martes, junio 01, 2010

Opinión: “La política en el centro de la democracia”


Por Movimiento Evita Chubut

Hemos tenido en estos días la oportunidad de vivir un cambio sustancial en la historia de nuestra Argentina. La recuperación del espacio público por parte de millones de argentinos diciendo -“aquí estamos, somos pueblo”- marca un antes y un después en la comprensión de la realidad política del país. Los festejos del bicentenario dejaron para el presente otra forma de entender cómo somos, que sentimos, en qué creemos y qué soñamos.

Los chubutenses también somos argentinos, por eso nos emocionamos con ese mar humano que vibraba allí y cuyas olas bañaban los hogares de cada comunidad. Y como chubutenses también nos conmovemos cuando podemos disfrutar de un tiempo en el que nuestros pensadores vienen a compartir e intercambiar sus miradas con nosotros. La convocatoria del Espacio Carta Abierta en Esquel, con la presencia del compañero Carlos Girotti, nos invitó a /pensar la política en esta coyuntura en la que el pueblo del que orgullosamente somos parte ha vuelto a escribir una página de su historia.

Es que más allá de la masividad, la alegría por el reencuentro en las calles y plazas, este Bicentenario plantea, con una fuerza inusitada, que la política ya no es tolerable como una actividad propia de profesionales ni como despliegue de aparatos ni ingenierías electorales. El canibalismo, el poroteo, la absurda pretensión de resumir -en una foto o en la nota paga- una construcción colectiva inexistente, son manifestaciones de una concepción del poder que no son tolerables desde el protagonismo popular de este Bicentenario.

Las reflexiones de Carlos Girotti, a propósito de ello, nos indican que algo ha cambiado en la percepción popular de la política. “La gente, esa categoría del avasallamiento, ha tornado a ser y saberse pueblo –afirmó el integrante de Carta Abierta- y al hacerlo ha recuperado para sí y para la memoria histórica la única dimensión identitaria desde la cual construir un futuro mejor”.

Es nuestro pueblo quien –como dice Ricardo Forster- va a “rescatar a la política del envilecimiento”, a “volver a ponerla en el centro de lo democrático como un instrumento sin el cual las sociedades quedan prisioneras de los arbitrios de las ‘gestiones empresariales’ y de los tecnócratas del establishment.”

Esa es fundamentalmente nuestra tarea. Y no tenemos mucho tiempo.

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