Por Abla Carballo *
El deprimente espectáculo se vuelve espeluznante cuando se formula otra pregunta esencial ¿Qué ha pasado, qué pasa con los miles de millones que se derraman desde el gobierno central hacia las provincias y miles de empresarios, desde los gobiernos provinciales hacia los municipios?
Aunque sea incomprensible, la dirigencia política sobre todo en estos días que comenzaron con otra campaña electoral, recitan discursos despreocupados y cruelmente engañosos.
Pero un optimismo tan engañoso –errar humano es- con un análisis juicioso y sencillo puede ser opacado rápidamente. Mejor todavía, con la experiencia de vida cotidiana de millones de argentinos. De cercanos, de esos tenemos que ocuparnos sobre todo. Señalando, precisamente, la condición subyacente que deja, al menos, moralmente en ridículo predicciones sin fundamentos: “¡Vamos a mejorar...!” y repiten y repiten sin sonrojarse.
¿Es meramente una pregunta retórica preguntar cómo se resuelve el desamparo? –desocupados y pobreza absoluta-.
¿Es meramente retórico preguntar por qué todavía hay argentinos/as que no pueden planificar un minimísimo proyecto de vida propio y de sus hijos?
No son necesarios informes sesudos para conocer la realidad. Oídos y ojos abiertos, sobre todo el corazón –no el de lagrimear ante el fotógrafo- sino el concorde, el que late junto al compañero/a que espera algo más de la vida. Todos tenemos al alcance encarnaciones vivientes de la vida de un pueblo que no merece la condición de miserable. No apreciación moral sino material. Esta evaluación provoca, inevitablemente, cuestiones éticas. Y la miseria continúa.
No parecen sentirse perturbados quienes ya comenzaron “la campaña para hacer un país nuevo”. ¿Cuál?. Además quienes lo dicen ya estuvieron y ahora, en este no importa quién sós vós ni lo que pensás, importa que nos una el odio o la triste ambición aunque seas paloma o serpiente de memoria corta.
Beatriz Fernández –es una mujer- tiene tres hijos y una foto mostró el rancho, en falsa escuadra, donde vive por el respaldo de algunos sensibles. El concejo deliberante de su pueblo no ha podido resolver su problema. Si esos representantes de Beatriz Fernández y su cría no pueden encontrar solución a esa situación, es para preguntarse si saben que están para resguardar, salvaguardar la vida biológica y espiritual de Beatriz Fernández y todas la Beatrices que calladamente esperan. Para esos ediles debe ser un supuesto que la evaluación moral con que van a ocupar sus bancas y arman sus proyectos es que:
1- el rico no debiera ser más rico si el pobre se vuelve cada vez más pobre.
2- que la construcción de la comunidad se patenta con la construcción histórica de vida humana, de una manera de ser propio y de relacionarse consigo mismo, con la naturaleza, con el otro, estando siempre presentes de un modo u otro, la experiencia ética, religiosa, la preocupación y la lucha por la justicia, el respeto y el amor por la vida. Dimensiones todas cuya presencia es ineludible en cualquier proyecto que se propongan. Pero... ¿Hay alguien ahí?.-
* DNI 4159560
El deprimente espectáculo se vuelve espeluznante cuando se formula otra pregunta esencial ¿Qué ha pasado, qué pasa con los miles de millones que se derraman desde el gobierno central hacia las provincias y miles de empresarios, desde los gobiernos provinciales hacia los municipios?
Aunque sea incomprensible, la dirigencia política sobre todo en estos días que comenzaron con otra campaña electoral, recitan discursos despreocupados y cruelmente engañosos.
Pero un optimismo tan engañoso –errar humano es- con un análisis juicioso y sencillo puede ser opacado rápidamente. Mejor todavía, con la experiencia de vida cotidiana de millones de argentinos. De cercanos, de esos tenemos que ocuparnos sobre todo. Señalando, precisamente, la condición subyacente que deja, al menos, moralmente en ridículo predicciones sin fundamentos: “¡Vamos a mejorar...!” y repiten y repiten sin sonrojarse.
¿Es meramente una pregunta retórica preguntar cómo se resuelve el desamparo? –desocupados y pobreza absoluta-.
¿Es meramente retórico preguntar por qué todavía hay argentinos/as que no pueden planificar un minimísimo proyecto de vida propio y de sus hijos?
No son necesarios informes sesudos para conocer la realidad. Oídos y ojos abiertos, sobre todo el corazón –no el de lagrimear ante el fotógrafo- sino el concorde, el que late junto al compañero/a que espera algo más de la vida. Todos tenemos al alcance encarnaciones vivientes de la vida de un pueblo que no merece la condición de miserable. No apreciación moral sino material. Esta evaluación provoca, inevitablemente, cuestiones éticas. Y la miseria continúa.
No parecen sentirse perturbados quienes ya comenzaron “la campaña para hacer un país nuevo”. ¿Cuál?. Además quienes lo dicen ya estuvieron y ahora, en este no importa quién sós vós ni lo que pensás, importa que nos una el odio o la triste ambición aunque seas paloma o serpiente de memoria corta.
Beatriz Fernández –es una mujer- tiene tres hijos y una foto mostró el rancho, en falsa escuadra, donde vive por el respaldo de algunos sensibles. El concejo deliberante de su pueblo no ha podido resolver su problema. Si esos representantes de Beatriz Fernández y su cría no pueden encontrar solución a esa situación, es para preguntarse si saben que están para resguardar, salvaguardar la vida biológica y espiritual de Beatriz Fernández y todas la Beatrices que calladamente esperan. Para esos ediles debe ser un supuesto que la evaluación moral con que van a ocupar sus bancas y arman sus proyectos es que:
1- el rico no debiera ser más rico si el pobre se vuelve cada vez más pobre.
2- que la construcción de la comunidad se patenta con la construcción histórica de vida humana, de una manera de ser propio y de relacionarse consigo mismo, con la naturaleza, con el otro, estando siempre presentes de un modo u otro, la experiencia ética, religiosa, la preocupación y la lucha por la justicia, el respeto y el amor por la vida. Dimensiones todas cuya presencia es ineludible en cualquier proyecto que se propongan. Pero... ¿Hay alguien ahí?.-
* DNI 4159560
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