Por RENACE
¿Qué relación tiene el modelo sojero con el desierto del Magreb? ¿Qué vínculo tiene el gobierno argentino con quienes invaden, masacran y someten a pueblos vecinos?
La soja es altamente demandante de nutrientes, entre otros, y fundamentalmente, el fósforo. Pero el fósforo tarde o temprano se va acabando del suelo, pues a veinte millones de hectáreas que en nuestro país les pasaron la aspiradora de la soja, se les fue el fósforo en las bodegas de los barcos.
Las grandes corporaciones de la soja se miraron preocupadas: ¿Dónde conseguir fósforo mineral de buena calidad para seguir saqueando la tierra argentina? Y miraron para África.
Allí, desde hace casi cuatro décadas, un rey avanzó sobre el país vecino a la mejor manera del siglo XVIII. Ocupó sus tierras (en las cuales hay yacimientos gigantescos de fósforo) minó la frontera, puso una muralla y patrullaje militar, y vende así, fósforo al mundo. Lo peor es que Argentina le compra. Del otro lado del muro, el pueblo Saharaui sufre situaciones infrahumanas.
¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Cómo es que nuestro país compra fósforo a un tirano? ¿Tan monstruoso es el negocio de la soja? ¿Cómo llegamos a esta ignominia?.
En la región del Sahara desde 1830, las relaciones internacionales se pusieron tirantes. Francia avanzó sobre Argelia, ocupándola. A partir de allí el resto de las potencias colonialistas europeas hicieron lo suyo invadiendo fundamentalmente la región del Magreb. Túnez, Marruecos, Argelia, Libia, Sahara Occidental son resultado de estas avanzadas coloniales. En los `50 comienza una etapa de sucesivas independencias. Cuenta Silvia Serrano, del movimiento de resistencia Saharaui para toda Latinoamérica, “pero aun quedan territorios ocupados. El Sahara Occidental es la última colonia africana que existe”.
En la década del 70 la ONU decreta la aplicación de la ley de descolonización. España entonces promueve un referéndum de autodeterminación y un censo para los Saharaui. Pero, las potencias coloniales están empecinadas en ralentizar todo lo posible la devolución de los territorios ocupados. Señala Silvia Serrano que en los años 70 la ONU viajó a territorio Saharaui para constatar que efectivamente había un grupo organizado y que la voluntad manifiesta era la de independencia.
En España, la muerte de Franco no fue el camino a una transición a la descolonización. Marruecos aprovecha e invade a sus vecinos, ex españoles, los Saharaui, enviando 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados.
Cuenta Eduardo Galeano Mil y una resoluciones de las Naciones Unidas han confirmado el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. ¿De qué han servido esas resoluciones? Se iba a hacer un plebiscito, para que la población decidiera su destino. Para asegurarse la victoria, el monarca de Marruecos llenó de marroquíes el territorio invadido. Pero al poco tiempo, ni siquiera los marroquíes fueron dignos de su confianza. Y el rey, que había dicho sí, dijo que quién sabe. Y después dijo no, y ahora su hijo, heredero del trono, también dice no. La negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos confiesa que ha robado un país. ¿Lo seguiremos aceptando, como si tal cosa? ¿Aceptando que en la democracia universal los súbditos sólo podemos ejercer el derecho de obediencia?
Por qué ese empecinamiento sobre ese territorio en especial? Dice Galeano: “Quizás el pueblo del Sahara es culpable porque en sus largas costas reside el mayor tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las inmensidades de arena, que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de fosfatos y quizá también hay petróleo, gas y uranio. En el Corán podría estar, aunque no esté, esta profecía: Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes”.
“Los patriotas saharaui, que desde hace 30 años luchan por recuperar su lugar en el mundo, han logrado el reconocimiento diplomático de 82 países.”
Argentina no ha reconocido a Sahara Occidental como país. Las leyes internacionales dicen que la comercialización de esos recursos es ilegal, porque no contempla los deseos ni los intereses del pueblo saharaui.
Cuando unos 20 mil saharauis organizaron un campamento en las afueras de El Aaiún (capital del Sahara Occidental), el gobierno marroquí entró con sus fuerzas a desalojarlos. El campamento duró un mes. Y fue una masacre. Para que los saharauis no puedan pasar hacia su legítimo territorio, recordemos, el rey de Marruecos mandó construir un muro, que es el 2 mas largo luego de la muralla china, minado, alambrado, y custodiado. 2700 KM Relata Galeano: “Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace 20 años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide 60 veces más que el Muro de Berlín. ¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?”.
