Por Abla Carballo *
Motivados por el incremento del uso y abuso de alcohol y otras drogas, epidemia que avanza en la clandestinidad y la sufren jóvenes muchachos y chicas, adolescentes y niños, el municipio local auspicia la Jornada Regional de Capacitación, bajo el nombre de Adicciones, Abordajes posibles desde la situación actual.
La importancia del acontencimiento tiene como finalidad, aportar elementos para incorporar a políticas públicas chubutenses y gestionar prevención, asistencia para enfermos y sus familias y, seguramente, promoción de los adictos superado el trance que los aqueja.
Un muestreo obtenido en enero de 2005 en Esquel, de una población de 1.200 jóvenes que consumen cerveza y otras bebidas alcohólicas en boliches bailables y de entretenimiento, por cada diez (10) 8 (ocho) llegan a la madrugada alcoholizados, cinco (5) drogados habitualmente con marihuana, y en menor escala con cocaína.
En un local nocturno con asistencia de ochocientas (800) personas, consumen en una noche: 10 botellas de vodka; 6 botellas de gancia; 9 botellas de fernet; 2 de gin; 72 de cerveza corona –de mayor precio que las comunes- y otras bebidas de alta graduación alcohólica. Además es importante señalar que antes de concurrir al boliche, previamente, consumen cerveza y vino, por dos razones: a) el precio es más accesible en comercios que en el lugar nocturno; b) una franja numerosa ingresa al boliche alrededor de las 3 a.m., habiendo practicado el “preboliche”. Ello significa consumición de bebidas y/o alguna droga en algún domicilio o en la calle. (Enero 2005).
El preboliche pone al descubierto la tolerancia social asentada en la indiferencia o pasividad, como deslinde de incumbencia. Llama la atención el escaso reflejo del conjunto social y político frente al fabuloso impacto que produce el consumo de drogas y el abuso descontrolado del alcohol. La tolerancia social frente al tema constituye el principal obstáculo que impide enfrentar, con la efectividad deseada, una enfermedad tan compleja del enfermo y su familia.
En nuestra ciudad, los vecinos conocemos sobre el consumo de alcohol y drogas entre una población desde 14 años –a veces de 9 años ingresados al hospital zonal con coma alcohólico, al servicio de urgencia-. En la relación hombre-mujer en el abuso, que significa beber en una sola oportunidad dos litros de cerveza, un litro de vino o un cuarto de bebida destilada, se empareja la edad.
La preocupación y dedicación de los profesionales de la Salud no alcanza para tratamientos de enfermos adictos. Mínimamente se sabe que se trata de actitudes y conductas. Ello implica un cambio extraordinario de vida en el paciente tanto como en el seno familiar, círculo de amistades y costumbres.
Las estadísticas y las cifras que se conocen no arrojan tampoco la magnitud del problema porque es una epidemia que avanza en las sombras.
Al mismo tiempo “las adicciones imponen a los Estados un inesperado conflicto de límites internos de intervención y jurisdicción sobre el adicto a las drogas, y la propia sociedad discute (o debiera hacerlo) si se debe reclamar un Estado represor, un Estado terapéutico o un Estado simplemente ausente”.
Una lógica represiva o culpabilizadora, tanto en las acciones que se emprendieran como en el discurso empleado es contraproducente y parece producir fracaso.
La adicción a sustancias ilegales adquiere características de ser a la vez un delito en términos jurídicos, y desde el punto de vista sanitario, “el difícil desafío de una enfermedad que evoluciona en la clandestinidad”.
El avance de la enfermedad en países desarrollados y en sociedades de economías más sólidas, permite pensar que la drogadicción es el resultado de situaciones culturales y existenciales profundamente complejas que expresan, dramáticamente, uno de los aspectos más perversos de la sociedad de consumo.
Reflexiones
“Un país que no tenía analfabetos pero hoy tiene por lo menos un cuarto de la población que lee y escribe de modo primitivo y apenas funcional. Nuestro sistema de salud pública destruido a la par que la educación pública y de la previsión social. Esas tres grandes responsabilidades de todo Estado en todo el mundo, aquí fueron desmanteladas y traspasadas en gran parte a manos privadas. El magisterio argentino y los trabajadores de la Salud hacen actos heroicos a diario pero no pueden hacer milagros.
