Por Asamblea de Trabajadores de Página/12
Nos dirigimos a ustedes como asamblea de trabajadores de Página/12, que incluye desde cronistas hasta obreros de los talleres, para informarles que llevamos dos meses de negociaciones infructuosas en reclamo de aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo.
Conscientes de que las empresas periodísticas no se caracterizan por respetar los derechos laborales ni la libertad sindical, valoramos el hecho de formar parte de Página/12, donde desde siempre elegimos a nuestros delegados y discutimos en asambleas masivas las situaciones que lo ameritan.
Esa unidad y el alto grado de participación no siempre estuvieron dirigidos a la confrontación con la empresa. En algunos momentos de crisis, sufrimos la reducción de nuestros salarios, el cobro en cuotas y en monedas alternativas. Esa situación agudizó el desfasaje histórico entre nuestros sueldos y el de los trabajadores de otras empresas periodísticas.
La prosperidad económica de Página/12, notoria en los últimos años por los ingresos obtenidos en concepto de publicidad oficial, se complementó en distintos momentos del último lustro con un repunte de las ventas del diario, y con una óptima respuesta de los lectores frente a distintos productos (CD, DVD, libros) que acompañan los ejemplares, bonanza que derivó el año pasado en el agregado de ocho páginas a cada edición del diario.
Sin embargo, pese a la prédica constante a favor de la redistribución del ingreso y la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, la prosperidad material nunca se tradujo en mejoras, ni de los salarios de quienes hacemos Página/12, ni de las condiciones laborales en las que desempeñamos nuestra tarea, ni en la contratación de personal, ni en la satisfacción de reclamos de vieja data de nuestra Comisión Interna. Algunos ejemplos:
--Recategorizaciones para equiparar salarios de compañeros que realizan tareas similares;
--Contrataciones para cubrir puestos que por distintos motivos han quedado vacantes;
--Compra de equipos para los fotógrafos, que trabajan con máquinas de su propiedad, cuando debe ser la empresa quien debe proveer esas herramientas.
--Mejoras salariales y blanqueo de los colaboradores que hacen el diario junto con el personal de planta;
--Fin del uso de los pasantes como mano de obra barata;
--Pago del consumo de celulares, desde siempre a nuestro cargo.
--Renovación de tecnologías obsoletas (sistema DOS), compra de computadoras con acceso a Internet (contamos con una máquina cada seis periodistas, que nos obliga a trabajar con nuestras propias computadoras o, en su defecto, a hacer cola y esperar turno para revisar correos electrónicos o imprimir un archivo), iluminación adecuada y hasta sillas de escritorio decentes;
Habernos acostumbrado a trabajar en condiciones artesanales no nos impide en muchos casos estar orgullosos de ser parte de Página/12. Pero creemos en la importancia de ser consecuentes con las prédicas, queremos hacer un diario mejor y sabemos que para lograrlo es imprescindible poner fin a la precariedad, invertir en la más elemental infraestructura, subsanar inconcebibles desigualdades internas y adecuar los salarios a las necesidades reales de los trabajadores.
Descontamos que el apoyo de nuestros lectores será fundamental para lograrlo.
Asamblea de trabajadores de Página/12
Nos dirigimos a ustedes como asamblea de trabajadores de Página/12, que incluye desde cronistas hasta obreros de los talleres, para informarles que llevamos dos meses de negociaciones infructuosas en reclamo de aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo.
Conscientes de que las empresas periodísticas no se caracterizan por respetar los derechos laborales ni la libertad sindical, valoramos el hecho de formar parte de Página/12, donde desde siempre elegimos a nuestros delegados y discutimos en asambleas masivas las situaciones que lo ameritan.
Esa unidad y el alto grado de participación no siempre estuvieron dirigidos a la confrontación con la empresa. En algunos momentos de crisis, sufrimos la reducción de nuestros salarios, el cobro en cuotas y en monedas alternativas. Esa situación agudizó el desfasaje histórico entre nuestros sueldos y el de los trabajadores de otras empresas periodísticas.
La prosperidad económica de Página/12, notoria en los últimos años por los ingresos obtenidos en concepto de publicidad oficial, se complementó en distintos momentos del último lustro con un repunte de las ventas del diario, y con una óptima respuesta de los lectores frente a distintos productos (CD, DVD, libros) que acompañan los ejemplares, bonanza que derivó el año pasado en el agregado de ocho páginas a cada edición del diario.
Sin embargo, pese a la prédica constante a favor de la redistribución del ingreso y la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, la prosperidad material nunca se tradujo en mejoras, ni de los salarios de quienes hacemos Página/12, ni de las condiciones laborales en las que desempeñamos nuestra tarea, ni en la contratación de personal, ni en la satisfacción de reclamos de vieja data de nuestra Comisión Interna. Algunos ejemplos:
--Recategorizaciones para equiparar salarios de compañeros que realizan tareas similares;
--Contrataciones para cubrir puestos que por distintos motivos han quedado vacantes;
--Compra de equipos para los fotógrafos, que trabajan con máquinas de su propiedad, cuando debe ser la empresa quien debe proveer esas herramientas.
--Mejoras salariales y blanqueo de los colaboradores que hacen el diario junto con el personal de planta;
--Fin del uso de los pasantes como mano de obra barata;
--Pago del consumo de celulares, desde siempre a nuestro cargo.
--Renovación de tecnologías obsoletas (sistema DOS), compra de computadoras con acceso a Internet (contamos con una máquina cada seis periodistas, que nos obliga a trabajar con nuestras propias computadoras o, en su defecto, a hacer cola y esperar turno para revisar correos electrónicos o imprimir un archivo), iluminación adecuada y hasta sillas de escritorio decentes;
Habernos acostumbrado a trabajar en condiciones artesanales no nos impide en muchos casos estar orgullosos de ser parte de Página/12. Pero creemos en la importancia de ser consecuentes con las prédicas, queremos hacer un diario mejor y sabemos que para lograrlo es imprescindible poner fin a la precariedad, invertir en la más elemental infraestructura, subsanar inconcebibles desigualdades internas y adecuar los salarios a las necesidades reales de los trabajadores.
Descontamos que el apoyo de nuestros lectores será fundamental para lograrlo.
Asamblea de trabajadores de Página/12
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Se puede encontrar información actualizada en el sitio oficial de los trabajadores de Página/12: www.trabajadorpagina12.com.ar.
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