Enviado por Ricardo Módica
Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, de República Dominicana, y sus esposos, estuvieron profundamente ligados a la lucha contra el dictador Trujillo.
Participaron activamente en la clandestinidad con los grupos de la resistencia que anhelaban derrocar al tirano.
El 25 de noviembre de 1960, las tres hermanas Mirabal fueron detenidas en una carretera y asesinadas a palos por agentes del SIM (Servicio de
Inteligencia Militar) del gobierno de Trujillo.
En honor a estas valientes hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Hacia la Mujer.
Esta fecha fue establecida en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en el año 1981 y oficializada en 1999 por la Organización de las Naciones Unidas.
La violencia hacia la mujer sigue siendo uno de los problemas más graves en nuestros días:
El abuso sexual hacia mujeres y niñas, la violencia laboral, las muertes por aborto clandestino, los secuestros de mujeres y niñas para la trata con fines de prostitución, la violencia en el ámbito familiar, la falta de acceso a la salud sexual y reproductiva, la discriminación de la diversidad sexual, la falta de mecanismos para una atención eficaz de las mujeres violadas, la falta de condena a los violadores; son todas caras de la misma violencia que se ejerce cada día hacia las mujeres.
Este 25 de noviembre, acusemos a los responsables. Los jueces y juezas siguen dictando condenas en contra de los derechos de las mujeres.
La iglesia continúa queriendo marcar nuestros destinos, señalándonos y oponiéndose a cualquier avance del movimiento de mujeres.
Legisladores y legisladoras municipales, provinciales y nacionales cajonean leyes que venimos reclamando desde hace años o simplemente miran para otro lado, obedeciendo a sus patrones del gobierno o de la iglesia.
La corporación médica se esconde o se escuda bajo preceptos morales que no tienen que ver con las leyes y nuestros derechos adquiridos.
La policía persigue y mata a quienes denuncian, y ampara a violadores y proxenetas, cuando no son sus propios integrantes los que regentean locales donde se explota a víctimas de la trata de mujeres y niñas.
El gobierno nacional insiste en no escuchar los reclamos de las mujeres, y sigue pactando con quienes históricamente se oponen a ellos.
Un estado que no tiene políticas reales para enfrentar todos los casos de violencia hacia las mujeres es un estado explotador, un estado proxeneta, un estado abusador, violento y asesino.
Los grandes medios de comunicación ejercen violencia sobre todas nosotras menoscabando nuestras capacidades y derecho a elegir libremente, al reproducir e instalar la mercantilización y cosificación de los cuerpos de las mujeres.
Todos y todas las que callamos estamos en esta lista de responsables. Por eso este 25 de noviembre gritamos: ¡NO MÁS VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES!
Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, de República Dominicana, y sus esposos, estuvieron profundamente ligados a la lucha contra el dictador Trujillo.
Participaron activamente en la clandestinidad con los grupos de la resistencia que anhelaban derrocar al tirano.
El 25 de noviembre de 1960, las tres hermanas Mirabal fueron detenidas en una carretera y asesinadas a palos por agentes del SIM (Servicio de
Inteligencia Militar) del gobierno de Trujillo.
En honor a estas valientes hermanas, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Hacia la Mujer.
Esta fecha fue establecida en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en el año 1981 y oficializada en 1999 por la Organización de las Naciones Unidas.
La violencia hacia la mujer sigue siendo uno de los problemas más graves en nuestros días:
El abuso sexual hacia mujeres y niñas, la violencia laboral, las muertes por aborto clandestino, los secuestros de mujeres y niñas para la trata con fines de prostitución, la violencia en el ámbito familiar, la falta de acceso a la salud sexual y reproductiva, la discriminación de la diversidad sexual, la falta de mecanismos para una atención eficaz de las mujeres violadas, la falta de condena a los violadores; son todas caras de la misma violencia que se ejerce cada día hacia las mujeres.
Este 25 de noviembre, acusemos a los responsables. Los jueces y juezas siguen dictando condenas en contra de los derechos de las mujeres.
La iglesia continúa queriendo marcar nuestros destinos, señalándonos y oponiéndose a cualquier avance del movimiento de mujeres.
Legisladores y legisladoras municipales, provinciales y nacionales cajonean leyes que venimos reclamando desde hace años o simplemente miran para otro lado, obedeciendo a sus patrones del gobierno o de la iglesia.
La corporación médica se esconde o se escuda bajo preceptos morales que no tienen que ver con las leyes y nuestros derechos adquiridos.
La policía persigue y mata a quienes denuncian, y ampara a violadores y proxenetas, cuando no son sus propios integrantes los que regentean locales donde se explota a víctimas de la trata de mujeres y niñas.
El gobierno nacional insiste en no escuchar los reclamos de las mujeres, y sigue pactando con quienes históricamente se oponen a ellos.
Un estado que no tiene políticas reales para enfrentar todos los casos de violencia hacia las mujeres es un estado explotador, un estado proxeneta, un estado abusador, violento y asesino.
Los grandes medios de comunicación ejercen violencia sobre todas nosotras menoscabando nuestras capacidades y derecho a elegir libremente, al reproducir e instalar la mercantilización y cosificación de los cuerpos de las mujeres.
Todos y todas las que callamos estamos en esta lista de responsables. Por eso este 25 de noviembre gritamos: ¡NO MÁS VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES!
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