Por Juan Gasparini *
“A mi marido lo mataron por Papel Prensa”, asegura Lidia Papaleo
El llamado telefónico que Lidia Papaleo recibió en México de Montoneros que ella cita en la entrevista del domingo que aparece en Tiempo Argentino fue para acompañarla en su sentimiento ante el homicidio de David Graiver. Sucedió el 9 de agosto de 1976, y así figura en página 198 de mi libro David Graiver El Banquero de los Montoneros, segunda edición publicada en 2007, reportaje periodístico que será reeditado en los próximos días.
La reunión de ella e Isidoro Graiver con Montoneros, parcialmente aludida también ahora por Lidia Papaleo y con anterioridad por Isidoro, tal como han recogido estos días la prensa gráfica, que es la única que puedo consultar pues resido en Ginebra, tuvo lugar un domingo de diciembre de 1976, es decir después de la venta de Papel Prensa el 2 de noviembre de 1976. Fue para evaluar la situación luego del retorno de ellos a la Argentina, y allí quedó claro que los Graiver, representados en ese encuentro por Lidia e Isidoro, no tenían plata y no podían pagar nada a nadie, tal como se recoge en la página 275 de mi libro, encuentro en que, ni antes, durante o más tarde, los Montoneros presionaron o amenazaron a los Graiver, ya que no tenia sentido porque los Graiver carecían de fondos para pagar sus deudas.
En representación de esa organización allí pudieron haber estado Julio Lino Roqué, en nombre de la dirección de la guerrilla peronista, presuntamente secundado por “este humilde servidor”, recuerda la fuente que así me lo afirmó, a quien no voy a delatar porque está vivo, en el entendido que Julio Roqué no podía testimoniar pues había sido abatido por la dictadura el 29 de mayo de 1977 en Buenos Aires.
En cuanto a la disparatada anécdota publicada el domingo por "La Nación", en la que un supuesto montonero desarmado amenaza a Lidia Graiver con hacerle tragar una pastilla de cianuro color roja (el cianuro es blanco), en la cumbre de un rascacielos en pleno centro de Buenos Aires, ubicado en Suipacha y Santa Fe, cuartel general de los Graiver, fue evocada en mi libro en pagina 274, y es tan inverosímil que ni merece la pena volver a comentarla. Sin embargo, en página 233 de mi libro cito declaraciones públicas de Miguel Bonasso, entonces vocero de Montoneros, difundidas el 28 de julio de 1977 desde México, anunciando que esta organización había recuperado esa inversión, que casi alcanzaba los 17 millones de dólares, la cual habría sido “transferida a otros sectores de la burguesía nacional”.
Hoy, Lidia Papaleo parecería confirmar esta posibilidad, asegurando en la entrevista aquí mencionada, que David Graiver devolvió a los Montoneros el dinero de la mentada inversión. Por lo demás, al articular mi nombre en la entrevista cuyo link encabeza este mensaje, Lidia Papaleo alude justamente a mi libro, cuya primera edición fue en 1990, aunque ella por error la sitúa en 1989. Mantengo mi versión de los hechos, QUE DIFIERE DE LA DE ELLA Y DE LA DE LA DICTADURA, esta última resucitada en estos días por Clarín y La Nación, la mía según las pruebas que pude conseguir, y que publicara por primera vez hace 20 años, cuando salió a librerías la primera edición de mi libro, jamás querellado ni demandado judicialmente.
Para mayor precisión sobre estos temas, el sábado 28 de agosto de 2010 respondí a preguntas del diario La Nación sobre la inversión de los Montoneros en el grupo Graiver, haciéndoles llegar el texto que ahora reitero y dice así:
Mi libro David Graiver El Banquero de los Montoneros, rastrea los indicios del asesinato de David Graiver, un homicidio reconocido por el diario Clarín el 2 de junio de 2010, siendo por lo demás el único medio de prensa argentino que me hizo una entrevista cuando la segunda edición del libro apareció en 2007, concretamente el 16 de junio de 2007, materiales que figuran en mi portal de internet www.juangasparini.com
Mi libro explora la hipótesis de una inversión de alrededor de 17 millones de dólares de los Montoneros en el grupo Graiver. Se trató, a mi entender, de una operación concertada entre los jefes de la mencionada organización y el propio David Graiver, operación consentida por Lidia Papaleo, y conocida por Isidoro Graiver, tal como revelo en el libro, del que se publicará una nueva edición en los días venideros.
