Enviado por Prensa del Pueblo
Por Fernando Fernández Herrero
Este jueves a partir de las 10hs se presentará en la “Banca del Vecino”, en el Concejo Deliberante, la propuesta para un proyecto de ordenanza que promueva una revisión de los símbolos que ostenta nuestra ciudad de Bariloche, concretamente: el retiro del monumento a Roca en el Centro Cívico, el cambio del nombre “Expedicionarios al Desierto” de la plaza en que se encuentra emplazado, y de la calle “Conrado Villegas” sin perjuicio de que otras propuestas se sumen a estos 3 casos.
Los hechos de Junio fueron un cachetazo a la idea que teníamos de nosotros mismos, crudamente nos mostraron que somos una ciudad dividida, las injusticias y las desigualdades son el principal factor de esta división, pero los símbolos de festejo de la Conquista del Desierto no hacen más que acrecentar esa división. Hay un hilo conductor entre el genocidio llevado a cabo por Roca y la desigualdad que nos divide y nos hace una sociedad enferma de violencia e injusticia: “hay que matar a todos los negros mapuchientos” gritaba una barilochense por Facebook a pocos días de los asesinatos de los 3 jóvenes del alto.
Un gran porcentaje de nuestra población lleva la sangre de los pueblos originarios en sus venas, cada día que pasa vemos como el monumento a Roca es pintado con aerosol, debemos asumir que el tener como símbolo principal de la ciudad un monumento al militar que llevó adelante la campaña de exterminio de los abuelos de mucha gente que vive entre nosotros es un insulto hacia ellos por festejar la muerte de sus antepasados, pero también lo es hacia los que no somos originarios, por denigrarnos como sociedad mostrándonos representados por una persona cuyos actos, van saliendo a la luz día tras día y espantan a cualquier persona que tenga una mínima conciencia de los derechos humanos.
Roca ideó y llevó adelante una campaña de exterminio de los aborígenes de estas tierras, fue a su vez uno de los presidentes más corruptos de nuestra historia, Sarmiento decía “Roca hace negocios y su hermano Ataliva”, Atalivar quedó desde esa época instaurado como sinónimo de robar, el ejercito de Roca le costaba al país más dinero que el ejercito prusiano (el mejor y más avanzado de la época).
Unas pocas familias, de la incipiente oligarquía porteña, financiaron la campaña de exterminio, la devolución a ese financiamiento sería en grandes extensiones de tierra robadas a los indios, que pasarían a formar los inmensos latifundios creadores de la desigualdad que arrastramos hasta nuestros días. Esa misma oligarquía impulsaría los primeros golpes de estado en la década infame, y en ese período también reescribiría la historia dejando como el prócer más homenajeado de nuestra patria al General Roca. San Martín, Belgrano, Moreno y tantos otros, son figuras menores de nuestra historia si se tiene en cuenta la cantidad de Calles, Avenidas, Monumentos, billetes o ciudades nombradas en homenaje a cada uno.
Otra consecuencia de la campaña de genocidio fue hacer retroceder a nuestro país 80 años en la instauración de Derechos Civiles ya que la esclavitud abolida en el año 13, fue de facto reinstaurada tras la campaña a la Patagonia, puede encontrarse en los diarios de la época los avisos en los que se ofrece un indio para labores, una china para limpieza o un indiecito para mandadero, así las familia más ricas de la ciudad se quedaban no solo con la propiedad y las riquezas de las tierras robadas, también se robaban la vida de los pocos sobrevivientes, separando familias, destruyendo futuros, pero estos esclavos que vivirían el resto de sus vidas sirviendo a los ideólogos de la destrucción de su pueblo eran los más afortunados, los menos podían morir en el campos de concentración de la Isla Martín García, en las plantaciones del norte bajo el látigo de los capataces o ser cazados en la estepa por rifleros ingleses que cobraban por cada par de orejas un patacón.
La misma oligarquía promovería el bombardeo a Plaza de Mayo del 55, los golpes posteriores, y la última dictadura militar en la que con los mismos métodos: “campañas de limpieza” (términos usados por Roca, por el nazismo y por la dictadura genocida) contrarrestaría, a sangre y fuego, a lo largo de nuestra historia, cualquier intento del pueblo por intentar ser protagonista de su propio destino. Martínez de Hoz fue uno de los ideólogos y financistas del genocidio llevado a cabo por Roca y su nieto fue uno de los ideólogos de la última dictadura militar, genocida y corrupta, un hilo ata trágicamente nuestra historia a estos personajes, desprendernos de ellos es una responsabilidad que no podemos eludir si queremos llegar algún día a ser una sociedad que pueda convivir en paz.
Este jueves se presentará la propuesta en el Concejo Deliberante, hasta ese momento invito a todos los que adhieran a esta idea a enviar por mail su adhesión para presentarla a los Concejales que nos representan.
