Por Prensa Mario Cimadevilla
El dictamen se basó en una iniciativa de Mario Cimadevilla
El Senado hacia la unión civil
Finalmente en el mediodía de ayer la Comisión de Legislación General del Senado de la Nación emitió un dictamen de mayoría por el cual rechazó el proyecto aprobado en Diputados sobre matrimonio entre personas del mismo sexo e impulsó en cambio una propuesta de unión civil.
Hace una semana varios senadores, entre ellos Mario Cimadevilla junto a Laura Montero y José Roldán, presentaron varios proyectos por los que se legaliza la unión civil para personas del mismo o de distinto sexo sin modificar la institución del matrimonio.
La Comisión de Legislación General trató conjuntamente la iniciativa aprobada en diputados con los proyectos de unión civil, opción ésta que contó con la aprobación de la mayoría de los senadores que la integran.
A favor de la unión civil sin distinción de sexos se manifestaron la presidenta de la Comisión Liliana Negre De Alonso, Mario Cimadevilla, Ramón Mestre, José Cano, José Roldán, Sonia Escudero, María José Bongiorno, Adriana Bortolozzi y Rolando Bermejo. Por el matrimonio gay se pronunciaron Luis Juez, Pedro Guastavino, Nicolás Fernández, Liliana Fellner y Marcelo Fuentes. Finalmente y en una muy ambigua posición se situó el jujeño Guillermo Jenefes que votó el dictamen a favor del matrimonio gay pero lo hizo en disidencia total.
La unión civil que propone la mayoría y que se votará en primer término en la sesión del próximo 14 de julio contiene en su mayor parte los contenidos volcados por Cimadevilla, Montero y Roldán en el proyecto que presentaron bajo el expediente S-2095/10 el 29 de junio pasado.
En el dictamen que se tratará en el recinto el 14 de julio se especifica que “la unión civil es el compromiso de dos personas mayores de edad y capaces que expresan su consentimiento ante autoridad competente de hacer vida en común y de respetar los derechos y obligaciones vinculados con este estado con independencia de su orientación sexual e identidad de género”.
“Modificando sólo algunos aspectos de la actual ley de matrimonio sin demasiado cuidado correríamos el riesgo, no menor, de no entender que la materia sobre la que se legisla requiere de un cambio institucional y cultural profundo que exige cambiar el concepto de familia y de matrimonio o casamiento, conceptos ambos arraigados estructuralmente en la legislación argentina donde tanto la familia como el matrimonio tienen origen heterosexual”, explicó Cimadevilla.
“Entre otros errores groseros, por ejemplo, la iniciativa que vienen de diputados hace desaparecer la denominación madre y abuela, haciendo desaparecer a las mujeres en todo el texto, conculcándole derechos que han sabido conseguir duramente”, añadió el chubutense.
No existe ninguna duda de que hay que legislar de manera de igualar derechos, respetando principios de libertad y dignidad, pero lo cierto es que el marco legal vigente para el matrimonio heterosexual no puede volverse automáticamente aplicable a las uniones del mismo sexo con modificaciones superficiales y meramente declarativas”, reiteró Cimadevilla.
“Mas allá de la necesidad de legislar para alguna minoría consideramos necesario abordar la temática que nos ocupa de manera integral, de manera de provocar el efecto deseado que es en definitiva un cambio de paradigma en la constitución de la nueva familia argentina según lo ha expresado la mayoría que aprobó el proyecto que ha obtenido media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación. Al regular la unión civil pretendemos dar un instrumento jurídico adecuado tanto para la minoría homosexual, como para los cientos de miles de uniones concubinaria heterosexuales ,que reclaman desde hace años una solución legislativa, con las cuales el Congreso está en mora desde hace tiempo”, reafirmó el senador radical.
“No se puede pretender dar soluciones a los nuevos modelos de familia atendiendo solo a las nacidas de relaciones entre personas de igual sexo cuando la realidad social nos indica que los miembros de uniones de hecho heterosexuales no sólo son muchas más y merecen igual protección e igual respeto, estaríamos en falta si reconociéramos a la pareja homosexual el derecho a proteger su vivienda con la constitución del bien de familia y se lo negamos a los concubinos”, reseñó Cimadevilla.
“Y es por estos motivos que proponemos un régimen de unión civil no solo para personas del mismo sexo, sino también para heterosexuales, que regule aspectos tales como los relativos a los deberes de asistencia y colaboración de los miembros de la unión civil, así como también un régimen patrimonial y sucesorio propio”, concluyó Mario Cimadevilla.
