Por Freddi Morado *
A un mes de haberse realizado las elecciones Provinciales no se sabe aún quien será el próximo Gobernador del Chubut, por las razones por todos conocidas, que hicieron que la verdad nunca saliera a la luz en forma clara y transparente, el TEP no aceptó realizar la única tarea que demostraría lo que verdaderamente ocurrió el 20 de marzo de 2011: abrir todas las urnas y contar uno por uno todos los votos emitidos.
Así fue que se abrieron solo unas pocas urnas,- unas 100 aproximadamente de un total de mas de 1000 -, las que creyeron conflictivas, y éstas arrojaron una cantidad de irregularidades que bien daban que pensar sobre la posibilidad de haberse provocado un fraude electoral.
Se hizo el recuento definitivo con esta modalidad y fueron 10 las urnas que pasaron luego a ser revisadas por el STJ de la Provincia quien, en definitiva, determina que solo 6 urnas fueron anuladas del comicio del día 20 de marzo.
Así las cosas, la pelota pasaba nuevamente a manos del TEP quien, como la mayoría del pueblo chubutense suponía, llamaría a elecciones complementarias en esas 6 mesas anuladas para no convertirse en “el gran elector” de un proceso plagado de irregularidades y sospechas. La transparencia debía ser lo primero que se debía mostrar en este caso y el votar de nuevo le daba un valor muy especial a la voluntad de esos casi 2.000 electores que por motivos ajenos a ellos mismos quedarían sin expresarse políticamente en algo tan significativo e importante como es elegir sus propias autoridades.
Pero no fue así. El TEP resolvió por 4 votos a 1 no convocar a elecciones complementarias con la excusa de no “desvirtuar” el resultado del 20 de marzo cuando en realidad fue para reafirmar su voluntad de erigirse en el “gran elector”.
Expresiones como: “se ha pretendido empañar el acto cívico tendiendo un manto de sospechas acerca de su legitimidad” o “si se convocara nuevamente a votar los electores lo harían fuertemente condicionados”; o “los electores llamados al comicio complementario no están en igualdad situacional con aquellos que participaron de la elección primigenia”. Se habló también de un electorado vulnerable e indefenso el que fuera convocado nuevamente a votar y se habló también de compra de voluntades.
Todo eso fue expresado por los miembros del TEP. Me quedo con lo dicho por el Dr. Pfleger: “no subestimar al elector”.
Así, con esas pocas definiciones, el TEP pudo parar lo que le podía ocasionar una derrota y vergüenza al oficialista Partido Justicialista en general y al Sr. Gobernador Mario Das Neves en particular.
Pero ingresando en el análisis de composición del TEP quizás encontremos la respuesta final a varias actitudes del oficialismo. De los cinco miembros tres eran “dasnevistas” paladar negro. (Miquelarena y Pitiot, de la “primera hora” y Cárdenas por “adopción” (Provech)), por lo tanto y ante cualquier motivo de votación dentro del TEP, siempre habría mayoría oficialista que garantizaría un buen resultado para el Sr. Gobernador. Por eso no se permitió abrir todas las urnas sino las menos posibles. Por que de haberse abierto todas las urnas y contados todos los votos iban a aparecer no diez urnas en cuestión sino una cantidad que haría inobjetable una nueva elección. Con pocas urnas y en base a las escasas sinrazones pueden evitar la elección complementaria.
Por eso sería muy importante para legitimar a las nuevas autoridades que se harán cargo de la Provincia a partir del 10 de Diciembre, que el TEP revea su decisión y convoque a nuevas elecciones complementarias por que si no lo hace quedará evidenciado ante los chubutenses y el país todo, que evitó la transparencia y se erigió, verdaderamente, en “el gran elector”.
* Encuentro para la Participación Popular
Nota relacionada: Le dieron curso al amparo presentado por 16 electores de la urna 174
A un mes de haberse realizado las elecciones Provinciales no se sabe aún quien será el próximo Gobernador del Chubut, por las razones por todos conocidas, que hicieron que la verdad nunca saliera a la luz en forma clara y transparente, el TEP no aceptó realizar la única tarea que demostraría lo que verdaderamente ocurrió el 20 de marzo de 2011: abrir todas las urnas y contar uno por uno todos los votos emitidos.
Así fue que se abrieron solo unas pocas urnas,- unas 100 aproximadamente de un total de mas de 1000 -, las que creyeron conflictivas, y éstas arrojaron una cantidad de irregularidades que bien daban que pensar sobre la posibilidad de haberse provocado un fraude electoral.
Se hizo el recuento definitivo con esta modalidad y fueron 10 las urnas que pasaron luego a ser revisadas por el STJ de la Provincia quien, en definitiva, determina que solo 6 urnas fueron anuladas del comicio del día 20 de marzo.
Así las cosas, la pelota pasaba nuevamente a manos del TEP quien, como la mayoría del pueblo chubutense suponía, llamaría a elecciones complementarias en esas 6 mesas anuladas para no convertirse en “el gran elector” de un proceso plagado de irregularidades y sospechas. La transparencia debía ser lo primero que se debía mostrar en este caso y el votar de nuevo le daba un valor muy especial a la voluntad de esos casi 2.000 electores que por motivos ajenos a ellos mismos quedarían sin expresarse políticamente en algo tan significativo e importante como es elegir sus propias autoridades.
Pero no fue así. El TEP resolvió por 4 votos a 1 no convocar a elecciones complementarias con la excusa de no “desvirtuar” el resultado del 20 de marzo cuando en realidad fue para reafirmar su voluntad de erigirse en el “gran elector”.
Expresiones como: “se ha pretendido empañar el acto cívico tendiendo un manto de sospechas acerca de su legitimidad” o “si se convocara nuevamente a votar los electores lo harían fuertemente condicionados”; o “los electores llamados al comicio complementario no están en igualdad situacional con aquellos que participaron de la elección primigenia”. Se habló también de un electorado vulnerable e indefenso el que fuera convocado nuevamente a votar y se habló también de compra de voluntades.
Todo eso fue expresado por los miembros del TEP. Me quedo con lo dicho por el Dr. Pfleger: “no subestimar al elector”.
Así, con esas pocas definiciones, el TEP pudo parar lo que le podía ocasionar una derrota y vergüenza al oficialista Partido Justicialista en general y al Sr. Gobernador Mario Das Neves en particular.
Pero ingresando en el análisis de composición del TEP quizás encontremos la respuesta final a varias actitudes del oficialismo. De los cinco miembros tres eran “dasnevistas” paladar negro. (Miquelarena y Pitiot, de la “primera hora” y Cárdenas por “adopción” (Provech)), por lo tanto y ante cualquier motivo de votación dentro del TEP, siempre habría mayoría oficialista que garantizaría un buen resultado para el Sr. Gobernador. Por eso no se permitió abrir todas las urnas sino las menos posibles. Por que de haberse abierto todas las urnas y contados todos los votos iban a aparecer no diez urnas en cuestión sino una cantidad que haría inobjetable una nueva elección. Con pocas urnas y en base a las escasas sinrazones pueden evitar la elección complementaria.
Por eso sería muy importante para legitimar a las nuevas autoridades que se harán cargo de la Provincia a partir del 10 de Diciembre, que el TEP revea su decisión y convoque a nuevas elecciones complementarias por que si no lo hace quedará evidenciado ante los chubutenses y el país todo, que evitó la transparencia y se erigió, verdaderamente, en “el gran elector”.
* Encuentro para la Participación Popular
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