Por Centro Fuente Buena
Taller de Mandalas
Sábado 20 de junio de 14:30 a 18:30
a cargo de Valerie O'Farrell
Arancel $50-Inscripción previa
El mandala es un proceso en el cual se ejercita la mente, en un primer momento buscando la información proveniente de nuestro interior para luego analizarla, en segundo lugar se ordenan las ideas que en su conjunto forman dicha información, y por último mediante la meditación la mente descansa y se halla en paz con las ideas. En resumidas palabras: se estimula, se organiza y se libera.
Cuando nosotros comenzamos a realizar un mandala, consciente o inconscientemente, desde el centro hacia fuera, estamos expresando hacia fuera nuestras emociones, es un trabajo de exteriorizar lo que sentimos, nuestras alegrías, dudas, sueños o miedos. De algún modo nos desahogamos. Y por el contrario iniciando el mandala desde fuera hacia dentro, igualmente consciente o inconscientemente, estamos buscando el equilibrio interior, organizar nuestras ideas, profundizar en nosotros mismos, de este modo entramos a un nivel más espiritual, buscando nuestro centro (nos centramos).
El motivo por el cual se suele trabajar con un círculo es por que este está estrechamente relacionado con nosotros y con el mundo en el que vivimos. Está vinculado con el proceso de la vida, de la naturaleza, de la energía, del tiempo, de las estaciones, nuestro sistema solar, el movimiento de la tierra y el de la luna, etc. Nuestras vida esta llena de ciclos continuos. Hasta la rutina de cada día es un ciclo formado de acciones ordenadas dentro de un tiempo de forma determinada.
El círculo es una línea continua sin principio y sin final, con un infinito número de puntos todos equidistantes de otro punto externo a él y situado en su interior llamado centro, esto presta a pensar tanto en el equilibrio como en el orden. Sin embargo nuestro círculo no tiene por que ser regular ya que lo que buscamos es expresar nuestras emociones internas o encontrar nuestro centro. En ambas, es importante dejarse llevar y plasmar lo que queramos. No sirve de nada encarcelar estas emociones en una forma que no las corresponde y las ahoga.
El mandala se debe realizar durante el tiempo que se este produciendo la emoción y se utilizara cuando esta se repita. De esta forma reuniremos unos cuantos y cada uno será para una situación determinada. El mandala puede servir para analizar los sentimientos, cuando este se realiza en un momento emotivo, debido a que es el inconsciente el que trabaja. Y se puede también utilizar para la meditación cuando este haya sido realizado con un fin, para alguna situación de la que ya somos concientes, la cual se produce de forma reincidente.
Ante todo el mandala es una forma de enfrentarse a la emoción, al dolor mental y físico, es un intento de buscar y encontrar respuestas, con lo cual la sinceridad con nosotros mismos es fundamental, no debemos intentar engañarnos y debemos dejar fluir nuestra mente, y así poco a poco asimilar lo que se plasma dentro de nuestro mandala.
Debemos poner nuestra atención e intención a lo largo de su creación. “Después de todo, la pintura se ha de hacer tal como uno es”.
Los mandalas, y la construcción de un mandala en sí, es una "meditación activa", un instrumento de contemplación, concentración y relajación.
"Ser uno mismo" - Centro Fuente Buena - Terapia Psicoenergética Flores de Raff- Masajes Holístico- Cursos y Talleres- Rivadavia 919 Esquel Chubut Patagonia Argentina - Tel 02945452527-centrofuentebuena@gmail.com www.floresderaff.org.ar
Taller de Mandalas
Sábado 20 de junio de 14:30 a 18:30
a cargo de Valerie O'Farrell
Arancel $50-Inscripción previa
El mandala es un proceso en el cual se ejercita la mente, en un primer momento buscando la información proveniente de nuestro interior para luego analizarla, en segundo lugar se ordenan las ideas que en su conjunto forman dicha información, y por último mediante la meditación la mente descansa y se halla en paz con las ideas. En resumidas palabras: se estimula, se organiza y se libera.
Cuando nosotros comenzamos a realizar un mandala, consciente o inconscientemente, desde el centro hacia fuera, estamos expresando hacia fuera nuestras emociones, es un trabajo de exteriorizar lo que sentimos, nuestras alegrías, dudas, sueños o miedos. De algún modo nos desahogamos. Y por el contrario iniciando el mandala desde fuera hacia dentro, igualmente consciente o inconscientemente, estamos buscando el equilibrio interior, organizar nuestras ideas, profundizar en nosotros mismos, de este modo entramos a un nivel más espiritual, buscando nuestro centro (nos centramos).
El motivo por el cual se suele trabajar con un círculo es por que este está estrechamente relacionado con nosotros y con el mundo en el que vivimos. Está vinculado con el proceso de la vida, de la naturaleza, de la energía, del tiempo, de las estaciones, nuestro sistema solar, el movimiento de la tierra y el de la luna, etc. Nuestras vida esta llena de ciclos continuos. Hasta la rutina de cada día es un ciclo formado de acciones ordenadas dentro de un tiempo de forma determinada.
El círculo es una línea continua sin principio y sin final, con un infinito número de puntos todos equidistantes de otro punto externo a él y situado en su interior llamado centro, esto presta a pensar tanto en el equilibrio como en el orden. Sin embargo nuestro círculo no tiene por que ser regular ya que lo que buscamos es expresar nuestras emociones internas o encontrar nuestro centro. En ambas, es importante dejarse llevar y plasmar lo que queramos. No sirve de nada encarcelar estas emociones en una forma que no las corresponde y las ahoga.
El mandala se debe realizar durante el tiempo que se este produciendo la emoción y se utilizara cuando esta se repita. De esta forma reuniremos unos cuantos y cada uno será para una situación determinada. El mandala puede servir para analizar los sentimientos, cuando este se realiza en un momento emotivo, debido a que es el inconsciente el que trabaja. Y se puede también utilizar para la meditación cuando este haya sido realizado con un fin, para alguna situación de la que ya somos concientes, la cual se produce de forma reincidente.
Ante todo el mandala es una forma de enfrentarse a la emoción, al dolor mental y físico, es un intento de buscar y encontrar respuestas, con lo cual la sinceridad con nosotros mismos es fundamental, no debemos intentar engañarnos y debemos dejar fluir nuestra mente, y así poco a poco asimilar lo que se plasma dentro de nuestro mandala.
Debemos poner nuestra atención e intención a lo largo de su creación. “Después de todo, la pintura se ha de hacer tal como uno es”.
Los mandalas, y la construcción de un mandala en sí, es una "meditación activa", un instrumento de contemplación, concentración y relajación.
"Ser uno mismo" - Centro Fuente Buena - Terapia Psicoenergética Flores de Raff- Masajes Holístico- Cursos y Talleres- Rivadavia 919 Esquel Chubut Patagonia Argentina - Tel 02945452527-centrofuentebuena@gmail.com www.floresderaff.org.ar
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