Por Fernando Fernández Herrero
Este jueves a partir de las 10hs se presentará en la “Banca del Vecino”, en el Concejo Deliberante, la propuesta para un proyecto de ordenanza que promueva una revisión de los símbolos que ostenta nuestra ciudad de Bariloche, concretamente: el retiro del monumento a Roca en el Centro Cívico, el cambio del nombre “Expedicionarios al Desierto” de la plaza en que se encuentra emplazado, y de la calle “Conrado Villegas” sin perjuicio de que otras propuestas se sumen a estos 3 casos.
Los hechos de Junio fueron un cachetazo a la idea que teníamos de nosotros mismos, crudamente nos mostraron que somos una ciudad dividida, las injusticias y las desigualdades son el principal factor de esta división, pero los símbolos de festejo de la Conquista del Desierto no hacen más que acrecentar esa división. Hay un hilo conductor entre el genocidio llevado a cabo por Roca y la desigualdad que nos divide y nos hace una sociedad enferma de violencia e injusticia: “hay que matar a todos los negros mapuchientos” gritaba una barilochense por Facebook a pocos días de los asesinatos de los 3 jóvenes del alto.
Un gran porcentaje de nuestra población lleva la sangre de los pueblos originarios en sus venas, cada día que pasa vemos como el monumento a Roca es pintado con aerosol, debemos asumir que el tener como símbolo principal de la ciudad un monumento al militar que llevó adelante la campaña de exterminio de los abuelos de mucha gente que vive entre nosotros es un insulto hacia ellos por festejar la muerte de sus antepasados, pero también lo es hacia los que no somos originarios, por denigrarnos como sociedad mostrándonos representados por una persona cuyos actos, van saliendo a la luz día tras día y espantan a cualquier persona que tenga una mínima conciencia de los derechos humanos.
Roca ideó y llevó adelante una campaña de exterminio de los aborígenes de estas tierras, fue a su vez uno de los presidentes más corruptos de nuestra historia, Sarmiento decía “Roca hace negocios y su hermano Ataliva”, Atalivar quedó desde esa época instaurado como sinónimo de robar, el ejercito de Roca le costaba al país más dinero que el ejercito prusiano (el mejor y más avanzado de la época).
Unas pocas familias, de la incipiente oligarquía porteña, financiaron la campaña de exterminio, la devolución a ese financiamiento sería en grandes extensiones de tierra robadas a los indios, que pasarían a formar los inmensos latifundios creadores de la desigualdad que arrastramos hasta nuestros días. Esa misma oligarquía impulsaría los primeros golpes de estado en la década infame, y en ese período también reescribiría la historia dejando como el prócer más homenajeado de nuestra patria al General Roca. San Martín, Belgrano, Moreno y tantos otros, son figuras menores de nuestra historia si se tiene en cuenta la cantidad de Calles, Avenidas, Monumentos, billetes o ciudades nombradas en homenaje a cada uno.
Otra consecuencia de la campaña de genocidio fue hacer retroceder a nuestro país 80 años en la instauración de Derechos Civiles ya que la esclavitud abolida en el año 13, fue de facto reinstaurada tras la campaña a la Patagonia, puede encontrarse en los diarios de la época los avisos en los que se ofrece un indio para labores, una china para limpieza o un indiecito para mandadero, así las familia más ricas de la ciudad se quedaban no solo con la propiedad y las riquezas de las tierras robadas, también se robaban la vida de los pocos sobrevivientes, separando familias, destruyendo futuros, pero estos esclavos que vivirían el resto de sus vidas sirviendo a los ideólogos de la destrucción de su pueblo eran los más afortunados, los menos podían morir en el campos de concentración de la Isla Martín García, en las plantaciones del norte bajo el látigo de los capataces o ser cazados en la estepa por rifleros ingleses que cobraban por cada par de orejas un patacón.
La misma oligarquía promovería el bombardeo a Plaza de Mayo del 55, los golpes posteriores, y la última dictadura militar en la que con los mismos métodos: “campañas de limpieza” (términos usados por Roca, por el nazismo y por la dictadura genocida) contrarrestaría, a sangre y fuego, a lo largo de nuestra historia, cualquier intento del pueblo por intentar ser protagonista de su propio destino. Martínez de Hoz fue uno de los ideólogos y financistas del genocidio llevado a cabo por Roca y su nieto fue uno de los ideólogos de la última dictadura militar, genocida y corrupta, un hilo ata trágicamente nuestra historia a estos personajes, desprendernos de ellos es una responsabilidad que no podemos eludir si queremos llegar algún día a ser una sociedad que pueda convivir en paz.
Este jueves se presentará la propuesta en el Concejo Deliberante, hasta ese momento invito a todos los que adhieran a esta idea a enviar por mail su adhesión para presentarla a los Concejales que nos representan.
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