jueves, diciembre 11, 2008

Opinión: “Navidad”, por Abla Carballo


Por Abla Carballo *

Las declaraciones del ministro de Ambiente del Chubut sobre el proyecto “Navidad”, en torno a la etapa de explotación minera por la empresa canadiense Aquiline Resources Inc., son casi luz verde.

La aceptación de esta etapa por el gobierno chubutense se apoya “en la cantidad y densidad de minerales como para convertirse en un proyecto factible en vísperas de explotación. Proyecto que se realizaría en la zona de la Meseta Central del Chubut.

El argumento del gobernador chubutense, ante la embajada de Canadá fue la reintroducción de la minería en la provincia, asegurando “debida prudencia para un manejo responsable con el Ambiente y con la política Social, definidas como objetivos primordiales de su gestión de gobierno”.

Por su parte, el ministro Garitano, exteriorizó el derecho por manifestarse de acuerdo o no por la explotación minera de cada ciudadano, olvidando la consulta popular no sólo de “los grupos más radicalizados en contra de la minería” sino de un total del 82% de la población de Esquel y de las repercusiones –en corto tiempo-, que esta determinación popular provocó favorablemente, en todo el territorio argentino y el exterior.

La originalidad de la expresión del ministro aceptando el derecho de cada ciudadano por la explotación minera o no, es cercano al relativismo. Si bien no hay verdades absolutas universales, las determinaciones de los pueblos en el punto explotación minera (aún limitada sólo a este tema), se apoyan en la defensa y connotaciones pragmáticas y éticas, morales y culturales y, sobre todo, en la historia y experiencia de lo sucedido y lo que sucede con otras explotaciones mineras en Argentina y otros países de Sudamérica; sin indicar, aquí, las experiencias negativas en el país del Norte.

Las consecuencias que acarrea esta industria contaminante para las poblaciones, demostradas por cada uno de los ciudadanos que las sufren, son innegables.

Llama la atención que la demanda popular extraordinaria para los tiempos que corren, sea desconocida por políticos que saben bien lo que significa un mandato popular, además del concepto Soberanía. Viene al caso recordar que el general Perón advirtió, oportunamente, que las riquezas del subsuelo argentino sólo serían usadas, expresamente, cuando hubiera una necesidad extrema para el país.

A su vez, el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, Dr. Manuel Benítez, exhibió salarios de 5.344 pesos de los trabajadores en ese rubro, (la canasta familiar de los trabajadores en el Chubut está valuada en más de 4.500 pesos), y expresó que “bajo el concepto moderno de minería, ningún proyecto podría desarrollarse si no se respeta absolutamente el medio ambiente, por lo tanto, la minería no puede ejercer ninguna práctica contaminante”, aseguró. Cabe preguntar ¿por qué en los países del norte están prohibidos? ¿Y, por qué a partir de esa veda los empresarios extranjeros voltearon su mirada para elegir la región de la cordillera de los Andes –el yacimiento mineral más grande del planeta-, para su explotación? ¿Quizás por un relativismo del conocimiento? ¿Tal vez por no prestar atención a las normas culturales que se encuentran en cada sociedad en particular, privativas de los países del sur de América? Dicho esto sin detenerse en el beneficio, provecho, ganancia, utilidad que obtienen estos empresarios de la minería. Burlando, además, la Soberanía territorial puesto que no respetan recursos naturales, culturales y humanos, necesarios para sobrevivir como Nación Soberana.

En marzo del `72 del general Perón delineó su mensaje a pueblos y gobiernos acerca de los recursos naturales, advirtiendo: “...la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del Ambiente y la biosfera; la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología, y la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional”.

El 80 % de la población mundial corresponde al Tercer Mundo.

“La madre de todas las industrias”, como calificó Benítez a la explotación minera, deja mucho que desear porque en el trascurso de décadas esa producción no muestra colaboración efectiva en el bienestar de los pueblos.

Es importante apelar a la memoria y la reflexión, elaborando prioritariamente políticas Ecológicas centradas en el Hombre que denuncie ideologías ecologistas imperialistas expansionistas, que enmascaran las verdaderas causas del desastre ecológico. Tales como: la ambición, la soberbia y la carrera por el poder a costa de...

Las consecuencias de la devastación abarcan recursos preciosos de nuestra nacionalidad. Esencialmente depredadora para el equilibrio ecológico como para la armonía entre los hombres por ausencia de la solidaridad, categoría rectora de sus relaciones. En el plano espiritual, la salud debe estar exenta de la amenaza de las explotaciones mineras, ello como primera condición que emana de la alegría de ser por la certeza de la propia dignidad. Concepto contrapuesto al de los de funcionarios nacionales y empresarios extraños, quienes abrazan las nuevas concepciones de la ciencia y la política, enmarcadas en la corriente relativista de la posmodernidad.

De manera que, desde el planteamiento de una enorme franja de argentinos, y especialmente, de numerosos ciudadanos chubutenses el ecosistema es nuestra casa y como tal debemos tratarlo. El pensamiento para esta cultura es la Ética que sabe regular las acciones humanas en forma armónica con el ecosistema. Se trata de aprender a administrar nuestros recursos y saber defenderlos del saqueo.
Una especie que ataca su Medio Ambiente se destruye a si misma.

* DNI 4.159.560

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