martes, octubre 14, 2008

Proponen definir una convención horaria que también beneficie a la zona cordillerana

Por Néstor Camino *
Sobre la elección de una convención horaria con equidad

COMENTARIO INICIAL

La presente nota debe ser considerada como una de las formas en que los ciudadanos podemos ejercer nuestro derecho a opinar críticamente sobre los distintos aspectos de la vida en la sociedad argentina; pero siendo responsables, expresarnos críticamente nos obliga a contribuir con propuestas concretas y fundamentadas para intentar mejorar lo que criticamos.

Así las cosas, analizaremos una de las convenciones “dadas por hecho” más importantes para la vida en sociedad: la que rige la utilización del Tiempo en nuestro país, y discutiremos cómo nos perjudica a los cordilleranos en especial el hecho de que tal convención difiera en mucho de lo que vivimos cotidianamente por nuestra ubicación geográfica. Luego, propondremos una nueva convención horaria para nuestro país, buscando con ella respetar las distintas idiosincrasias y geografías, de modo que nuestra vida cotidiana esté más de acuerdo con los ritmos naturales propios de cada zona, lo que podría considerarse como otro de los múltiples aspectos del problema de la identidad de las comunidades.

LOS INICIOS EN LA MEDICIÓN DEL TIEMPO: la “hora de Dios” o “Tiempo Solar Verdadero”

Antiguamente, la vida en los pequeños poblados se organizaba a partir de la utilización de relojes de Sol ubicados en las torres de las iglesias o en las plazas los que permitían medir el tiempo entre la salida y la puesta del Sol, durante todo el año. Así, bastaba para ponerse de acuerdo entre los pobladores que todos se refirieran al reloj de Sol, el que servía de “patrón de tiempos” para la vida social del lugar.

El tiempo medido por los relojes de Sol se denomina “Tiempo Solar Verdadero”, ya que se corresponde con la luz diurna real que se recibe en el lugar en el que esté el reloj; por esta razón, a este tiempo también se lo llamaba “la hora o el tiempo de Dios”. Es importante notar que cada poblado tenía su propio “tiempo de Dios”; ya que su carácter “local” hacía que no pudiera compartirse con lo que marcaban otros relojes en otros lugares.

UNA CONVENCIÓN PLANETARIA PARA MEDIR EL TIEMPO: los “husos horarios”

El comercio entre poblados, los viajes de exploración, la expansión de la cultura y las comunicaciones, produjeron que con el paso de las décadas el “Tiempo Solar Verdadero” dejara de ser útil, debido especialmente a su carácter local, no regional y mucho menos planetario.

Hasta mediados del Siglo XIX cada ciudad tenía su propio sistema de tiempo; cuando hacia 1870 casi todas las grandes ciudades del mundo se interconectaron por medio del telégrafo eléctrico, se hizo indispensable establecer un sistema internacional que brindara una coordinación entre los tiempos locales para organizar la sociedad a gran escala a partir de un origen de tiempos común.

A fines de 1884, en la Conferencia Internacional sobre el Meridiano, veinticinco países decidieron establecer como “Meridiano 0” al meridiano del Observatorio Real de Greenwich, en Inglaterra. Así, cuando el Sol pasa por el meridiano origen, para todo el mundo son las 12 horas del llamado actualmente Tiempo Universal (TU); como la Tierra gira sobre sí misma desde el Oeste hacia el Este, los lugares al Este de Greenwich encuentran el Sol antes y los que están al Oeste lo hacen después.

Se estableció además el Sistema Internacional de Zonas de Tiempo, que define veinticuatro zonas meridianas de 15º de ancho cada una, los “husos horarios” que cubren todo el planeta; así, todas las ciudades dentro de la misma zona tendrían la misma hora. Cada huso está centrado en el meridiano que le da su denominación, dejando 7,5º a cada lado. La convención se completaba definiendo como unidad al Día Solar Medio (el período de tiempo medido por un reloj de Sol, corregido por las irregularidades causadas por la rotación y la traslación de la Tierra).

Los distintos países adoptaron el Sistema Internacional promulgando leyes nacionales, las que definen la denominada Hora Civil u Hora Oficial. En algunos casos, por ejemplo en aquellos países muy anchos en longitud geográfica como Rusia, se pueden definir varios husos dentro de un mismo país; en otros, como por ejemplo en grupos de pequeños países o en zonas geográficas complejas dentro de un mismo país, los límites de los husos se deforman por razones de interrelación social o comercial.

La nota completa está disponible acá

1- Hemos utilizado para esta nota lo que presentáramos en el 3er Encuentro Patagónico de Ciencias Sociales (2004, Esquel), y en el Ciclo de Charlas del Complejo Plaza del Cielo (enero de 2008). Consultamos el trabajo “La hora más conveniente para Tierra del Fuego: sobre el uso del huso”, de José Luis Hormaechea (Estación Astronómica Río Grande, 2004), y los sitios web del Observatorio Naval Argentino (http://www.hidro.gov.ar/Observatorio/QueHoraUtiliza.asp) y del Royal Observatory of Greenwich (http://www.rog.nmm.ac.uk/). Con el objetivo de divulgar lo más posible este serio problema y la necesidad urgente de construir soluciones con equidad, esta nota ha sido publicada y difundida de distintas formas, como por ejemplo en el Suplemento de Cultura “El Ñirantal” del Diario El Oeste de Esquel a principios de 2008, en el periódico electrónico Puerta E (http://www.puertae.com.ar/), y enviada a personas y otros medios de difusión orales y escritos tanto patagónicos como nacionales, así como también a diputados provinciales y nacionales. Fue enviada, asimismo, a la Asociación Argentina de Astronomía para brindar un elemento más a esta discusión que se reaviva cada año. (NC, 12/10/08).

* nestor.camino@speedy.com.ar

Complejo Plaza del Cielo (www.plaza-del-cielo.org)
Fac. de Ingeniería, UNPSJB Sede Esquel.

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