Se está instalando en Buenos Aires una sede de la Oficina Marroquí de Fosfatos con destino a los campos de soja y maíz transgénicos. La Oficina Marroquí de Fosfatos (OCP) fue autorizada “para crear, conjuntamente con su filial Maroc Phosphore (MP), una empresa en Argentina bajo el nombre de OCP de Argentina S.A.", según Boletín Oficial de Marruecos, publicado en la “Agence Mahgreb Arabe Presse”.
El año pasado el Observatorio de Recursos Naturales del Sahara Occidental envió una carta a Nidera S.A. de Uruguay por “adquirir fosfatos procedentes del Sahara Occidental, ocupado ilegalmente por Marruecos”. El Observatorio señala que con la explotación de recursos saharaui se hacen cómplices de los actos de del gobierno marroquí, que viola sistemáticamente los derechos humanos de la población saharaui y actúa en contra del Derecho Internacional.
200.000 toneladas diarias de fosfatos salen de las tierras ocupadas... entre otros sitios, a la Argentina. Este proceso está acompañado por incursiones armadas y asesinatos. Argentina, ¿qué sucede? ¿Podemos seguir sembrando soja que nace desde un suelo abonado con esta violencia?
Dice Adolfo Pérez Esquivel “Esto es una responsabilidad que tiene Marruecos y España. Tendrían que haber contemplado el derecho de cada pueblo. No puede ser que hoy se los reprima, se los margine y hayan levantado un muro de la infamia. Cuando se está violando el derecho de un pueblo, se viola el derecho de todos los pueblos. Es una ofensa a la humanidad”.
Eduardo Galeano cuenta: “Hace un par de años, Javier Corcuera entrevistó, en un hospital de Bagdad, a una víctima de los bombardeos contra Irak. Una bomba le había destrozado un brazo. Y ella, que tenía ocho años de edad y había sufrido once operaciones, dijo: -Ojalá no tuviéramos petróleo.”
¿Los Saharaui deberán decir “Ojalá no hubiéramos tenido fosfato para recuperar el suelo de la soja en Argentina?”
Lic. Silvana Buján
BIOS Argentina – RENACE
http://www.programa-ecos.com.ar/
Documental en audio: http://www.megaupload.com/?d=UMSAZJEL
Nota relacionada: Columnista de “La Tijereta”: Darío Aranda se refirió a los 15 años de la soja transgénica
¿Qué relación tiene el modelo sojero con el desierto del Magreb? ¿Qué vínculo tiene el gobierno argentino con quienes invaden, masacran y someten a pueblos vecinos?
La soja es altamente demandante de nutrientes, entre otros, y fundamentalmente, el fósforo. Pero el fósforo tarde o temprano se va acabando del suelo, pues a veinte millones de hectáreas que en nuestro país les pasaron la aspiradora de la soja, se les fue el fósforo en las bodegas de los barcos.
Las grandes corporaciones de la soja se miraron preocupadas: ¿Dónde conseguir fósforo mineral de buena calidad para seguir saqueando la tierra argentina? Y miraron para África.
Allí, desde hace casi cuatro décadas, un rey avanzó sobre el país vecino a la mejor manera del siglo XVIII. Ocupó sus tierras (en las cuales hay yacimientos gigantescos de fósforo) minó la frontera, puso una muralla y patrullaje militar, y vende así, fósforo al mundo. Lo peor es que Argentina le compra. Del otro lado del muro, el pueblo Saharaui sufre situaciones infrahumanas.
¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Cómo es que nuestro país compra fósforo a un tirano? ¿Tan monstruoso es el negocio de la soja? ¿Cómo llegamos a esta ignominia?.
En la región del Sahara desde 1830, las relaciones internacionales se pusieron tirantes. Francia avanzó sobre Argelia, ocupándola. A partir de allí el resto de las potencias colonialistas europeas hicieron lo suyo invadiendo fundamentalmente la región del Magreb. Túnez, Marruecos, Argelia, Libia, Sahara Occidental son resultado de estas avanzadas coloniales. En los `50 comienza una etapa de sucesivas independencias. Cuenta Silvia Serrano, del movimiento de resistencia Saharaui para toda Latinoamérica, “pero aun quedan territorios ocupados. El Sahara Occidental es la última colonia africana que existe”.
En la década del 70 la ONU decreta la aplicación de la ley de descolonización. España entonces promueve un referéndum de autodeterminación y un censo para los Saharaui. Pero, las potencias coloniales están empecinadas en ralentizar todo lo posible la devolución de los territorios ocupados. Señala Silvia Serrano que en los años 70 la ONU viajó a territorio Saharaui para constatar que efectivamente había un grupo organizado y que la voluntad manifiesta era la de independencia.