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El dictamen se basó en una iniciativa de Mario Cimadevilla
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Finalmente en el mediodía de ayer la Comisión de Legislación General del Senado de la Nación emitió un dictamen de mayoría por el cual rechazó el proyecto aprobado en Diputados sobre matrimonio entre personas del mismo sexo e impulsó en cambio una propuesta de unión civil.
Hace una semana varios senadores, entre ellos Mario Cimadevilla junto a Laura Montero y José Roldán, presentaron varios proyectos por los que se legaliza la unión civil para personas del mismo o de distinto sexo sin modificar la institución del matrimonio.
La Comisión de Legislación General trató conjuntamente la iniciativa aprobada en diputados con los proyectos de unión civil, opción ésta que contó con la aprobación de la mayoría de los senadores que la integran.
A favor de la unión civil sin distinción de sexos se manifestaron la presidenta de la Comisión Liliana Negre De Alonso, Mario Cimadevilla, Ramón Mestre, José Cano, José Roldán, Sonia Escudero, María José Bongiorno, Adriana Bortolozzi y Rolando Bermejo. Por el matrimonio gay se pronunciaron Luis Juez, Pedro Guastavino, Nicolás Fernández, Liliana Fellner y Marcelo Fuentes. Finalmente y en una muy ambigua posición se situó el jujeño Guillermo Jenefes que votó el dictamen a favor del matrimonio gay pero lo hizo en disidencia total.
La unión civil que propone la mayoría y que se votará en primer término en la sesión del próximo 14 de julio contiene en su mayor parte los contenidos volcados por Cimadevilla, Montero y Roldán en el proyecto que presentaron bajo el expediente S-2095/10 el 29 de junio pasado.
En el dictamen que se tratará en el recinto el 14 de julio se especifica que “la unión civil es el compromiso de dos personas mayores de edad y capaces que expresan su consentimiento ante autoridad competente de hacer vida en común y de respetar los derechos y obligaciones vinculados con este estado con independencia de su orientación sexual e identidad de género”.
“Modificando sólo algunos aspectos de la actual ley de matrimonio sin demasiado cuidado correríamos el riesgo, no menor, de no entender que la materia sobre la que se legisla requiere de un cambio institucional y cultural profundo que exige cambiar el concepto de familia y de matrimonio o casamiento, conceptos ambos arraigados estructuralmente en la legislación argentina donde tanto la familia como el matrimonio tienen origen heterosexual”, explicó Cimadevilla.
“Entre otros errores groseros, por ejemplo, la iniciativa que vienen de diputados hace desaparecer la denominación madre y abuela, haciendo desaparecer a las mujeres en todo el texto, conculcándole derechos que han sabido conseguir duramente”, añadió el chubutense.
No existe ninguna duda de que hay que legislar de manera de igualar derechos, respetando principios de libertad y dignidad, pero lo cierto es que el marco legal vigente para el matrimonio heterosexual no puede volverse automáticamente aplicable a las uniones del mismo sexo con modificaciones superficiales y meramente declarativas”, reiteró Cimadevilla.
“Mas allá de la necesidad de legislar para alguna minoría consideramos necesario abordar la temática que nos ocupa de manera integral, de manera de provocar el efecto deseado que es en definitiva un cambio de paradigma en la constitución de la nueva familia argentina según lo ha expresado la mayoría que aprobó el proyecto que ha obtenido media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación. Al regular la unión civil pretendemos dar un instrumento jurídico adecuado tanto para la minoría homosexual, como para los cientos de miles de uniones concubinaria heterosexuales ,que reclaman desde hace años una solución legislativa, con las cuales el Congreso está en mora desde hace tiempo”, reafirmó el senador radical.
“No se puede pretender dar soluciones a los nuevos modelos de familia atendiendo solo a las nacidas de relaciones entre personas de igual sexo cuando la realidad social nos indica que los miembros de uniones de hecho heterosexuales no sólo son muchas más y merecen igual protección e igual respeto, estaríamos en falta si reconociéramos a la pareja homosexual el derecho a proteger su vivienda con la constitución del bien de familia y se lo negamos a los concubinos”, reseñó Cimadevilla.
“Y es por estos motivos que proponemos un régimen de unión civil no solo para personas del mismo sexo, sino también para heterosexuales, que regule aspectos tales como los relativos a los deberes de asistencia y colaboración de los miembros de la unión civil, así como también un régimen patrimonial y sucesorio propio”, concluyó Mario Cimadevilla.
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