Enviado por No a la Mina
¿Es razonable la violación sistemática de derechos humanos fundamentales para beneficiar a conglomerados económicos trasnacionales? En definitiva: ¿Es razonable degradar elementos vitales para nuestra especie, para obtener un elemento no-vital como es el oro? El increíble World Gold Council, o Consejo Mundial del Oro, es un conglomerado del sector minero aurífero planteario, destinado a estimular y maximizar la demanda y la tenencia de oro en consumidores, inversores, la industria en general y la banca oficial. Eso si... de nuestros hijos ni hablar.
¿Es razonable la violación sistemática de derechos humanos fundamentales para beneficiar a conglomerados económicos trasnacionales? En definitiva: ¿Es razonable degradar elementos vitales para nuestra especie, para obtener un elemento no-vital como es el oro? El increíble World Gold Council, o Consejo Mundial del Oro, es un conglomerado del sector minero aurífero planteario, destinado a estimular y maximizar la demanda y la tenencia de oro en consumidores, inversores, la industria en general y la banca oficial. Eso si... de nuestros hijos ni hablar.
Por Matías Carelli
Cuando se incursiona en la discusión de la problemática de la explotación aurífera, es imposible soslayar el carácter suntuario del oro: La enorme mayoría del oro que se comercializa en el mundo o bien tiene carácter suntuario, o bien especulativo. Muy poco del oro extraído tiene otros usos, diversas fuentes lo sitúan en alrededor del quince por ciento o menos.
Sin embargo el oro tiene una especial seducción que se remonta sin duda a miles de años en la historia humana. Un ícono arbitrario que nos hace reflexionar sobre el significado de los conceptos ‘valor’ y ‘precio’ respecto a los bienes naturales.
Para nuestra sorpresa, en un mundo lleno de ellas, podemos leer una entrevista a George Milling-Stanley, director gerente del World Gold Council publicada en el diario Página/12 del 10 de mayo pasado.
Allí habla sobre el panorama económico mundial, y el papel del oro como “reserva de valor”. Pero lo que más llama la atención fue la existencia del “World Gold Council” (www.gold.com) que en castellano sería “Consejo Mundial del Oro” o abreviado es un sus siglas como “WGC”.
Este conglomerado que actualmente agremia a 28 mineras especializadas en la extracción de oro en todos los continentes, fue fundado en 1987 por las compañías mineras líderes del mundo como Anglo Gold Ashanti, Barrick Gold, Yamana Gold, China National Gold Corporation, Goldcorp, entre muchas otras.
En el artículo podemos leer que “el WGC es una organización destinada a estimular y maximizar la demanda y la tenencia de oro en consumidores, inversores, la industria en general y la banca oficial”.
Es decir, una organización que de manera artificiosa se dedica a crear más demanda de un elemento poco útil a la humanidad (1), y que cuya explotación trae enormes problemas.
Para colmo, no solo empresas, bancos y particulares fijan su atención, lucran y especulan con el aureo metal. Los estados se someten al aureo refugio ya que la los bancos centrales de los países del mundo constituyen reservas financieras en oro. O sea que entre sus beneficiaros están los inversores y la banca oficial. Eso si... de nuestros hijos ni hablar.
Sobre la Argentina señala Milling-Stanley en la entrevista, “entendemos que ha sido una decisión acertada el haber comenzado unos pocos años atrás a recomponer sus reservas de oro” y agrega una insinuación ponzoñosa teniendo en cuenta la realidad del conflicto social alrededor de la megaminería en general y en particular la del oro: “adquirir oro de la producción doméstica puede colaborar con el sostenimiento de la industria local”
A medida que la civilización avanza, sería esperable rever nuestra postura sobre el manejo de los recursos basada en una ecuación sencilla y fundamentalmente economicista, tal como el costo-beneficio.
¿Es razonable que para poseer un anillo de ese precioso metal se generen 20 toneladas de desechos? ¿Es razonable en pos de la especulación financiera de poco conocidos y exclusivos entes, contaminar grandes cantidades de agua? ¿Es razonable la violación sistemática de derechos humanos fundamentales para beneficiar a conglomerados económicos trasnacionales? En definitiva: ¿Es razonable degradar elementos vitales para nuestra especie, para obtener un elemento no-vital como es el oro?
