Por Carlos Zuoza *
En el año 2009 he sido víctima de una falsa denuncia penal por parte de un funcionario policial que es padre de un alumno del Jardín de Infantes en donde trabajaba yo hasta ese entonces, y que fue motivada por maliciosas calumnias sin fundamentos por un pequeño grupo de padres que se escondieron en el anonimato de acusar a través de chismes sin hacerse cargo de las consecuentes repercusiones.
Por tal motivo el Ministerio de Educación decidió trasladarme a trabajos administrativos como medida preventiva mientras la Fiscalía hacia las pertinentes investigaciones del supuesto hecho denunciado.
El día 12 de abril de 2010, el órgano fiscal determinó archivar la causa denunciada por no hallar elementos probatorios en mi contra, después de una ardua investigación que incluyó pericias psicológicas a alumnos, entrevistas inmediatas a la denuncia al personal del jardín, así como todas las herramientas necesarias que hicieran a la búsqueda de pruebas de los acontecimientos.
Un mes más tarde, en mayo del corriente año, una vez vencidos los plazos de investigación que determina la ley, pido una audiencia al Juez a cargo, la cual se realizó 48hs después junto al fiscal y la defensoría pública en los presentes Tribunales de Justicia de la ciudad de Esquel, en donde se dictaminó y se hizo efectiva en los plazos que determina la ley el cierre de la causa y mi sobreseimiento en la misma (no habiéndose hecho apelación alguna de parte del denunciante), contemplando además los daños y perjuicios que todo este tiempo me ha acarreado no solo a mí, sino también a mi familia, y por decirlo también los daños morales, económicos, profesionales, sociales y de salud de los que sigo siendo objeto.
Hoy, al día 2 de agosto del presente, en ningún momento desde que finalizó la causa, se ha realizado en el Jardín Nº 422 una reunión convocando a los padres y a la comunidad en general, para que las autoridades administrativas competentes, informen sobre las resoluciones dictaminadas por la ley que aclaran toda esta situación de injusticia y que no sólo llevaría tranquilidad a todos aquellos que se permiten el beneficio de la duda, sino que también traería sobre mi persona la limpieza de mi buen nombre que ha sido ensuciado tan cobardemente, que incluso me ha llevado a afrontar públicamente hechos aislados de acusaciones, agresiones verbales e increpancias amenazantes por parte de un individuo que se identificó con el nombre de Vicente y decía ser padre de un alumno del Jardín (el cual ya he radicado la denuncia por calumnias e injurias).
Es por esto que solicito públicamente, más allá de que en el día de la fecha lo he solicitado por documento al Ministerio de Educación, que las autoridades que deban responder a esta petición, realicen una reunión con los padres de alumnos, ex alumnos del 2009 y la comunidad en general para llevar tranquilidad, aclarar y ponerle fin a este asunto, en pos de mi persona, los padres y el prestigio de la institución que debe atender a estos hechos.
En el año 2009 he sido víctima de una falsa denuncia penal por parte de un funcionario policial que es padre de un alumno del Jardín de Infantes en donde trabajaba yo hasta ese entonces, y que fue motivada por maliciosas calumnias sin fundamentos por un pequeño grupo de padres que se escondieron en el anonimato de acusar a través de chismes sin hacerse cargo de las consecuentes repercusiones.
Por tal motivo el Ministerio de Educación decidió trasladarme a trabajos administrativos como medida preventiva mientras la Fiscalía hacia las pertinentes investigaciones del supuesto hecho denunciado.
El día 12 de abril de 2010, el órgano fiscal determinó archivar la causa denunciada por no hallar elementos probatorios en mi contra, después de una ardua investigación que incluyó pericias psicológicas a alumnos, entrevistas inmediatas a la denuncia al personal del jardín, así como todas las herramientas necesarias que hicieran a la búsqueda de pruebas de los acontecimientos.
Un mes más tarde, en mayo del corriente año, una vez vencidos los plazos de investigación que determina la ley, pido una audiencia al Juez a cargo, la cual se realizó 48hs después junto al fiscal y la defensoría pública en los presentes Tribunales de Justicia de la ciudad de Esquel, en donde se dictaminó y se hizo efectiva en los plazos que determina la ley el cierre de la causa y mi sobreseimiento en la misma (no habiéndose hecho apelación alguna de parte del denunciante), contemplando además los daños y perjuicios que todo este tiempo me ha acarreado no solo a mí, sino también a mi familia, y por decirlo también los daños morales, económicos, profesionales, sociales y de salud de los que sigo siendo objeto.
Hoy, al día 2 de agosto del presente, en ningún momento desde que finalizó la causa, se ha realizado en el Jardín Nº 422 una reunión convocando a los padres y a la comunidad en general, para que las autoridades administrativas competentes, informen sobre las resoluciones dictaminadas por la ley que aclaran toda esta situación de injusticia y que no sólo llevaría tranquilidad a todos aquellos que se permiten el beneficio de la duda, sino que también traería sobre mi persona la limpieza de mi buen nombre que ha sido ensuciado tan cobardemente, que incluso me ha llevado a afrontar públicamente hechos aislados de acusaciones, agresiones verbales e increpancias amenazantes por parte de un individuo que se identificó con el nombre de Vicente y decía ser padre de un alumno del Jardín (el cual ya he radicado la denuncia por calumnias e injurias).
Es por esto que solicito públicamente, más allá de que en el día de la fecha lo he solicitado por documento al Ministerio de Educación, que las autoridades que deban responder a esta petición, realicen una reunión con los padres de alumnos, ex alumnos del 2009 y la comunidad en general para llevar tranquilidad, aclarar y ponerle fin a este asunto, en pos de mi persona, los padres y el prestigio de la institución que debe atender a estos hechos.
Y quien así lo desee puede dirigirse a la fiscalía de la ciudad de Esquel y pedir los documentos que son públicos para cerciorarse de mis dichos en la presente.
Agradezco desde ya a:
El Sr. Juez, los Sres. Fiscales y a la Defensoría Pública el haber actuado de acuerdo a las leyes que juraron defender y garantizando así la confianza de una justicia eficaz y verdadera para los ciudadanos de esta provincia.
A los padres de alumnos del Jardín Nº 422 que han sabido ser cautelosos en no involucrarse en el chisme de pueblo que fue tergiversándose del boca en boca.
A los padres de alumnos que me han apoyado fundamentados en el conocimiento de mi actuación profesional, personal y mi integridad como humano, que han participado de las propuestas pedagógicas que realicé durante mi gestión en el Jardín.
Al personal docente y no docente del Jardín Nº 422, que fue testigo en mis clases de Educación Física y desempeño en la institución, apoyándome con la verdad en todo este momento de circunstancias difíciles de transitar.
A mi abogada de la defensoría pública, quien tomó las riendas en todo mi asesoramiento jurídico y que me brindó la humana contención mas allá de lo fría que parezca la ley.
A mi psicólogo, que sin su ayuda todos estos pasos que voy dando no tendrían rumbo.
A mis amigos, por estar.
A toda mi familia, que son la base del amor en el que fui criado y hoy contenido.
A todos aquellos que alguna vez me he cruzado y con un gesto han impulsado el ánimo y el seguir adelante.
Al padre que realizó la denuncia, por haber aprendido a través de él que hay que cuidarse más de los ineptos e incompetentes que de los malos, porque con su ignorante arrogancia ha causado mucho daño a la institución, a la comunidad, a su propia familia, poniendo por sobre todo, en duda la garantía que debe ofrecer su accionar como funcionario público ejecutor de la ley.
* DNI. N° 18.619.303
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