Por Los escritores
El IV Encuentro del Esquel Literario ocurrido entre el jueves y el domingo último tuvo muchas cosas que hasta rondaron con lo mágico. Pero lo mágico no se da sin la mano y la voz del Hombre, y en este caso del Hombre, los tres nombres que hicieron todo para darnos estos días de confraternidad, alimento para el alma y crecimiento en la literatura son Gustavo de Vera, Ariel Puyelli y Bruno Leonel Mendez, quienes hace mucho tiempo que vienen trabajando para que este encuentro sea posible, y fue posible no más.
Fue posible la literatura, fue posible la confraternidad y el encuentro humano en un marco donde todo lo que hacía falta estaba en el momento justo, al alcance de la mano. No quedaron huecos sin cubrir, no quedaron necesidades sin abastecer y no quedaron temores sin ser acompañados.
Todo, en la mano de ellos tres fue posible, no solamente para los que vinieron desde otro punto de la Patagonia, sino también para quienes viven en esta ciudad, que se convierte en un verdadero polo de desarrollo cultural.
Gustavo, Ariel, Bruno…gracias por habernos puesto el hombro para que crezcamos como escritores y como seres humanos.
Los escritores
El IV Encuentro del Esquel Literario ocurrido entre el jueves y el domingo último tuvo muchas cosas que hasta rondaron con lo mágico. Pero lo mágico no se da sin la mano y la voz del Hombre, y en este caso del Hombre, los tres nombres que hicieron todo para darnos estos días de confraternidad, alimento para el alma y crecimiento en la literatura son Gustavo de Vera, Ariel Puyelli y Bruno Leonel Mendez, quienes hace mucho tiempo que vienen trabajando para que este encuentro sea posible, y fue posible no más.
Fue posible la literatura, fue posible la confraternidad y el encuentro humano en un marco donde todo lo que hacía falta estaba en el momento justo, al alcance de la mano. No quedaron huecos sin cubrir, no quedaron necesidades sin abastecer y no quedaron temores sin ser acompañados.
Todo, en la mano de ellos tres fue posible, no solamente para los que vinieron desde otro punto de la Patagonia, sino también para quienes viven en esta ciudad, que se convierte en un verdadero polo de desarrollo cultural.
Gustavo, Ariel, Bruno…gracias por habernos puesto el hombro para que crezcamos como escritores y como seres humanos.
Los escritores
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