos años, por lo que la Coop 16 sigue prestando (y cobrando) el servicio de hecho, sin marco legal alguno. Ni el Concejo Deliberante anterior ni éste, ambos con mayoría peronista y muy afines ideológicamente a la Coop 16, han podido resolver la cuestión en estos años. Y ahora, ya pasadas las elecciones y tras el fallido impuestazo de principio de año, a algunos les entró el apuro.
En segundo lugar, el “nuevo” contrato de concesión que se está discutiendo fue redactado íntegramente y presentado unilateralmente, sin acuerdos previos, por la Coop 16. Para ser claros, es como si el dueño de una casa le diera al inquilino la facultad de redactar el contrato de alquiler como quiera. Evidentemente, cualquiera en esa situación elaboraría el contrato más ventajoso posible para sí mismo. Veamos algunos aspectos del contrato.
Para empezar, la Coop propone crear una comisión reguladora con representación de los diversos bloques de concejales, pero cuyo poder de decisión recaería fundamentalmente sobre el Ejecutivo municipal y los representantes de la Coop. Entre sus muchas potestades estaría la de fijar el cuadro tarifario. Advertido esto por los concejales, inmediatamente se opusieron, al menos los radicales y los peronistas disidentes del bloque Alternativa. La respuesta de los ediles fue clara: las tarifas las fija únicamente el Concejo Deliberante. Aparentemente el bloque oficialista también estaría de acuerdo en este punto. Esperemos que lo sostengan con el voto.
Esta cuestión es crucial, ya que estos últimos días hemos escuchado cantos de sirena de algunos que plantean que, como el contrato está vencido y la Coop sigue prestando el servicio, tendría derecho a aumentar las tarifas. En el caso de Trevelin es falso. No hay relación contractual entre la Coop 16 y el municipio del Molino para la prestación de los servicios de agua potable y cloacas. El contrato venció, no se renovó ni se prorrogaron ninguna de sus cláusulas. Todo debe renegociarse desde cero. Es más, si hubiera podido, seguramente la Coop 16 ya habría aumentado las tarifas. Ni los concejales ni el intendente de Trevelin han delegado esas facultades a la Coop, lo cuál sí ha hecho y por un plazo casi eterno el municipio de Esquel. Quizás de allí provenga la confusión de aquellos que argumentan la posibilidad “legal” del aumento de las tarifas por voluntad unilateral de la cooperativa. Quizás Esquel también debería replantearse los términos de esa concesión.
Por otra parte, éste es el momento adecuado para revisar y clarificar ante toda la ciudadanía las relaciones y vínculos legales, de créditos y deudas, entre la cooperativa (de la que todos los usuarios somos socios) y el municipio trevelinense (en el que los usuarios-socios vivimos y pagamos impuestos). Este “blanqueo” previo de obligaciones y deberes mutuos debe ser puesto sobre la mesa antes de discutir cualquier concesión de servicios o programa de inversiones futuras, porque los que terminamos pagando todas esas deudas de unos y de otros somos nosotros, los ciudadanos de Trevelin.
En este delicado momento político y social de nuestro país, en el que todas las negociaciones que involucren al Estado, empresas vinculadas y concesionarias de servicios públicos están fuertemente sospechadas de irregularidades, los concejales del pueblo del Molino tienen una oportunidad histórica para que esa voluntad de transparencia tan frecuentemente invocada en todos los niveles del gobierno se convierta en una realidad.
* DNI 17.536.512
Trevelin - Chubut
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