Nuestra respuesta es un rotundo “No”.
Matías Carelli
(1) Los volúmenes de este mineral utilizados en aplicaciones tecnológicas e industriales, incluidos los farmacéuticos, son ínfimos frente a las miles de toneladas de oro atesorado en los subsuelos bancarios y cofres domésticos.
Nota relacionada: Bonasso: “El acuerdo con la minera Barrick Gold es corrupción del más alto nivel”, enviado por Alicia Jardel
Cuando se incursiona en la discusión de la problemática de la explotación aurífera, es imposible soslayar el carácter suntuario del oro: La enorme mayoría del oro que se comercializa en el mundo o bien tiene carácter suntuario, o bien especulativo. Muy poco del oro extraído tiene otros usos, diversas fuentes lo sitúan en alrededor del quince por ciento o menos.
Sin embargo el oro tiene una especial seducción que se remonta sin duda a miles de años en la historia humana. Un ícono arbitrario que nos hace reflexionar sobre el significado de los conceptos ‘valor’ y ‘precio’ respecto a los bienes naturales.
Para nuestra sorpresa, en un mundo lleno de ellas, podemos leer una entrevista a George Milling-Stanley, director gerente del World Gold Council publicada en el diario Página/12 del 10 de mayo pasado.
Allí habla sobre el panorama económico mundial, y el papel del oro como “reserva de valor”. Pero lo que más llama la atención fue la existencia del “World Gold Council” (www.gold.com) que en castellano sería “Consejo Mundial del Oro” o abreviado es un sus siglas como “WGC”.
Este conglomerado que actualmente agremia a 28 mineras especializadas en la extracción de oro en todos los continentes, fue fundado en 1987 por las compañías mineras líderes del mundo como Anglo Gold Ashanti, Barrick Gold, Yamana Gold, China National Gold Corporation, Goldcorp, entre muchas otras.
En el artículo podemos leer que “el WGC es una organización destinada a estimular y maximizar la demanda y la tenencia de oro en consumidores, inversores, la industria en general y la banca oficial”.
Es decir, una organización que de manera artificiosa se dedica a crear más demanda de un elemento poco útil a la humanidad (1), y que cuya explotación trae enormes problemas.
Para colmo, no solo empresas, bancos y particulares fijan su atención, lucran y especulan con el aureo metal. Los estados se someten al aureo refugio ya que la los bancos centrales de los países del mundo constituyen reservas financieras en oro. O sea que entre sus beneficiaros están los inversores y la banca oficial. Eso si... de nuestros hijos ni hablar.
Sobre la Argentina señala Milling-Stanley en la entrevista, “entendemos que ha sido una decisión acertada el haber comenzado unos pocos años atrás a recomponer sus reservas de oro” y agrega una insinuación ponzoñosa teniendo en cuenta la realidad del conflicto social alrededor de la megaminería en general y en particular la del oro: “adquirir oro de la producción doméstica puede colaborar con el sostenimiento de la industria local”
A medida que la civilización avanza, sería esperable rever nuestra postura sobre el manejo de los recursos basada en una ecuación sencilla y fundamentalmente economicista, tal como el costo-beneficio.
¿Es razonable que para poseer un anillo de ese precioso metal se generen 20 toneladas de desechos? ¿Es razonable en pos de la especulación financiera de poco conocidos y exclusivos entes, contaminar grandes cantidades de agua? ¿Es razonable la violación sistemática de derechos humanos fundamentales para beneficiar a conglomerados económicos trasnacionales? En definitiva: ¿Es razonable degradar elementos vitales para nuestra especie, para obtener un elemento no-vital como es el oro?
Nuestra respuesta es un rotundo “No”.
Matías Carelli
(1) Los volúmenes de este mineral utilizados en aplicaciones tecnológicas e industriales, incluidos los farmacéuticos, son ínfimos frente a las miles de toneladas de oro atesorado en los subsuelos bancarios y cofres domésticos.
Nota relacionada: Bonasso: “El acuerdo con la minera Barrick Gold es corrupción del más alto nivel”, enviado por Alicia Jardel
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