Por Centro Fuente Buena
Decimos que "nos quedamos dormidos".
La palabra quedarse, implica relajación. La mente o el cerebro, ejercen el control principal para quedarse dormido.
La relajación mental, es el factor esencial para poder dormir.
Pero la mente no puede relajarse cuando los mensajes que llegan al cerebro desde los músculos son de tensión, o cuando las emociones son palpitantes, o el pensamiento esta en ebullición. Hay personas que se duermen casi inmediatamente después de apoyar la cabeza en la almohada, mientras que otras antes de dormir, se entregan durante unos minutos a una dulce entonación con retazos de imágenes, que pasan a la deriva delante del ojo de la mente en una rápida sucesión de pensamientos intrascendentes.
Las preocupaciones y las tensiones de cualquier tipo, impiden la aparición del sueño, y es muy probable que lo interrumpa una vez iniciado éste.
Un cerebro muy activo, necesita disminuir su nivel de actividad antes de disponerse a dormir. Hay una historia de dos monjes Zen que durante un largo viaje a pie, tuvieron que atravesar un río para poder seguir el camino; uno de los monjes, amablemente cruzó en hombros a una mujer, al otro lado del río.
Luego, los dos monjes siguieron su camino por dos horas en absoluto silencio, hasta que uno de ellos habló molesto, poniendo en duda la actitud del otro monje por haber tenido contacto con el cuerpo de la joven. La respuesta fue la siguiente:"Yo deje a la joven a la orilla del río; pero me parece que tu, todavía la llevas encima".Para relajar la mente y prepararla para el sueño, hemos de dar la espalda a todos los acontecimientos del día, como hizo el monje Zen, con lo ocurrido dos horas antes. Algunas veces los acontecimientos tienen mucha fuerza. Pero el ser conciente de ello, nos llevara a la dirección correcta.
Ejercicio para la práctica: Para facilitar la llegada del sueño, será útil que al acostarnos, nos tumbemos boca arriba, en la postura para la relajación pasiva, y hagamos que la atención vaya iluminando ordenadamente todas las partes del cuerpo, desde los pies a la cara, finalizando con los músculos oculares y bucales.
Después de haber hecho el recorrido y liberado la tensión de todas las partes del cuerpo desde los pies a la cara, puede volver a repetir la secuencia, imaginando primero, que sus músculos se vuelven pesados y después, autosugestionándose, que siente calor en ellos.
La sensación de pesadez y calor, llevan a una relajación mas profunda.
El control de la respiración es muy conveniente.
El suave subir y bajar de los músculos abdominales en la respiración diafragmático-abdominal, facilita el acceso al sueño.
Será de utilidad repetir mentalmente, los conceptos como "relajación" o "paz" en cada exhalación, o concentrarse en la propia respiración.
Esto proporcionará un agradable flujo de bienestar.
Una vez que el cuerpo este cómodo y relajado, estará listo para dormir.
Cristina García Badiola Psicóloga Corporal "Ser uno mismo"
Centro Fuente Buena - Terapia Psicoenergética Flores de Raff- Masajes Holísticos- Cursos y Talleres- Rivadavia 919 Esquel Chubut Patagonia Argentina
Decimos que "nos quedamos dormidos".
La palabra quedarse, implica relajación. La mente o el cerebro, ejercen el control principal para quedarse dormido.
La relajación mental, es el factor esencial para poder dormir.
Pero la mente no puede relajarse cuando los mensajes que llegan al cerebro desde los músculos son de tensión, o cuando las emociones son palpitantes, o el pensamiento esta en ebullición. Hay personas que se duermen casi inmediatamente después de apoyar la cabeza en la almohada, mientras que otras antes de dormir, se entregan durante unos minutos a una dulce entonación con retazos de imágenes, que pasan a la deriva delante del ojo de la mente en una rápida sucesión de pensamientos intrascendentes.
Las preocupaciones y las tensiones de cualquier tipo, impiden la aparición del sueño, y es muy probable que lo interrumpa una vez iniciado éste.
Un cerebro muy activo, necesita disminuir su nivel de actividad antes de disponerse a dormir. Hay una historia de dos monjes Zen que durante un largo viaje a pie, tuvieron que atravesar un río para poder seguir el camino; uno de los monjes, amablemente cruzó en hombros a una mujer, al otro lado del río.
Luego, los dos monjes siguieron su camino por dos horas en absoluto silencio, hasta que uno de ellos habló molesto, poniendo en duda la actitud del otro monje por haber tenido contacto con el cuerpo de la joven. La respuesta fue la siguiente:"Yo deje a la joven a la orilla del río; pero me parece que tu, todavía la llevas encima".Para relajar la mente y prepararla para el sueño, hemos de dar la espalda a todos los acontecimientos del día, como hizo el monje Zen, con lo ocurrido dos horas antes. Algunas veces los acontecimientos tienen mucha fuerza. Pero el ser conciente de ello, nos llevara a la dirección correcta.
Ejercicio para la práctica: Para facilitar la llegada del sueño, será útil que al acostarnos, nos tumbemos boca arriba, en la postura para la relajación pasiva, y hagamos que la atención vaya iluminando ordenadamente todas las partes del cuerpo, desde los pies a la cara, finalizando con los músculos oculares y bucales.
Después de haber hecho el recorrido y liberado la tensión de todas las partes del cuerpo desde los pies a la cara, puede volver a repetir la secuencia, imaginando primero, que sus músculos se vuelven pesados y después, autosugestionándose, que siente calor en ellos.
La sensación de pesadez y calor, llevan a una relajación mas profunda.
El control de la respiración es muy conveniente.
El suave subir y bajar de los músculos abdominales en la respiración diafragmático-abdominal, facilita el acceso al sueño.
Será de utilidad repetir mentalmente, los conceptos como "relajación" o "paz" en cada exhalación, o concentrarse en la propia respiración.
Esto proporcionará un agradable flujo de bienestar.
Una vez que el cuerpo este cómodo y relajado, estará listo para dormir.
Cristina García Badiola Psicóloga Corporal "Ser uno mismo"
Centro Fuente Buena - Terapia Psicoenergética Flores de Raff- Masajes Holísticos- Cursos y Talleres- Rivadavia 919 Esquel Chubut Patagonia Argentina
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