Enviado por Gustavo Macayo
- Riojano…estamos en guerra -
Carina y Marcela están custodiando la barrera,
en aquel mojón de historia, llamado La Peña Negra.
Las acompaña Daniel y el silencio de las piedras,
vigilando aquel camino que lleva a lo alto del cerro.
Conocen lo desigual de esta lucha sin fronteras,
de un lado los campesinos, del otro , la gran empresa,
esa compañía minera que favorece el gobierno,
que a mas de robarse el oro, el río les envenena.
Ninguno debe pasar, no habrá camino para ellos,
y aquí solo tres riojanos, solitos para esta guerra.
Están allí por el agua que riega sus sementeras,
ese agua que da la vida, ese agua que bebe el pueblo.
Y es por su tierra que siguen esperando en la barrera,
mientras llegan doce dogos en sus regias camionetas.
“Levanten, déjennos paso” les ladran con gran soberbia.
“De la Rioja somos todos, funcionarios del Gobierno”
Sin un gesto ellos resisten, sin mover siquiera un dedo,
sentados cual nuevos Gandhis, sobre aquellas duras piedras.
A Marcela rodillazos, en el vientre alguien le pega
A Carina, el más violento, de sus brazos tironea,
la arroja luego a una orilla, y enardecido patea,
a esa mujer con agallas, que un hombre ojalá tuviera.
Daniel también es golpeado, pero a la huella regresan
y ellos vuelven a ultrajarlos, con mas odio y mas violencia.
Se ahoga el dogo en la espuma que de sus fauces babea,
a todos les han pegado, ninguno pidió clemencia.
Fue un día 14 de Abril, de este año de 2009.
Volaba un cóndor muy negro sobre la montaña quieta.
¡ Qué hermoso que es ver la luz, del día cuando amanece !
¡ Qué azules se ven los cerros, canta paz, la viña verde !
Humilde pía el zorzal, vuelan loros barranqueros,
con un “cra-cra” tan feliz, que uno termina queriéndolos.
Se aspira un aire tan dulce al celaje mañanero,
que aquel que goza esta paz, no sabe si la merece.
Ocurre en ciertos lugares y esto ocurre muchas veces,
que algunos tienen tesoros y viven sin darse cuenta.
Famatinense prepárate, es hora de que despiertes.
Riojano, tú estás en guerra, a esta no puedes perderla.
“ ¡Defiendan a su terruño!” decía Felipe Varela.
Cuando el levantaba el poncho, allá iban nuestros abuelos.
Si riojano, tus abuelos, y aunque parece tan lejos,
nos dejaron una estirpe de dignidad como herencia.
Riojano tú estás en guerra, a esta no puedes perderla.
Carina y Marcela … ¿ Sabes ? No son mujeres cualquieras,
son tu mujer, son tu madre, son tu viejecita abuela,
fue a ellas las que ultrajaron, nos cubrieron de vergüenza.
Riojano que no haya paz, hasta no lavar la ofensa.
- Aníbal Córdoba Moreno –
Nota relacionada: Correo para Beder: segunda carta de Adolfo Pérez Esquivel al gobernador de la Rioja
- Riojano…estamos en guerra -
Carina y Marcela están custodiando la barrera,
en aquel mojón de historia, llamado La Peña Negra.
Las acompaña Daniel y el silencio de las piedras,
vigilando aquel camino que lleva a lo alto del cerro.
Conocen lo desigual de esta lucha sin fronteras,
de un lado los campesinos, del otro , la gran empresa,
esa compañía minera que favorece el gobierno,
que a mas de robarse el oro, el río les envenena.
Ninguno debe pasar, no habrá camino para ellos,
y aquí solo tres riojanos, solitos para esta guerra.
Están allí por el agua que riega sus sementeras,
ese agua que da la vida, ese agua que bebe el pueblo.
Y es por su tierra que siguen esperando en la barrera,
mientras llegan doce dogos en sus regias camionetas.
“Levanten, déjennos paso” les ladran con gran soberbia.
“De la Rioja somos todos, funcionarios del Gobierno”
Sin un gesto ellos resisten, sin mover siquiera un dedo,
sentados cual nuevos Gandhis, sobre aquellas duras piedras.
A Marcela rodillazos, en el vientre alguien le pega
A Carina, el más violento, de sus brazos tironea,
la arroja luego a una orilla, y enardecido patea,
a esa mujer con agallas, que un hombre ojalá tuviera.
Daniel también es golpeado, pero a la huella regresan
y ellos vuelven a ultrajarlos, con mas odio y mas violencia.
Se ahoga el dogo en la espuma que de sus fauces babea,
a todos les han pegado, ninguno pidió clemencia.
Fue un día 14 de Abril, de este año de 2009.
Volaba un cóndor muy negro sobre la montaña quieta.
¡ Qué hermoso que es ver la luz, del día cuando amanece !
¡ Qué azules se ven los cerros, canta paz, la viña verde !
Humilde pía el zorzal, vuelan loros barranqueros,
con un “cra-cra” tan feliz, que uno termina queriéndolos.
Se aspira un aire tan dulce al celaje mañanero,
que aquel que goza esta paz, no sabe si la merece.
Ocurre en ciertos lugares y esto ocurre muchas veces,
que algunos tienen tesoros y viven sin darse cuenta.
Famatinense prepárate, es hora de que despiertes.
Riojano, tú estás en guerra, a esta no puedes perderla.
“ ¡Defiendan a su terruño!” decía Felipe Varela.
Cuando el levantaba el poncho, allá iban nuestros abuelos.
Si riojano, tus abuelos, y aunque parece tan lejos,
nos dejaron una estirpe de dignidad como herencia.
Riojano tú estás en guerra, a esta no puedes perderla.
Carina y Marcela … ¿ Sabes ? No son mujeres cualquieras,
son tu mujer, son tu madre, son tu viejecita abuela,
fue a ellas las que ultrajaron, nos cubrieron de vergüenza.
Riojano que no haya paz, hasta no lavar la ofensa.
- Aníbal Córdoba Moreno –
Nota relacionada: Correo para Beder: segunda carta de Adolfo Pérez Esquivel al gobernador de la Rioja
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