Por Delegados 713Fotos: Germán Pasini
El miércoles 3 de septiembre de 2008, los docentes de la cordillera chubutense hemos manifestado masivamente nuestro reclamo salarial y por la dignidad de nuestro trabajo.
La manifestación fue claramente visible y tanto el paro como la movilización resultaron superiores a los que se registran en nuestra historia reciente, haciéndose notar con fuerza en las escuelas urbanas de Esquel.
Las modalidades fueron diversas, ya que aquellos docentes que no se sumaron al paro de actividades por distintas razones (entre las que se cuenta sin dudas las manifestaciones intimidatorias del Gobernador respecto a un posible descuento a los ya mermados sueldos docentes) se pronunciaron a favor del reclamo mediante la firma y difusión de comunicados y pronunciamientos por escuela –según lo acordado en cada institución– y una concentración y marcha convocada de un modo unánime en asamblea docente preparatoria, que hizo confluir a los turnos mañana y tarde alrededor del mediodía.
Doscientos cincuenta docentes nos reunimos en 25 de Mayo y Rivadavia (pleno centro de Esquel) con carteles que expresaban tanto nuestro reclamo salarial como nuestro repudio a los repetidos agravios que se nos han dispensado desde el gobierno provincial, y luego marchamos hasta las oficinas de Supervisión, en avenida Alvear, donde se leyeron las adhesiones y comunicados, firmados por alrededor de 250 docentes, de las escuelas 705, 200, 701, 134, 205,1025, 767,179, 159.
Los carteles daban cuenta de los reclamos: “una canasta básica = un sueldo”, “¿Ser transparentes? NO al pago en negro”. Otro era una fotocopia ampliada de un recibo de sueldo de un docente que recién se inicia: $1.250 de bolsillo (el gobierno dice que ese docente gana $1.574, pero los recibos no mienten).
Finalmente la movilización volvió a su punto de partida, donde se convocó a una asamblea para el lunes 8 de septiembre a las 18:30 en el colegio 713. En ese momento también se llamó a la organización por escuelas para darle continuidad y extensión a las acciones de reclamo.
De este modo queda claro que, cualquiera sea la medida adoptada, la posición de los docentes, sindicalizados o no, es de unánime rechazo a la política provincial, cuya atención está puesta en los negocios petroleros y mineros más que en la educación, cuyo desinterés por las problemáticas sociales es ostensible y cuyo desprecio por los salarios docentes atenta a la vez contra la calidad educativa.
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