Por Roberto Hlousek *
Todos tenemos ese retrato bien visto. Uno de los barrios de Esquel lleva su nombre. El intendente vive en el barrio aledaño, y es (o fue) presidente del club que lleva su nombre. Nuestro Subs. de Cultura egresó de la Escuela de Bellas Artes del mismo nombre. Tenemos un Club y una Escuela, de número 8, que lleva su nombre.
Pero el 25, el día de los festejos, Manuel Belgrano no tuvo en su monumento (Alvear al 100) ni una cinta celeste y blanca. Ni flores de nadie. Eliminar del festejo a quienes nos crearon esta patria es lavar la Historia. French y Beruti nos mandarían un piquete por semejante insulto.
Quizás podamos decir que todos confiábamos en que la municipalidad se ocuparía de “esas cosas”. ¿Debieran haberlo hecho? Seguramente. Pero no nos quita lo que nos corresponde. Tenemos muchas organizaciones desde donde podemos hacer cada uno lo nuestro.
Hasta ahora, hemos festejado el aniversario de una Revolución … sin los revolucionarios. Por más que actos y desfiles hayan salido bien o muy bien. Se olvidó a los que dieron su vida por aquel 25. Estamos a tiempo, nos quedan algunos meses para recordarlos como se merecen.
La Justicia Social no se inventó en el siglo XX. Túpac Amaru y otros antes ya la habían reclamado. Aquel 25 de mayo Belgrano, Mariano Moreno y Juan José Castelli (junto a otros, claro) retomaron esa lucha poniendo su vida en alto riesgo. No sólo se pusieron en la mira de los españoles, sino también de los criollos más poderosos que sólo se proponían reemplazar a los españoles y conservar sus privilegios sobre mestizos, aborígenes y africanos. Sólo un año antes los revolucionarios de Chuquisaca fueron ejecutados por las tropas españolas.
Cumplimos -todo el año- 200 años de lucha por la igualdad y la justicia social como país. Gracias a estos tres criollos somos un país que tomó estas banderas como causas nacionales para siempre, a pesar de las traiciones de las oligarquías y los golpes. Otros países no tuvieron figuras como ellos. Nosotros sí. Y con ellos también aguardan reconocimiento muchos otros que continuaron esa lucha.
Ni Moreno ni Castelli, ni ningún otro revolucionario tiene monumento aquí en Esquel.
El 3 de junio fue el 240 aniversario del nacimiento de Belgrano. Tampoco. Nada.
El 20, día de su fallecimiento, será el día de la Bandera. Ahí van a estar los funcionarios, siempre van.
Pero estaría bueno que haya muchos homenajes en ese monumento, no sólo el oficial, como si fuera un empleado o secretario que se ocupa de nuestros regalos. ¿Mandaríamos a un empleado a saludar a nuestros familiares en su cumpleaños? ¿O a un repartidor a darle un beso a nuestra madre, porque nos queda más cómodo?
El Bicentenario es todo el año. Y tenemos mucha memoria que rescatar. Somos la sociedad civil. ¿Pero somos? ¿tenemos alma propia? Los gobiernos militares no deberían habernos robado la capacidad de homenajear POR NUESTRA CUENTA a los que iniciaron nuestro camino como nación. Cada uno con su agrupación o su institución. Está bien que las autoridades se ocupen. Pero está mejor si nos ocupamos todos. Y sin asistentes obligados, ni alumnos ni empleados.
Acto conjunto o actos separados están bien igual.
Me gusta lo primero. Somos muchos grupos distintos. Nos acusamos todo el tiempo unos a otros. Y es válido, hay muchas razones. Pero cada tanto, debiéramos poder hacer algo en conjunto, como nietos que van con humildad y respeto a saludar a sus abuelos en su cumpleaños. Ese rato grupal es valioso. Los chicos ven, y necesitan mensajes de convivencia. Se reconoce a las autoridades en tanto fueron votadas, pero nadie se adueña del acto, y menos las autoridades. Un acto conjunto se coordina. Incluso se puede conducir conjuntamente. Hay trabajo detrás. ¿Habrá ganas de todos de lograrlo sin limitarse a “amigos”?
Si no se puede, se pueden hacer actos distintos. Y algunos podemos ir dos o tres veces, si lo que nos importa es el homenajeado.
Y no está mal que cada institución y cada agrupación deje junto al monumento un arreglo floral, un grupo de banderas, dibujos de niños, guirnaldas o una artesanía. Lo importante es que todos estemos ahí representados.
Nos queda mucho de memoria que rescatar como pueblo, historia ya publicada pero poco divulgada. Y también para pensar sobre nuestras comodidades y nuestros compromisos.