En la década del `90 los argentinos, gracias al discurso neoliberal, perdimos: la educación, la salud, la previsión social, la industria básica, la banca nacional, los ferrocarriles, el petróleo, el manejo de granos y carnes, la industria petroquímica, la minería, la explotación marina, millones de hectáreas de tierras fiscales, la electricidad, el gas, las aguas corrientes, los servicios sanitarios, los teléfonos y las telecomunicaciones, el correo postal, las líneas aéreas, la flota fluvial y la de ultramar, la red caminera, los puertos y aeropuertos, la investigación científica y técnica independiente. O sea: perdimos todo eso que era de todos.
Ni siquiera nos quedó una idea prestigiosa de lo “público”, es decir, de todos, que aquí hoy se ve como de “nadie”, y, por lo tanto, descuidable”. (Ernesto Juretche)
Las consecuencias están a la vista. Niños, adolescentes y jóvenes consumiendo sustancias para evadirse de lo que no son ni fueron responsables aunque sufren los resultados. Sin embargo es posible zafar articulando. Retomando el control que fuera destrozado. Repreguntándonos qué país, qué provincia, qué municipio soñamos tener. ¿Cómo enfrentar las indignantes condiciones de desigualdad que nos avergüenzan?
Jornadas
Los hombres y mujeres que inician desde las Jornadas de capacitación para abordajes posibles de adicciones desde la política y la práctica, comienzan a desarrollar una trascendente gestión y conscientes o no, transmiten un mandato a los gobernantes. Tal debiera ser el encuentro regional esquelense, en el concepto de promoción de salud, marco que formula como condiciones básicas, entre otras concepciones, una buena nutrición; adecuadas condiciones de vivienda; una buena educación; formación y desarrollo; un trabajo conveniente; ingresos dignos; una cuidadosa utilización de los recursos naturales; justicia y equidad social; paz e igualdad de oportunidades.
La responsabilidad para la promoción de la salud no sólo se encuentra en el sector de las autoridades sanitarias sino dentro del ámbito político competente, abarcando las actividades de educación, esparcimiento y formación. Con el principio multisectorial en donde estarán presentes la familia, las organizaciones juveniles, los centros comunitarios, asociaciones y organizaciones de la comunidad, los medios de comunicación, las iglesias, la institución policial especializada y capacitada. Priorizando desde la raíz la concepción de la persona como elemento imprescindible en el entorno socioeconómico, político, cultural y ecológico de la sociedad, dentro de la dimensión ética que incluye la dignidad humana y la comprensión profunda de la dignidad de las personas.-
* DNI 4.159.560
Motivados por el incremento del uso y abuso de alcohol y otras drogas, epidemia que avanza en la clandestinidad y la sufren jóvenes muchachos y chicas, adolescentes y niños, el municipio local auspicia la Jornada Regional de Capacitación, bajo el nombre de Adicciones, Abordajes posibles desde la situación actual.
La importancia del acontencimiento tiene como finalidad, aportar elementos para incorporar a políticas públicas chubutenses y gestionar prevención, asistencia para enfermos y sus familias y, seguramente, promoción de los adictos superado el trance que los aqueja.
Un muestreo obtenido en enero de 2005 en Esquel, de una población de 1.200 jóvenes que consumen cerveza y otras bebidas alcohólicas en boliches bailables y de entretenimiento, por cada diez (10) 8 (ocho) llegan a la madrugada alcoholizados, cinco (5) drogados habitualmente con marihuana, y en menor escala con cocaína.
En un local nocturno con asistencia de ochocientas (800) personas, consumen en una noche: 10 botellas de vodka; 6 botellas de gancia; 9 botellas de fernet; 2 de gin; 72 de cerveza corona –de mayor precio que las comunes- y otras bebidas de alta graduación alcohólica. Además es importante señalar que antes de concurrir al boliche, previamente, consumen cerveza y vino, por dos razones: a) el precio es más accesible en comercios que en el lugar nocturno; b) una franja numerosa ingresa al boliche alrededor de las 3 a.m., habiendo practicado el “preboliche”. Ello significa consumición de bebidas y/o alguna droga en algún domicilio o en la calle. (Enero 2005).
El preboliche pone al descubierto la tolerancia social asentada en la indiferencia o pasividad, como deslinde de incumbencia. Llama la atención el escaso reflejo del conjunto social y político frente al fabuloso impacto que produce el consumo de drogas y el abuso descontrolado del alcohol. La tolerancia social frente al tema constituye el principal obstáculo que impide enfrentar, con la efectividad deseada, una enfermedad tan compleja del enfermo y su familia.
En nuestra ciudad, los vecinos conocemos sobre el consumo de alcohol y drogas entre una población desde 14 años –a veces de 9 años ingresados al hospital zonal con coma alcohólico, al servicio de urgencia-. En la relación hombre-mujer en el abuso, que significa beber en una sola oportunidad dos litros de cerveza, un litro de vino o un cuarto de bebida destilada, se empareja la edad.