Ningún miembro de la familia Graiver denunció esa operación de inversión ante la justicia estando en libertad. Las supuestas versiones que dieron a los militares posteriormente en cautiverio, fueron anuladas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La justicia civil federal de Buenos Aires los sobreseyó el 16 de julio de 1983, y de momento, no se conoce una decisión de alguna autoridad judicial competente en ningún país del mundo, que haya retenido por decisión firme de un tribunal, alguna versión, ni la que defiendo yo, de la aceptación voluntaria por parte de los Graiver de la inversión de la guerrilla peronista, ni la que pudieren ofrecer otros, que negaran la mía y eventualmente llegaran a plantear que hubo una extorsión o coerción de los Montoneros contra el grupo Graiver.
Los Graiver y sus allegados no fueron secuestrados, torturados ni despojados por los Montoneros, sino por la dictadura 1976-1983. Sería inadmisible justificar los vejámenes sufridos por los Graiver y sus allegados, bajo el poder clandestino y genocida de las Fuerzas Armadas, por el aparente origen ilegal de una fracción menor del valor de sus bienes, calculados, en su totalidad, en 200 millones de dólares, de acuerdo al inventario probado que figura en mi libro.
Ese libro no es una investigación judicial, es un reportaje periodístico que intenta aportar a la reconstrucción histórica. La versión que allí desarrollo no fue probada por la justicia. Los tribunales estimaron que las propiedades de los Graiver no fueron contaminadas con dinero proveniente de los Montoneros. Si así no lo hubiera sido, el presidente Raúl Alfonsín no habría indemnizado a los herederos de David Graiver con 84 millones de dólares debido al expolio del que fueran objeto por obra de la dictadura 1976-1983, resarcimiento por decreto del 28 de enero de 1986, y tampoco el diario Clarín habría escrito al día siguiente que “los supuestos delitos y conexiones con organizaciones terroristas no fueron probados a la luz del derecho”.
A los tribunales les fue imposible diferenciar expresamente los billetes de papel moneda de los fondos en apariencia invertidos por los Montoneros con David Graiver, el enigma que mi libro intenta dilucidar en el plano de la narrativa histórica de lo acontecido. Judicialmente las imputaciones contra los Montoneros se disolvieron y nunca se supo el eventual porcentaje del botín de la guerrilla peronista susceptible de haber sido asimilado en la edificación de Papel Prensa.
A partir de la iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner conocida el 24 de agosto de 2004 en su informe sobre este tema, consultable en un sitio web oficial del gobierno que ella preside (http://www.mecon.gov.ar/basehome/informe_papel_prensa.htm), link que he subido a mi portal de internet www.juangasparini.com para ponerlo a disposición de mis lectores, corresponderá ahora a la justicia federal de La Plata resolver sobre eventuales delitos que pudieron haberse cometido en este caso, ya fuera por los Graiver, por los Montoneros, por los directivos de los diarios Clarín, La Nación y La Razón, o por quien fuere (léase la dictadura), o en su defecto, dictar una falta de méritos y archivar el sumario.
La justicia deberá determinar si rechaza, o qué elementos acepta como validos de las acusaciones presentadas por la Presidenta de la Nación y por, entre otros, Lidia Papaleo de Graiver e Isodoro Graiver, según la documentación que ha publicado el gobierno, y en virtud de las medidas de prueba que dicho tribunal está disponiendo para buscar y hacer resplandecer la verdad.
