Por Fernando Urbano *
La historia del peronismo en Chubut es la historia de traiciones cruzadas con un final conocido. La novela de cuatro compañeros llamados Das Neves, Yahuar, Touriñán y Di Pierro que hasta hace 18 meses conformaban un férreo núcleo de poder y cuya pretendida herencia no dejaba satisfecho a nadie.
Los que están se creen con derecho a quedarse, los que se fueron con derecho a volver, y los que sobrevivieron, con derecho cambiar de bando. Pero la historia siempre ocurre dentro de una gran familia llamada PJ.
Durante más de cinco años Das Neves les dio a todos su bastón de mando, pero todos querían más. A Yahuar no le alcanzó la Coordinación de Gabinete de Ministros, a Touriñán le pareció poco ser jefe de bloque de diputados y Di Pierro consideró que le quedaba chica la presidencia Petrominera. Das Neves quería más participación de su familia, no los pudo indemnizar a todos y empezaron a volar las denuncias.
Desde hace varios meses, unos y otros hartan a la sociedad con sus denuncias recíprocas de corrupción, enriquecimiento ilícito y robos para la corona. Ahora resulta que nadie puede justificar lo que tiene. Unos y otros están tan manchados que nadie se atreve a presentarse ante la Justicia y nuestra baja calidad institucional les permite a los protagonistas de este patético folletín resolver sus conflictos personales en las elecciones generales.
Pero a no confundirse, esto es transitorio. Como en Catamarca, donde el triunfo del peronismo encontró unidos al “kirchnerismo” y a Ramón Saadi, en Chubut ocurrirá lo mismo luego del próximo domingo. Queda en la sociedad responder si quiere cambiar el final de esta comedia tragicómica.
* Diputado provincial y candidato por la CC-ARI
Nota relacionada: 20-M: plantean la “superposición de roles, funciones y cargas públicas” que tendría Di Pierro
La historia del peronismo en Chubut es la historia de traiciones cruzadas con un final conocido. La novela de cuatro compañeros llamados Das Neves, Yahuar, Touriñán y Di Pierro que hasta hace 18 meses conformaban un férreo núcleo de poder y cuya pretendida herencia no dejaba satisfecho a nadie.
Los que están se creen con derecho a quedarse, los que se fueron con derecho a volver, y los que sobrevivieron, con derecho cambiar de bando. Pero la historia siempre ocurre dentro de una gran familia llamada PJ.
Durante más de cinco años Das Neves les dio a todos su bastón de mando, pero todos querían más. A Yahuar no le alcanzó la Coordinación de Gabinete de Ministros, a Touriñán le pareció poco ser jefe de bloque de diputados y Di Pierro consideró que le quedaba chica la presidencia Petrominera. Das Neves quería más participación de su familia, no los pudo indemnizar a todos y empezaron a volar las denuncias.
Desde hace varios meses, unos y otros hartan a la sociedad con sus denuncias recíprocas de corrupción, enriquecimiento ilícito y robos para la corona. Ahora resulta que nadie puede justificar lo que tiene. Unos y otros están tan manchados que nadie se atreve a presentarse ante la Justicia y nuestra baja calidad institucional les permite a los protagonistas de este patético folletín resolver sus conflictos personales en las elecciones generales.
Pero a no confundirse, esto es transitorio. Como en Catamarca, donde el triunfo del peronismo encontró unidos al “kirchnerismo” y a Ramón Saadi, en Chubut ocurrirá lo mismo luego del próximo domingo. Queda en la sociedad responder si quiere cambiar el final de esta comedia tragicómica.
* Diputado provincial y candidato por la CC-ARI
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