La preocupación y dedicación de los profesionales de la Salud no alcanza para tratamientos de enfermos adictos. Mínimamente se sabe que se trata de actitudes y conductas. Ello implica un cambio extraordinario de vida en el paciente tanto como en el seno familiar, círculo de amistades y costumbres.
Las estadísticas y las cifras que se conocen no arrojan tampoco la magnitud del problema porque es una epidemia que avanza en las sombras.
Al mismo tiempo “las adicciones imponen a los Estados un inesperado conflicto de límites internos de intervención y jurisdicción sobre el adicto a las drogas, y la propia sociedad discute (o debiera hacerlo) si se debe reclamar un Estado represor, un Estado terapéutico o un Estado simplemente ausente”.
Una lógica represiva o culpabilizadora, tanto en las acciones que se emprendieran como en el discurso empleado es contraproducente y parece producir fracaso.
La adicción a sustancias ilegales adquiere características de ser a la vez un delito en términos jurídicos, y desde el punto de vista sanitario, “el difícil desafío de una enfermedad que evoluciona en la clandestinidad”.
El avance de la enfermedad en países desarrollados y en sociedades de economías más sólidas, permite pensar que la drogadicción es el resultado de situaciones culturales y existenciales profundamente complejas que expresan, dramáticamente, uno de los aspectos más perversos de la sociedad de consumo.
Reflexiones
“Un país que no tenía analfabetos pero hoy tiene por lo menos un cuarto de la población que lee y escribe de modo primitivo y apenas funcional. Nuestro sistema de salud pública destruido a la par que la educación pública y de la previsión social. Esas tres grandes responsabilidades de todo Estado en todo el mundo, aquí fueron desmanteladas y traspasadas en gran parte a manos privadas. El magisterio argentino y los trabajadores de la Salud hacen actos heroicos a diario pero no pueden hacer milagros.
En la década del `90 los argentinos, gracias al discurso neoliberal, perdimos: la educación, la salud, la previsión social, la industria básica, la banca nacional, los ferrocarriles, el petróleo, el manejo de granos y carnes, la industria petroquímica, la minería, la explotación marina, millones de hectáreas de tierras fiscales, la electricidad, el gas, las aguas corrientes, los servicios sanitarios, los teléfonos y las telecomunicaciones, el correo postal, las líneas aéreas, la flota fluvial y la de ultramar, la red caminera, los puertos y aeropuertos, la investigación científica y técnica independiente. O sea: perdimos todo eso que era de todos.
Ni siquiera nos quedó una idea prestigiosa de lo “público”, es decir, de todos, que aquí hoy se ve como de “nadie”, y, por lo tanto, descuidable”. (Ernesto Juretche)
Las consecuencias están a la vista. Niños, adolescentes y jóvenes consumiendo sustancias para evadirse de lo que no son ni fueron responsables aunque sufren los resultados. Sin embargo es posible zafar articulando. Retomando el control que fuera destrozado. Repreguntándonos qué país, qué provincia, qué municipio soñamos tener. ¿Cómo enfrentar las indignantes condiciones de desigualdad que nos avergüenzan?
Jornadas
Los hombres y mujeres que inician desde las Jornadas de capacitación para abordajes posibles de adicciones desde la política y la práctica, comienzan a desarrollar una trascendente gestión y conscientes o no, transmiten un mandato a los gobernantes. Tal debiera ser el encuentro regional esquelense, en el concepto de promoción de salud, marco que formula como condiciones básicas, entre otras concepciones, una buena nutrición; adecuadas condiciones de vivienda; una buena educación; formación y desarrollo; un trabajo conveniente; ingresos dignos; una cuidadosa utilización de los recursos naturales; justicia y equidad social; paz e igualdad de oportunidades.
La responsabilidad para la promoción de la salud no sólo se encuentra en el sector de las autoridades sanitarias sino dentro del ámbito político competente, abarcando las actividades de educación, esparcimiento y formación. Con el principio multisectorial en donde estarán presentes la familia, las organizaciones juveniles, los centros comunitarios, asociaciones y organizaciones de la comunidad, los medios de comunicación, las iglesias, la institución policial especializada y capacitada. Priorizando desde la raíz la concepción de la persona como elemento imprescindible en el entorno socioeconómico, político, cultural y ecológico de la sociedad, dentro de la dimensión ética que incluye la dignidad humana y la comprensión profunda de la dignidad de las personas.-
* DNI 4.159.560
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