* Desde Ginebra, Suiza
Nota relacionada: Informe: “Los despojos de Papel Prensa”
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El llamado telefónico que Lidia Papaleo recibió en México de Montoneros que ella cita en la entrevista del domingo que aparece en Tiempo Argentino fue para acompañarla en su sentimiento ante el homicidio de David Graiver. Sucedió el 9 de agosto de 1976, y así figura en página 198 de mi libro David Graiver El Banquero de los Montoneros, segunda edición publicada en 2007, reportaje periodístico que será reeditado en los próximos días.
La reunión de ella e Isidoro Graiver con Montoneros, parcialmente aludida también ahora por Lidia Papaleo y con anterioridad por Isidoro, tal como han recogido estos días la prensa gráfica, que es la única que puedo consultar pues resido en Ginebra, tuvo lugar un domingo de diciembre de 1976, es decir después de la venta de Papel Prensa el 2 de noviembre de 1976. Fue para evaluar la situación luego del retorno de ellos a la Argentina, y allí quedó claro que los Graiver, representados en ese encuentro por Lidia e Isidoro, no tenían plata y no podían pagar nada a nadie, tal como se recoge en la página 275 de mi libro, encuentro en que, ni antes, durante o más tarde, los Montoneros presionaron o amenazaron a los Graiver, ya que no tenia sentido porque los Graiver carecían de fondos para pagar sus deudas.
En representación de esa organización allí pudieron haber estado Julio Lino Roqué, en nombre de la dirección de la guerrilla peronista, presuntamente secundado por “este humilde servidor”, recuerda la fuente que así me lo afirmó, a quien no voy a delatar porque está vivo, en el entendido que Julio Roqué no podía testimoniar pues había sido abatido por la dictadura el 29 de mayo de 1977 en Buenos Aires.
En cuanto a la disparatada anécdota publicada el domingo por "La Nación", en la que un supuesto montonero desarmado amenaza a Lidia Graiver con hacerle tragar una pastilla de cianuro color roja (el cianuro es blanco), en la cumbre de un rascacielos en pleno centro de Buenos Aires, ubicado en Suipacha y Santa Fe, cuartel general de los Graiver, fue evocada en mi libro en pagina 274, y es tan inverosímil que ni merece la pena volver a comentarla. Sin embargo, en página 233 de mi libro cito declaraciones públicas de Miguel Bonasso, entonces vocero de Montoneros, difundidas el 28 de julio de 1977 desde México, anunciando que esta organización había recuperado esa inversión, que casi alcanzaba los 17 millones de dólares, la cual habría sido “transferida a otros sectores de la burguesía nacional”.
Hoy, Lidia Papaleo parecería confirmar esta posibilidad, asegurando en la entrevista aquí mencionada, que David Graiver devolvió a los Montoneros el dinero de la mentada inversión. Por lo demás, al articular mi nombre en la entrevista cuyo link encabeza este mensaje, Lidia Papaleo alude justamente a mi libro, cuya primera edición fue en 1990, aunque ella por error la sitúa en 1989. Mantengo mi versión de los hechos, QUE DIFIERE DE LA DE ELLA Y DE LA DE LA DICTADURA, esta última resucitada en estos días por Clarín y La Nación, la mía según las pruebas que pude conseguir, y que publicara por primera vez hace 20 años, cuando salió a librerías la primera edición de mi libro, jamás querellado ni demandado judicialmente.
Para mayor precisión sobre estos temas, el sábado 28 de agosto de 2010 respondí a preguntas del diario La Nación sobre la inversión de los Montoneros en el grupo Graiver, haciéndoles llegar el texto que ahora reitero y dice así:
Mi libro David Graiver El Banquero de los Montoneros, rastrea los indicios del asesinato de David Graiver, un homicidio reconocido por el diario Clarín el 2 de junio de 2010, siendo por lo demás el único medio de prensa argentino que me hizo una entrevista cuando la segunda edición del libro apareció en 2007, concretamente el 16 de junio de 2007, materiales que figuran en mi portal de internet www.juangasparini.com
Mi libro explora la hipótesis de una inversión de alrededor de 17 millones de dólares de los Montoneros en el grupo Graiver. Se trató, a mi entender, de una operación concertada entre los jefes de la mencionada organización y el propio David Graiver, operación consentida por Lidia Papaleo, y conocida por Isidoro Graiver, tal como revelo en el libro, del que se publicará una nueva edición en los días venideros.
