Por Chelo Candia
La noche del sábado 14 de junio de 2008 (madrugada del domingo 15) Atahualpa y un amigo fueron a tomar algo a un pub, en Viedma. El lugar estaba lleno. Al rato, el amigo se levantó de la mesa y fue al baño. Al volver, Ata ya no estaba. Esa mañana lo encontraron en un descampado, a orillas de la ruta cerca del aeropuerto, con un disparo en la espalda. Nadie vio con quién salió del lugar(?) ... Nadie vio si lo buscaron, lo sacaron, o se fue solo.
Ese fin de semana, la mamá, Julieta Vinaya, participaba de un encuentro por los derechos humanos en Rosario. Allí estaba cuando le avisaron que su hijo había tenido "un accidente".
Atahualpa estaba terminando quinto año del secundario y se iba a estudiar Medicina a Cuba. Participó en la toma del barrio 30 de Marzo, la primera toma de Viedma, levantando casillas para la gente y sobre todo para su hermana, quien hoy vive allí con su hijito de cuatro años.
Todos lo recuerdan como alguien especialmente solidario.
A un año del asesinato de Atahualpa, nada más se sabe.
Si querés más información, acá.
Nota relacionada: Asesinado en Viedma: piden Justicia por el joven mapuche Atahualpa Martínez Vinaya
La noche del sábado 14 de junio de 2008 (madrugada del domingo 15) Atahualpa y un amigo fueron a tomar algo a un pub, en Viedma. El lugar estaba lleno. Al rato, el amigo se levantó de la mesa y fue al baño. Al volver, Ata ya no estaba. Esa mañana lo encontraron en un descampado, a orillas de la ruta cerca del aeropuerto, con un disparo en la espalda. Nadie vio con quién salió del lugar(?) ... Nadie vio si lo buscaron, lo sacaron, o se fue solo.
Ese fin de semana, la mamá, Julieta Vinaya, participaba de un encuentro por los derechos humanos en Rosario. Allí estaba cuando le avisaron que su hijo había tenido "un accidente".
Atahualpa estaba terminando quinto año del secundario y se iba a estudiar Medicina a Cuba. Participó en la toma del barrio 30 de Marzo, la primera toma de Viedma, levantando casillas para la gente y sobre todo para su hermana, quien hoy vive allí con su hijito de cuatro años.
Todos lo recuerdan como alguien especialmente solidario.
A un año del asesinato de Atahualpa, nada más se sabe.
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