En España, la muerte de Franco no fue el camino a una transición a la descolonización. Marruecos aprovecha e invade a sus vecinos, ex españoles, los Saharaui, enviando 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados.
Cuenta Eduardo Galeano Mil y una resoluciones de las Naciones Unidas han confirmado el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. ¿De qué han servido esas resoluciones? Se iba a hacer un plebiscito, para que la población decidiera su destino. Para asegurarse la victoria, el monarca de Marruecos llenó de marroquíes el territorio invadido. Pero al poco tiempo, ni siquiera los marroquíes fueron dignos de su confianza. Y el rey, que había dicho sí, dijo que quién sabe. Y después dijo no, y ahora su hijo, heredero del trono, también dice no. La negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos confiesa que ha robado un país. ¿Lo seguiremos aceptando, como si tal cosa? ¿Aceptando que en la democracia universal los súbditos sólo podemos ejercer el derecho de obediencia?
Por qué ese empecinamiento sobre ese territorio en especial? Dice Galeano: “Quizás el pueblo del Sahara es culpable porque en sus largas costas reside el mayor tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las inmensidades de arena, que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de fosfatos y quizá también hay petróleo, gas y uranio. En el Corán podría estar, aunque no esté, esta profecía: Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes”.
“Los patriotas saharaui, que desde hace 30 años luchan por recuperar su lugar en el mundo, han logrado el reconocimiento diplomático de 82 países.”
Argentina no ha reconocido a Sahara Occidental como país. Las leyes internacionales dicen que la comercialización de esos recursos es ilegal, porque no contempla los deseos ni los intereses del pueblo saharaui.
Cuando unos 20 mil saharauis organizaron un campamento en las afueras de El Aaiún (capital del Sahara Occidental), el gobierno marroquí entró con sus fuerzas a desalojarlos. El campamento duró un mes. Y fue una masacre. Para que los saharauis no puedan pasar hacia su legítimo territorio, recordemos, el rey de Marruecos mandó construir un muro, que es el 2 mas largo luego de la muralla china, minado, alambrado, y custodiado. 2700 KM Relata Galeano: “Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace 20 años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide 60 veces más que el Muro de Berlín. ¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?”.
Se está instalando en Buenos Aires una sede de la Oficina Marroquí de Fosfatos con destino a los campos de soja y maíz transgénicos. La Oficina Marroquí de Fosfatos (OCP) fue autorizada “para crear, conjuntamente con su filial Maroc Phosphore (MP), una empresa en Argentina bajo el nombre de OCP de Argentina S.A.", según Boletín Oficial de Marruecos, publicado en la “Agence Mahgreb Arabe Presse”.
El año pasado el Observatorio de Recursos Naturales del Sahara Occidental envió una carta a Nidera S.A. de Uruguay por “adquirir fosfatos procedentes del Sahara Occidental, ocupado ilegalmente por Marruecos”. El Observatorio señala que con la explotación de recursos saharaui se hacen cómplices de los actos de del gobierno marroquí, que viola sistemáticamente los derechos humanos de la población saharaui y actúa en contra del Derecho Internacional.
200.000 toneladas diarias de fosfatos salen de las tierras ocupadas... entre otros sitios, a la Argentina. Este proceso está acompañado por incursiones armadas y asesinatos. Argentina, ¿qué sucede? ¿Podemos seguir sembrando soja que nace desde un suelo abonado con esta violencia?
Dice Adolfo Pérez Esquivel “Esto es una responsabilidad que tiene Marruecos y España. Tendrían que haber contemplado el derecho de cada pueblo. No puede ser que hoy se los reprima, se los margine y hayan levantado un muro de la infamia. Cuando se está violando el derecho de un pueblo, se viola el derecho de todos los pueblos. Es una ofensa a la humanidad”.
Eduardo Galeano cuenta: “Hace un par de años, Javier Corcuera entrevistó, en un hospital de Bagdad, a una víctima de los bombardeos contra Irak. Una bomba le había destrozado un brazo. Y ella, que tenía ocho años de edad y había sufrido once operaciones, dijo: -Ojalá no tuviéramos petróleo.”
¿Los Saharaui deberán decir “Ojalá no hubiéramos tenido fosfato para recuperar el suelo de la soja en Argentina?”
Lic. Silvana Buján
BIOS Argentina – RENACE
http://www.programa-ecos.com.ar/
Documental en audio: http://www.megaupload.com/?d=UMSAZJEL
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