* DNI 18 541 862
Nota relacionada: “La otra cara del Bicentenario”: documento difundido en la contramarcha realizada en Esquel
Todos tenemos ese retrato bien visto. Uno de los barrios de Esquel lleva su nombre. El intendente vive en el barrio aledaño, y es (o fue) presidente del club que lleva su nombre. Nuestro Subs. de Cultura egresó de la Escuela de Bellas Artes del mismo nombre. Tenemos un Club y una Escuela, de número 8, que lleva su nombre.
Pero el 25, el día de los festejos, Manuel Belgrano no tuvo en su monumento (Alvear al 100) ni una cinta celeste y blanca. Ni flores de nadie. Eliminar del festejo a quienes nos crearon esta patria es lavar la Historia. French y Beruti nos mandarían un piquete por semejante insulto.
Quizás podamos decir que todos confiábamos en que la municipalidad se ocuparía de “esas cosas”. ¿Debieran haberlo hecho? Seguramente. Pero no nos quita lo que nos corresponde. Tenemos muchas organizaciones desde donde podemos hacer cada uno lo nuestro.
Hasta ahora, hemos festejado el aniversario de una Revolución … sin los revolucionarios. Por más que actos y desfiles hayan salido bien o muy bien. Se olvidó a los que dieron su vida por aquel 25. Estamos a tiempo, nos quedan algunos meses para recordarlos como se merecen.
La Justicia Social no se inventó en el siglo XX. Túpac Amaru y otros antes ya la habían reclamado. Aquel 25 de mayo Belgrano, Mariano Moreno y Juan José Castelli (junto a otros, claro) retomaron esa lucha poniendo su vida en alto riesgo. No sólo se pusieron en la mira de los españoles, sino también de los criollos más poderosos que sólo se proponían reemplazar a los españoles y conservar sus privilegios sobre mestizos, aborígenes y africanos. Sólo un año antes los revolucionarios de Chuquisaca fueron ejecutados por las tropas españolas.
Cumplimos -todo el año- 200 años de lucha por la igualdad y la justicia social como país. Gracias a estos tres criollos somos un país que tomó estas banderas como causas nacionales para siempre, a pesar de las traiciones de las oligarquías y los golpes. Otros países no tuvieron figuras como ellos. Nosotros sí. Y con ellos también aguardan reconocimiento muchos otros que continuaron esa lucha.
Ni Moreno ni Castelli, ni ningún otro revolucionario tiene monumento aquí en Esquel.
El 3 de junio fue el 240 aniversario del nacimiento de Belgrano. Tampoco. Nada.
El 20, día de su fallecimiento, será el día de la Bandera. Ahí van a estar los funcionarios, siempre van.
Pero estaría bueno que haya muchos homenajes en ese monumento, no sólo el oficial, como si fuera un empleado o secretario que se ocupa de nuestros regalos. ¿Mandaríamos a un empleado a saludar a nuestros familiares en su cumpleaños? ¿O a un repartidor a darle un beso a nuestra madre, porque nos queda más cómodo?
El Bicentenario es todo el año. Y tenemos mucha memoria que rescatar. Somos la sociedad civil. ¿Pero somos? ¿tenemos alma propia? Los gobiernos militares no deberían habernos robado la capacidad de homenajear POR NUESTRA CUENTA a los que iniciaron nuestro camino como nación. Cada uno con su agrupación o su institución. Está bien que las autoridades se ocupen. Pero está mejor si nos ocupamos todos. Y sin asistentes obligados, ni alumnos ni empleados.
Acto conjunto o actos separados están bien igual.
Me gusta lo primero. Somos muchos grupos distintos. Nos acusamos todo el tiempo unos a otros. Y es válido, hay muchas razones. Pero cada tanto, debiéramos poder hacer algo en conjunto, como nietos que van con humildad y respeto a saludar a sus abuelos en su cumpleaños. Ese rato grupal es valioso. Los chicos ven, y necesitan mensajes de convivencia. Se reconoce a las autoridades en tanto fueron votadas, pero nadie se adueña del acto, y menos las autoridades. Un acto conjunto se coordina. Incluso se puede conducir conjuntamente. Hay trabajo detrás. ¿Habrá ganas de todos de lograrlo sin limitarse a “amigos”?
Si no se puede, se pueden hacer actos distintos. Y algunos podemos ir dos o tres veces, si lo que nos importa es el homenajeado.
Y no está mal que cada institución y cada agrupación deje junto al monumento un arreglo floral, un grupo de banderas, dibujos de niños, guirnaldas o una artesanía. Lo importante es que todos estemos ahí representados.
Nos queda mucho de memoria que rescatar como pueblo, historia ya publicada pero poco divulgada. Y también para pensar sobre nuestras comodidades y nuestros compromisos.
* DNI 18 541 862
Nota relacionada: “La otra cara del Bicentenario”: documento difundido en la contramarcha realizada en Esquel
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario