Por Pablo L. Delgado *
Nos dirigíamos a la zona de Río Grande, ruta 259, como hacemos habitualmente por razones de trabajo, pertenecemos a la Dirección de Bosques Delegación Trevelin, nos detuvimos a observar en la margen izquierda, sobre el callejón, una cepa de una planta de Ciprés, de aproximadamente 40 cm. de diámetro, que había sido extraída muy prolijamente; sucede a menudo que algunos inescrupulosos roban árboles del espacio público. Nada se puede hacer ante el hecho consumado, si nadie vio al autor o si lo vio, pero no hace la denuncia, sólo nos queda enojarnos una vez más, lamentarnos por no encontrar al autor “in fraganti” y listo, seguimos camino. Pero en el mismo lugar, sobre margen derecha, nos encontramos con ocho bolsas de residuos, que de no haber parado por el árbol robado no habríamos visto. Es habitual encontrar basura en la ruta, y solemos cargarla en la camioneta y disponer de ella una vez de regreso a Trevelin, si es poca se saca con la basura de la Delegación, si es mucha vamos directamente al basural.
Esta vez decidí hacer algo que venía planteándome hace tiempo, a pesar del asco y con la nariz fruncida, me dispuse a desarmar una a una las bolsas buscando algo que me indicara a quién pertenecía esa basura, quién era el mugriento que se deshacía de sus residuos tirándolos en la vía pública (en el trayecto Trevelin-frontera es común encontrar a orillas del camino botellas de gaseosa, latas de cerveza, pañales descartables, etc.). Tan cerca de la frontera y sobre la mano derecha del camino, supusimos que se trataba de alguien que viajaba a la hermana República de Chile, pero podía ser cualquiera. Así fue que, nuestra vecina Doña Vita Alicia IBAÑEZ GONZALEZ, tiró facturas, recetas, comprobantes de pago de tasas de la Municipalidad de Esquel, recibo por contratación de seguro, comprobantes de compra de dólares en Bco. Chubut, etc. todo a su nombre, y digo vecina no sólo por provenir del país trasandino, sino porque aparentemente ésta señora tiene también residencia en la ciudad de Esquel, por lo que se puede deducir de la documentación mencionada.
La conclusión que saco de esto es que, a pesar de la solidaridad de los argentinos hacia los hermanos trasandinos, éstos no nos respetan. Tenemos que tolerar los camioneros chilenos que conducen a velocidad que supera ampliamente la reglamentaria, y cuando están aburridos molestan en la ruta. A los automovilistas chilenos que en rutas de ripio conducen por el medio y el que viene de frente... Que se corra; consumen nuestros combustibles a precios subsidiados, polucionan, rompen nuestras rutas, todo esto sin costo adicional pues no pagan peaje ni ningún otro canon. Los impuestos, salvo sobre los combustibles, que sostienen la red vial Argentina los pagamos los argentinos, pero, somos solidarios y se la prestamos sin costo a nuestros vecinos. Y ahora encima comprobamos que nuestros “hermanos” también se deshacen de la basura arrojándola en “nuestra” ruta. No fue un pucho, un papel de caramelo arrojados por la ventanilla inconscientemente, cosa que tampoco corresponde, fue algo premeditado, cargó sus ocho bolsas de basura en el vehículo y paró en la ruta para descargarlas.
Por favor “hermanos” chilenos, no hagan en nuestra casa lo que no hacen en la suya. Muchas gracias.
* D.N.I. 16.037.023
Nos dirigíamos a la zona de Río Grande, ruta 259, como hacemos habitualmente por razones de trabajo, pertenecemos a la Dirección de Bosques Delegación Trevelin, nos detuvimos a observar en la margen izquierda, sobre el callejón, una cepa de una planta de Ciprés, de aproximadamente 40 cm. de diámetro, que había sido extraída muy prolijamente; sucede a menudo que algunos inescrupulosos roban árboles del espacio público. Nada se puede hacer ante el hecho consumado, si nadie vio al autor o si lo vio, pero no hace la denuncia, sólo nos queda enojarnos una vez más, lamentarnos por no encontrar al autor “in fraganti” y listo, seguimos camino. Pero en el mismo lugar, sobre margen derecha, nos encontramos con ocho bolsas de residuos, que de no haber parado por el árbol robado no habríamos visto. Es habitual encontrar basura en la ruta, y solemos cargarla en la camioneta y disponer de ella una vez de regreso a Trevelin, si es poca se saca con la basura de la Delegación, si es mucha vamos directamente al basural.
Esta vez decidí hacer algo que venía planteándome hace tiempo, a pesar del asco y con la nariz fruncida, me dispuse a desarmar una a una las bolsas buscando algo que me indicara a quién pertenecía esa basura, quién era el mugriento que se deshacía de sus residuos tirándolos en la vía pública (en el trayecto Trevelin-frontera es común encontrar a orillas del camino botellas de gaseosa, latas de cerveza, pañales descartables, etc.). Tan cerca de la frontera y sobre la mano derecha del camino, supusimos que se trataba de alguien que viajaba a la hermana República de Chile, pero podía ser cualquiera. Así fue que, nuestra vecina Doña Vita Alicia IBAÑEZ GONZALEZ, tiró facturas, recetas, comprobantes de pago de tasas de la Municipalidad de Esquel, recibo por contratación de seguro, comprobantes de compra de dólares en Bco. Chubut, etc. todo a su nombre, y digo vecina no sólo por provenir del país trasandino, sino porque aparentemente ésta señora tiene también residencia en la ciudad de Esquel, por lo que se puede deducir de la documentación mencionada.
La conclusión que saco de esto es que, a pesar de la solidaridad de los argentinos hacia los hermanos trasandinos, éstos no nos respetan. Tenemos que tolerar los camioneros chilenos que conducen a velocidad que supera ampliamente la reglamentaria, y cuando están aburridos molestan en la ruta. A los automovilistas chilenos que en rutas de ripio conducen por el medio y el que viene de frente... Que se corra; consumen nuestros combustibles a precios subsidiados, polucionan, rompen nuestras rutas, todo esto sin costo adicional pues no pagan peaje ni ningún otro canon. Los impuestos, salvo sobre los combustibles, que sostienen la red vial Argentina los pagamos los argentinos, pero, somos solidarios y se la prestamos sin costo a nuestros vecinos. Y ahora encima comprobamos que nuestros “hermanos” también se deshacen de la basura arrojándola en “nuestra” ruta. No fue un pucho, un papel de caramelo arrojados por la ventanilla inconscientemente, cosa que tampoco corresponde, fue algo premeditado, cargó sus ocho bolsas de basura en el vehículo y paró en la ruta para descargarlas.
Por favor “hermanos” chilenos, no hagan en nuestra casa lo que no hacen en la suya. Muchas gracias.
* D.N.I. 16.037.023
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