Por Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos-Regional TrelewEnviado por Ángel Callupil
Foto: Diario El Chubut
Trelew, 24 de mayo de 2011
Hoy Julián cumpliría 21 años de vida
Una vida que fue arrebatada por la violencia de las sombras de la Policía del Chubut.
Una vida que a pesar de su tragedia, de lo incomprensible de no tenerlo más entre nosotros, nos obliga a no olvidarlo.
Porque como pueblo, debemos combatir, con las ideas, las palabras y el corazón,
toda la violencia que aún sigue enquistada en algunas estructuras de nuestra sociedad.
Una violencia que discrimina, que mata, que persigue, que desaloja, que excluye.
Una violencia que atemoriza, que engaña, que condena, que pisa la dignidad.
A la violencia de las sombras se la combate con la luz, con los pequeños fueguitos que cada uno de nosotros debe encender, para que nuestros jóvenes y niños, puedan crecer en una patria para todos:
Que brinda oportunidades y no cerraduras.
Que está preñada de vida y no poda los brotes más tiernos.
Que es sinónimo de proyecto, sueño y esperanza.
Para que la muerte de Julián no haya sido en vano, y evite que otros Carlos, Esteban, Alejandro corran el mismo destino, todos debemos decir:
BASTA DE VIOLENCIA HACIA NUESTROS JOVENES Y NIÑOS.
JUICIO Y CASTIGO A LOS CULPABLES.
Nota relacionada: Más de un millar de personas en multitudinaria marcha por Julián Antillanca en su cumpleaños 21
Trelew, 24 de mayo de 2011
Hoy Julián cumpliría 21 años de vida
Una vida que fue arrebatada por la violencia de las sombras de la Policía del Chubut.
Una vida que a pesar de su tragedia, de lo incomprensible de no tenerlo más entre nosotros, nos obliga a no olvidarlo.
Porque como pueblo, debemos combatir, con las ideas, las palabras y el corazón,
toda la violencia que aún sigue enquistada en algunas estructuras de nuestra sociedad.
Una violencia que discrimina, que mata, que persigue, que desaloja, que excluye.
Una violencia que atemoriza, que engaña, que condena, que pisa la dignidad.
A la violencia de las sombras se la combate con la luz, con los pequeños fueguitos que cada uno de nosotros debe encender, para que nuestros jóvenes y niños, puedan crecer en una patria para todos:
Que brinda oportunidades y no cerraduras.
Que está preñada de vida y no poda los brotes más tiernos.
Que es sinónimo de proyecto, sueño y esperanza.
Para que la muerte de Julián no haya sido en vano, y evite que otros Carlos, Esteban, Alejandro corran el mismo destino, todos debemos decir:
BASTA DE VIOLENCIA HACIA NUESTROS JOVENES Y NIÑOS.
JUICIO Y CASTIGO A LOS CULPABLES.
Nota relacionada: Más de un millar de personas en multitudinaria marcha por Julián Antillanca en su cumpleaños 21
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