Fuente: Contrapunto
Orlando Argentino González declaró ante los jueces federales Mario Racedo y Daniel Bejas. Muy asustado y visiblemente consternado, no pudo aclarar las razones de su desaparición por casi 30 horas. Lloró ante los magistrados, que decidieron citarlo hoy para que amplíe su declaración y decida su ingreso al programa de protección al testigo.
Los organismos de derechos humanos concentraron a la mañana en Tribunales Federales. Preocupados por el paradero de Orlando Argentino González, denunciaban que esta era una prueba más de que el aparato represivo sigue funcionando impunemente.
También familiares se encontraban allí. Su hermano, muy afligido, había manifestado que las amenazas contra González se habían incrementado durante la última semana; apuntó contra una mujer identificada como Marta Medina y contra el represor Camilo Orce. Sus lágrimas de tristeza fueron reemplazadas por otras de alegría cuando le dieron la noticia de que Orlando había aparecido sano.
González fue secuestrado en mayo de 1976 por un grupo de tareas comandado por Orce. Por eso, tiene una causa abierta contra el represor. Es considerado una pieza fundamental en los expedientes contra el ex comisario, por ser un testigo que vio a Orce cuando secuestró en Ranchillos miembros de su familia.
El martes a las 9 de la mañana, Orlando debía encontrarse con su abogada Laura Figueroa y un familiar para presentar formalmente una denuncia por amenazas contra Medina y el ex comisario. Sin embargo nunca llegó. Figueroa realizó las presentaciones pertinentes ante el juzgado federal, que inmediatamente decidió la movilización de gendarmería y la policía federal para dar con su paradero.
Casi 30 horas después, Orlando fue encontrado por Gendarmería en Villa Angelina, en la casa de un familiar. Luego fue trasladado a Tribunales Federales, donde declaró ante los jueces Federales Mario Racedo –quién tiene a su cargo la investigación de la causa- y Daniel Bejas.
Si bien ninguno de los presentes dio declaraciones a la prensa, fuentes extraoficiales deslizaron que el testimonio de González no fue demasiado concreto y dejó varias puntas para investigar.
En un primer momento indicó que había ido a Tribunales, tal cual había acordado. Sin embargo, luego se quebró, se largó a llorar y habría manifestado que tenía mucho miedo y que por eso decidió irse a esconder a la casa de una familiar en Villa Angelina.
Las fuentes indicaron que Gendarmería ya lo había buscado en ese lugar horas antes de ser encontrado, pero no habían dado con su paradero.
Todavía no hay certezas de que pasó realmente. La investigación recién comienza. Hoy Orlando seguirá declarando y deberá decidir su incorporación al programa de protección al testigo. Leer más
Orlando Argentino González declaró ante los jueces federales Mario Racedo y Daniel Bejas. Muy asustado y visiblemente consternado, no pudo aclarar las razones de su desaparición por casi 30 horas. Lloró ante los magistrados, que decidieron citarlo hoy para que amplíe su declaración y decida su ingreso al programa de protección al testigo.
Los organismos de derechos humanos concentraron a la mañana en Tribunales Federales. Preocupados por el paradero de Orlando Argentino González, denunciaban que esta era una prueba más de que el aparato represivo sigue funcionando impunemente.
También familiares se encontraban allí. Su hermano, muy afligido, había manifestado que las amenazas contra González se habían incrementado durante la última semana; apuntó contra una mujer identificada como Marta Medina y contra el represor Camilo Orce. Sus lágrimas de tristeza fueron reemplazadas por otras de alegría cuando le dieron la noticia de que Orlando había aparecido sano.
González fue secuestrado en mayo de 1976 por un grupo de tareas comandado por Orce. Por eso, tiene una causa abierta contra el represor. Es considerado una pieza fundamental en los expedientes contra el ex comisario, por ser un testigo que vio a Orce cuando secuestró en Ranchillos miembros de su familia.
El martes a las 9 de la mañana, Orlando debía encontrarse con su abogada Laura Figueroa y un familiar para presentar formalmente una denuncia por amenazas contra Medina y el ex comisario. Sin embargo nunca llegó. Figueroa realizó las presentaciones pertinentes ante el juzgado federal, que inmediatamente decidió la movilización de gendarmería y la policía federal para dar con su paradero.
Casi 30 horas después, Orlando fue encontrado por Gendarmería en Villa Angelina, en la casa de un familiar. Luego fue trasladado a Tribunales Federales, donde declaró ante los jueces Federales Mario Racedo –quién tiene a su cargo la investigación de la causa- y Daniel Bejas.
Si bien ninguno de los presentes dio declaraciones a la prensa, fuentes extraoficiales deslizaron que el testimonio de González no fue demasiado concreto y dejó varias puntas para investigar.
En un primer momento indicó que había ido a Tribunales, tal cual había acordado. Sin embargo, luego se quebró, se largó a llorar y habría manifestado que tenía mucho miedo y que por eso decidió irse a esconder a la casa de una familiar en Villa Angelina.
Las fuentes indicaron que Gendarmería ya lo había buscado en ese lugar horas antes de ser encontrado, pero no habían dado con su paradero.
Todavía no hay certezas de que pasó realmente. La investigación recién comienza. Hoy Orlando seguirá declarando y deberá decidir su incorporación al programa de protección al testigo. Leer más
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario