Por Sadop Chubut
Transcurridos cuatro años de actividad y militancia gremial de SADOP en todo el territorio de la provincia de Chubut, hemos adquirido un conocimiento pormenorizado de la idiosincrasia de los docentes privados, las condiciones y el ámbito en el que desarrollan sus actividades. Hemos comprobado que en todas las instituciones educativas del ámbito privado -incluso en instituciones confesionales de larga trayectoria en nuestra provincia- los docentes son sometidos a distintos tipos de atropello y abuso.
Un párrafo aparte merece la situación de las maestra de los jardines maternales, franja de docentes que educan y forman a criaturas que van de 45 días a 4 años y que se encuentran totalmente desamparadas. Sus pésimas condiciones de trabajo abarcan desde lo remunerativo hasta lo referente al medio ambiente laboral en el que se desempeñan, y en el que no son extraños las amenazas, las presiones, el hostigamiento laboral y el maltrato explícito. Apremiadas por la sobreoferta de mano de obra y la necesidad de mantener a su familia, las jardineras se ven obligadas a aceptar trabajo en negro con el consiguiente deterioro económico, y una realidad que vulnera su dignidad y autoestima.
Desde SADOP hemos asesorado a los dueños de los jardines y a sus respectivos contables, sobre mecanismos que permiten mejorar las condiciones laborales de sus empleados sin generar perjuicio económico a la institución, pero todo es en vano y cae en saco roto. La realidad nos muestra que no existe el ánimo en los empleadores por cumplir con la legislación laboral vigente y respetar los derechos conquistados por los trabajadores de la educación. Todos sus esfuerzos se concentran en la obtención de mayores ganancias económicas, a fuerza de convertir a los docentes en la variable de ajuste y que no tengan una jubilación, una obra social, un seguro de vida social obligatorio, una ART…En fin, un cúmulo de derechos que le asisten por ley y que son sistemáticamente ignorados. Pareciera que las docentes jardineras sólo tienen obligaciones.
La muletilla que los patrones emplean para justificar la precarización laboral en la que mantienen a sus docentes es “si abonamos en blanco…debemos cerrar”. Sabemos concretamente que no es así. Poseemos estadísticas y estudios que indican claramente que se puede brindar condiciones dignas de trabajo a los docentes, sin dejar de obtener ganancia.
En nuestro permanente accionar nos contactamos con la Secretaría de Trabajo, Ministerio de Trabajo, Anses, Afip y otros organismos públicos, ante quienes denunciamos enérgicamente la explotación de la maestras jardineras a manos de los patrones de jardines maternales y las pésimas condiciones de higiene y seguridad que presentan las instituciones en cuestión. Pero los resultados fueron magros, siempre faltó la voluntad política para resolver esta situación que involucra a una gran cantidad de educadores de toda la provincia.
A pesar de esta adversa situación, no cejamos en nuestro accionar reivindicatorio y desde aquí invitamos a las compañeras jardineras a dejar el temor de lado y ponemos a su entera disposición el asesoramiento jurídico y el acompañamiento de nuestro sindicato SADOP y nuestra obra social OSDOP para lograr mejorar las condiciones en que desempeñan su tarea diaria.
Tan sólo deseamos que nos extiendan la mano y junto recorramos esa hermosa senda que todo trabajador debe transitar.
Las esperamos por un futuro digno y provisorio...
Transcurridos cuatro años de actividad y militancia gremial de SADOP en todo el territorio de la provincia de Chubut, hemos adquirido un conocimiento pormenorizado de la idiosincrasia de los docentes privados, las condiciones y el ámbito en el que desarrollan sus actividades. Hemos comprobado que en todas las instituciones educativas del ámbito privado -incluso en instituciones confesionales de larga trayectoria en nuestra provincia- los docentes son sometidos a distintos tipos de atropello y abuso.
Un párrafo aparte merece la situación de las maestra de los jardines maternales, franja de docentes que educan y forman a criaturas que van de 45 días a 4 años y que se encuentran totalmente desamparadas. Sus pésimas condiciones de trabajo abarcan desde lo remunerativo hasta lo referente al medio ambiente laboral en el que se desempeñan, y en el que no son extraños las amenazas, las presiones, el hostigamiento laboral y el maltrato explícito. Apremiadas por la sobreoferta de mano de obra y la necesidad de mantener a su familia, las jardineras se ven obligadas a aceptar trabajo en negro con el consiguiente deterioro económico, y una realidad que vulnera su dignidad y autoestima.
Desde SADOP hemos asesorado a los dueños de los jardines y a sus respectivos contables, sobre mecanismos que permiten mejorar las condiciones laborales de sus empleados sin generar perjuicio económico a la institución, pero todo es en vano y cae en saco roto. La realidad nos muestra que no existe el ánimo en los empleadores por cumplir con la legislación laboral vigente y respetar los derechos conquistados por los trabajadores de la educación. Todos sus esfuerzos se concentran en la obtención de mayores ganancias económicas, a fuerza de convertir a los docentes en la variable de ajuste y que no tengan una jubilación, una obra social, un seguro de vida social obligatorio, una ART…En fin, un cúmulo de derechos que le asisten por ley y que son sistemáticamente ignorados. Pareciera que las docentes jardineras sólo tienen obligaciones.
La muletilla que los patrones emplean para justificar la precarización laboral en la que mantienen a sus docentes es “si abonamos en blanco…debemos cerrar”. Sabemos concretamente que no es así. Poseemos estadísticas y estudios que indican claramente que se puede brindar condiciones dignas de trabajo a los docentes, sin dejar de obtener ganancia.
En nuestro permanente accionar nos contactamos con la Secretaría de Trabajo, Ministerio de Trabajo, Anses, Afip y otros organismos públicos, ante quienes denunciamos enérgicamente la explotación de la maestras jardineras a manos de los patrones de jardines maternales y las pésimas condiciones de higiene y seguridad que presentan las instituciones en cuestión. Pero los resultados fueron magros, siempre faltó la voluntad política para resolver esta situación que involucra a una gran cantidad de educadores de toda la provincia.
A pesar de esta adversa situación, no cejamos en nuestro accionar reivindicatorio y desde aquí invitamos a las compañeras jardineras a dejar el temor de lado y ponemos a su entera disposición el asesoramiento jurídico y el acompañamiento de nuestro sindicato SADOP y nuestra obra social OSDOP para lograr mejorar las condiciones en que desempeñan su tarea diaria.
Tan sólo deseamos que nos extiendan la mano y junto recorramos esa hermosa senda que todo trabajador debe transitar.
Las esperamos por un futuro digno y provisorio...
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