Por Ángel Callupil
Queridas comunidades de la Región Patagonia-Comahue:
Los días 19 y 20 de septiembre hemos realizado el Encuentro Regional de Formación de Pastoral Social.
Este año nos ha convocado el tema del “agua, tierra y vivienda para tod@s... una utopía patagónica”.
A través de distintas modalidades y técnicas, de exposiciones y testimonios, trabajos de grupo y momentos de oración, hemos reflexionado lo que ahora les queremos compartir: nuestros agradecimientos, nuestras preocupaciones y nuestros deseos y desafíos.
Como discípulos de Jesús, agradecemos a Dios Padre el don de la vida y el don de la creación y a todas las personas que trabajan y asumen con responsabilidad el ayudar a modificar con acciones concretas a todo aquello que afecte a la plenitud de la vida.
Nos interpela y nos moviliza:
• la contaminación del medio ambiente, especialmente la gravedad del problema del agua. Los bienes naturales “son una herencia gratuita que recibimos para cuidar, proteger, defender, respetar y administrar. Queremos insistir que en las intervenciones humanas no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida.” (AP 471). Nos preocupa de una manera especial la actual avanzada de la mega minería a cielo abierto.
• la falta de una vivienda digna y adecuada para todos. Sabemos que es posible otra sociedad humana que valorice nuestra calidad de vida. Las injustas desigualdades que sufren muchísimas familias nos duelen y nos motivan a afrontar este problema con una firme y profética denuncia a los responsables de esta situación.
• la creciente cantidad de familias que no tienen la posibilidad de tener un terreno propio. Y la realidad de nuestras comunidades aborígenes que no se sienten escuchados en sus genuinos reclamos. Todos sabemos que no hay vivienda sin suelo, sin tierra, y que el Estado es responsable de planificar y regular esta carencia siendo creativo y eficaz en sus opciones políticas.
Nos comprometemos con la realidad y nos sumamos vitalmente al trabajo y esfuerzo de tantas personas e instituciones que promueven una mirada esperanzadora ante estos problemas.
Consideramos necesario generar conciencia de la seriedad y profundidad de los problemas, reclamos y conflictos sociales. A esto ayudará que nuestras comunidades asuman el compromiso de crear su propio Equipo de Pastoral Social. Así tendrán el espacio genuino para participar de foros, asambleas, y todo tipo de convocatoria que asuma la defensa del agua y el acceso a la tierra y a la vivienda como verdaderos derechos para todos, incidiendo activamente en las políticas públicas locales.
Es así que en este momento queremos asumir el dolor de la gente de Loncopué, haciéndonos presentes con nuestra presencia y acompañamiento activo ante la defensa de los bienes naturales que se ven afectados por la mega minería.
Queremos abrir los ojos, los oídos y el corazón al “Dios amigo de la vida” para que Él nos llene de su presencia siempre nueva y nos ayude a ser protagonistas y constructores de esta utopia patagónica.
Que María, nuestra Madre, nos acompañe y nos bendiga siempre.
Equipo Regional de Pastoral Social
y Obispos de las Diócesis de Patagonia-Comahue
Stefenelli, 19-20 de septiembre de 2009
Queridas comunidades de la Región Patagonia-Comahue:
Los días 19 y 20 de septiembre hemos realizado el Encuentro Regional de Formación de Pastoral Social.
Este año nos ha convocado el tema del “agua, tierra y vivienda para tod@s... una utopía patagónica”.
A través de distintas modalidades y técnicas, de exposiciones y testimonios, trabajos de grupo y momentos de oración, hemos reflexionado lo que ahora les queremos compartir: nuestros agradecimientos, nuestras preocupaciones y nuestros deseos y desafíos.
Como discípulos de Jesús, agradecemos a Dios Padre el don de la vida y el don de la creación y a todas las personas que trabajan y asumen con responsabilidad el ayudar a modificar con acciones concretas a todo aquello que afecte a la plenitud de la vida.
Nos interpela y nos moviliza:
• la contaminación del medio ambiente, especialmente la gravedad del problema del agua. Los bienes naturales “son una herencia gratuita que recibimos para cuidar, proteger, defender, respetar y administrar. Queremos insistir que en las intervenciones humanas no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida.” (AP 471). Nos preocupa de una manera especial la actual avanzada de la mega minería a cielo abierto.
• la falta de una vivienda digna y adecuada para todos. Sabemos que es posible otra sociedad humana que valorice nuestra calidad de vida. Las injustas desigualdades que sufren muchísimas familias nos duelen y nos motivan a afrontar este problema con una firme y profética denuncia a los responsables de esta situación.
• la creciente cantidad de familias que no tienen la posibilidad de tener un terreno propio. Y la realidad de nuestras comunidades aborígenes que no se sienten escuchados en sus genuinos reclamos. Todos sabemos que no hay vivienda sin suelo, sin tierra, y que el Estado es responsable de planificar y regular esta carencia siendo creativo y eficaz en sus opciones políticas.
Nos comprometemos con la realidad y nos sumamos vitalmente al trabajo y esfuerzo de tantas personas e instituciones que promueven una mirada esperanzadora ante estos problemas.
Consideramos necesario generar conciencia de la seriedad y profundidad de los problemas, reclamos y conflictos sociales. A esto ayudará que nuestras comunidades asuman el compromiso de crear su propio Equipo de Pastoral Social. Así tendrán el espacio genuino para participar de foros, asambleas, y todo tipo de convocatoria que asuma la defensa del agua y el acceso a la tierra y a la vivienda como verdaderos derechos para todos, incidiendo activamente en las políticas públicas locales.
Es así que en este momento queremos asumir el dolor de la gente de Loncopué, haciéndonos presentes con nuestra presencia y acompañamiento activo ante la defensa de los bienes naturales que se ven afectados por la mega minería.
Queremos abrir los ojos, los oídos y el corazón al “Dios amigo de la vida” para que Él nos llene de su presencia siempre nueva y nos ayude a ser protagonistas y constructores de esta utopia patagónica.
Que María, nuestra Madre, nos acompañe y nos bendiga siempre.
Equipo Regional de Pastoral Social
y Obispos de las Diócesis de Patagonia-Comahue
Stefenelli, 19-20 de septiembre de 2009
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