Ningún miembro de la familia Graiver denunció esa operación de inversión ante la justicia estando en libertad. Las supuestas versiones que dieron a los militares posteriormente en cautiverio, fueron anuladas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La justicia civil federal de Buenos Aires los sobreseyó el 16 de julio de 1983, y de momento, no se conoce una decisión de alguna autoridad judicial competente en ningún país del mundo, que haya retenido por decisión firme de un tribunal, alguna versión, ni la que defiendo yo, de la aceptación voluntaria por parte de los Graiver de la inversión de la guerrilla peronista, ni la que pudieren ofrecer otros, que negaran la mía y eventualmente llegaran a plantear que hubo una extorsión o coerción de los Montoneros contra el grupo Graiver.
Los Graiver y sus allegados no fueron secuestrados, torturados ni despojados por los Montoneros, sino por la dictadura 1976-1983. Sería inadmisible justificar los vejámenes sufridos por los Graiver y sus allegados, bajo el poder clandestino y genocida de las Fuerzas Armadas, por el aparente origen ilegal de una fracción menor del valor de sus bienes, calculados, en su totalidad, en 200 millones de dólares, de acuerdo al inventario probado que figura en mi libro.
Ese libro no es una investigación judicial, es un reportaje periodístico que intenta aportar a la reconstrucción histórica. La versión que allí desarrollo no fue probada por la justicia. Los tribunales estimaron que las propiedades de los Graiver no fueron contaminadas con dinero proveniente de los Montoneros. Si así no lo hubiera sido, el presidente Raúl Alfonsín no habría indemnizado a los herederos de David Graiver con 84 millones de dólares debido al expolio del que fueran objeto por obra de la dictadura 1976-1983, resarcimiento por decreto del 28 de enero de 1986, y tampoco el diario Clarín habría escrito al día siguiente que “los supuestos delitos y conexiones con organizaciones terroristas no fueron probados a la luz del derecho”.
A los tribunales les fue imposible diferenciar expresamente los billetes de papel moneda de los fondos en apariencia invertidos por los Montoneros con David Graiver, el enigma que mi libro intenta dilucidar en el plano de la narrativa histórica de lo acontecido. Judicialmente las imputaciones contra los Montoneros se disolvieron y nunca se supo el eventual porcentaje del botín de la guerrilla peronista susceptible de haber sido asimilado en la edificación de Papel Prensa.
A partir de la iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner conocida el 24 de agosto de 2004 en su informe sobre este tema, consultable en un sitio web oficial del gobierno que ella preside (http://www.mecon.gov.ar/basehome/informe_papel_prensa.htm), link que he subido a mi portal de internet www.juangasparini.com para ponerlo a disposición de mis lectores, corresponderá ahora a la justicia federal de La Plata resolver sobre eventuales delitos que pudieron haberse cometido en este caso, ya fuera por los Graiver, por los Montoneros, por los directivos de los diarios Clarín, La Nación y La Razón, o por quien fuere (léase la dictadura), o en su defecto, dictar una falta de méritos y archivar el sumario.
La justicia deberá determinar si rechaza, o qué elementos acepta como validos de las acusaciones presentadas por la Presidenta de la Nación y por, entre otros, Lidia Papaleo de Graiver e Isodoro Graiver, según la documentación que ha publicado el gobierno, y en virtud de las medidas de prueba que dicho tribunal está disponiendo para buscar y hacer resplandecer la verdad.
* Desde Ginebra, Suiza
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